Mexico City Poetry Festival: Gabriel Chávez Casazola

El poeta boliviano Gabriel Chávez participará en el Encuentro Internacional de Poesía Ciudad de México. Nació en Sucre, Bolivia, en 1972. Es poeta y periodista. Ha publicado los libros de poesía Lugar Común (1999), Escalera de Mano (2003), El agua iluminada (2010) y La mañana se llenará de jardineros (2013, Ecuador; 2014, Bolivia). Entre otros premios, recibió la Medalla al Mérito Cultural de su país y fue finalista del Premio Mundial de Poesía Mística Fernando Rielo. Forma parte de la antología Poesía ante la incertidumbre.

 

 

 

 

 

 

HARRY & SALLY

 

Pienso en aquel cincuentón inflado por el botox que alguna vez encontró a Sally.

Pienso en Sally.

Pienso en las Sallys que encontré y perdí en mi vida.

Pienso en Harry cuando era Harry.

Pienso en el botox.

Pienso en esa comedia de agua fresca.

Pienso en la inminencia de los cincuenta años.

Pienso en los encuentros.

Pienso en las comedias.

Pienso en los últimos sorbos que bebí de agua, digo, en los últimos sorbos que bebí de Sally.

Pienso en Billy Cristal.

Pienso en el frescor de la edad, de la risa, de los encuentros.

Pienso en el terrible frescor de la jeringa de botox.

Pienso en Meg Ryan, cuya risa se parecía al apellido de Billy.

Pienso en la Sally que se me viene a la cabeza cuando pienso en aquello de los sorbos de Sally.

Pienso que alguna vez tuvimos todos, Billy, Harry, Meg, Sally, yo y mis Sallys, veinte años como agua fresca entre los labios.

Pienso en Luis Eduardo Aute y una canción que un amigo escuchaba a los 20: No pienso en ti, pienso en ti, en ti.

Pienso otra vez, con más tristeza, en aquel cincuentón inflado de botox que ya ni siquiera reparte premios Óscar.

Pienso en la escena aquella en la que Harry encontró a Sally, en la que yo encontré a Sally, en la que yo dije adiós a mi Sally.

Pienso que Sally quiere decir los veinte años.

Pienso que ella estaba al doblar la esquina.

Pienso que la película está casi terminada.

Pienso que hoy veré la película por primera vez como realmente es.

Pienso que Harry nunca encontró a Sally, que todo fue mentira.

Pienso que eran dos desconocidos, que las Sallys eran y siguen siendo unas desconocidas

y yo casi un cincuentón hinchado por el botox de la melancolía, su fresca aguja en el cuello, escribiendo sin pensar en lo que pienso, también apenas un desconocido

que le regala este poema a Meg Ryan

como se lanzan –pienso– los aviones de papel bajo la lluvia.

 

 

 

 

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