Muestra de poesía canaria. Parte I

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Presentamos la primera de cuatro partes de un dossier de poesía canaria preparada por el poeta y traductor español Mario Domínguez Parra. Este dossier reúne la poesía de autores nacidos entre 1964 y 1992: Alicia Llarena, Daniel Bernál Suárez, Miguel Pérez Alvarado, Miguel Ángel Galindo, Yaiza Martínez, Pedro Flores, Ana Pérez Cañamares y Covadonga García Fierro. Imperdible este dossier para ser contemporáneos de los poetas de nuestra lengua.

 

 

 

 

 

 

DOSSIER DE POESÍA CANARIA I

 

Con este dossier pretendo cumplir dos objetivos.

 

El primero es dar a conocer a los lectores y las lectoras de Círculo de poesía una muestra de la poesía que se escribe en las Islas Canarias actualmente. Existe ya una gran tradición de poetas extraordinarios, de la que no hablaré: primero, porque otros lo han hecho mejor de lo que yo lo podría hacer; segundo, porque es el turno de los poetas más jóvenes y de los que no han tenido ocasión de salir editorialmente (excepto algunos casos concretos) de las islas.

 

El segundo objetivo, a largo plazo, es una antología de poesía canaria traducida al inglés. Un editor y traductor austríaco y yo tenemos en mente ese proyecto desde hace tiempo. Si al final, dicho editor y traductor no puede proseguir, intentaré hacerlo yo solo. De Miguel Ángel Galindo y Roberto García de Mesa ya he traducido poemas y (en el caso del segundo) obras de teatro. Hay un tercer poeta, Miguel Ángel Alonso, del cual estoy traduciendo una serie de poemas. Mi intención es tomar este dossier como base de la antología.

 

También quiero expresar mi desacuerdo con una reciente antología de poesía canaria, que pretende (y no lo consigue) ser exhaustiva. Me refiero a la tercera parte (Poesía canaria actual (a partir de 1980), Santa Cruz de Tenerife, Ediciones Idea, Colección Letras Insulares, 2010) de la antología de poesía canaria llevada a cabo por el poeta y crítico literario Miguel Martinón (1945). Y no lo consigue porque es conscientemente parcial: él mismo lo dijo en una entrevista que le hizo el periodista y escritor Eduardo García Rojas. Reproduzco algunas de sus palabras:

 

“Ya realizada esta tarea digamos que objetiva aunque la objetividad no sea absoluta, confieso que a mí me interesan más unos autores en esta poesía actual en la que se detecta bastantes tendencias. Tendencias, insisto, en las que yo ya había mostrado mis preferencias por algunos de estos poetas actuales en mi libro de ensayo Círculo de esta luz, donde analizo a cuatro de ellos: Melchor López, Alejandro Krawietz, Francisco León y Rafael-José Díaz. Es decir, que me siento más identificado con esta tendencia de poesía que cultivan”.

 

Y no sólo se siente más identificado, sino que lo refleja en el número de páginas que dedica a algunos de los poetas que siguen consciente y felizmente la estela de Andrés Sánchez Robayna (algunos, no todos, del grupo Paradiso y otros más jóvenes), número de páginas que no se molesta en dedicar a otros poetas igualmente interesantes y que no están relacionados con ese grupo. Por eso, en su momento, llamé a esta tercera parte de la antología de poesía canaria Paradisíacos y Paralipómena. El mismo Martinón, a su edad, sigue la estela intelectual del autor de Palmas sobre la losa fría: en este sentido, el título de un libro de poemas de Martinón, A la sombra de tu nombre, me parece muy apropiado. Y hay lectores y lectoras de poesía de Canarias que conocen esta afinidad. Me parece que no soy el único.

 

Es por ello que he decidido no pedir poemas de algunos de los poetas paradisíacos (o petreocélicos, que me parece un término más exacto, ya que algunos forman parte de la comisión editorial de la revista Piedra y Cielo) que aparecen representados en la antología de Martinón, porque su escritura es muy similar a la de los mejores poetas de ese grupo y sus epígonos (pero no tan buena). Me refiero a poetas como Alejandro Krawietz, Alejandro Rodríguez-Refojo o Isidro Hernández, que en mi opinión no tienen la calidad de Rafael-José Díaz, Francisco León, Goretti Ramírez, Melchor López o Sergio Barreto. Lo que ocurre es que el antólogo que escribe depende de que los cuatro últimos poetas mencionados les envíen sus textos, para que el dossier quede lo más completo posible.

 

Por tanto, y aprovechando la oportunidad que me brinda Alí Calderón y la revista Círculo de poesía, ofrezco aquí una muestra de poesía canaria en igualdad de oportunidades: dos poemas por poeta, tal fue la propuesta del propio Calderón.

 

Mario Domínguez Parra

 

 

 

*

Alicia Llarena

 

Alicia Llarena (Mogán, Gran Canaria, 1964) es autora de los poemarios Fauna para el olvido (Madrid, 1997; Premio Internacional de Poesía Ciudad de Santa Cruz de La Palma en 1995), El arte de las flores secas (Tenerife, 2010) y del libro de relatos Impresiones de un arquero (Islas Canarias, 1991). Ha participado con poemas y relatos en antologías y volúmenes colectivos como Ilimitada voz. Antología de poetas españolas 1940-2002 (Cádiz, 2003); Cuentos de la Atlántida. Antología del cuento canario actual (Madrid, 2004); Canarias. Kanarisches Lesebuch (Tübingen, Konkursbuch, 2005); Rojo sobre negro. 17 relatos criminales (Las Palmas de Gran Canaria, 2007); 2.050 km. de palabras. Antología de relatos vasco-canaria (Tenerife, 2008) o De la saudade a la magua. Antología de relatos luso-canaria (Tenerife, 2009) entre otros. Poeta invitada en Festivales y encuentros Internacionales de Poesía celebrados en Canarias y México, ha participado también con sus textos en exposiciones y libros de arte colectivos: “Proyecto de Arte Meridiart” (El Hierro, 2005; Las Palmas de Gran Canaria, 2007), “La otra ciudad” (Las Palmas de Gran Canaria, 2007). “El ojo narrativo 2” (2009). En la actualidad es Catedrática de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (Más información en www.aliciallarena.com)

 

Del libro Fauna para el olvido

 

 

IX

 

La naturaleza, amor, está llena de mensajes.

Hoy es el día en que partimos

hacia la profunda soledad

de todo infierno, desnudos, inocentes.

Lo dice el aire, cuya rareza

acompaña este abandono;

la luna, que esta noche

ha empezado a decrecer.

 

Habremos de marcharnos, ignorantes de todo:

tú, de ciertas dimensiones

cuya miel transparente

no has llegado a probar.

Yo, igual que un ciervo reconoce

en la naturaleza infinita

de las plantas

aquéllas que son sanas,

y a pesar de su hambre

se aleja presuroso

de las jugosas formas del veneno.

 

 

Del libro El arte de las flores secas

 

 

EL ARTE DE LAS FLORES SECAS

 

I

 

Quién dijo que todo está perdido.

Aún podemos deshojar

la minúscula selva del afecto,

arrancarle sus pétalos

y dejarlos morir,

para que el tiempo los redima

con su pátina.

 

II

 

Será preciso esperar a la caída de la tarde:

a esas horas las flores se despojan

de su fuerza, y la savia es apenas

una débil señal entre sus tallos.

Así podremos arrancarlas de raíz

y sacudirle los últimos vestigios de la tierra

sin que opongan resistencia.

 

III

 

Luego basta extenderlas con destreza

sobre la fina superficie de un cristal

y con la misma maestría

aplicar el barniz que acentúe su prestancia

y escoger la madera que enmarque para siempre

la reunión perturbada de emociones marchitas.

 

IV

 

Es el arte de tratar un desenlace

con el mayor refinamiento.

 

 

 

 

*

 

 

Ana Pérez Cañamares

 


Ana Pérez Cañamares (1968) ha publicado el libro de relatos En días idénticos a nubes y los poemarios La alambrada de mi boca y Alfabeto de cicatrices, en la editorial Baile del Sol. Sus relatos y poemas aparecen en antologías como Por favor sea breve (Páginas de Espuma), Resaca/Hank Over (Mondadori), Bukowski Club Jam Session de Poesía 06-08 (Ed. Escalera), 23 Pandoras (Baile del Sol) o La manera de recogerse el pelo (Bartleby), entre otras muchas. Ha sido la ganadora de la quinta edición del Premio Blas de Otero, en 2012. Es administradora del blog El alma disponible.

 

 

 

esto es una guerra

 

Con la vida se paga el espectáculo

que no es circo ni drama ni comedia.

Los actores nos escupen las palabras

y sin orden intercambian sus papeles.

Sólo queda abrirle al maquillaje

surcos para las lágrimas;

escribir en los párpados cómplice

y luego arrancar pestañas y letras.

Uno a uno afilarse los dedos

y empuñar las garras que pujan

por escapar del disfraz.

 

Por último, volverse al patio de butacas

-el público tiene mi rostro

y mi rostro es una careta rota-

y gritar, gritar, gritar:

si hay muertos, esto no es teatro.

Cuando hay muertos, es una guerra.

 

 

 

 

 

GENERACIONES

 

Antes de morir, mi madre dijo mamá, ven

mientras me miraba sin verme;

yo dije mamá, quédate

abrazando su cuerpo diminuto

envuelto en pañales y olor a talco;

mi hija dijo mamá, no llores

y me acarició la cabeza consolándome.

 

Cuando mama murió, durante unos segundos

no tuvimos muy claros los lazos  que nos unían

no supimos quién se había ido

y quién se había quedado

ni en qué momento de nuestras vidas

estábamos viviendo

o muriendo.


 

 

*

Pedro Flores

 

 

 

Pedro Flores (Las Palmas de Gran Canaria, 1968) ha publicado los libros de poesía Simple Condicional (Las Palmas, 1994), Memorial del olvido (Las Palmas, 1996), La vida en ello (Fuerteventura, 1997), Nunca prendimos París (Las Palmas, 1998), El complejo ejercicio del delirio (Las Palmas, 1998), El ocio fértil (Madrid, 1998), La poética del fakir (Tenerife, 1999), Diario del hombre lobo (Las Palmas, 2000), Con la vida en los talones. Antología poética 1992-2002 (Tenerife, 2002), Al remoto país donde sonríes (Tenerife, 2005), En los planes de nadie (Las Palmas, 2006), Memorias del herrero de Nod (Lanzarote), Al este del desdén (Santa Lucía, Gran Canaria,), Preparativos para la conquista de Brunei (Valladolid), La poesía debe ser como la bala que mató a Kennedy (Madrid), El último gancho de Kid Fracaso (Las Palmas) y Donde príncipes y bestias (Granada, 2012).

 

 

 

 

AUNQUE PAREZCA OTRA ELEGÍA A PAVESE ÉSTE ES UN POEMA A TUS OJOS

 

alguien fue herido

hace mucho tiempo

      Cesare Pavese  

 

Demasiado se ha escrito sobre aquella jornada,

aquel hotel, las dieciséis pastillitas no se sabe

si engullidas de golpe o una a una;

la muerte se desconoce si trasegada de un solo amargo sorbo

o si dedicó cada estocada de veneno a una pena, a un desamor,

si las tomó como un crío toma las cucharadas de sopa:

ésta para mamá, ésta para tal ingratitud, ésta para cual traición…

Demasiado se ha recreado luego aquel verso afortunado,

el que habla de la muerte y de los ojos de alguien,

los ojos amados, ojos como pastillitas amarillas.

Se ha jugado con ese verso terrible

como un niño juega con la pistola cargada del padre

olvidada como a veces se olvida la muerte,

como se olvida alguien de tomarse sus pastillas.

La muerte ha venido desde entonces con ojos de todos los colores,

con ojos de todos los desdenes,

han venido ojos con otros ojos dentro,

muertes con ojos de perro fumando en pipa,

pastillas con ojos que te exploran por dentro

mientras caen al fondo de un poema olvidado en un hotel.

Pero qué verso, Pavese, que verso ten bello y tan amargo.

A mí

(cómo sustraerse a una nueva vuelta de tuerca,

a seguir exprimiendo a ese muerto, sus párpados,

su muerte con ojeras, sus gafas redondas como pastillas),

a mí lo que de verdad me asusta de la muerte,

venga o no tragando pastillas y fumando en pipa,

lo que de verdad me atormenta es

que  cuando venga la muerte

no tenga, amor, tus ojos.

 

 

 

 

 

 

RELACIONES Y EPITAFIO DE GASTON BAQUERO

Era el esclavo preferido de Nefertiti.

Era el médico de las estatuas quemadas por la luna.

Era el vigía de Marcel Proust en la bahía de Corinto.

Era el hermano negro de Stéphane Mallarmé.

Era el coreógrafo de Manuela Sáenz y Giuseppe Garibaldi.

Era el que hacía llover bajo el paraguas de Vallejo.

Era el mezclador de colores de Alberto Durero.

Era el afinador de claves de Juan Sebastian Bach.

Era el depositario de la roja peluca de Vivaldi.

Era el que llevaba naranjas a Walterio Whitman.

Era el compañero de pintas de Dylan Thomas.

No nació en Cuba: nació en un sueño de Saúl sobre la espada.

 

Y con todo eso, otro día, ichas!,

en medio del sucedáneo de primavera de Madrid

cayó de su chaleco aquella ceiba invisible,

y aquí yace cubierto por las borras del café,

náufrago inocente en la arena del destierro,

aquí yace, Gastón Baquero.

 

 

 

*

Miguel Ángel Galindo

 

 

Miguel Ángel Galindo (Tenerife, 1973), poeta y ensayista, es autor de los siguientes libros: Caballos eróticos. Editorial Pilar Rey. La Palma. 1992; Batir la tierra. Colección Nuevas Escrituras Canarias. Nº 25. SOCAEM. Las Palmas de Gran Canaria. 1993; Cementerio de Animales. CIJ. Puerto de La Cruz. Tenerife. 1993; Animales curvos. Editorial El Sureño. Tenerife. 1995; Los Castigadores. Colección Mínimum. Islas Canarias. 1998; Raíl sobre fondo negro de Chicago. Editorial Pilar Rey. La Palma. 1998; Frozen Dove Hotel. Editorial Baile del Sol. Islas Canarias. 2000; Hécate. Editorial Pilar Rey. La Palma. 2000; Satélites de Vaticie. Ediciones Bromera. Valencia. 2000; Fabricando Hormigas. Editorial Benchomo. Islas Canarias. 2001; Poema Sucio. Editorial Baile del Sol. Islas Canarias. 2004; Allevatio. Edición KA. Ayuntamiento de San Miguel de Abona. Tenerife. 2006; La carne & los lirios. Ediciones Idea. Islas Canarias. 2007.

 

Su último libro, Rising Sun, permanece de momento inédito. Estoy a punto de finalizar su traducción al inglés, con vistas a publicar una edición bilingüe en un país anglófono.

 

 

Poemas del libro inédito Apolonia en llamas (2013).

 

 

 

 

 

Lugares

 

Nada

Puede pasarnos si hoy quemas mis manos en el lleco

En la nube que gaya a las afueras de las ánimas, seca

Los desenterramientos de Querol

Nube transmontana, lenta, bojeada al cielo inútil de mí

Curandero que te mira & se hace viejo mirándote

En las manos partidas, en el polvo

En el avellano que arde & calla la reciura.

 

Hoy eres guarida del piensador de ángeles jurados

Sin lugar, eres.

 

Nada

Brillará en los cielos si obscureciésemos sin destino

Sin palabras

Que espulguen el mal de amor de esta pobreza que somos

Casa en silencio, hoguera sin umbral

Falce edrando el corazón a garras, en carne viva de ayer

Cabila & luz ausente, sien en el mar, mar, mar, mar, mar

Mar de piedras, alambrera, pastor de Apolonio o mar.

 

Quédate a dormir en el mar, en mí

Diamanta mi rezo, tantas horas desfalcando cuerpos al alma.

 

Nada

Nos robará la luz del taita, remirada estrella

Buril de oro es tu precio, tu humedad

Razzia del furo & de los malditos

Que te dieron de comer placeres

Entrará en ti el pálido olor de mis lobos

Dulces serán las hazalejas que derramaré a tu alrededor

Dulce seré yo, el menor de tus mercados

El más sucio de tus pesebres, tu puñal en la camena, tu segur

Tu desesperada oración junto a las vírgenes de Idadán.

 

Nada

Aire intérlope eres

Mi leche se derrama en tus altares

Arden todos tus cuerpos

Tus nombres expugnan a Mélièis atado, merado de pies

Tu leñame llora un exterminio: te recuerdo

En el paredón pero me salvas

Me desnudo & me salvas

Este maldito poema es lo único que sé hacer en ti, ante ti

Porque no sé llorar ruinas

Ni siquiera sé aliviar a quienes hoy han venido al templo

Buscando tierra para sus difuntos.

 

Nada

Nada.

 

 

 

 

 

Nomparell

 

Ocúltame la verdad

Vela

A los inultos que desaparecieron en el naranjal de posguerra Medersa que es un sueño que no es tu sueño

Hasta cuándo

Tu voz rebuscando en la metralla un futuro de ayer.

 

Brinda con masvale ante el obsceno altar de Crisipo

Dalla la reseda & líbranos del mal & de su olor a cotonías

Hereda a los fieles que parieron la bala-luz de la eventración.

Alivia la dichosa pápula, las angelologías garfas

Levanta piedras en honor a la mujerzuela de las pravianas

Sella mis labios con muertes de fábrica & en la fábrica.

 

Vísteme con luciente binzas de isla & adicción

Tempera a quienes temen tus enseñanzas del fin

Reparte a varón el pan de las dulces escocías.

 

Usurpa las tumbas borradas por los últimos nombres

Comercia con mis huesos porque te di todo lo que soy

Lo que seré.

Nunca reces a solas en la posada de Panero

Diplopía de la bestia

Desnúdame en tu lecho de alúas

Calla la vida que fenezca por amor.

 

Júrame que lo harás

Maldita noche de pobre en los pobres

Júramelo aunque no pueda escucharte

Júramelo porque estoy ciego.

 

El nomparell es inculpación brillando en la obscuridad

Racima, nadir & estafermo de la virtud

Noche que quieres que te penetre con una estela

Que apareciste, luz de jaguar o Paradiso o nunca

Poesía en el silencio de las bóvedas o nunca un incendio

Escritura, templo, tinta, mentira

Poema que no he escrito

Poema en el que han muerto todas mis horas de tierra

Poema que rezo

Poema por el que eres capaz de matar

Poema

Cántico en el que vives

Ocultándome la verdad.

 

 

 

 

*

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Yaiza Martínez (Las Palmas de Gran Canaria, España, 1973) es Licenciada en Filología Hispánica por la UCM. Ha trabajado como periodista, traductora y profesora de escritura creativa y de español para extranjeros. Actualmente, es redactora-jefe de la revista Tendencias21 (www.tendencias21.net). Ha publicado los poemarios Rumia Lilith, (Ateneo Obrero de Gijón, 2002), El hogar de los animales Ada (Devenir, 2007), Agua (Idea, 2008), Siete-Los perros del cielo (Leteo, 2010) y Caoscopia (Colección Once, Editorial Amargord, 2012).  También es autora de una novela, Las mujeres solubles (Lulu.com, 2008). Ha sido incluida en la antología de poesía Poetas en blanco y negro. Contemporáneos (Abada Editores, 2006); en la antología de relato breve Tripulantes (Editorial Eclipsados, 2007); en la Antología de Poesía Iberoamericana Contemporánea en Griego de Vakxikon (2013); y en los libros conjuntos Por donde pasa la poesía (Baile del Sol, 2011); La voz de la ciencia (PIAS Spain, 2012) y Los colores del conocimiento (Lola Books, 2013).

 

 

Dos poemas de Caoscopia (Amargord, 2012):

 

 

encontraste la veta brillante en la esteatita por los rezos secretos

de partición

 

murmurando de espaldas al hombre

 

en el cuarto en penumbra

 

conociste las más blancas verdades

 

 

abajo-

las voces de las niñas escalaban con sus corchetes los muros del

patio

 

 

resultaba imposible navegar en esta melodía,

contra uno: padre y patrón (52)

 

 

arriba-

 

hiperestructura nubosa cuya verdad la nada no niega,

por no ser nada

 

 

y volver tristemente cabeza gacha (54) sin riquezas acumuladas

al antro mismo de la partida

 

 

 

 

 

 

(52) Quedará siempre por expresar el amor que profesaba a su propio carcelero.

Tramposa, introdujo dos dedos en la granada. Así esperaba que la llevaras

al fondo, hasta el campo folicular, confín de luz, límite de nombre, la

existencia. Cada primavera sale de nuevo al aire, los pechos prendidos de

crías. El florecido campo canta su historia de luz y enterramiento (53)

 

(53) Se escuchaban de este a oeste las canciones del agua circulando sobre

rostros cadavéricos – así era honrar lo desaparecido, por su transformación

en nuevas formas, dijo la Madre

 

(54) Con uno de los cuernos o ambos inclinados hacia abajo, muy enfrenada,

con el hocico muy metido al pecho

 

 

 

 

 

ayer vino la luz,

flota en el pentagrama del árbol

con cinco lenguas ocultas por la labor

avariciosa

 

 

el texto del mundo

reza (61)

 

 

será llano el camino

 

 

 

 

 

(61) Escucha la música y sostiene entre los brazos acequias circulares, brillantes,

de ojos infantiles. Desde el dirigible, percibe la orografía sonora:

todo parece liso, las dificultades se erizan como simples manchas. Pies de

barro, tobillos alados, naturaleza arbórea: con peana en la tierra, no aleja la

luz (62)

 

(62) Bajo ella, las formas reiteradas son posibilidad y mandamiento. La alfombra

de la realidad (63) que tanto ensancha como condena: fila de dientes

para alimentación, butacas para asistencia, muros escritos hasta el ocho

tumbado, con idénticos versos triangulares

 

(63) Vertamos en el interior de los bordes lo que no existe transparente,

para amar a fondo lo poseído

 

 

 

*

Miguel Pérez Alvarado

 

 

Miguel Pérez Alvarado (Las Palmas de Gran Canaria, 1979) ha publicado los poemarios Teoría de la luz (Ediciones del Cabildo de Gran Canaria, 2001), Premio de Poesía Tomás Morales, y Levantado templo (Cíclope Editores, 2011). En Hilo de tres puntas (Ediciones Idea, 2009) se recogen sus conversaciones con el escritor Jorge Rodríguez Padrón y en Abordajes seguido de Ritmo (Ediciones Idea, 2011) se pone en diálogo intenso su escritura fragmentaria con la de Iker Martínez. En el arar la mar (Léucade, 2012) reúne una selección de sus textos en torno al viaje y la escritura canaria. También ha colaborado esporádicamente en diversas publicaciones periódicas: La Plazuela de las Letras, Calibán, 2C-La Opinión de Tenerife, Revista Kafka, Cuadernos del matemático, ABC-Cultural… Una selección de sus escrituras puede leerse en su web personal: http://www.miguelperezalvarado.com

 

 

 

Di qué cardón

no crecí para darte testimonio del barranco que arde;

 

en las laderas qué tierra

no rueda a borbotones de tu boca

deshilándote, hilándote

al paisaje en que vagas.

 

Di qué flor de retama

fue calco y menos cierta que tu sangre.

 

 

De Levantado templo

(Cíclope Editores, 2011)

 

 

 

 

En medio de la noche, la sombra de los árboles

hospeda

el corazón que dejé atrás

para pira donde arda

en luz devuelta

la sangre última.

 

Si cayó el cuerpo y floreció

en sus trozos dispersos,

si cada herida hizo suyos sus riscos,

si el sol te desencalló del tiempo,

y en la memoria ves brillar entonces

la sombra de los árboles

entonces en medio de la noche

entonces el corazón iluminado.

 

 

De Ala y sal

(poemario inédito)

 

 

*

Daniel Bernal Suárez

 

 

Daniel Bernal Suárez (1984), cursa estudios de Ciencias Biológicas por la Universidad de La Laguna. Ha recibido algunos premios literarios en certámenes como: Cruzarte, Félix Francisco Casanova, Ciudad de Tacoronte (2008) y Premio Internacional de Poesía Luis Feria (2011). Poemas suyos han aparecido en las revistas literarias Letralia, Destiempos, Enfocarte e Isla negra. Colabora con el Colectivo Artes y Letras en el desarrollo del Encuentro Internacional Tres Orillas. Es director de la revista de creación literaria y crítica La Salamandra Ebria. Ejerce la crítica literaria en diversos medios y es coordinador del ciclo Cartografía Poética en la Librería de Mujeres de Canarias. Ha publicado los poemarios Escolio con fuselaje estival y Corporeidad. Acaba de obtener el Premio de Poesía Pedro García Cabrera por su libro El tiempo de los lémures.

 

 

Alumbramiento

 

¿Anhela el rayo una morfología de leche? Su silueta de durazno crece en mis entrañas. En la víspera del alumbramiento vuelan en semicírculo los signos breves: el cielo, inmóvil, señala sílabas ardiendo.

 

(Del poemario Corporeidad)

 

 

 

 

 

 

Tebet

 

Nuevas formas

                    de laboratorio

escancian parsimoniosamente

germinaciones distantes

vidrios oscuros que sin duda sonríen

en el hervor

                   una gota de agua aúlla

en su sueño

histórico recrea

                       Reverdece

una brasa del designio

                               y la anécdota fluvial del ojo

Canta

 

 

(Del poemario Los tallos oculares)

 

 

 

 

*

Covadonga García Fierro

 

 

Covadonga García Fierro (1992) reside en Tenerife y es estudiante de Grado en español. Lengua y literatura en la Universidad de La Laguna (Promoción 2010-2014). Textos suyos aparecen en la antología de Anroart Ediciones Canarias Escribe Canarias II (2010). Además, ha resultado ganadora del Certamen de Cartas de Amor de Adeje en las ediciones de 2011 y 2012 y ha sido galardonada con la distinción honorífica Joven Valor de Adeje. En 2013, ha recibido el Premio Dulce María Loynaz de Poesía con el poemario Cuando la lluvia es bolero; y ha participado en la Semana Cultural Canaria en Castilla La Mancha. Es colaboradora de las revistas Summa Ars, Papirucucus.com y Lunula, así como del Suplemento Cultural El Perseguidor. Metáforas y otros efectos (Ediciones Aguere y Ediciones Idea, 2012) es su primer libro, una recopilación de poemas y reflexiones en prosa. Participa en la trilogía de microrrelatos Somos solidarios (Ediciones Idea, 2013) con tres textos: “Madrugada de agosto” (en Minitextos comprometidos), “¿Épocas?” (en Minitextos para sonreír) y “Recuerdos náufragos” (en Minitextos de amor y lujuria). Actualmente, escribe su segundo poemario, Almario, que verá la luz en 2014 con Ediciones La Palma.

 

 

 

POÉTICA

 

 

[Poema a la vida]

Cabellos blancos los de mi madre

Las calles de tu vientre

son las cuatro paredes de mi hogar.

[Poema al amor]

Adoro

Un poema es una estancia luminosa

donde habita el nudo de tus pestañas.

En él, la palabra se desnuda

y cobra la forma de tu cuerpo.

Adoro tu belleza muda.

Adoro el paréntesis de tu sonrisa

y los puntos suspensivos que nacen en tu piel.

Adoro cuando me besas

y tu boca queda dentro de la mía,

y tu voz se apaga,

dormida en mi garganta.

 

 

 

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