Alí Calderón sobre Pleamar en vuelo

Alí Calderón reseña el poemario Pleamar en vuelo, de Rubén Márquez Máximo, publicado recientemente por Editorial Alforja.

Rubén Márquez Máximo nació en Puebla en 1981. Estudio la licenciatura en Lingüística y Literatura Hispánicas en la Universidad Autónoma de Puebla entre 1999 y 2004 y la Maestría en Literatura Mexicana entre 2006 y 2007. En esa época se formó una nueva generación de poetas en nuestra ciudad, poetas que asistieron casi con fervor al taller de poesía que José Vicente Anaya solía impartir el primer fin de semana de cada mes entre 2002 y 2004. Miembros de esa generación eran poetas como Guillermo Carrera, José Antonio Escobar, Carlos Roberto Conde, Jorge Mendoza, Samuel Espinosa y quien esto escribe, entre otros.

Ya desde aquella época Rubén leía con pasión al poeta argentino Oliverio Girondo y estaba tocado por el rayo del erotismo y un lenguaje ultrasensorial y pleno de imágenes. También recuerdo que en 2002, escribió en el seminario de poesía de Alejandro Palma un poema dedicado a Berenice Galicia, que hoy ve la luz en este volumen. Entonces, ya podía advertirse el rumbo que tomaría la voz, el estilo de este poeta.

Pleamar en vuelo es el título de la primera colección de poemas de Rubén Márquez, editado bajo el sello de Alforja, una revista de poesía y una editorial muy trascendente en México y Latinoamérica durante el último decenio.

La poesía de Rubén Márquez aspira a un decidido y rabioso lirismo fundado en el más carnal de los erotismos y la fe profunda en que la poesía es sagrada y trastoca el orden de las cosas. En sus poemas hay un agradable gusto a Vicente Huidobro en Altazor pero también al ya citado Oliverio Girondo, a Neruda y, por supuesto, a nuestro maestro José Vicente Anaya. Me parece intuir entre los versos el vértigo de Tomás Segovia, la consistencia de Francisco Hernández. Todo ello reinventado, reinterpretado, naturalmente.

El primer largo poema, “Viaje”, cultiva esa poesía del yo alejada de la aburrida y muy estéril poesía de la impersonalidad. Una poesía de vertiginoso decir en la que encontramos cosas como:

Y somos la noche
la noche sumergida en espirales
dando vueltas alrededor de los planetas

o

Voy hacia el misterio de tus aguas
______________________hacia ese sonido dulce
que se desborda de los labios

hacia tu voz
hacia tu lengua
________________________y los ecos atrapados en penumbra.

La disposición gráfica del poema “Viaje” me hace pensar en la ley de la isomorfía, en esa correspondencia entre el sentido y el nivel gráfico, la lección ya tomada en Mallarmé y su “Golpe de dados.”

El estilo Rubén Márquez se caracteriza por el empleo de una aliteración, a veces de una paronomasia que generan un ritmo acelerado, el tono de la tensión. Así, esta isotopía del significante es esencial en la construcción de estos poemas:

Es el viaje por palabras
________________que suben por veredas
_______________________y del verde van al verde
______________________________en medio de los negros
viendo vías lácteas espirales
nebulosas de espuma saliendo de la boca de la noche.

Se trata de un poeta interesado en la construcción de la melopea, un poeta que juega y deja seducirse por los ritmos. Además, en esta poesía hay hallazgos muy interesantes, momentos emotivos. Así, por ejemplo, Rubén dice: “Tu cuerpo/ aremar de encuentros” o “viajamos juntos/ nos alejamos para estar más cerca”.

Este es un primer acercamiento a la poesía de Rubén Márquez, una poesía de dulce lirismo, una poesía agradable, atractiva y que sitúa su voz como una de las más interesantes al interior de su generación, los ochenta.

Enhorabuena, Rubén Márquez.

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