Presentamos algunos textos del poeta y traductor chileno Juan Carlos Villavicencio (Puerto Montt, 1976). Es editor de Descontexto. Ha traducido a T.S. Eliot, Georg Trakl, Fernando Pessoa, etc. Ha publicado los poemarios The Hours (2012) y Breaking Glass (2013), poemario dual escrito con Carlos Almonte.
LA CRUZ DE ANÍBAL
Delenda est Carthago
CATÓN EL VIEJO
Fríos atardeceres de tantas horas de batalla,
a través de rocas i vientos,
distancias inocentes para la sangre que luego
ofrecería a una sacerdotisa astral.
Griega o fenicia de azul i delgada silueta
le muestra las cartas de luna, sacrificio
i extraño retorno a la angustia de elefantes
sobre el hielo: militares calaveras.
Ya sabe del azar i sus pesares,
mas no olvida tal camino, ni las muertes, ni la propia.
Sus manos se derriten ante los ojos de féminos fuegos
i se entrega –nuevamente— a ella,
esperando nacer a la condena de otro juramento.
* Catón el Viejo terminaba todos sus discursos con esta frase, que significa «Cartago debe ser destruida». En realidad, la raíz de la palabra delenda significa «borrar», como en el inglés delete, o las palabras españolas indeleble y deletéreo.
DESNUDAS HUELLAS POR EL MUSGO
(Canto muerto a mi hermana Coté i a su risa ausente)
El eco de sus horas se adivina.
Reitera el viento su sonrisa de vidente amante
i la nostalgia del destino en contra de su piel,
i las raíces.
Hay duendes perdidos ahora sin sus manos en el fuego.
Hay ausencia de sus trazos i hay reflejo entre la tierra
que no es más i no entendió.
He ahí ella en el jardín gritando su sonrisa
i la traición insoportable a las esferas.
Pero hay dioses i hay amigos guardando
tus huellas por el aire.
Hay sátiros i ninfas sonriendo a la espera de tu voz
asomada en la luz del sol o de tus noches,
insistiendo en verte repetida en las hojas de todos
los manzanos i en tus ojos ahora fríos,
que empiezan a entibiar.
PTERSEUS
Ha venido a romper la huella de sus tiempos
sobre el trono,
oscuro grito del hastío i el tatuaje de la luna
grabado en sus perdidas miradas,
ajenos por olvido, o apenas siendo objetos.
Ha crecido rojo como el sol de oriente
i su furia para quitarles ya la lluvia
i entregarles el desierto.
Sí, han caído color sangre tres cabezas de mujeres
i serpientes:
ahora de cenizas otras alas i otras herraduras de plata
reflejando el incendio de los templos
i de todos sus misterios el derrumbe,
o silente un nuevo abismo sin piedad.
OTRO FARO PARA UN CIEGO
Acaso daba la ventana hacia el Sur,
cuando el reloj cayó gris sobre el hielo
i un abismo se presentaba inundando
mi retorno a un vacío sin fronteras.
OZ DE BAR IRLANDÉS
Algo pasa que el mar aleja i sus nostalgias.
De risas i bailes soy ciego i tardío.
Ahora están las copas o sus cuerdas
de un lenguaje extraño entre maderas.
El fuego i las pinturas en la piel que se distancia.
Otro es el viaje tras la mirada adversa.
Ya en un rincón del puerto las máscaras se esconden.
De risas i bailes como magia. No.
Tras los focos se detienen las rutinas i,
ajeno un ocaso al bar,
persisten en su reflejo de caminos otros encontrados:
apenas tótem aguardando bajo estrellas.
Buenos Aires, 2 de marzo 2004
ECO DE UNA BATALLA
El reflejo i los ojos del fuego en el amplio espacio derruido.
Reconstruir los giros de metales contra sí,
la ira o el placer invadiendo la sangre incauta,
el aire resintiendo aquel azote.
Tras el estruendo sus asustados pasos devastaban
las pequeñas milicias del hermano.
Ahora, rodeada de cadáveres i miembros,
recrea el cuadro fascinada por el vívido recuerdo
de la danza cuando aquel silencio ardiente.
Composición de Wojciek Kilar
SIN REFLEJOS UNA DUDA
Nada indigno puede caber jamás en el santuario de su cuerpo.
Si la maldad habitara esa hermosa mansión,
también la bondad querría morar en ella.
WILLIAM SHAKESPEARE
Un nuevo esbozo de pintura trazado en un océano,
lo hace retornar al recuerdo de esa isla perdida donde está.
Ahí debe dormir, mientras él,
cubriéndola de otoños,
intenta descifrar los tatuajes viajando hacia sus ojos,
bajando,
más atrás.
Una caricia resbala como una cascada de pinturas
por su sangre,
o una caja liberando esa música que la devolvería
a reconocerse frente al templo que es su luz,
ahora oculta.
Pero él no sabe entre muros i palabras
cuáles son sus huellas por el prado,
antes que amanezca,
ni cómo abraza o si lo mira ciego lanzando dados más allá.
Sólo va dejando líneas rojas sobre el bosque de sus vuelos,
iterando el suave baile de esa figura abriendo puertas
i entreveros del ayer. Escondida,
ella roza en otro mundo cada escena que él le entrega,
inventando o recreando, otra vez,
en el agua la silueta vista reflejando su verdad i no mentiras.
Cuál es cuál.
EL DOMINIO DE LA BESTIA
Mais les pauvres bêtes qui veulent prouver leur amour
ne savent que se coucher par terre et mourir.
JEAN COCTEAU
El pozo recibe sus caras i la sangre muerta.
Invisible en el respiro,
la bestia camina ordenando un dominio perdido
mientras guía los metales por el bosque.
Aparta el fuego de la luna resguardando aquel silencio:
un dios en las tinieblas refiere otra historia
sin asco ni perdón.
Composición de Philip Glass
DÉJAME MORAR EN LA OSCURIDAD
La marca del saber cruza su rostro violentado
por alguien que no camina temiendo la ciudad.
Bajo todas las lunas de su ira trata de olvidar
purgando repetidos los errores.
Una sola sentencia da principio a su condena,
oculto ante la cruz donde sin heridas no hay perdón.
Composición de John Dowland
SIC ITUR AD ASTRA
Hay la huella de la lluvia i de una piedra retornando al río,
desafío al sol i a aquellos que olvidaron el musgo i el perdón.
Nostalgia de un futuro lejos para navegar a través
de nuevas aguas
–la oscuridad de lo ignorado más allá-
olvidando la avaricia o la impiedad del tiempo ajeno,
aquel rencor,
donde no volverá a ver otro atardecer en ese mundo.
Las ruinas de un faro ahora bajo el mar,
la lágrima que no cede en el adiós.
DESTINO MÍTICO DE CLUB DE DEPORTES PUERTO MONTT
a Luis Villavicencio,
padre i fundador
Afuera el hombre entre el humo del café i los periódicos
regalaba su primera piedra al sueño i al futuro de botines
i los arcos enfrentados.
Abrazando el abismo de un Sur donde ya no quedan faros,
frente a una isla la esfera suda esquivando las lluvias,
nadando el viento, abrazada al aire
que se impone desde el mar,
como frente a una fotografía de un paraíso de pescadores,
el desafío en el herido césped i aquel grito en la batalla,
los sufridos últimos instantes de un delfín que ya agoniza
–ni el reiterado dolor de la derrota,
ni la muerte silbando mandamientos–,
porque ahora en las venas frente al mar,
otro partido,
otra partida,
un nuevo ajedrez de hombres sin reinas ni rey –sólo un dios–
ante el umbral de una red sin peces
que duele como muesca en la piel de todo ojo
incapaz de perder la sombra rodando del fuego,
derrumbando la única torre que se impone,
i el sueño al final en el retorno a la guarida del frío
de otra luna por fin ahora en paz.
VALPARAÍSO
De tu carne siempre abierta al cosmos,
de tu océano sangre como calles, corazones
como alturas que no cesan,
el grito i maravilla contra el esqueleto tumbado de cenizas
o el viento enfrentando el filo
donde las horas se trizan ante la insistente afrenta
a la lógica o la gloria entre las ruinas,
Valparaíso,
eco de todo infierno i gemido en la tierra
contra el mar,
contra cada augurio la insistencia mayor de un puerto
siempre herido i crudo i áspero
que no deja silueta alguna en las olas o las velas
de todo siglo nuestro en su tristeza
i todo ejemplo donde el fin del hombre
puede más que el hombre,
cuando todo gesto refracta la huella contra otro mundo,
no olvida
la verdad i crudeza de un respiro persistiendo
bajo toda estrella nueva,
o acaso muerta junto al mar.
Datos vitales
Juan Carlos Villavicencio (Puerto Montt, 1976). Licenciado en Lengua y Literatura Hispánica y Magíster(c) en Literatura General, en la Universidad de Chile. Exprofesor, poeta, traductor y editor de Descontexto, y de los blogs entre los que figuran Descontexto (857 mil visitas) y Teillier Aleph (112 mil visitas). Figura en antologías en Chile, España, Italia y EE.UU. Editor de Nostalgia de la Tierra, antología crítica de Jorge Teillier para Ediciones Cátedra. Traductor de The waste land, de T. S. Eliot (junto a Braulio Fernández Biggs), de El guardador de rebaños, de Fernando Pessoa, de Georg Trakl y Antoni Clapés al castellano. Ha publicado los poemarios The Hours (2012) y Breaking Glass (2013), poemario dual escrito con Carlos Almonte.