Foja de Poesía No. 377: Leonardo Lara Arrate

Presentamos algo del trabajo del joven poeta chileno Leonardo Lara Arrate (Concepción, 1990). Su primer libro es “Lunáticas”. Ha participado en talleres de poesía tanto en Balmaceda 1215 como en la Biblioteca de Santiago. El año 2010 fue becario de la Fundación Neruda.

 

 

 

 

de Elysium Mons

 

 

 

Hay portadas, papeles más papeles, palabras incisivas, gestos que uno imagina podían deshacer y hacer por su ímpetu, uno sólo camina, se supone que tiene un trabajo pero siempre está yendo o viniendo, absorto, calle es una palabra que uno no podría ocupar pero yo la nombro, recuerda que todo esto se esfuma, quieta, pareciera que uno cae y ve imágenes y cae, al caminar y ver

 

 

 

 

Como una ventisca ella me besó, fue al lado del rió invisible, recuerdo que nos tomamos y en un momento fuimos más grandes que el mundo, éramos dos dioses de amor adolescentes y agónicos, la misma aireada borró el recuerdo, las obras de los artistas visuales son los recuerdos de alguien, lo extraen y lo encuadran, expuesto se repite la secuencia del recuerdo una y otra vez, pero ya no sabes si fue cierto, si fue un sueño, si ocurrió u ocurrirá, si está ocurriendo ahora mientras lo ves

 

 

 

 

Me insultaba y lloraba, escupió mi chaleco, quiso pegarme pero lloraba mucho, yo te quería, decía llorando, yo la amaba pero me fui, y continuó llorando en el baño mientras todos intentaban consolarla, ella luego dijo que no me conoció, yo decía que aún la amaba y sólo quería morirme, lo tuve que pagar, se folló a mis amigos y en más de una oportunidad quise cortarme las venas, intoxicarme con pastillas, irme a cualquier lado, he sido un desgraciado y no sé si esto tenga que ver pero, de vez en cuando aún siento deseos de cortarme, intoxicarme, irme, como a veces siento que la amo, pero tal vez no sea verdad, tal vez sea por la poesía

 

 

 

 

En el desierto había una multitud, clones, fantasmas, espejismos, que de repente se venían encima y me hablaban pero mudos, y yo caía lentamente y luego no había nada, porque lo único que había era el sol, que bramaba feroz como un dios ciego

 

 

 

 

Nosotros ya nos habíamos acostumbrado, seguimos caminando y comenzó una ventolera, en eso apareció el alma grande con su túnica y bastón, lo miramos intentando caminar contra el viento, sollozaba ligeramente, hasta que una aireada lo borró, seguimos detenidos por unos segundos y continuamos caminando, yo seguí pensando un poco en el alma grande y me vino una nostalgia de tiempos, pero no lo había, a lo lejos los edificios seguían desplomándose silenciosos, como sombras que se caen, anónimas

 

 

 

 

 

 

Llegamos a un sótano donde habían más personas, no tardó en presentarse alguien que dijo ser imitador de un cantante, nadie sabía lo que era eso, hasta que comenzó a hacer sonidos, cantaba con otras palabras, luego se presentaron otros tipos que decían ser imitadores, afuera el viento lo volaba todo y nos quedamos por más rato, algunos practicaban esto de cantar, otros follaban mientras los miraban, de vez en cuando intercambiaba palabras con alguien, yo estaba solo y aunque no entendíamos mucho lo supe de pronto, como hace mucho tiempo tuve vivos deseos de escribir

 

 

 

 

Me encontré con ella en el lugar más arruinado de todos, sentada entre los escombros veía las filas de edificios desplomándose, le conté con cierto entusiasmo que me habían dicho que era poeta, y recordé que por bromear dije que lo era, y me dio calma pensarlo, en mi mente vi el rostro de cada uno de ellos y fue satisfactorio emocionarme otra vez con sus vidas y poemas, luego creí que era una estrella llorando, contemplando mi cuerpo, ella me odiaba y se fue, no me importó, yo sabía que era una estrella que lloraba y que aún habría algo llamado vida después de todo este derrumbe embriagoso

 

 

 

 

 

Necesito llegar a la naturaleza de mi corazón, aquí ya no hay refugio, sólo voces de las sombras y espejismos, en qué sueño estás tu sonriente fuera de casa, en un campo, una tierra cuidada por ti, yo aquí huyo, abro, cierro puertas, no descansas, siempre estás yendo o viniendo, absorto, despertando en cualquier lugar sin saber por qué, no te importa o no lo piensas, sólo sabes que tienes que correr, y cuidarte de que no te saquen la carne

 

 

 

Datos vitales

Nace en Concepción, 1990. Ha participado en talleres de poesía tanto en Balmaceda 1215 como en la Biblioteca de Santiago. El año 2010 fue becario de la Fundación Neruda. Ha participado en diversas lecturas de poesía y este año publicó su primer libro titulado Lunáticas. Los siguientes poemas son parte de otro título inédito llamado Elysium Mons.

 

También puedes leer