El ángel de las piernas torcidas, de Reinaldo Marchant

GarrinchaEn el marco de la Semana de la Literatura chilena, presentamos el libro de relatos (plenamente futboleros) El ángel de las piernas torcidas del escritor y ex-jugador de Palestino, Reinaldo Marchant. El libro está disponible para su descarga a través de nuestra sección Iberoamérica Libros.

A manera de invitación a descargar el libro, compartimos con ustedes el prólogo, escrito por Jorge Valdano, actual gerente deportivo del Real Madrid.

 

 

 

 

PRÓLOGO: LA CANCHA Y LA LITERATURA

 

Lo he dicho: leer un libro no sirve para jugar mejor ni jugar un partido sirve para hacer mejor literatura. Dos juegos (fútbol y literatura) que tienen diferentes modos de expresión, y que resultan compatibles a fuerza de ser distintos.

Los intelectuales se desmarcaron del fútbol por considerarlo una expresión popular menor, por deducir que era como el “opio del pueblo”, por desconfianza a la masa y, finalmente, por snobismo. El fútbol, como los toros, por citar otra disciplina condenada durante años al ostracismo intelectual, no se ha  prodigado en potenciar la figura del jugador-culto, y sin embargo sí la del jugador periodista. El fútbol está encarnado en la vida de la gente. Un fenómeno que mueve tantas pasiones da grandes posibilidades de explicar al hombre, incluso desde episodios en apariencias menores.

Es vital percibir un vehículo entre el mundo del fútbol y el mundo de la cultura, un puente entre la cancha y la literatura; analizar el mundo del fútbol de una manera claramente distinta y darle una dimensión sociológica. El fútbol durante mucho tiempo no tuvo voz y parece ridículo que el primer productor de conversación del mundo no tenga voz, no tenga intelectuales que hayan sido para el fútbol lo que Ernest Hemingway fue para los toros.

Después de leer este maravilloso libro de Reinaldo Edmundo Marchant, hay que comerse un sándwich y tomar una Cola-Cola como cuando, de chicos, terminábamos de jugar un picado.

Aquí está contenida la nostalgia de un fútbol que se está perdiendo porque el control le gana a la libertad, porque la técnica se ha convertido en una herramienta táctica, porque el tamaño de los jugadores importa más que su talento. Visto así, el fútbol de hoy es todo lo contrario que Garrincha, personaje central de esta obra, porque a su espíritu se le ve gambeteando en cada una de las páginas.

Conviene recordar que cada aparición de Mané parecía un chiste contra la solemnidad.

Garrincha jugaba como hablaba Cantinflas. Un hombre libre, un estilo poético, una máquina de amagar desde sus piernas torcidas que no se sabía para donde iban a arrancar, hasta sus ocurrencias geniales y divertidas que dejaban siempre una víctima en el camino. También era un campeón mundial de los cinco metros lisos, porque después de humillar a los rivales, sus arrancadas eran incontenibles.

Garrincha es el símbolo que merece este libro lleno de imágenes bellísimas y de historias increíbles que, como los viejos partidos de pueblo, huelen a choripán.

El fútbol es evolutivo y esto que nos toca vivir es una consecuencia de aquello, pero en un mundo que consagra el olvido, de vez en cuando hace bien recordar de donde venimos. Y Reinaldo Edmundo Marchant se ha convertido en un poético especialista de la nostalgia. 

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