Olmo de Sylvia Plath

Presentamos un texto de Sylvia Plath (1932-1963) paradigmática poeta y narradora norteamericana, fundamental para el imaginario de la literatura del siglo XX. Es una de las iniciadoras del movimiento de la poesía confesional en Estados Unidos junto con Anne Sexton y Robert Lowell. Tras su suicidio, Ted Hughes, su esposo, se encargó de editar su Poesía completa.  La traducción corre a cargo de la poeta y narradora argentina Yanina Audisio (Río Cuarto, Córdoba, Argentina, 1983).

 

 

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Olmo

 

 

Conozco el fondo, dice. Lo conozco con mi honda raíz primaria;

Es lo que temes.

Yo no le temo: Ya he estado allí.

 

¿Es el mar lo que oyes en mí?

¿Sus aflicciones?

¿O la voz de la nada, que fue tu locura?

 

El amor es una sombra.

Cómo te arrastras y lloras después.

Escucha: estos son sus cascos, ha partido como un caballo.

 

Toda la noche cabalgaré así, irrefrenable,

Hasta que tu cabeza sea una piedra, tu almohada un puñado de hierba

Retumbando, retumbando.

 

¿O debería traerte el sonido del veneno?

Ahora es la lluvia, el gran silencio.

Y éste su fruto: hojalata blanca, como arsénico.

 

He padecido la atrocidad de los ocasos.

Quemados hasta la raíz

Mis rojos filamentos arden y persisten, un manojo de alambres.

 

Ahora me rompo en pedazos que vuelan como estacas.

Un viento de tal violencia

No tolerará la quietud: debo aullar.

 

La luna, también, es despiadada: me arrastraría

Con crueldad, siendo estéril.

Su resplandor me destruye. O quizás la he capturado.

 

La dejo ir. La dejo ir

Menguada y plana, como después de una cirugía mayor.

Cómo me poseen tus pesadillas y me alimentan.

 

Estoy habitada por un grito.

Nocturno, se agita

Buscando, con sus garfios, algo para amar.

 

Me espanta esa cosa oscura

Que duerme en mí;

Todo el día siento, como plumas, su rodeo suave, su malicia.

 

Las nubes pasan y se disipan.

¿Son aquellos los rostros del amor, pálidos, irrecuperables?

¿Por ellos mi corazón se inquieta?

 

No sé más.

¿Qué es esto, este rostro

Asesino en su ahogo de ramas?

 

Su acritud de serpiente besa.

Petrifica el arrojo. Estas son las solitarias, lentas faltas

Que matan, que matan, que matan.

 

 

 

 

 

Elm

 

I know the bottom, she says. I know it with my great tap root;

It is what you fear.

I do not fear it: I have been there.

 

Is it the sea you hear in me,

Its dissatisfactions?

Or the voice of nothing, that was you madness?

 

Love is a shadow.

How you lie and cry after it.

Listen: these are its hooves: it has gone off, like a horse.

 

All night I shall gallup thus, impetuously,

Till your head is a stone, your pillow a little turf,

Echoing, echoing.

 

Or shall I bring you the sound of poisons?

This is rain now, the big hush.

And this is the fruit of it: tin white, like arsenic.

 

I have suffered the atrocity of sunsets.

Scorched to the root

My red filaments burn and stand, a hand of wires.

 

Now I break up in pieces that fly about like clubs.

A wind of such violence

Will tolerate no bystanding: I must shriek.

 

The moon, also, is merciless: she would drag me

Cruelly, being barren.

Her radiance scathes me. Or perhaps I have caught her.

 

I let her go. I let her go

Diminished and flat, as after radical surgery.

How your bad dreams possess and endow me.

 

I am inhabited by a cry.

Nightly it flaps out

Looking, with its hooks, for something to love.

 

I am terrified by this dark thing

That sleeps in me;

All day I feel its soft, feathery turnings, its malignity.

 

Clouds pass and disperse.

Are those the faces of love, those pale irretrevables?

Is it for such I agitate my heart?

 

I am incapable of more knowledge.

What is this, this face

So murderous in its strangle of branches?–

 

Its snaky acids kiss.

It petrifies the will. These are the isolate, slow faults

That kill, that kill, that kill.

 

 

 

 

Datos vitales

Yanina Audisio (Río Cuarto, Córdoba, Argentina, 1983). Es Licenciada en Psicología y Magíster en Salud Pública. Escribe poesía y narrativa. Recientemente publicó el poemario “La noche en los perros” (Expreso Nova Ediciones, Buenos Aires, 2013). Realiza traducciones de poesía en lengua inglesa y corrige textos literarios. Colabora con diversas páginas y blogs de literatura. Coordina el grupo Las Puntas del Clavo en Buenos Aires, que organiza presentaciones literarias con recurso a lo teatral y audiovisual. Su poemario “La boca y su testigo”, de próxima edición, ha sido premiado en el 7mo Concurso de Cuento y Poesía “Adolfo Bioy Casares”, organizado por la Municipalidad de Las Flores, Provincia de Buenos Aires.

Mail: audisioyanina@hotmail.com

Blog: puntasdelclavo.blogspot.com.ar

 

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