Los deseos del corazón. Poesía breve de China

Alforja poesía china

En esta ocasión, José Vicente Anaya comparte generosamente una selección y traducción de poemas breves chinos. En Alforja presentamos el texto introductorio así como una recopilación de varias referencias a la poesía china. Al final de la columna, así como en Galería de Armas, la muestra estará disponible para su descarga en formato PDF.

Los deseos del corazón. Poesía breve de China.

Presentación

Se conocen poemas chinos de hace más de 4360 años. Ningún idioma vivo se puede preciar de tanta longevidad poética como el chino. Podemos saber de poemas egipcios también muy antiguos, es cierto, aunque esa lengua y su escritura hace muchísimo tiempo que desaparecieron. El idioma chino y su escritura han cambiado, como es natural en todos los demás, pero sus bases siguen persistiendo.

            Tanta antigüedad en la poesía ha producido muchísimos miles de poetas; sólo para hablar de un periodo histórico, durante la dinastía Tang (del año 618 al 907) se distinguieron más de 2000 poetas y de esa época se conocen más de 49000 poemas.

            Emperadores, príncipes, ministros y generales chinos tuvieron en muy alta estima a este género literario; son abundantes los ejemplos que se cuentan de esos personajes entre los poetas clásicos; y los que no poetizaron, supieron dar un trato de sumo respeto y protección a quienes se dedicaron a ese oficio. No faltaron casos, como en casi todos los tiempos y culturas, de poetas claridosos que fueron castigados por los tiranos. El aprecio que tuvo el emperador Shun (de hace más de 4200 años) por este arte lo dejó escrito así: “La poesía presenta en palabras los deseos del corazón…” Entre los personajes de alto mando que escribieron poesía están: el emperador Yao (c. 2357 a. C.), ministro Jia Yi (201-169 a. C.), general Li Ling (c. 180 a. C.), general Su Wu (c. 180 a. C.), emperador Wu Ti (157-187 a. C.), general Ts’ao Ts’ao (155-220), príncipe Ts’ao Kih (192-232), emperador Wu Ti –homónimo del nacido en 157 a. C.— (464-549), etc.

            En toda la antigüedad china las mujeres vivieron sometidas a un sistema de absoluta devaloración, no obstante ese fuerte poder que las limitaba, son muchas las mujeres ilustradas poetas, entre las que se cuentan a escritoras clásicas imprescindibles como Hsi-chün (c. 100 a. C.), Chao Ween-chün ( c. 100 a. C.), Pan Chieh-yú (c. 50 a. C.), Hsü Shu (c. 150), Tzu-ye (c. 300), Tao-yün (c. 400), etc. No faltaron poetas eruditos, dedicados a la vida académica, ni los místicos iluminados que con una convicción taoísta o budista hicieron vida de ermitaños o de dedicados peregrinos.

            La poesía china, en su muy larga evolución, ha sido de las más complejas que existen. En lo que respecta a sus características primordiales, cuenta con los elementos poéticos de otros idiomas como: rima, metalenguaje, ritmo, musicalidad, aliteraciones, juegos de palabras, metáforas, onomatopeya, etc. Pero ya en sus particularidades, se diferencia por la importancia del tono para conseguir diferentes significados, está muy apegada a la peculiar música china que se liga más a las palabras que al sonido abstracto (es decir, música que parece reproducir palabras, “música que habla”), a veces se vuelve casi esotérica por sus únicas referencias culturales y convencionalismos (por ejemplo: la plabra torre sugiere intimidad o secreto; yerba sugiere libertad, laúd (pi’pa, en chino)

sugiere elegancia, etc.). En fin, bástenos poner como ejemplo que un libro antiguo de preceptiva poéica (titulado Ch’n Ting Tz’uu P’u) registra 2306 formas diferentes para rimar. Por supuesto que los chinos también cultivaron un género poético que utilizó el lenguaje directo, similar al epigrama latino.

            Es muy sabido que el famoso examen imperial (chin-shih) o el provincial (chü-yen), que se instauró a instancias del filósofo y pedagogo Kung Fu-tseu (Confucio –551-479 a. C.–), y que debían presentar todos los que hacían estudios eruditos para después ocupar puestos de funcionarios públicos (mandarines), obligaba a saber escribir poesía. Kung Fu-tseu había escrito: “Si no estudiáis poesía, seréis incapaces de hablar.” Además, este filósofo-pedagogo se encargó de recopilar poesía de entre los años 1100 y 600 a. C. formando el clásico volumen titulado Shih King (traducido de diferentes formas como El Libro de la Poesía, El Libro de los Cantos, El Libro de las Odas, o hasta Romancero chino –en una pésima versión editada en España, por cierto–).

            Los primeros poemas que se conocen (como los del Shih King) estuvieron compuestos por versos (o líneas) de cuatro palabras (recordemos que el idioma chino es básicamente monosilábico, aunque en su evolución ha llegado a las palabras compuestas, y no utiliza pronombres, artículos ni otras partículas de las lenguas occidentales). Más o menos a partir del año 200 a. C. los poemas se escribieron con versos de cinco o siete palabras, clasificados por los estudiosos como ku-shih (poesía antigua) o ku t’i (estilo antiguos); éstos no tenían límite en el número de versos. Tiempo después, a partir del año 600 aproximadamente, se estableció la norma de que los poemas debían tener el límite de sólo ocho versos (los cuales seguían siendo de siete  o cinco palabras –esta combinación de 5 y 7 palabras influiría la medida japonesa del tanka y el haiku–) y fueron clasificados como lü-shih (poesía regulada) o kin t’i (estilo moderno).

            Son muchos los libros de preceptiva y de teoría poética que se escribieron en China , entre éstos, citamos del Mong Chung: “Para hacer un buen poema, el tema debe ser interesante y tratado de modo atractivo, el genio debe reflejarse en toda la obra apoyando un estilo agraciado, brillante y sublime. El poeta debe atravesar en rápido vuelo las regiones de la filosofía sin desviarse del recto camino de la verdad… Pensamiento original, imaginación incansable, suavidad y armonía dan como resultado un auténtico poema.” El  poeta Yen Yü (1180-1235) escribió: “La poesía requiere de un especial talento que no se encuentra en los libros. El significado de la poesía no tiene nada que ver con los principios del racionalismo. No obstante lo dicho, sólo el poeta que ha leído mucho y que minuciosamente ha investigado los fundamentos, es el que llega a los límites últimos. Es preferible no andar por los caminos del racionalismo que enreda en las trampas a las palabras. La poesía canta la emoción y la naturaleza de cada persona… Los poetas de hoy en día tienen conceptos e interpretaciones superficiales sobre el oficio, confunden la verborrea con la poesía, creen que les basta con un poco de talento y una mínima erudición, se conforman con discutir. Sus poemas no carecen de artificios y habilidad, pero no se comparan con los antiguos…” Y Hu Yinglin (1551-1602) argumentaba: “No hay más que dos principios esenciales en la poesía: en el primero están el estilo formal y el tono musical; y, en el segundo, las imágenes inspiradas y el espíritu personal. Hay reglas a seguir en lo que toca al estilo formal, pero sobre las imágenes inspiradas y el estilo personal no hay ninguna norma.”

            La poesía breve se cultivó en China desde tiempo muy remoto. Existió la costumbre de que las pinturas fueran acompañadas por un poema breve que hacía referencia al motivo pictórico, y se dieron casos de muchos pintores-poetas. Más o menos a partir del año 400 se generaliza el gusto por la poesía breve que se llamó küeh kü (conviene hacer notar la influencia de la poesía china en la japonesa, ya que el sonido de esta palabra remite al japonés hokku, que después cambió a haikai y luego a haiku). El küeh kü se componía de cuatro versos de siete palabras cada uno.

            Lo anterior explica claramente la influencia china sobre el haiku japonés, tomando en cuenta que en ese largo proceso de influencia (que abarcó muchos aspectos culturales) los escritores japoneses utilizaron los ideogramas chinos para escribir hasta finales del siglo XIX, después agregarían caracteres de un sistema fonético. Los primeros haikus japoneses aparecieron unos 400 años después de los küe küs chinos. Siendo el idioma japonés también básicamente monosilábico, los poetas nipones adoptaron la métrica china de versos con siete y cinco palabras (aunque con otras combinaciones).

            En la poesía china hay un gran número de ejemplos de poemas largos, algunos de corte narrativo. Y no está de más señalar que cultivaron la prosa poética.

            Basten por hoy estos cuantos datos, escritos con el pretexto de presentar los poemas breves de China.

Breves referencias sobre la poesía china.

El poeta chino sugiere sin decir del todo. Su método consiste en rendirse completamente a un estado de ánimo, hasta que ese estado de ánimo, esa emoción, se rinde a su vez al artista y le revela sus secretos; después, el silencio y trabajo incesante hasta conseguir una forma digna de expresarlo. El artista está perpetuamente tratando de arrebatar al tiempo el momento pasajero y construir un monumento al instante que se va. Por eso la apreciación de la poesía requiere quietud y calma para contemplar… El sabor del té es menos importante que su aroma, porque éste permanece y deleita. Los poemas chinos están llenos de aroma sutil, una fragancia [que sugiere algo], que nos deja su regusto cuando la canción ha terminado.

                                                                                      Luis Racionero.

                                                                                      Textos de estética taoista.

                                                                                      Alianza Editorial,  1983

Si no estudiáis poesía, no seréis capaces de hablar.

                                                                                    Kung Fu-tseu

                                                                                     [Confucio] (551-479 a. C.)

La poesía es el medio más eficaz para mover los corazones.

                                                                                      Po Chu Yi (772-846)

Los antiguos han dicho que la poesía es un cuadro sin formas visuales, y que la pintura es un poema con formas visuales… En mis horas de ocio, a menudo repaso la poesía de las dinastías Tsing y Tang, así como la moderna, y he encontrado que algunos de esos versos dan plena expresión a los pensamientos más íntimos del alma humana, y que describen vívidamente el escenario ante los ojos de los humanos.

            [La poesía es] concebir pensamientos excelentes e imaginar los sutiles sentimientos…

                                                                                     Kuo Hsi (pintor, 1020-1090)

Si deseas palabras poéticas sutiles, milagrosas; nunca te canses de la quietud ni del vacío: con la quietud entenderás los movimientos de innumerables cosas; y, con el vacío percibirás mil mundos.

                                                                                     Su Tung Po (1037-1101)

Escribir poesía es materializar el ki  [fuerza, energía, vigor vital], esto no se aprende sino que se adquiere cultivándolo. El maestro Mencio decía: “Yo sé cultivar mi abundancia de ki”; por eso ahora, al leer sus escritos encontramos profundidad y amplitud sólo comparables a su fuerza vital.

                                                                                       Su Che (1039-1112)

Los poetas de la dinastía Tang se basaban en los sentimientos de la inspiración, como el venado que toca con sus cuernos la maleza pero no deja rastros. Aquella milagrosa poesía fue de una luminosidad transparente que no se descompone; como el sonido en el aire, el color en la apariencia, la luna en el agua o cualquier imagen en el espejo. El poema está compuesto por un número determinado de palabras, pero su significado es infinito.

            …La poesía canta la emoción y la naturaleza de cada persona.

                                                                                        Yen Yü (1180-1235)

Para escribir poesía es necesario: la experiencia interior, emotiva; y la escena exterior, del mundo. Una sola de esas dos cosas no logra la poesía.

            …la poesía tiene un vigor esencial (ki) que es invisible e ilimitado.

                                                                                          Hsieh Chen (1495-1575)

Quienes saben escribir de verdad no pretenden hacer literatura.

                                                                                           Li Chi (1527-1602)

No hay más que dos principios esenciales en la poesía: en el primero están el estilo formal y el tono musical; y en el segundo, las imágenes inspiradas y el espíritu personal [del poeta]. Hay reglas a seguir en lo que toca al estilo formal, pero sobre las imágenes inspiradas y el estilo personal no hay ninguna norma.

                                                                                            Hu Yinglin (1551-1602)

La poesía es producto de una naturaleza personal, por eso hay que sacarla de la propia personalidad. Si sus palabras conmueven al corazón, si su color maravilla a la mirada, si su sabor complace al sentido del gusto y si su sonoridad deleita al oído, no hay duda de que se trata de buena poesía.

[…]

La poesía expresa en palabras el estado de ánimo. La entonación de las palabras dan lugar al canto. Las notas musicales siguen al canto. Las flautas entonadas armonizan con las notas.

[…]

La poesía es movimiento del corazón. Mientras permanece en el corazón es sólo un intento. Al ser articulada en palabras, se convierte en poema.

                                                                                                    Yuan Mei (1716-1798)

Al seguir este enlace, podrás descargar gratuitamente Los deseos del corazón. Poesía breve china desde nuestra Galería de Armas.

Para descargar el archivo, haga clic en la portada con el botón derecho del mouse y elija la opción “Guardar destino como” (Internet Explorer) o “Guardar enlace como” (Firefox). Para leerlo, se requiere el programa Adobe Reader. Si no lo tiene instalado, haga clic aquí.

galeria_poesiabrevedechina

Los deseos del corazón. Poesía breve de China
Selección/traducción de José Vicente Anaya

También puedes leer