Poetas del sur de Texas. Parte II

Presentamos la segunda parte del dossier Poetas del sur de Texas preparado por Erika Said Izaguirre. Se trata de una muestra de poesía del lugar con más afluencia e influencia hispana en Estados Unidos y que se conforma por todas las ciudades que están al sur de Texas, más específico por aquellas al sur de Houston. En esta antología se incluyen poetas originarios de México, Chile, Colombia, Honduras y Estados Unidos, que escriben en español y actualmente viven en Houston, College Station, San Antonio, McAllen, Brownsville y Donna, Texas. Otro factor importante de la muestra es la diversidad de poéticas, todas ellas con inquietudes de identidad, por el hecho de vivir entre dos tierras, entre dos idiomas y entre dos culturas, así como preocupaciones propias del momento histórico, pues hay una brecha de casi medio siglo entre el poeta más grande en edad, nacido en 1930, y el más joven, que nació en 1990.        

         

Elvia Ardalani 

 Elvia Ardalani

 

SERÍAMOS LA GREDA

 

Seríamos la greda bajo los restos apolillados del arca diluvial.

La escarola tatuada en el dorso de una roca de mar.

El esqueleto escariado de un proyecto de pez.

Seríamos el silencio.

La hormiga inmóvil en su hormiguero seco.

Las huellas      los rasguños

las marcas del miedo en los maderos.

Seríamos el agua impregnada de formas no estrenadas.

El rostro del mundo aún sin la palabra.

La calamita apenas pisada por cantáridas cautas.

Seríamos la nostalgia de un dios en solitario.

La carne inspiradora de alguna jibia blanda.

Seríamos el polvo del parto de la tierra.

Seríamos la memoria.

La lluvia golpeando las vigas de la barca.

La posibilidad cercana de la muerte.

Y para nacer te fueron moldeando el cuerpo

con la arcilla del mundo recién hecho.

Y para nacer te abrieron el torso y me formaron.

Pero aún antes de todo el cataclismo éramos

en el instante mismo uno conjugado en dos cuerpos.

 

De Y comerás del pan sentado junto al fuego (Claves Latinoamericanas, 2002)

 

 

 

 

YO ERA MUDA

 

Yo era muda.

Era ciega.

Era sorda.

Era coja.

Era manca.

Era estéril.

Temblorosa. Loca.

Resquebrajada. Triste.

Herida como perra

con hijos atascados perpetuamente

al vientre.

Yo era sombra.

Era quiste.

Era cáscara.

Era tapia.

Era alambre.

Era cárcel.

Despalabrada. Inútil.

Revuelta como huérfanos en medio

de la guerra.

Yo era la lluvia gris.

La pata ahogada

a la mitad del lago.

Dando tumbos.

Yo era la falda negra.

El pelo burdo.

El olvido.

Y súbitamente tú.

Enlucernado. Prístino.

Enjambrado de estrellas.

Sosegado. Prodigio.

Rebuscando el milagro

en lo hondo del abismo.

 

De Y comerás del pan sentado junto al fuego (Claves Latinoamericanas, 2002)

 

 

 

 

MUERTO ERAS UNA SOMBRA

 

Muerto eras una sombra de nueces tiradas sobre el césped

disputada por pájaros e insectos

muerto eras un muro iluminado por las cinco exactas de la tarde

y pasaban por ti los niños y dibujaban seres imprevistos

y pasaban los novios y escribían con tiza

las señales visibles del amor infinito     y crecía la hierba sobre tu silencio

de tiempo y de ladrillo     de pintura cascada      de concreto y olvido

muerto eras una cárcel vacía y clausurada

con sus ventanas rotas por donde el sol penetra calando telarañas

una cárcel sin reos en donde sólo quedan las pautas del dolor iluminadas

muerto eras como un hombre dormido

que soñara con una casa abandonada en la que un pájaro

volara en solitario buscando la salida      golpeándose las alas

muerto eras más mío       más de todos y nadie

y te besé la frente descansada no sé en qué escena o en qué pájaro

tomé tus manos levemente cerradas

las pasé por mi rostro      por mi pelo y mis hombros

como si aún supieran

como si no fueran esos seres caídos      dejándose llevar

muerto eras mío    mío

y cerré con llave la puerta de ese cuarto para que nadie entrara

para besar tus manos detenidas y mansas

para tocar tus ojos clausurados y vueltos a otro mundo

a otro mar        a otras piedras      a otro fuego      a otro viento

para pasar mis dedos por tu pelo revuelto

por tu cabeza llena de sueños y alegrías     de verdad y mentiras

para tocar tu rostro      tus pómulos

tu boca con no sé cuántas palabras pendientes en la lengua

tus hombros inclinados

tus pies aún enfundados en sus zapatos negros

y gritaron mi nombre

y golpearon con puños y advertencias

y finalmente tumbaron la puerta y me encontraron

recogiendo las mismas nueces que pájaros e insectos

recogida contra el muro y la luz

muerto eras como un hombre que soñara

con una casa abandonada en la que una mujer

creyera ser el pájaro de un sueño

 

De Miércoles de Ceniza (Miguel Ángel Porrúa, 2007)

 

 

 

Datos vitales

Elvia Ardalani (Matamoros, Tamaulipas, 1963). Poeta, narradora, y editora, vive en Estados Unidos donde es Profesora Asociada de Creación Literaria en el Departamento de Lenguas Modernas y Literaturas de la University of Texas-Pan American. Entre sus últimos libros publicados se encuentran los poemarios: Callejón Kashaní (Imaginarium Literario,2012), Cuadernos para un huérfano(Claves Latinoamericanas, 2011), Miércoles de Ceniza (Miguel Ángel Porrúa, 2007), De cruz y media luna-From Cross and Crescent Moon (Claves Latinoamericanas,2006), Y comerás del pan sentado junto al fuego (Claves Latinoamericanas, 2002), De Cruz y media luna (Tierra de Libros, 1996)y Por recuerdos viejos, por esos recuerdos (1989). En el 2010 fue coeditora, junto con Aitor Larrabide, del libro Miguel Hernández desde América (Fundación Cultural Miguel Hernández, 2011). Coeditó también la revista académica Letras Hispanas y la revista virtual El Collar de la paloma. Forma parte del cuerpo editorial de las revistas académicas Hipertexto (University of Texas-Pan American) y Céfiro(Texas Tech University).

 

 

Alexandra Botto 

 

 

Alejandra Botto

 

EN MEDIO DE LA NOCHE

 

 

Y esta línea muerta agudiza el silencio entre nosotros.

 

Una ráfaga sibilante hiela tu nuca, sientes que tu cuerpo está lleno de rendijas

y crees que el olor del cempasúchil puede ser verde, poderosamente verde

y lo asumes como un hecho verdadero.

Los olores dejan secuelas en el inconsciente y despiertan con una mínima provocación tus recuerdos de lujurias destrozadas.

Nunca está demasiado oscura la memoria, barranco donde despeñan mil voces con la ira adormecida en la palabra.

Tu piel extraña el vértigo perverso y suave de mi desnudez,

mi  rabia murmuradora.

 

No preguntes quién soy yo mientras crezco en tus sombras.

Soy un nahual etéreo y tú no esperas sentir el frío metal en las entrañas.

Hay un ciego en tu pecho cuando lloras, presientes tu agonía llegar con pesadumbre. Frente a los nahuales pasa toda la vida de su elegido:

Los  pequeños presentes, los sacrificios auto-inflingidos por querencias,

los rituales, la máscara y los vientos.

 

Tú no estabas a salvo mientras sonaba el tambor en la tierra.

 

Y si nada importara más que tu cuerpo desnudo y blanco, ahora con tu risa haciéndose un punto a lo lejos, serías el dios de la noche que cruza en mi cabeza. Escenas de bordes fantasmales emergen de tus sueños,

ciudades  amarillas y gastadas donde la voz de tu madre se confiesa:

 

Señor,

he dado a luz un hijo

que no distingue el Bien del Mal

Encomiéndalo al resplandor azucarado

protégelo  de las santas ánimas

de  las culposas Yadiras y  Brendas

guárdalo  de acercarse al carbón y  del nopal

 

Pero yo te perdoné,

vi tu soledad carcometodo,

pensé en  ti con infinita misericordia.

 

Esparcí el maíz y el mijo,

buscando  tu corazón para dárselo a las bestias.

 

Y porque la Luz sigue a la Luz hoy te leo el último evangelio.

 

 

 

 

EL NÍSPERO

 

Cesto con margaritas

 

Ya no hay tiempo para volver atrás y derribar las puertas.

¿A quién podrás reconocer entre miles de hombres anónimos y desbaratados

en el valle? Ya no es posible descifrar el epitafio ni evitar la desventura.

Quizá por eso pueda andar mi corazón de gloria, sigo  en busca del que me hizo tanto muerto.

 

 

Cesto con flores secas

 

Háblame de ti, del rojizo vaivén de las heridas y la rotación del mismo sueño

que  te aqueja por las noches.

Dime si ya muertos los verdugos, harás distinción en el tamaño de las piedras.

¿A quién le tocarán las más grandes?

Tócalos, sus miembros están rígidos, sus ojos llenos de sombras.

Nunca podremos jugar con ellos, no existirán los abrazos y bienvenidas,

los  brindis, las carcajadas ni las llamadas por teléfono.

 

Al final nadie pronunciará una oración por nosotros.

 

 

Cesto con geranios

 

Háblame ahora que tus hermanos se han vuelto columnas de mármol,

apenas  envueltos por las sábanas. Ahora que ninguno nos escucha

y  los perros y los gatos se desgastan a la intemperie.

Míralos, ya se los llevan arrastrando como a bestias.

Y bajo la sombra común de un níspero les aguardan sus tumbas.

Ya es anciana la que los parió y hoy los bendice con palabras desabridas:

 

El sol nace para todos.

 

 

 

 

Cesto con no me olvides

 

Nada importa que duerma en su olvido, como un niño que reposa con sus padres. Yo también me iré en un sueño hasta la muerte y lo veré allá al despertar de mi memoria.

Como lo que nunca ocurrió se lo diré:

Anoche soñé que te quería.

 

 

 

 

Datos vitales

Alexandra Botto (Monterrey, Nuevo León, México, 1964). Poeta, editora, antóloga. Sus textos han sido incluidos en varias antologías de poesía y narrativa en España, Argentina, Estados Unidos y México. Algunos de sus poemas han sido traducidos al inglés, alemán, rumano y francés. Ha impartido talleres de creación literaria en museos  y galerías. Ha publicado en revistas y web literarios. Es directora y fundadora de la Editorial Independiente Homo Scriptum y autora de Días de Viento, del plaquette De porqué las chicas buenas se van al cielo  y las chicas malas van a todas parte. Tiene en proceso de edición su tercer libro. Reside en San Antonio, Texas.

 

 

Ramiro Rodríguez

 

Ramiro Rodríguez

 

 

LA MOSCA

 

El cadáver de una mosca se pudre

como fruto sobre la mesa sucia de una cantina

cerca de ella      hombres que padecen ebriedad

como gigantes en una isla

el cadáver se estremece como ente poseso

pero un cadáver es un cadáver

no es sino el viento de octubre      bajo sus alillas

de insecto de mierda

 

 

 

 

RELOJES ABIERTOS

 

“La muerte es solamente un peldaño

de la escalera inmensa de la vida”

José Arrese

I

 

La muerte no es el sueño

ni el paréntesis negro en el espacio,

no el letargo en relojes abiertos

ni la sombra de pájaros

en la noche.

La muerte no es la mudez de las cosas

en ciclos estelares,

no la violencia de las bestias

en campos desolados,

no el suicidio de insectos

ni la lluvia perpetua

detrás de nuestros párpados.

La muerte es la muerte

de la muerte.

 

II

 

Un peldaño no vibra de nostalgia

cuando rompemos los pasos

ni tatúa los rostros

con el agua de la lluvia,

no estremece los ojos en el sueño

ni petrifica el cuerpo en las plazas

de pueblos abandonados.

Un peldaño es la puerta definitiva

hacia los relojes,

nuestro discurso vibrante

en los foros del tiempo

para que la gente

en los caminos del mundo

escuche la palabra.

 

III

 

Escaleras laberínticas en el agua

se pintan, se fragmentan, se aniquilan,

se rompen en las márgenes de la noche,

Nuestro cuerpo se entumece como piedra,

como estatua de hielo

en alguno de los polos.

Escaleras cíclicas en el rostro

se agrandan en el viento.

Nos desnudamos en el vaho inminente

de relojes abiertos.

Pero permanecen las palabras

en las páginas

de un libro inédito.

 

IV

 

Vivimos la vida como animales en celo

en la orilla de todos los sueños.

Nos desnudamos de alas,

volamos en los rostros de la memoria,

bestias dormidas bajo árboles

de follaje invisible en espera de la presa,

dispersión suculenta

en los relojes del fornicio.

Vivimos sin prisa el momento del vaho,

el instante en que caemos de rodillas

para abrir nuestros pechos

de arena húmeda

y mostrar un corazón

de hojarasca.

 

 

 

 

EL MAR NO

 

Fuensanta:

¿tú conoces el mar?

Ramón López Velarde

 

El mar no: la sal  d i s p e r s a

como en un túnel de pájaros azules,

responsorio de olas,

faros como estatuas de seres mitológicos,

encuentro previsto por peces de piedra

en playas de vientre inexplorado.

 

Dos cuerpos desnudos son arena-oleaje,

tierra-cielo, dos cuerpos abiertos luna-sol:

finitud de entidades terrestres.

 

El mar no: tú y yo, moluscos desnudos,

dos paredes tatuadas de estrellas marinas,

de algas como de arena,

de gaviotas secas bajo un sol insistente,

labios prolongados por besos líquidos,

tú y yo, aquéllos, encallados en la profecía,

absortos como dos sílabas.

 

El mar no: más bien el concilio

de dos barcas dentro del sueño.

 

 

 

Datos vitales

Ramiro Rodríguez (Nuevo Laredo, 1966). Radica en Brownsville, Texas. Escribe poesía, cuento y ensayo. Editor. Obtuvo el Premio Estatal de Poesía Tamaulipas 2008 (ITCA) y el Premio Estatal de Poesía “Altaír Tejeda de Tamez” 2008 (SET). Se le incluye en antologías de Tamaulipas, del Estado de México y de Estados Unidos. Autor de los poemarios Íngrima la ciudad (ITCA/ CONACULTA, 2011), Transmutación (ALJA, 2013), Lascivia (ALJA, 2013) y la colección de relatos Sin oficio ni beneficio (ALJA, 2012).

 

 

Julio César Aguilar

 

 

Julio César Aguilar

 

 

LAMENTOS Y ECOS URBANOS

 

I

 

Pantanos que son ciudades que son prisas y son mundo:

 

Aquí se vino a desenvainar el odio

a acuchillar el hambre de cuántos siglos

a domar la furia de socavar

con lento paso

la llamada

terrible angustia:

 

A eso vinimos:

 

No a ser pájaros felices

o trinos entre las ramas

y sin embargo

volamos indudablemente.

 

Guerreros de ningún combate

y combatientes de tanta guerra

somos

y somos como felices pájaros

que trinando mueren

y viven sobre el asfalto.

 

 

III

 

Profunda la noche urbana

luces de neón palpitan

refulgen

como arcoíris que no saben de lunas.

 

Un puente colgante se extiende

desde este aquí a aquel ahora.

 

Sonrío

y así me voy cantando

porque en la Noche

de la Fiesta me quedo.

 

 

 

 

IRRUPCIÓN DEL CATACLISMO

 

POEMA UNO

 

Especialista en la muerte fui

desde que me hirió la vida

y ahora qué

que poco tengo

vacías las manos son

siendo que algo poseen:

fragancia nevada de frutos y frescura

de lirios amargos.

Del corazón mejor es no hablar:

fuente o lámpara rota

de vano cristal, río disecado

hálito que se ahoga en su misma sangre.

 

Alguien me explique la fórmula

para parecer feliz

ante el universo éste tan lejano

y ajeno

mientras aguardo solo y solamente

la consumación de todo

como el que nada sabe y a nadie teme

con la cierta costumbre enhiesta

de mirar a los atardeceres

hundirse

en su fango de fuego

febrilmente desvanecido.

 

 

POEMA CUATRO

 

Aligérate la voz

Sucumbe del pasado a las tinieblas

De sueños cámbiate

Enfílate a la vida clara

Múdate     renuévate

Llénate de ti     en fin

Ven     desde ti ven:

 

Hazme otro.

 

 

 

 

IMPIEDAD SIN NOMBRE

 

III

 

Como oscuridad que no se doblega

fantasma o niebla

y pesadilla

al filo de una lentanoche

apenas caduca sombra

vestigio de qué reinos

asidero del polvo

que oxida y roe

un lamento sí, algo

atroz surgiendo

huérfana desdicha, infierno, vasta

locura ¡baste ya!, Impiedad

Sin Nombre.

 

 

VIII

 

Enmudecido para no decir tu nombre

qué es lo que se dice

sin ser dicho:

piedrecilla, roca

o nubarrón al borde

del desfiladero, carnaval

de huesos, osamenta

pura

diluvio de infortunio

o alegría siniestra.

 

¿Qué es lo dicho

sin querer decirse?

 

¿Qué es esto o aquello

lo que sin querer

decirse

ya se ha dicho?

 

 

 

Datos vitales

Julio César Aguilar (Ciudad Guzmán, Jalisco, México, 1972). Estudió Medicina en la Universidad de Guadalajara. Tiene un doctorado en Estudios Hispánicos por la Universidad de Texas A&M, en Estados Unidos. Poeta y traductor de inglés. Autor de Rescoldos (1995), Brevesencias (1996), Nostalgia de no ser mar (1997), Mano abierta (1998), El desierto del mundo (1998), El patio de la bugambilia (1998), Orilla de la madrugada (1999), Misterios iluminados/Illuminated Mysteries (2001), La consigna y el milagro (2003), Una vez un hombre (2004), entre otros. Radica en la ciudad de College Station, al norte de Houston, Texas.

 

 

 

Vanessa Torres

 

 

Vanessa Torres

 

 

ÁNFORA DE TIEMPO

 

Todos los ancestros fueron

y serán

la sombra del fuego

y un ombligo en esta tierra,

y estarán junto al árbol

y en el nacimiento de un niño del otro amanecer

y en el oleaje de la llegada y la luz de mi amante

en este viejo canto, eco de guerra contra la vida inerte

cuerpo mío que me sorprende al alba.

 

 

 

 

LLUVIA

 

Esta tristeza de labios mojados,

de mirada doble

clavada como la ventana al horizonte,

desquiciada  tristeza que persigue rostros

papeles sepultados.

 

 

 

 

QUIMERAS

 

Yyoquería que fueras todos los

hombres de esta Tierra para mí,

quería saberte mago

y que arrasaras las noches desoladas

yo quería  transformar  la guerra con la tinta

y a tu lado.

 

Yo te quería un Vikingo conquistando todas mis fronteras

las del cielo y del infierno

te quería guardián del sueño

y el amante de las noches mágicas,

Entre  quimeras, yo quería que me iluminaras el camino

a la cordura

y  tu cerebro como linterna

de las madrugadas donde me pierdo.

 

Como ves amor, soy una mujer como las otras

y  peor sin príncipes

y enamorada del viento y del mar que trae en su oleaje

los más endiablados guerreros

 

Como ves, soy una mujer, y como todas,

como otras

me hago planes sin-sentido

y me levanto a medianoche a dibujarte

en cada una de las lunas que me invento.

 

 

 

Datos vitales

Vanessa Torres (Bogotá, Colombia, 1978).Egresada de la escuela de Antropología de La Universidad Nacional de Colombia, ha combinado la labor poética y de ensayo  con la investigación antropológica.  Ha hecho publicaciones y colaboraciones para magazines de opinión y literarios como la Revista Literaria Calle Ficción del periódico Debate Press España. Ha desarrollado actividades en teatro experimental, incursiones en la antropología teatral, estudios estéticos y de estudios de la imagen. En el 2006 se traslada a Miami, Florida y posteriormente en el 2008 a Houston, Texas en los estados Unidos desde donde dirige el proyecto de gestión y promoción de la cultura hispanoamericana VinculArte Houston, conduce el programa de radio Poesía Fuera de los Márgenes (enfocado en la promoción de la poesía Hispanoamericana) de la emisora Radio Aktiva Online, mientras desarrolla su trabajo literario y de enseñanza del español.

 

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