Hablar sombras de Mario Bojórquez: misterio y revelación

En esta ocasión presentamos un esclarecedor texto de Mijail Lamas (Culiacán, 1979) sobre Hablar sombras, el más reciente trabajo del poeta mexicano Mario Bojórquez, una de las voces más potentes del escenario poético actual. Hablar sombras fue publicado por Andraval Ediciones en su colección Punto Luminoso.

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Hablar sombras, misterio y revelación

por Mijail Lamas

Hablar sombras representa un giro hacia una tonalidad distinta, en el ya de por sí múltiple catálogo de tonalidades y temáticas, en la obra poética de Mario Bojórquez.

Si bien el uso de la silva castellana, ya característico en la poesía del autor, la encontramos también en este libro, hay una mayor concentración expresiva en la elaboración de los poemas que recuerda por momentos algunos pasajes de Pájaros sueltos y Pretzels.

Libro de madurez, no por ser el más reciente trabajo publicado por el autor, sino por su dilatada construcción y cuidada realización. Algunos de los textos que aquí encontramos datan del tiempo de Pájaros sueltos (1994), otros como los poemas de “De ciertos desiertos” corresponden a El alto sol enrojece los músculos de aire de 2005, otros más son de elaboración actual.

La novedad de Hablar sombras radica en la manera en que el poeta aborda el tema del camino iniciático, ese permite transitar la senda de las correspondencias baudelerianas, donde los elementos de la naturaleza dialogan, dejando entrever su esencia, pero sólo para el lector atento.

Para recorrer esta senda iniciática el poeta debe restituir el tiempo arquetípico, tiempo en el que el pasado está en constante regreso, y donde el poeta, por mediación de su palabra, va a instaurar los ritos que traen de regreso ese pasado, como lo afirma Paz en Los hijos del limo: “está presente siempre, ya que regresa en el rito y en la fiesta (…) no es lo que pasó una vez, sino lo que está pasando siempre; es un presente”:

Para ti

la hermosa flor de los días

la indescifrable continuidad del tiempo

para mí

Tus ojos entre la ceniza del pasado

abriendo significados postergables

tus ojos entre las llamas del presente

señalando el final de mi camino.

Este tiempo arquetípico se opone al tiempo lineal de la historia donde todo caduca:

Hay un lenguaje que las almas entienden

<<Siempre nunca mañana ayer>>

también está la historia.

Así como en Contradanza de pie y de barro, los versos de Miguel Hernandez le sirven a Mario Bojórquez de motivo para el desarrollo del poema, en Hablar sombras hay dos motivaciones: por un lado el verso del poeta alemán Paul Celán “Verdad habla quien sombras habla” y el poema “Gymnopedia” de Yorgos Seferis. En ambos poemas radica una condición esencial de la poesía moderna, la proyección de una voz que se desprende como una sombra de lo precario, y en esa falta de concreción del mundo, el poeta pugna por regresar a la palabra sus poderes reveladores:

“… en la palabra misma está directamente presente lo que <<sombras>> significa: esa palabra rotunda que, sin embargo, hace siempre presente el objeto que proyecta la sombra”. Hans-Gerog Gadamer

El poeta pues habla sombras, convoca la visión que da forma a las figuras y da estructura a las imágenes. La visión no es todavía el poema, la visión es apenas un cúmulo de correspondencias, esas de las que hacíamos referencia antes, cuya manifestación simultánea es sacada del caos para tomar forma y orden, un orden singular, el del poema.

Hablar desde la sombra, ser la sombra;

el fluido veloz donde lo oscuro

se crece ya sin cuerpo, dominado.

Hablar contra la sombra de lo dicho,

volver desde la sombra del desvelo;

subir tan alto, tan hondo, tan sin tiempo,

que un regreso feroz no sea preciso.

 El contexto grecolatino actualiza los mitos y reanima, en un tiempo de incertidumbres, la posibilidad de una verdad más honda y reveladora a través del viejo oficio de la palabra:

Más allá de lo visto

se abrían las manos del futuro

más allá de lo oído

nuestros nombres giraban los ritmos del amor.

Cada uno de los poemas de Hablar sombras es una estación en el camino del iniciado, donde los misterios del amor son también los de la poesía.

Fui contando las piedras del camino

una por una

todas

La piedra más alta

era la nube de tu sueño

el hueco de tu sueño

Yo lo supe

y fui contando las veces que el amor

nos abrió las puertas del destino.

En este libro aparece el desierto que es a la vez un lugar de desolación y exilio, así como el lugar de la revelación. Es el paso necesario a la tierra prometida, como lo afirma Ester Seligson: “la escritura es la única Tierra Prometida que le espera al escritor, y el Libro la única ciudad santa que le da cobijo”.

En ese transcurso por el desierto, el poeta, voz de la tribu, inventa los rituales:

yo fui el primero en alzar los pies en una danza

luego todo el círculo giraba con el sol

<<es el desierto lo que nos mueve>> -dije

y la música sonaba más fuerte en nuestros cuerpos.

Los poemas como oráculos, lanzan su adivinanza, la restitución del tiempo arquetípico plantea una crítica al tiempo histórico de la modernidad y al tiempo fragmentario y discontinuo de la posmodernidad.

Para lograr ver esa luz negra, ese conocimiento ancestral y cíclico, que pervive en la verdadera poesía, el poeta alza la voz y habla sombras.

Concluyo afirmando que la paciente confección, el equilibrio temático, así como el pulimento expresivo de cada uno de los poemas, hace de Hablar sombras uno de los más perfectos trabajos de Mario Bojórquez.

Datos vitales

Mijail Lamas es poeta, traductor y crítico. Nació en Culiacán, Sinaloa, el 22 de febrero de 1979. Ha publicado los libros de poemas Contraverano (2007), Cuaderno de Tyler Durden seguido de Fundación de la casa (2008) y Un recuento Parcial de los Incendios, selección de poemas(2009), Trevas.Canción del navegante de sí mismo (2013). Obtuvo el accésit del XXVII Concurso de Poesía Ciudad de Zaragoza en 2011 y el Premio Nacional de Poesía Clemencia Isaura en 2012. Es editor de La Estantería. Twittea en @mikhailenko

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