Poesía venezolana: Carlos Ildemar Pérez

Presentamos, en el marco del dossier Patria Adentro. Antología de poesía venezolana, preparado por Luis Perozo Cervantes, la poesía de Carlos Ildemar Pérez (Maracaibo, 1964). También escribe narrativa, ensayo y teatro. Sus más recientes poemarios son  La mano de obra. Poetología autocrítica del proceso creador (2007), Chiquirriticos musicantes (2009), Provinciano Cosmico (2011).

 

 

 

 

 

 

SEÑA DE LOS USOS

 

Sin perder el modo de cada extremo

Va por día en su último

Digan lo que quieran en parte o en persona

Del grano al infortunio

 

Para marcar el peso y la joroba

De vivir ya no se existe

El ombligo y su desencanto

De esa tierra como la lleva

En las comisuras

 

Otra muerte más para este muerto

A brincar sobre lo inmediato

Se alza según el ritual de las flores

A éstas las pateamos alegremente

Con el dolor debido

Cantamos algunas alabanzas

Que aún no sabíamos cantar

Medimos a todos con la hoja de la puerta

En cada despedida

Trabajamos a dios ciertamente

Y Hubo la inocencia completa

 

 

 

 

 

DOÑA ÁNGELA ELENA HERNÁNDEZ DE PÉREZ

 

“Lo más mejor

El patio

Eso que está ahí

Pa vos aunque no esté

Donde el alma muchacho

Te se cayó”

 

 

 

 

 

TABÚES HABITABLES

 

El asunto es de pura animalidad

somos tú y yo y la poética.

Victor Valera Mora

 

Está un poeta viviendo en tu casa

a la cocina nunca le ha vuelto

a funcionar el horno

Tienes y tenéis

un poeta durmiendo en la casa

los bombillos del jardín están

quemados desde el neolítico

Hallase un poeta vagando

impune rupestre en la casa

la grama se pudrió por el agua

de la manguera que ese mencionado señor

debió cerrar años ha

 

Existe uno en la casa como yo

los enseres y seres del lugar

están por desaparecer

abandonadísimos

la fiebre mundana de las pequeñas

y miserables deudas que te llegan al cuello

 

Tótem

guirnalda y cornucopia en más

de un tomo de declaraciones

soy precisamente en la extensión

de tus pasos

orate y gran llorón desnudo en la penumbra

erizado o energúmeno por verte

versificada en tomo de palomas góticas

que llevan misivas en sus picotazos de orfebre

escribo para ganarme

el idioma de tu saliva

para dormir bajo tu peso de hembra

¿aún no lo veis ?

 

Absoluto estoy

aquí a plenitud

gota a gota como la urgencia

del corazón en trasnocho que empuja

al pie de la letra su daga impuesta

y te idolatro con todo

el verso alborotado de mis verbos

 

En la luz indispensable

corporal que eres

acecho implacable al estilo

de una guerra avisada

¿cuándo empezarás de una vez a soñar

qué hacer

con tanto yo encima?

 

Me tenéis enconchado en tu casa

peor que una palabra malasangre

a viva voz e impune

y que no sé por cuál esperanza

resignación aberración etcétera

sigues sin destronar de tus afluentes

 

 

 

 

 

 

 

diolkis franos

CIRTERE apesla

ñamla tuisme

miacla ulmerce

felsan acekes

lejan caryen

resco guirta

kasdin charsa

pierbas rabasci

jerdace nuersos

lurios firruntas

nasmia suste

dulabris ulsas

resla darcios

toican klicar

larofan tancios

niskerátiles

 

 

 

 

 

 

 

Aunque vinimos en romería

Desde todas las distancias

Al Palacio porque habíamos triunfado

Ni se le pudo ver

 

El recién elegido y comitiva

Están ocupadísimos

Bailando en el salón de los espejos

Con sus acicaladas esposas

 

Nos pusieron del tamaño del empujón

Ya estábamos de alas chocando

Contra las copas de todo

 

Regresamos a nuestras regiones

A saber que al levantar el rostro

El sol seguirá siendo

Rumor de pan salado

En nuestra sed

 

Aprenderemos a ocurrir

Mucho más alto que el cielo

A leer las intenciones en el aire

 

Se acumulará el regocijo pleno

Del nomeolvides después

Seremos

La última palabra

 

 

 

 

 

 

 

F

 

Miren a este señor honorífico

Sus intenciones están por encima del sol

Protegido en su flux

Visita el barrio

Su dedo gordo rojo

Nos toca el corazón

y con un como de palo de polo la lengua

En el blanco formato del IVSS

Escribe

El sabio dictamen de nuestra pobreza

 

 

 

 

 

 

F.1

En alguna de estas puertas

Debe ser

Buenos días

¿Está el doctor?

¿En la otra puerta?

Gracias

Ya duele de girar la muñeca

Haría falta usar

Nuestra ascendencia y descendencia

Y la de otros también

En descubrir al señor honorífico

Sus rayos equis

¿En la otra?

Gracias

 

 

 

 

 

F.2

Por encima del sol junto a su maletín

Viene caminando el señor honorífico

Se acomoda los lentes

Respira resignación

Empieza a saltar

Lo salpica el barro

Que lleva a nuestras casas

 

 

 

 

 

F.3

El señor honorífico

Se da aires

Con el flux y la manía de bueno

Al doctor José Gregorio Hernández

La única diferencia

Es que no se para con las manos a la espalda

Las cruza en el pecho

Como algunas veces

El indio Guaicaipuro

 

 

 

 

 

F.4

En el papel del IVSS

Las indicaciones salvavidas

Están por encima del sol y de nosotros

A pesar de todo

Se hace familia

Prende la cocina

Tapa los huecos de las paredes

Entonces afuera duermen

Las cucarachas y el viento

Su mayor favor se improvisa

Al limpiar la pequeña

y redonda grosería

Que se oculta

Entre nalgas

 

 

 

 

 

 

FABULA Y MARIA

 

Fuiste marcando la arena

Con huellas de alga

Para que alguien te buscara en el amor

Rápido te embrujó el inesperado ruido

De cascabeles de la ola

Escuchaste platillos confundidos

Con el silencio del mar

Estaba pendiente

Extasiado

Músico de tu presencia mojada

El semidios

El fauno rostro de coral

Que había salido del fondo

Completa

Te Besaba

 

 

 

 

 

 

Irá desnuda a mirar frutas al mercado

Comentario escrito en la boca del barrio

Era cierto la más cercana

Sentada meciéndose en el columpio

Arrullando la muñeca de trapo

Aunque para el barrio sea nada más que embuste

La muchacha con el vestido y las sandalias romanas

Pasando tarantines y guacales

El desnudo se guardaba dentro de nosotros

Si salía

Era para ponerse cielo de nuestra parte

Cielo en la tristura

 

 

 

 

 

 

 

VIII

No sabemos pero las paredes

Tienen sus palabras

Hacemos sólo con colocar

La oreja y desciframos

Sus murmullos

Sus comentarios

A esto se debe que abuela

Nos haya tenido que mudar de pieza

Pues una vez escuchó c1arito

Que la pared decía que el día menos

Pensado se tiraría encima de nosotros

Para que la dejásemos de miar

 

 

 

Datos vitales

Carlos Ildemar Pérez (Maracaibo. 1964). Ha escrito Los heredarios (1988), Estrictis de la muchacha más cercana (1991, 2012), Flores para cuando María Calcaño regrese (1992), Sermones para vivir aquí (1993), Papá civil (1993), Olas para niños navegantes (2000), ¡A que no me come el gato! (2000), Tráglaba jetoria (2004); El señor Homo Sapiens se hace a la vida de poeta (2005), La mano de obra. Poetología autocrítica del proceso creador (2007), Chiquirriticos musicantes (2009), Provinciano Cosmico (2011).

 

 

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