Presentamos, en el marco del dossier Nueva Poesía Colombiana, preparado por Federico Díaz Granados, algunos textos de Tania Ganitsky (Bogotá, 1986). En el 2009 ganó el Concurso Nacional de Poesía de la Universidad Externado de Colombia, en el 2012 una mención de honor en el X Certamen Literario Gonzalo Rojas Pizarro de Chile. Recientemente ganó el Premio Nacional de Poesía Obra Inédita que convoca la Tertulia Literaria de Gloria Luz Gutiérrez.
La voz es un lugar
oscuro
tomado por animales feroces
en los que ya nadie cree.
Para hablar
hay que escapar
del fuego de sus pupilas
y del filo de su hambre.
Para poder decir
miedo o mío
hay que imaginarlos jugando.
“Le parece que hubiera mil barrotes y tras los mil barrotes ningún mundo” Rilke, La pantera
Soy el menos animal en el zoológico,
nadie me lanza migajas de pan
o trozos de carne.
Como el concentrado que me sirven,
cuando me lo sirven.
No soy presa de nadie
y ni siquiera he atrapado un gusano.
Mi jaula no la cierran con candado,
a veces la puerta permanece entreabierta
y no me escapo.
El silbido del vigilante
y el paso de los niños al otro lado de la reja
son mis conversaciones perdidas.
Los tigres atraviesan las flores
sin el cuidado de rodearlas.
Me aproximo.
Recojo el desastre que flota en el aire.
Los pétalos enfermos,
los granos de tierra
fuera de su espacio y tiempo.
Por acá han pasado los tigres.
Mi escritura guarda su desastre.
El vacío reclama voces
más vacías.
Plantas
que no germinan
sembradas en lo oscuro.
Asistimos a la majestuosidad del fracaso,
adoptamos la postura del asesino.
Nos lavamos las manos una y otra vez;
camino al paredón
balbuceamos algún verso lejano.
La noche se cerraba
en tu boca
y no había manera
de liberarla.
Nunca temí tanto
por ti, por el silencio –
en la punta
de tu lengua se apagaba
la última estrella.
Cuando besamos
el sol/los caballos
resucitan
Nunca he tenido algo
que decir.
La poesía es el síntoma
de mi silencio.
Algunas imágenes errantes
como los tigres
los caballos
y las piedras
flotan en el aire.
Nada de esto pesa, pasa, aplaza.
Las metáforas
no concilian la distancia poética
de dos abismos.
El mar ha muerto.
El desierto ha muerto.
Lo sé porque una vez envenené
a un caracol con sal
y burbujeaba
igual que este vertedero
de palabras.
Un error en el laberinto de Creta
“No es posible comenzar un poema sin una parcela de error acerca de sí mismo y el mundo…” René Char
Atravesamos el laberinto con una daga
en las manos.
No tenemos necesidad
de volver, de reconocer los caminos.
Encontramos a la bestia feroz y caníbal.
Cortamos las cuerdas que lo atan
a la gloria fatal.
El minotauro corre deprisa, sus cuernos
contra el mito.
Toco su espalda mientras
duerme
y yo escribo. Nunca he escrito
tocando a alguien.
Ahora soy dos cuerpos menos.
Datos vitales
Tania Ganitsky (Bogotá, 1986). Profesional en Estudios Literarios y Magíster en Filosofía y en Literatura. En la academia explora las relaciones entre poesía y ética; sus dos tesis de maestría fueron sobre Paul Celan y Marina Tsvietáieva respectivamente. En el 2009 ganó el Concurso Nacional de Poesía de la Universidad Externado de Colombia, en el 2012 una mención de honor en el X Certamen Literario Gonzalo Rojas Pizarro de Chile. Sus poemas han aparecido en algunas revistas y antologías del país. Actualmente trabaja como docente. A partir de Septiembre estudiará un doctorado en Filosofía y Literatura en Inglaterra. Recientemente ganó el Premio Nacional de Poesía Obra Inédita que convoca la Tertulia Literaria de Gloria Luz Gutiérrez.