Poesía en Uruguay y una gran sinceridad operativa

Pintura Guillermo FernándezEl poeta Santiago Márquez (1986) nos ofrece, a través de la siguiente nota, una mirada a la poesía uruguaya contemporánea vista desde la más reciente promoción de autores.

 

Poesía en Uruguay y una gran sinceridad operativa

Mafia, fútbol, rock

 

 

Las tradiciones poéticas que se forman y formaron en Uruguay siempre fueron allende a la vida social aquí y a las tradiciones en el resto del mundo, y a los consumos de sentido dentro y dfuera de Uruguay. Donde toda la imaginería de la patria gaucha era masculinizante, chauvinista, de cucumelos y ganadería y después de fútbol y violencia doméstica; las poéticas eran patricias, afeminadas, inglesas, algunas veces anarquistas o protoanarquistas, para-seudo-anarquistas, después algunas veces nazis (conformando el modelo de dirigencia nazi, donde ; una dirigencia andrógina de hombres en todo opuestos al modelo de anarquista italiano, domina a un grupo de urzos que barren todo en actos microfascistas)® ___en este paréntesis salto a otra cosa sin detenerme en un paso lógico indispensable de aclarar, en Uruguay, en algunas alturas de la historia, los letrados eran los mismos que los integrantes de los aparatos dirigentes. Y las disidencias, que eran una porción de las poéticas nacionales, por una hermosa falla pasaron a ser las poéticas que subsistieron y que aún se mencionan en el mundo como referentes de la escritura en Uruguay (JHy Reissig, Lautreamont, Quiroga).   

Hoy, donde la imaginería popular es, socialdemócrata, ingenua, localista y no-nacionalista, de un modo torresgarciano, castiza; las poéticas [son todos los registros menos ese]. Lo que es a mí entender adorable. Porque un chivo expiatorio a veces es mejor que un centro (Se vive la posibilidad, actualmente, de que la poesía en Uy deje de estar reunida en torno a chivos expiatorios provisorios y pase a no girar ni aún alrededor de la Nada, esto si dejan de haber poéticas nacionales, a lo que contribuye el funcionamiento de las redes de poetas, que hoy en día, si defienden alguna identidad es la americana, porque algún sentido todavía tiene).

 

En la interna de la poesía no puede haber ni hay entonces homogeneidad. Ni en la escritura, ni en la gestión, ni en las cristalizaciones y tironeo desesperado por mantener o perder o robar o pedir cuotas de poder.

 

Antes en Uruguay todos se sentían incómodos con los modelos de gestión cultural. Y se pudo ver que la cura era bien algo como la-verdad (verdad y existencia, Sartre). Hay hoy porciones de la comunidad literaria que declaran de manera transparente //escribimos mierda y estamos en las librerías, pero entiéndase que se trata de la venta de un producto (…)///

Otras también transparentemente muestran que nada deben a lo que en el gran conteo se puede convertir o pasar a llamar residual. Y que mientras puedan van a gozar de antiguos fueros de lo oligarca-seudo-aristócrata y burgués.

Algunas poéticas y nubes de escritura importan, vanguardias, no-vanguardias, desde el tiempo y el espacio, y eso se aclara sin ningún problema ni temor a estar en un lugar incómodo ni nada de eso.

Desde La Ciudad Letrada de Ángel Rama, la-ciudad-letrada se atomizó, ahora daba vergüenza formar parte de la ciudad letrada, o se aceptaba ese lugar con calma y se trataba de fortalecer la diferencia, o la academia y el under se veían a los ojos de algunos algún día, desnudos, mostrando que eran una pantomima onanista. O esa estructura, por haber sido la general de los flujos de poder en Uruguay durante mucho tiempo, aparecía desnuda y se podía ver que todos los hechos de producción, adopción, préstamo.

 

Datos vitales

Santiago Márquez (1986) desea ser cocinero. Escribió El jardín Cercado, que pasó a integrar con la generación inmortal, Corvo y corpo y el último jardín, un libro que se llama Leprosario. Ahora trabaja en Dodo, que parece que va a correr la suerte de terminar siendo la introducción de todo lo anterior. Todo esto está inédito. Estudia letras en humanidades, con poco sentido del tiempo institucional. Leyó poesía en bares antes de que tocaran bandas de amigos. Tocó en Churrascot, Walter Ego, y la Casa sin Fotos. Como artista plástico el único contacto que tuvo con el público fue una muestra en el mincho bar, en el año 2007. Publicó las revistas de bajo presupuesto Sismo, Gol y varias que no salieron nunca, como Tengo Captor y Altalcurnia.

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