Foja de poesía No. 172: Diego de Ávila

Diego de ÁvilaDiego de Ávila (Maldonado, Uruguay, 1984). Escribió “Invocaciones en off” (inédito) y “Tierras” (inédito). Participó en diferentes colectivos artísticos, y organizó y coordinó los encuentros anuales de artistas varios “Etcétera”, presentados desde el 2004 en la Biblioteca Nacional.

 

Arte poética

 

Se busca más allá, no es razonable.

Un humano es una voz extensa.

La misma densidad que las palomas.

Los pájaros volando que se vuelven piedra.

 

La densidad de cuanto mueve vivo

la paloma interpretada en el camino.

 

Se busca más allá. Si fuera un arte

abriría solo un signo al emitirlo.

 

El ave hace una estatua con su cuerpo.

¿Con qué forma fabricar la misma piedra?

 

Donde la piel termina es todo entorno:

la voz, prolongación de las palomas,

se deja actuar en pos del equilibrio.

 

Difícil valorar distinta suerte:

La idea es la paloma en el camino.

 

No importa más allá; siendo constante

abriría un solo signo al emitirlo.

En el final de la piel su fin de cuerpo.

Qué el hombre haga una estatua con su vuelo.

 

 

 

 

***

 

 

 

Hablo de la prisión ante los ojos,

en los kilómetros de ser vivo de la sensación, por cual es

prisión abierta, prisión que me camina

el entierro de mi afuera hacia el encierro.

 

¿Dónde puedo estar cuando las flores y la primavera CANCELAN,

hablan para atrás de todo ojo,

y no se ve porque no, decimos,

que no se ve para algún lado?, yo me pregunto.

 

¡Algo se torna más modesto, más íntimo

de lo que pasa afuera, más al paso que a las duras

rientes paralelas, que me veran contemplar mi propio cuerpo

como a una locomotora insensible que llevó a un sentado.

 

 

 

***

 

 

Tras la figuración sometida

           el cuerpo, de hoja en lata

modifica su transmisión parado en las escuelas /no

                                                          los actos

busca el acto en la esencia nevada

dentro del cuerpo busca

donde la puerta del cuerpo está varada en las escuelas /no

por lo que modifica en la asunción

de la escena se estremece

roto el corazón de los motores

la piedra de afilar lo sobresalto en piedra al pedregullo

y duro se va poniendo el corazón y las orejas

 

salas de cuerpo

salón común

mesas formando filas y edificios construidos en formas lisas

                             pero la escalera vertical

                             pero la chimenea vertical

                             pero el humo del tabaco del cerebro

       latas arriba de la culpa

         es siempre del corazón de los motores

 

¡¡acuesta el acto para el acto modifica su condición parado en las escuelas/ no

                                                                                                           me escuchas

la esencia es otra vez embrutecida

            llena de animales /no/

            llena de manadas /no/

  transmisión de lobos ha, codificados.

como si fuera una gran arcada de leones como si fuera sí

               la gran arcada           

 

muchachos:

puesta en marcha por la culpa calibrada al alto cargo de la piedra:

a la avalancha en la casa! a hacer grumo en los ladrillos!

 

a la tierra apretándose como carneros!!

 

oh bien la fauna discreción ya está internada en

pero el piso de la casa

pero la baldosa en el pasillo

pero la palma de las patas de leones

y la mucha transmisión de la varada escuela no

porque la culpa en marcha

quien arranca

     el corazón

salta

y movimiento

y el cuerpo

        lata

————————————————— y agrieta.

 

 

 

 

***

 

 

Yo no oigo, yo siento ruidos pero no son

los de los golpes en el cerebro de la especie animal

que reza a la raza humana enterrando a la raza humana.

Acabo y veo,

luego de acabar, que nada puedo.

Trabo mi horizontalidad sobre las curvas insoportables del cielo,

desde la tierra…

Pensemos qué soy en ella. Yo digo que no veo nada.

¡Tanto lo sé!

 

Si yo lo pienso, es que siento al que piensa 

como un sonido en el cuerpo de la gente, de los campos y de la arena,

que atraviesa vientos de todas las edades

de hombres amarrados a la especie, seres solo a un paso de otros seres

en larga fila. 

No es mi pensamiento. No sé el mío.

 

Constantemente no está mi imagen

en el charco donde bebo, donde

 

meto las manos, y hombres enteros

paran a mirarse.

Parezco sufrir como un hombre solo y nadie

que está solo sufre como un hombre.

Ya es, que no está mi imagen en el charco,

ni soy el charco, ni otra cosa.

 

 

 Datos vitales

Diego de Ávila (Maldonado, 1984). Escribió “Invocaciones en off” (inédito) y “Tierras” (inédito). Participó en diferentes colectivos artísticos, y organizó y coordinó los encuentros anuales de artistas varios “Etcétera”, presentados desde el 2004 en la Biblioteca Nacional.

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