El otro amor, la otra tierra (La poesía de Cristina Peri Rossi)

Cristina Peri Rossi

En esta nueva entrega de En línea recta, Mijail Lamas se interna en la poesía de Cristina Peri Rossi (Montevideo, 1941) para señalar los rasgos característicos de la obra de la poeta uruguaya.

El otro amor, la otra tierra (La poesía de Cristina Peri Rossi)

 

  

Algunos de los elementos formales y temáticos que definen a la poesía uruguaya del siglo XX son su filiación temprana y duradera a las vanguardias y sus elaboraciones sustentadas principalmente en la asonancia y la paranomasia, que se han establecido en mayor o menor proporción como formas duras. De las temáticas que perduran hasta nuestros días podemos localizar dos muy recurrentes: el exilio y la militancia, temas motivados por la dictadura militar (que se extendió de 1973 a 1985) y los movimientos sociales de los sesenta, respectivamente.

     Hay otro rasgo muy notable de la tradición poética uruguaya del siglo XX que es necesario remarcar, y es la fuerte presencia de sus voces femeninas; nombres como los Juana de Ibarbourou, Delmira Agustini, Idea Vilariño e Ida Vitale, han tenido gran resonancia en Latinoamérica, a pesar de que su poesía no se edita mucho en estos días, o por lo menos se edita muy poco en nuestro país.

     En este contexto surge la obra de Cristina Peri Rossi (Montevideo, 1941); la poesía de la uruguaya conserva esos rasgos tan caros a su tradición e incorpora una elaboración de versos que rehúyen toda regularidad métrica, mezclando versos pares e impares que crean una música sincopada y a veces decididamente arrítmica:

 

Y caminando por los jardines del palacio de Buckingham

te dije:

“y además no es necesario pasear por Europa

para llenar los poemas de nombres tradicionales”.

Me miraste ofendida,

porque a las cinco tenías cita

con la tumba de William Blake.

 

    Este rasgo es muy distintivo de la autora a pesar de tener tanta simpatía por la sonoridad del alejandrino nerudiano que constantemente reescribe, parodia, retuerce o cita en más de una ocasión:

 

Podría escribir los versos más tristes esta noche,

si los versos solucionaran la cosa.

 

   En la poesía de Peri Rossi  se echa mano de ese coloquialismo que se vincula tanto a la poesía conversacional, muy representativa de otro uruguayo, Mario Benedetti, y que a la par practicaran en México poetas como Jaime Sabines y Bonifaz Nuño, este último de manera magistral en El manto y la corona.

     Cristina Peri Rossi plantea desde sus primeros poemas lo que será uno de sus ejes constantes: el amor, con persistentes incursiones en lo erótico, y que reconoce en su igual al objeto de su deseo, lo que sería el canto del otro amor, como lo nombró en ese preclaro homenaje al Arcipreste de Hita aquel poeta sonorense de nombre Abigael Bohórquez. A pesar de su distancia geográfica y, casi insignificantemente, generacional (Abigael es mayor cinco años), a estos poetas los hermana una atrevida expresividad erótica:

 

muy por lo bajo te murmuro entre las piernas

la más secreta de las oraciones

Tú me recompensas con una lluvia de tus entrañas

y una vez que he terminado el rezo

cierras las piernas…

 

escribe Peri Rossi en “Vía Crucis”, mientras que Abigael, en “Primera ceremonia”, cifra su decir en las líneas siguientes:

 

De pronto, tú, el relámpago,

abierto, florecido, restallante

arriba, abajo, encima ¿dónde?

hiendes la oscuridad,

y adentro:

Llueves.

 

     Este diálogo deja en claro que la buena poesía está por encima de cualquier etiqueta, y que, no importando el ser que canten, si la expresión es superior, perdurará.

     En la poesía de Peri Rossi existe esa mirada irónica que propicia un humor un tanto oscurecido y pesimista, que se hace presente en su crítica al totalitarismo

 

Podríamos hacer un hijo

y llevarlo al zoológico.

Podríamos esperarlo

a la salida del colegio (…)

Podríamos cumplir con él los años.

 

Pero no me gustaría que al llegar a la pubertad

un fascista de mierda le pegara un tiro

 

     Ese humor también es motivado por la condición desafortunada de estar en una tierra ajena:

 

Lo mejor es no nacer,

pero en caso de nacer,

lo mejor es no ser exiliado.

 

     También hay en sus poemas la cara opuesta de la moneda, donde esa otra tierra, la del exilio, es la posibilidad del descubrimiento donde el amor surge como una forma del combate y la resistencia:

 

Para que yo pudiera amarte

tuve que huir en barco de la ciudad donde nací

y tú combatir a Franco.

 

     No es raro que Peri Rossi vaya uniendo sus temáticas, así en los intempestivos poemas de su libro “Descripción del naufragio”, el desamor y la denuncia social se hacen comunes y presentes.

    A medida que el lector se adentra más en la poesía de Pero Rossi, podría sopechar que su voz lírica va tomando una temperatura mucho más templada en la elaboración de sus metáforas eróticas, como cuando escribe:

 

En el amor, y en el boxeo,

todo es cuestión de distancia

 

pero más adelante podemos leer la crudeza y plasticidad perturbadora de los siguientes versos:

 

Ah, no estábamos ahí

mirándonos intensamente

susurrándonos obscenidades

mientras el magret de pato sangraba

como tu concha

concha marina

concha de amar el mar.

 

     Asimismo, se puede observar una mayor incorporación de referencias populares así como cultas, lo que permite al lector establecer una mayor empatía con la autora al respecto de sus gustos por la música de Tom Waits, la lectura de Freud, la poesía de Blake y la pintura de Francesco Guardi.

    Pareciera que Cristina Peri Rossi cree en la capacidad oracular de la poesía, como lo demuestra en el título de su antología Runas del deseo, pero este título hace más referencia a la obsesión que la escritora tiene por el lenguaje, situación que se muestra de manera mucho más explicita en su libro Babel bárbara:

 

Altiva como la A (anaconda)

Balbuceante como la B (Babel bárbara)

(…)

Viceral como lo V (Vientre, voluta)

 

o

 

Amar es traducir

traicionar.

 

Nostálgicos para siempre

del paraíso antes de Babel.

 

     Cristina Peri Rossi lanza sus palabras, como un puñado de poemas que son revelación cotidiana, catálogo de ciudades ajenas, una vida de exilio para quien sabe que no se “escribe de las cosas, sino del nombre de las cosas” y con ello entrega una poesía que se atreve a señalar la injusticia y a celebrar los variados matices de ese otro amor de los iguales.

También puedes leer