Matsuo Bashou y el origen del haiku

Lenin Emmanuel Gutiérrez Cervantes (Mazatlán, 1983), especialista en lengua y literatura japonesa, nos presenta un texto que profundiza en torno a los códigos de género del haiku y nos introduce a la poesía de Matsuo Bashou, conocido en nuestra lengua como Basho.  La diferencias entre tanka, hokku, haikai renga, haiku y la aparición de su primer gran maestro son tratadas en este texto imperdible.

 

 

 

 

Como género poético, el Tanka tuvo un lugar privilegiado entre la nobleza de la edad media en Japón: más que un tipo de poema era un medio de comunicación y una manera romántica de apreciar la naturaleza, lo cual no siempre estuvo al alcance de la élite. El máximo esplendor del Tanka, también conocido como Waka, puede ubicarse en el periodo Heian (794-1185 d.C.), aunque se mantiene fuerte hasta el periodo Muromachi (1337- 1573 d.C).

La popularidad de este género provocó la aparición de una gran variedad de manuales de composición del mismo: qué temas y palabras era aceptables, o bien cuáles de ellas podían ser asociadas a qué estaciones del año, qué sitios famosos debían ser mencionados, etcétera. De esta forma, el lenguaje poético del Waka hegemonizó la visión y concepción de las cuatros estaciones, la naturaleza, el amor y el lenguaje elegante.

Los diálogos de los personajes de la narrativa o del teatro japonés se veían acompañados por poemas Tanka, al igual que pinturas de la época, y objetos como biombos o las puertas corredizas del hogar. Por citar un ejemplo, en el “Genji monogatari” (源氏物語, literalmente “La historia de Genji”), considerada como la primera novela/ novela moderna/ novela psicológica de la historia, escrita por Murasaki Shikibu, dama de compañía en la corte del Emperador Ichijou en el siglo XI, aparecen alrededor de 795 Tanka que ilustran los amores y desamores de los protagonistas.

 

 

La poesía encadenada

 

Sin embargo, para entonces el Tanka no era el único género poético popular en Japón: existía también el Renga (連歌, lit. “Canción encadenada”), un tipo de poema que ya aparecía en antologías poéticas del periodo Heian, aunque se tiene registro del nombre hasta 1127. El Renga consistía en un encadenamiento de Tanka a mano de varios poetas que se reunían para componer; de esta forma el Renga se apegaba a la tradición del Katauta y a la de los Uta-awase.

El Renga podía ser “corto” o “largo”, existiendo ejemplos de este último hasta de mil versos en el periodo Heian. Al igual que el Tanka, el Renga fue practicado por los nobles, aunque no era exclusivo de ellos, lo cual lleva a corrientes más serias y próximas al Tanka y otras más cercanas al ingenio y al humor. De hecho, el Renga era una especie de distracción del Waka, su agudeza y búsqueda de la diversión hicieron que fuera descalificado como literatura. A pesar del deseo original de distraerse del Tanka, las reglas para componer Renga fueron cambiando de época a época, haciéndose cada vez más complejas.

El objetivo de este género siempre consistió en lograr la composición conjunta entre dos o más poetas, uniendo un verso a otro. La relación entre los versos se establecía mediante juegos de palabras, intertextos, imágenes o ideas relacionadas con los cinco sentidos, entre otros recursos.

 

 

La llegada del Hokku

 

Una de las reglas del Renga era que los primeros versos determinaban el carácter general de la composición, su tono, así como la estación del año y la razón de la tertulia. A estos primeros versos –que llevaban la secuencia silábica 5-7-5– se les llamó “Hokku” (発句, lit. “Verso inicial/de apertura”). El Hokku debía incluir un Kigo (季語, lit. “Palabra de estación”) o un Kidai (季題, lit. “Tema de estación”) a lo largo de la composición las estaciones y asociaciones podían ir cambiando; sin embargo, el establecer una estación inicial en el Hokku se consideraba indispensable. Estas palabras y asociaciones a las estaciones del año son producto de la tradición del Tanka.

Desde entonces y hasta la fecha, se editan almanaques con los Kigo o Kidai apropiados para cada estación (en algunos casos llegando a quinientos o miles de términos), divididos en categorías como aves, animales, insectos, plantas, flores, objetos, actividades humanas, celebraciones, objetos celestes, fenómenos meteorológicos, etcétera, los cuales son usados por maestros o aficionados del género para realizar composiciones poéticas de corte tradicional.

El Hokku se consideró la base del Renga, su pieza más importante, algunas composiciones eran reconocidas tan sólo por su Hokku; era tanta su popularidad, que muchos de los poetas preparaban uno antes de las reuniones con la esperanza de tener el mejor para iniciar el poema encadenado.

Con el paso del tiempo, este verso adquiriría independencia del Renga y sería visto como otro género… el cual eventualmente será conocido como Haiku.

 

 

El Haikai Renga y los géneros “vulgares”

 

Durante el periodo Muromachi, debido a las cada vez más complicadas reglas del Renga, los poetas jóvenes deciden dar un giro al género componiendo versos más cómicos, lo cual fue conocido como Haikai Renga; Haikai (俳諧) es un término que ya se usaba desde la época del Kokinwakashuu (905 dC) para denominar a los versos cómicos, y puede ser traducido como “divertido” o “vulgar”. Cientos de nuevos términos eran añadidos cada día al ejercicio poético, palabras que antes jamás hubieron encontrado cabida en un Tanka, como “hormiga” o “mosquito”, por citar algunos ejemplos, ahora aparecían junto al elegante vocabulario que alguna vez amaron los aristócratas.

Muchas veces, la inestabilidad política y social provocaba que los nobles se refugiasen lejos de las capitales llevando consigo su cultura a los gobernantes locales, ávidos de empaparse de la elegancia y fineza de la corte. Así, la tradición poética era propagada entre las masas, que lograban adquirir los referentes literarios de las clases más altas y los aplicaban a sus composiciones.

La revolución poética que trajeron el Renga y el Haikai Renga no se limitaba a usar palabras “inapropiadas”, puesto que igualmente se utilizaban términos o expresiones de origen chino, vocablos cotidianos, conjugaciones dialectales, juegos de palabras, entre otros recursos lingüísticos.

De igual manera, si bien en sus principios estos géneros eran marginales y carecían de valor literario para los críticos, el uso del lenguaje poético clásico y el vulgar en un mismo poema provocaba toda clase de relaciones intertextuales: muchos poemas eran parodias de Tanka famosos, otros eran referencias a clásicos chinos. A pesar de su carácter “vulgar”, el Haikai Renga era de hecho un complejo sistema de referencias históricas, sociales, culturales y literarias, por no decir lingüísticas, al mismo tiempo que buscaba la renovación del ejercicio poético mismo.

Lo curioso, a falta de un mejor término, es que cada género de la poesía japonesa tiene una especie de doble y contrario: el Tanka tiene al Kyouka (狂歌, lit. “Canción loca”), el Renga, al Haikai Renga, el Kanshi (漢詩 “Poema chino”, que eran composiciones al estilo de aquel país) tenía al Kyoushi (狂詩, lit. “Poema loco”); incluso el Haiku tiene al Senryuu (川柳、que es el apellido de Karai Senryuu [1718-1790], un maestro del Haikai); lo anterior demuestra una dicotomía en la poesía nipona que ha perdurado por siglos: la de lo elegante versus lo mundano.

 

 

El Haiku, por cualquier otro nombre…

 

Como se mencionó con anterioridad, el Hokku, es decir, los versos iniciales del Renga y el Haikai Renga, poco a poco fue convirtiéndose en un género independiente. Los practicantes de este nuevo género eran maestros del Renga y del Haikai Renga; es el carácter vulgar de este último lo que le otorgó su identidad al Hokku y lo que provocó que luego fuera conocido como Haikai, de tal manera que ambos términos fuesen usados de manera indistinta por sus precursores.

De esta forma, el Haikai mantenía una relación con el Tanka gracias al Renga, pero a diferencia del Tanka, el Haikai buscaba una relación práctica y no romántica con la naturaleza; esto se debe a que, a diferencia de los aristócratas del periodo Heian, los nuevos poetas eran capaces de viajar y tener experiencias de primera mano: cada provincia, cada valle de pronto se volvía un nuevo lugar para la inspiración poética.

Estos géneros “del pueblo” eran cultivados en escuelas con diferentes estilos y maestros al frente, los cuales se aseguraban de formar nuevos maestros, pero también procuraban que el vulgo pudiera imitar y practicar el género; esto provocó muchas veces que el Haikai careciera de objetivo u originalidad; pero fue el precio que debió pagar por ser el nexo entre la elegante literatura clásica y el Japón rural, alejado de las glamorosas capitales culturales.

Al igual que el Haikai Renga, el Haikai carecía de un valor literario debido a su carácter popular, y a pesar de los grandes maestros que lo cultivaron, el Haikai no obtuvo dignidad literaria sino hasta la llegada del gran maestro Matsuo Bashou.

Pero entonces, ¿por qué se le conoce a este tipo de poemas como Haiku? Los poetas de estos periodos en su mayoría eran maestros del Haikai Renga, para luego pasar a practicar el Hokku/Haikai; ésta es la razón de que en sus escritos emplean estos términos para referirse a sus versos.

Los vanguardistas occidentales al tener sus primeros contactos con la lírica japonesa, adoptaron esa terminología, de tal manera que en Francia y buena parte de Latinoamérica se hablara del Haikai japonés, puesto que ese era el término utilizado por figuras como el poeta Bashou.

Sin embargo, no es sino hasta finales del siglo XIX que Masaoka Shiki (1867–1902), el cuarto gran maestro del género, en su constante afán de reformar y revolucionar al Haikai, desecha el término Hokku y acuña el de Haiku (俳句) como una abreviación de Haikai no Ku (俳諧の句, lit. “Un verso de Haikai”), haciendo referencia al Haikai Renga.

El término ahora se usa de manera indistinta para denominar los versos antiguos o modernos, por lo que es posible hablar del Haikai o el Haiku de Bashou sin que esto implique necesariamente un dilema literario; aunque, ciertamente, muchas veces al hablar de los inicios de este género, por razones históricas, se utiliza el término Haikai.

 

 

El gran maestro

 

Matsuo Bashou nace en la provincia de Iga, cerca de Ueno en 1644. Su verdadero nombre fue Matsuo Kinsaku (siendo Matsuo el apellido) y su nombre adulto Matsuo Chuuemon Munefasa. Era hijo de un samurai de clase baja y fue educado como tal. Todavía siendo un preadolescente se pone al servicio de un hombre acomodado de la zona, el cual era aficionado al Haikai Renga, al notar que Bashou compartía ese amor por la poesía decide alentarlo y componen en conjunto. Su primer pseudónimo fue Soubou, que simplemente era otra lectura para los ideogramas de su nombre Munefasa. Su primer poema fue publicado en 1662 y a partir de allí sus versos aparecen en diversas antologías.

Bashou estudió a los clásicos chinos y japoneses y fue influido por varias escuelas de Haikai Renga. Él se consideraba practicante de este último y no pensaba que sus Hokku/Haikai tuvieran gran valor, opinión que muchos de sus contemporáneos compartían en cierta medida, de tal manera que en vida fue famoso por su Haikai Renga.

En 1675, Bashou es invitado por el maestro Nishiyama Souin, fundador de la escuela Danrin de Haikai, para componer con él y lo deja a cargo de veinte discípulos. Es aquí donde Bashou obtiene su segundo pseudónimo Tousei (桃青,lit. “Melocotón verde/inmaduro”); sin embargo, a pesar de su fama, Bashou decide alejarse del escrutinio público y se recluye. Sus discípulos le construyen una cabaña y plantan un banano japonés frente a ella, el detalle le agrada tanto al maestro que decide un nuevo pesudónimo, el definitivo: Bashou (芭蕉) en honor a esta planta.

En 1689 parte con su discípulo Kawai Sora hacia las provincias del norte. Durante este viaje Bashou escribe una de sus obras más famosas: el Oku no hosomichi (奥の細道, “Los angostos caminos del interior”, haciendo referencia a las provincias del interior del país), la cual corregiría varias veces después del viaje. Bashou muere en    1694, víctima de una infección estomacal. Oku no hosomichi será publicado de forma póstuma en 1702. Esta obra está escrita en forma de Haibun (俳文, lit. “Frases/oraciones de Haikai) un estilo que puede verse como una mezcla de diario personal, escrito con frases al estilo Haikai y que podía alternar la prosa con Hokku/Haikai. El Oku no hosomichi es visto como una de las obras más representativas de la literatura Japonesa, donde Bashou no sólo manifiesta su formación y estilo personal, sino que también logra darle dignidad literaria a un género que él mismo no veía como tal. En efecto: muchos de los Haikai incluidos en la narración de este diario de viaje son vistos como los mejores del gran maestro.

En los tiempos de Bashou, el Hokku, el verso que se había independizado del Haikai Renga, contaba con algunas reglas básicas de composición: la distribución silábica era de 5-7-5, una pausa o corte debía incluirse en la quinta sílaba o hasta la doceava, formando dos frases que debían guardar cierta relación; era necesario incluir un Kigo o un Kidai, y la forma verbal solía ser el gerundio, aunque los infinitivos, presentes y pasados perfectos son también usuales.

Bashou no siguió muchas de estas pautas. Él creía que el Kigo era innecesario, haciendo alusión a lo mecánico que resultaba el consultar almanaques de palabras de estación para componer; él pensaba que era mejor presentar ambientes y sentimientos reales, se interesa más por el mensaje y la intuición, dejaba que el verso por sí mismo manifestara la estación reinante; sin embargo Bashou sí usaba Kigo y Kidai de manera regular y jamás dejó de mencionar a la naturaleza en sus poemas. De igual manera, Bashou no respetaba la medida de diecisiete sílabas, algunos de sus Haikai se componen de quince y otros llegan  hasta las diecinueve.

Algo que predomina en el estilo de Bashou es lo que los críticos llaman “Principio de comparación interna”, donde se hace una comparación de dos focos de atención en un poema pero no al nivel de una metáfora sino como una manera de mostrar dos fenómenos reales de existencia independiente que de alguna manera u otra se complementan al mismo tiempo que son distintos y distantes. Las diferencias y semejanzas deben considerarse como importantes para llegar a ese punto.

El gran maestro se apegó al sentimiento anti- Waka de los maestros del Haikai Renga; prefería los temas inmediatos, lo cotidiano, las experiencias personales y el uso de la lengua vernácula para expresarse. A pesar de este carácter subversivo, Bashou creía que el Haikai era el corazón del Manyoushuu, la primera antología poética de Japón, estableciendo así la herencia espiritual del nuevo género. Bashou canta a lo ordinario, a lo inmediato: “Haikai es simplemente lo que está sucediendo en este lugar, en este momento”, con estas palabras podríamos resumir las enseñanzas de aquel que con su vida itinerante logró conciliar lo clásico con lo moderno, provocando con esto un reencuentro del poeta japonés con su realidad mediante una poesía que de manera objetiva trata de apoderarse del instante para contemplar no sólo a la naturaleza sino a lo humano y al hilo negro, o rojo, según ciertas ideas niponas, que los une.

 

 

 

El Haiku de Bashou

 

 

起きよ起きよ我が友にせん寝る胡蝶

 

Oki yo Oki yo/ waga tomo ni sen/ neru kochou

 

¡Despierta! ¡Despierta! Sé mi amiga, durmiente mariposa

 

Este Haiku es de hecho una referencia al famoso relato chino donde el sabio Zhuangzi  (4 a.C) sueña que es una mariposa. Bashou pudo haber observado a una mariposa posada en algún lugar para inspirarse. Este insecto es asociado a la primavera.

 

 

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五月雨に鶴の足短くなれり

 

Samidare ni/ tsuru no ashi/ mijikaku nareri

 

Lluvia de verano; las patas de la grulla se han vuelto cortas.

 

Este es un Haiku de corte cómico: el temporal ha elevado el nivel del agua a tal grado que ni sus largas patas salvan a la grulla. En este caso la primera imagen establece el escenario.

 

 

 

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いなずまや闇の方行く五位の声

 

Inazuma ya/ yami no katayuku/ goi no koe

 

Relámpago; yendo hacia la oscuridad, la voz del martinete.

 

 

El relámpago se asocia al otoño. En este haiku se puede ver el principio de comparación interna: el relámpago es un instante que ilumina, que vuelve todo visible; sin embargo, al irse, lo único que surca la oscuridad es la voz del martinete (Nycticorax nycticorax). Esta especie de sinestesia entre lo visual y lo auditivo crea un contraste, pero al mismo tiempo sugiere que la voz del ave es el trueno o el eco de este. Es una composición dinámica, el martinete sigue inmediatamente al relámpago para luego llegar al silencio.

 

*

 

 

ふたり見し雪はことしも降りけるか

 

Futari mishi/ yuki wa kotoshi mo/ furikeru ka

 

La nieve que los dos vimos, ¿caerá también este año?

 

Es difícil determinar si Bashou se refiere a un amor o una amistad. En este poema la primera imagen reside en el pasado donde Bashou se encuentra acompañado. En la segunda imagen, la de la pregunta, él se encuentra sólo y expectante en el presente. Este poema es una alusión a varios Tanka de distintas estaciones donde los poetas hacen preguntas parecidas, esperando revivir el pasado.

 

 

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旅人と我が名呼ばれん初時雨

 

Tabibito to/ waga na yobaren/ hatsushigure

 

¡Me llamarán viajero! Primeras lluvias.

 

Con este haiku inicia su obra Oi no Kobumi (笈の小文, “Notas de la mochila/ morral) otro texto en forma de Haibun donde relata un viaje que realizó de 1687 a 1688 a las regiones del oeste. La expresión de “primeras lluvias” es asociada al invierno. En japonés resulta algo ambiguo si Bashou le habla a los cielos, a sus amigos que lo despiden o a sí mismo tras aceptar su destino como poeta itinerante.

 

 *

 

蚤虱馬の尿する枕もと

 

Nomi shirami/ uma no barisuru/ makura moto

 

Pulgas, piojos; el caballo miando cerca de mi almohada

 

Este Haiku pertenece al Oku no hosomichi. Bashou y su discípulo Sora se refugian durante tres días lluviosos en la choza de un guardia. El poema muestra las vicisitudes de la vida del viajero en el Japón del siglo XVII mediante el lenguaje y las crudas imágenes. Ciertamente, un buen ejemplo de cómo Bashou consideraba al habla vulgar como un medio válido de expresión y a la experiencia  inmediata como fuente de inspiración.

 

 

 

Sigue esta serie de investigación sobre el haiku en este enlace

 

 

 

Datos vitales

Emmanuel Gutiérrez Cervantes (Mazatlán, 1983) es Licenciado en Letras Hispánicas por la Universidad de Guadalajara.
Estudio japonés y enseña esta lengua en el Instituto de intercambio cultura mexico- japonés A.C de Guadalajara. Ha impartido cursos de poesía japonesa en la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco “Juan José Arreola”. Promotor de Lectura CONACULTA del programa nacional de Salas de Lectura. Ganador del segundo lugar en la categoría “C” del 6° Concurso Regional de Oratoria en Japonés Zona Centro, realizado en la Universidad de Guanajuato por medio de la División de Ciencias Sociales y Humanidades Campus Guanajuato y su Departamento de Lenguas el 2 de Octubre del 2010.

 

 

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