Balada de las estaciones: Dossier de poesía china

Presentamos un breve dossier de poesía china; muestra desde dos entramados temporales: La poesía clásica de la época de Li Bai, y los poetas contemporáneos. Iniciamos con algunas traducciones de Octavio Paz, para pasar a una selección de los llamados poetas brumosos, seguida de una muestra de poesía breve y concluimos con una luminosa selección de la poesía de Li Bai.

 

 

 

 

 

 

 

 

1. Reunión de poemas chinos en traducción de Octavio Paz

 

 

 

 

En la ermita del Parque de los Venados

 

No se ve gente en este monte,

sólo se oyen, lejos, voces.

Bosque profundo. Luz poniente:

alumbra el musgo y, verde, asciende.

 

Wang Wei

 

 

 

 

Ante el monte Ching-t’ing

 

Pájaros que se pierden en la altura.

Pasa una nube, quieta, a la deriva.

Solos y frente a frente, el monte y yo

No nos hemos cansado de mirarnos.

 

Li Bai [Li Po]

 

 

 

 

Viajando hacia el norte

 

Entre el moral que amarillea

Una lechuza grita. Ratas escurridizas

Buscan sus madrigueras. Medianoche.

Un viejo campo de batalla.

La luna brilla, fría, sobre los huesos mondos.

 

Tu Fu

 

 

 

 

Canción de Long-Si

Juraron acabar con los hunos, costase lo que costase.

Con sus abrigos de piel cinco mil cayeron en el llano.

Esos huesos anónimos que blanquean los bordes del río

Todavía tienen forma de hombres en los sueños de sus mujeres.

 

Tch’En T’Ao

 

 

 

 

Tinta derramada

 

Nubes –tinta que borra a medias las colinas.

Lluvia blanca –el granizo rebota en la cubierta.

Un ventarrón terrestre barre con todo y se va.

Al pie de la torre el agua se ha vuelto cielo.

 

Su Tung-P’o (Su Shih)

 

 

 

 

 

 

 

 

2. Poesía china contemporánea: Los poetas brumosos

Traducción directa del chino de Diana Sofía Calderón y Alí Calderón

 

 

Bei Dao

Shu Ting

Wang Shiaoni

Duo Duo

Xie Ye

Aku Wuwu

Yu Jian

Zheng Danyi.

 

 

 

 

 

Notas sobre poesía china contemporánea

 

Salvo la poesía de la llamada Edad de Oro de la dinastía Tang, paralela en el tiempo pero mucho más sutil y atractiva que la de la alta Edad Media en Occidente, la tradición lírica china es poco frecuentada en nuestra lengua a pesar de que fue fundamental en la configuración de la poética más relevante del siglo XX, la esbozada por Ezra Pound.

Pound vio en la poesía china la síntesis lírica, la economía verbal y el complejo emocional de imágenes poderosas, que habría de valorar también en el epigrama y que fue piedra de toque de sus reflexiones. Por ello es que esta poesía nos parece tan natural y tan vigente tantos siglos después.

 La poesía china moderna nace en 1917 con la publicación de “Sugerencias para una reforma de la literatura” de Hu Shi. Esta “refundación” se derivaba de la presencia de distintos intelectuales chinos en el extranjero, en Japón, en Estados Unidos y en Europa. Estos intelectuales coincidían en la imperiosa necesidad de escribir libremente en lengua vernácula y abandonar o dejar de lado el chino clásico. De este modo, la nueva poesía se liberó de la prosodia tradicional, de su retórica y sus restricciones sintácticas. Es así como estos nuevos poetas chinos adoptaron formas provenientes de otras literaturas como el epigrama griego y el haiku japonés, formas derivadas de la brevedad. También adaptaron el poema en prosa inspirado en los gathas sánscritos y los textos de Rabindranath Tagore.

En 1937, a raíz de la guerra chino-japonesa, aparece un nuevo tipo de poesía. El gobierno nacionalista pide a los poetas servir a su patria a través de la escritura de poemas-propaganda. De este modo se enfatizaba el propósito político del texto poético. Con la presencia de Mao, este tipo de poesía se convirtió en la tendencia dominante.

Sin embargo, a partir de 1949, del mismo modo que en otras tradiciones líricas, la poesía china experimentó las tensiones entre dos corrientes estéticas: el panfleto de guía política y las voces inconformes con el lenguaje del poder. A esta última se le llamó “menglong shi”, poesía brumosa o poesía oscura.

A principios de un nuevo siglo, la poesía en china parece debatirse, como en Estados Unidos o en Hispanoamérica, entre tres posibilidades estéticas dominantes:

 

1) Poesía popular (caracterizada por su preocupación moral, uno de sus ejes fundamentales es el retorno a los temas de la vida cotidiana y al papel de las masas en la sociedad).

2) Poesía intelectual (También llamada hermética u oscura. Intenta, mediante el lenguaje, subvertir el poder y mantenerse en actitud de rebeldía. Están abiertamente en contra de la escritura política. Se reivindica la individualidad frente a lo colectivo).

3) Poesía de la tercera vía. (Está caracterizada por la hibridez, por la apertura a las dos tendencias anteriores. Se mantiene el lirismo y el énfasis en lo personal. Son formalmente flexibles y están abiertos a la experimentación lingüística).

 

 

 

 

Poetas brumosos

 

Los llamados poetas brumosos u oscuros (Ménglóng Shīrén), agrupados en torno a la revista JintianHoy en español,(1978-1980), inauguran una estética de influencia vanguardista que se opone a los severos lineamientos y las restricciones de la Revolución Cultural. A pesar de que esta es una de las tendencias dominantes de la poesía china contemporánea, el periodo de mayor influencia de estos poetas va de 1979 a 1989. La oposición de los poetas brumosos, primera generación “Post-Mao”, al gobierno chino llevó a algunos de sus autores más relevantes (Bei Dao, Gu Cheng, Duo Duo y Yang Lian) a abandonar China en 1989 después de las protestas de Tiananmen, ya que fueron acusados de haber inspirado la revuelta juvenil.

            El trabajo de los poetas brumosos es una especie de respuesta a las políticas impuestas en China por la Revolución Cultural Proletaria en 1976, que consistían en una especie de purificación de la práctica comunista y el repudio de la cultura tradicional: costumbres, ideas, hábitos, etc. La Revolución Cultural enarboló, en contraparte, la cultura de masas.

            En 1978, sin embargo, China implementó una reforma económica que promovía, esencialmente, la apertura a la inversión extranjera y el permiso de operación a empresas privadas. Además de un detonante económico, las reformas produjeron las condiciones subjetivas necesarias para la aparición de una nueva sensibilidad en la gente. La era Post-Mao se caracterizó, entonces, por una creciente libertad literaria e intelectual.

            Cercanos a los aportes de la primera generación de roqueros chinos y lectores ávidos de las diversas poesías occidentales, especialmente en lengua inglesa, los poetas brumosos han construido el movimiento más polémico en la literatura china en 30 años ya que se revelaron y dejaron de creer en el presupuesto estético emanado de la Revolución Cultural Proletaria: la poesía debe servir a la política y a la gente.

Los poetas brumosos creyeron que el “mundo socialista” había sido corrompido por la enorme carga de propaganda ideológica de tal modo que, en vez de su liberación, había conseguido la alienación del hombre. Es por eso que estos poetas enfatizan la escritura desde el “yo”, la emotividad y la sacralización del espacio individual. No por nada consideran que la primera labor de la poesía es “recobrar, redescubrir al ser humano”. Esta manera de entender la literatura, opuesta a los preceptos estéticos impuestos desde el gobierno, le valió a la revista Jintian ser prohibida en algún momento.

El tono que emplearon los poetas brumosos en su obra era fundamentalmente de indignación y protesta. En muchos de ellos se advierte una inquietud por la expresión de lo espiritual y, fundamentalmente, en su poesía late el deseo de cambio de una generación.

En un principio, los adjetivos “brumoso” y “oscuro”, con que se definía el quehacer de estos autores, fueron aplicados por los poetas de generaciones mayores de modo peyorativo y daban cuenta de una incomprensión hacia la nueva literatura. Estos adjetivos, pues, eran en realidad la crítica a una poesía indirecta, vaga, brumosa, evasiva, confusa en el plano el significado, hermética.

            Estos presupuestos se actualizaron de diversas maneras en su literatura. En primer lugar rechazaron el ornato excesivo y pugnaron por una suerte de “anti poesía”, “anticultura”, “antiestética”, ridiculizaron “lo sublime” y privilegiaron la expresión directa y cruda así como el hermetismo, la oscuridad de las imágenes y las metáforas y la construcción de discursos polisémicos. De este modo reaccionaron frente a la dictadura de la lengua del poder y su “transparencia”.

            Emplearon recursos estilísticos innovadores en la tradición lírica china. Se liberaron de la vieja prosodia mediante el abandono de la rima. En el nivel de los contenidos, como se dijo antes, se privilegió la opacidad semántica para expresar, veladamente, las aspiraciones de la juventud china. Su literatura se promovió al margen de las publicaciones del Estado, controladas por el Partido Comunista, que normalmente criticaban su poesía con fiereza debido a que era inaccesible para la gente, para las masas, que no podían acceder fácilmente a sus significados. El espacio editorial por el que optaron los poetas brumosos fueron las pequeñas revistas undergroundque circulaban en los alrededores del llamado “Muro de la democracia” en Beijing. De esta manera se inició el vínculo emotivo entre la lucha democrática china y la poesía brumosa.

 

 

 

 

 

Bei Dao

 

Bei Dao (Beijing, 1949) nació en el seno de una familia de clase media. Muy joven se unió a los escuadrones maoístas de la Revolución Cultural Proletaria y trabajó como albañil en el campo. Más tarde, cansado de la propaganda oficial, decidió retirarse a la vida del anacoreta en las montañas a las afueras de Beijing. Fue ahí donde Bei Dao se acercó a la espiritualidad, una de las posibilidades del hombre discriminada por el marxismo ortodoxo.

Bei Dao escribió una poesía muy parecida a la de la Lenguage Poetry en Estados Unidos, es decir, preocupada por la textura lingüística. Cree que sólo el lenguaje puede redimir a la vida, productora de colapsos y en colapso constante ella misma. Como el autor más visible de los poetas brumosos, considera también que el significado es fundamentalmente ilusorio e ideológico y que el único significado posible del lenguaje es, precisamente, su falta de significado.

Los temas fundamentales de Bei Dao son la libertad y el exilio. La crítica literaria china ha destacado la elocuencia en su poesía así como el carácter sutil e innovador de sus textos. La intimidad, como espacio de lo individual, también es un tópico recurrente en él. La obra de este autor también se ha caracterizado por trabajar un par de tópicos muy particulares en un régimen socialista como el chino: la amistad y la confianza que, dado su contexto, pueden llegar a ser asunto de vida o muerte.

Una circunstancia muy especial liga a Bei Dao con la lucha democrática en China. Dado que la poesía de los brumosos circulaba en folletos y revistas underground  entre los jóvenes de finales de los años ochenta, su sensibilidad se extendió en este grupo social. En 1989, un gran número de estudiantes chinos se manifestó en la Plaza de Tiananmen para protestar contra la represión constante del gobierno así como por la gran corrupción del Partido Comunista, todo ello aunado a la alta inflación que se vivía y la constante caída del empleo. El Ejército Popular de Liberación suprimió violentamente estas movilizaciones el 4 de junio. En la plaza de Tiananmen, tras la matanza, se hallaron en hojas sueltas distintos poemas de Bei Dao que circularon entre los estudiantes. Debido a ello, el gobierno chino acusó a los poetas Brumosos, y especialmente a él, de ser incitador o inspirador de la revuelta. En aquel momento Bei Dao estaba en Berlín y decidió exiliarse y no volver a China. Uno de sus comentarios más conocidos es aquel que señala: “yo no soy un héroe / en un tiempo sin héroes / yo sólo quiero ser un hombre”. Vivió en Alemania, Suecia, Dinamarca y también en Estados Unidos. Es, sin duda alguna, el poeta chino más conocido de nuestro tiempo.

Sus poemas trabajan alegorías y metáforas poco comunes. Se mueven especialmente en el terreno de lo personal y lo emotivo, de lo íntimo. Es el caso del siguiente texto “Festival de la luna”:

 

 

Los amantes sostienen el abismo en sus bocas

Hacen votos y se deleitan entre sí

hasta que un niño amniótico

periscopio sus padres

nace

 

Un invitado inoportuno toca

a mi puerta se propone ir más allá

al interior de las cosas

 

los árboles aplauden

 

espera un minuto la luna llena

y este plan ya me están poniendo nervioso

tiembla mi mano

sobre las oscuras implicaciones de la letra

déjame estar bajo la noche

un rato más como si estuviera sentado

sobre el corazón de un amigo

 

la ciudad está en llamas

en medio de un océano gélido

puede salvarse? debe salvarse

gota a gota el grifo

se lamenta y vacía el depósito

 

 

 

 

 

Shu Ting

 

Otra poeta destacada del grupo de los brumosos es Shu Ting (Fujian, China, 1952), seudónimo de Gong Peiyu. Dado que su padre fue acusado de “inconformidad ideológica”, esta poeta creció en el campo, donde trabajó además en una fábrica de focos, de textiles y en una cementera. Fuertemente influenciada por la poesía occidental, durante los primeros años de la década de los ochenta su poesía fue una de las más significativas del movimiento de los “poetas brumosos”, que se alejaban del realismo socialista y la poesía de “compromiso” alentada y premiada por el gobierno. En 1983 fue sospechosa de actividades subversivas contra el Estado por lo que dejó de escribir un tiempo. Una vez que las autoridades disiparon sus sospechas, fue admitida en la Asociación de Escritores Chinos, que a la postre le entregaría dos veces el Premio Nacional de Poesía (1981 y 1983).

Ella sigue una poesía signada por búsqueda de un discurso lírico y emotivo  contrapuesto al mero compromiso político. La búsqueda del “yo” en su poesía es una suerte de afirmación de lo individual frente a lo colectivo.

Según el Anchor Book of Chinese Poetry Web Companion, los poemas de Shu Ting “tienen una fuerza lírica y cristalina que la ponen a salvo de la cursilería y que la han convertido en la poeta china más conocida en occidente. Su poema “Una noche en el hotel” da cuenta del espacio más personal que puede existir, una habitación de hotel en la intimidad de la pareja. Una vez más lo individual se impone a lo colectivo.

 

 

Una noche en el hotel

 

La declaración de amor, hecha de marcas de labios y lágrimas,

Asciende al buzón valiente

El buzón está frío

Abandonado

Su sello de papel, como una venda, se agita al aire

 

El alero se eleva y cae delicadamente bajo las huellas de un gato negro

Grandes camiones trituran el sueño hasta dejarlo delgado y duro

El velocista

Entre sueños escucha toda la noche el disparo de salida

El malabarista no puede atrapar sus huevos

Las lámparas de la calle explotan en un fuerte grito

En su capa de yema la noche se vuelve más grotesca.

 

La mujer en su bata de noche

Abre la puerta de un tirón estremece cielo y tierra

Como un venado corre salvaje y descalza por la alfombra

Una gran palomilla revolotea en la pared

Se hunde en el fuego agrietado de un teléfono que suena

 

En el recibidor

Silencio

Sólo nieve

Sigue cantando, a lo lejos, en las líneas eléctricas.

 

 

 

 

 

 

Wang Xiaoni

 

Wang Xiaoni pertenece también al movimiento de los poetas brumosos. Nació en 1955 y después de la Revolución Cultural fue enviada al medio rural. Es una poeta preocupada por la originalidad de su voz. Según ella, “la buena poesía es producto de un atreverse a exponer los complejos estados de la psique humana”. Se trata de una poeta que ha evitado la experimentación lingüística y que, por el contrario, ha buscado el discurso directo. Su poesía se caracteriza por un tono de disforia e imágenes nuevas y perturbadoras.

 

Luna blanca

 

La luna de media noche muestra cada hueso

 

Inhalo el aire azul y blaquecino.

Las cosas mezquinas de la tierra

Se han tornado luciérnagas.

La ciudad es un esqueleto.

 

Ninguna cosa viviente

Puede semejar esta luz prístina.

Abro la ventana y miro

Cómo cielo y tierra intercambian su argento.

A la luz de la luna olvido que soy humano.

 

El último acto de la vida

Se ensayó en silencio bajo un foco sombrío.

La luna refleja en el suelo

Para iluminar mis pies.

 

 

 

 

 

Duo Duo

 

Duo Duo es el nombre del poeta chino Li Shizheng (Beijing, 1951), que en 2010 recibió el prestigioso Neustadt International Prize for Literature. Junto a Bei Dao es el autor más reconocido de la poesía china contemporánea. Como sus compañeros de generación, se opuso decididamente a los dictados estéticos del Partido Comunista y, como otros poetas brumosos, durante su juventud también ejerció distintos trabajos en el medio rural. Él no formó parte del grupo original de poetas brumosos y sólo en un segundo momento, en una segunda generación, podría decirse, se incorporó a esta tendencia.

Duo Duo fue testigo de primera mano de los disturbios de la Plaza de Tiananmen. El 4 de junio de 1989 tenía comprado un vuelo a Londres. Dada la masacre del gobierno chino, este poeta se exilió en Europa. Regresó finalmente aclamado por el aparato literario chino hacia 2004.

La poesía de Duo Duo se caracterizó por su brevedad, su tono filosófico y empleo de recursos estilísticos como la parataxis, es decir, la sucesión de sentencias aparentemente inconexas e incoherentes. De este modo Duo Duo busca una dislocación y constante rarificación del lenguaje. La poesía de Duo Duo, como la de los poetas brumosos y oscuros, Misty poets en inglés, revela la contante búsqueda de la individualidad en una época signada por un modelo de sociedad colectivista y la búsqueda de sentido, de otro sentido en una época de oscuridad.

Además de buscar una literatura amparada en el absurdo, Duo Duo, desde una escritura de lenguaje coloquial, ha cultivado la vena irónica y ha nutrido su trabajo con el imaginario del norte de China. Uno de sus recursos estilísticos preferidos es el flujo de conciencia.

 

 

Cuando el pueblo emerge desde el queso

Declaración #1

 

 

Las canciones hacen olvidar una revolución sangrienta

Agosto se estira como un lazo cruel

El hijo balaperdida sale de la granja

Lleva tabaco y la garganta seca

Las bestias deben portar crueles anteojeras

De cuclillas y ennegrecidos cuelgan los cadáveres

Igual a tambores prominentes

De pronto tras la cerca de bambú los sacrificios

Se tornan borrosos

A lo lejos una tropa de fumadores

Que se acerca.

 

 

 

 

 

 

Xie Ye

 

Xie Ye nació en Shangai y murió en Nueva Zelanda en 1993. Fue poeta y se destacó también por sus trabajos de crítica literaria. Es conocida por la historia que vivió con su esposo, el también poeta Gu Cheng (Beijing, 1956). Ambos simpatizaban con los poetas brumosos y se casaron en 1983. En 1988 se exiliaron en Nueva Zelanda y Gu Cheng fue profesor de la Universidad de Auckland. Vivieron de modo autárquico, recolectando raíces y en Gu Cheng, poco a poco, fue creciendo el desequilibrio mental. Tuvieron un hijo al que dio en adopción por querer ser el único hombre dentro de su casa. Las penalidades de la pareja y la arbitrariedad de Gu Cheng fue ampliamente conocida por el medio literario chino. Gu Cheng se enamoró de una de sus estudiantes, Li Ying.

Xie Ye pensó que si se acercaba esta mujer a su esposo ella podría evadirse y recuperar a su hijo. Le pagó un boleto a la estudiante y la instaló en su casa. Vivieron una especie de relación ménage à troi en la que las dos mujeres trabajaban para sustentar al hombre.

Para aliviar un poco la condición de pobreza extrema en la que vivían viajaron a Alemania. Li Ying se quedó y escapó con un instructor de artes marciales que le doblaba la edad. Gu Cheng se desquició y ya en Alemania compró un arma y trató de estrangular a Xie Ye. Comenzó a pensar en el suicidio y terminó en un hospital psiquiátrico. Xie Ye no presentó cargos y, por el contrario, decidió hacerse cargo de él. Más tarde, repuestos ambos, viajaron de vuelta a Nueva Zelanda. En 1993, Gu Cheng asesinó a Xie Ye y se ahorcó.

 

 

Al fin doy la espalda

 

Por fin doy la espalda

A lo lejos se oyen risas.

Los ojos de las arañas

Aún se arrastran en el callejón.

En el camino seco nadie ríe.

El viento deja sus huellas.

Florecen remolinos de dorado polvo

La primavera entrecierra los párpados

Detesto el viento.

Tampoco le temo.

Voy a olvidarlos a mi modo

Y caminaré siguiendo el llamado de la costa.

Hay barcos viejos

Jarrones y conchas despostilladas.

El agua es azul y brillante

Y cubre la paz eterna.

Seré del mar, voy a pertenecerle.

La vida verdadera. La espuma de las olas.

Consagraré las flores y amaré el coral

Sacrificándose a sí mismo.

 

 

 

 

 

Etnopoesía: Aku Wuwu

 

La poesía china, aunque presenta tendencias estéticas más o menos dominantes, como la de los poetas brumosos, se define por su pluralidad de voces. Una de las posibilidades que ha llamado poderosamente la atención es la etnopoesía de Aku Wuwu (Condado Mianning, Sichuan, 1964). Se trata de un poeta del suroeste de China que escribe en una de las lenguas originarias, la rama nuosu del yi, el idioma de una etnia de siete millones de habitantes perteneciente al grupo de lenguas tibetano-birmanas.

Los hablantes de esta lengua son, naturalmente, bilingües. Esta condición, con los años, ha generado un panorama de preocupación. Los niños de esta etnia cada vez abandonan el bilingüismo y adoptan el chino como lengua única y acaso el inglés como segunda lengua. Debido a esto, numerosos escritores, entre ellos Aku Wuwu, nombre occidentalizado de Apkub Vytvy, han optado por rescatar su lengua y hacerla pervivir a través de la literatura.

Aku Wuwu escribe en yi. Aprendió chino a los seis años cuando ingresó a la escuela, a dos horas de camino de su aldea en una intrincada cadena montañosa al suroeste de china. Según este poeta, la gente que habla yi vive en un constante desvanecimiento, de ahí la necesidad imperiosa de escribir en esta lengua y rescatar una manera de ver e interpretar el mundo.

La poesía de Aku Wuwu se nutre del imaginario de la cultura yi, apegada a la naturaleza y a una religión fundada en el animismo. La espiritualidad de este grupo étnico dedicado al pastoreo, su estilo de vida, su cosmogonía así como los conocimientos locales y, en general, el folclor, son los tópicos fundamentales de este poeta. Así pues, el punto central de la agenda de la poesía yi es el orgullo étnico y la identidad. Esto se advierte, desde luego, en el tono adánico del poema “Pieles de tigre”, que se presenta a continuación. Aku Wuwu es considerado como el fundador de la moderna poesía yi, ya con notorias influencias occidentales.

 

 

 

Pieles de Tigre

 

El abuelo cazaba tigres.

Mi padre vendía pieles de tigre.

 

Antes de ser vendidas

eran colgadas frente a la casa

e igual que ovejas preñadas cruzaban el patio una a una

Sus corderos se perdieron.

Detrás de la casa las pieles,

Los perales y duraznos se marchitaron uno a uno.

 

En la pradera de mis sueños mi Padre

caminó entre la masa

Vestido de piel de tigre.

Los gritos “Ahí viene un tigre” resonaban

Las paredes de piedra del pueblo

Se agrietaron,

Rodaron las piedras como cabras en combate

La última fue mi madre, perseguida por el tigre al final de la madrera;

Ahí murió y revivió.

 

Antes de ser vendidas esas pieles

fueron las pieles del cielo

De la tierra

El agua

Las rocas.

Cuando se convirtieron en ventanas

Esas pieles de tigre me definían

Si era visto sería con

Una escopeta al hombro.

 

Al decidirse la hechura de un tambor sagrado con la piel de un tigre

Uno teme esa oquedad

La extinción de plagas

en el bosque infinito

Al hacer un arnés con piel de tigre para el buey

El único temor es que no haya más tierra para arar.

Al hacer un anuncio con piel de tigre

El único temor es que nadie lo observe.

 

Nunca he visto una piel de tigre, tampoco un tigre.

“Un hombre deja únicamente su nombre al morir;

Un tigre deja sólo su piel”

¿Por qué no ser tigre?

¿Por qué a los niños nos educan así?

Por lo que fuera, esas pieles de tigre

Fueron vendidas por mi padre.

 

En año nuevo

Agujas de pino cubrían el piso de la sala

Las huellas de mi abuelo no pudieron encontrarse.

¿Murió otra vez en el cielo? Que todo sea una fantasía.

 

Frío llevé mi corazón para dejarlo

Sobre esas agujas de pino apiladas

en el piso de la sala

No sentí los pinchazos

Los tatuajes cubrían mi cuerpo.

Luego llegó la noche

La media noche de ese día.

 

 

 

 

Poetas de la tercera generación: Yu Jian

 

Yu Jian (Yunnan, 1954) estuvo a punto de morir a los dos años cuando enfermó de neumonía. Sólo una sobredosis de estreptomicina pudo salvarlo pero las secuelas del tratamiento atrofiaron uno de sus oídos. Debido a ello, el tema del sonido es uno de los puntos cardinales de su poesía. Pertenece a la tendencia poética llamada “Tercera vía” o “Poetas de la tercera generación”, que emergió y se hizo notable a comienzos de los años ochenta. Como otros miembros de su generación, trabajó como soldador en una fábrica. Su principal influencia literaria es la poesía china de la Edad de Oro y la poesía occidental, especialmente la de Whitman.

La poesía de Yu Jian se encuentra a medio camino entre la estética oficial impuesta desde el Partido Comunista y la visión de individualismo extremo de los poetas brumosos. Su poesía se caracteriza por cuestionar el lenguaje oficial y carácter imperativo. Sus reflexiones en torno al lenguaje han generado también una crítica a lo que convencionalmente es considerado como “lo poético”. Cercana al punk, ha buscado incorporar a la poesía elementos que puedan resignificarla y que normalmente son considerados como poco líricos. Algunos de sus detractores la acusan de utilizar “basura lingüística” en sus poemas. Esto la emparienta, de alguna manera, con una de las tendencias contemporáneas más radicales de la poesía norteamericana contemporánea, la flarf poetry.

 

 

Antología de notas

(fragmento)

 

Estás a punto  de lograrlo

de convertirte en

una rosa blanca

a pesar de la angustia

aprendiste a gritar en la tenebra

a pesar de que le cerraste

los caminos a Abril

con hierba mala y tinta

a pesar de que maldijiste

aire      sol    y             agua

a pesar de que tu espíritu

choca contra

la simetría de la rosa

y quisiste suicidarte

al atardecer

estás destinada a volverte

una rosa blanca

Oh       Luz irresistible

Abril entrará a tiempo

y serás oscuridad quebrada

Oh       rosa blanca

vas a florecer

como una rosa

total

a tiempo pagarás tributo a las abejas

a tiempo serás motivo de metáforas

a tiempo habrás de marchitarte

 

 

 

 

 

 

Nueva poesía de china: Zheng Danyi

 

Zheng Danyi nació en 1963. Es quizá el poeta más leído de su generación. De niño trabajó en in ingenio azucarero. Su presencia y penetración entre el público chino creció durante los años noventa, cuando realizó numerosas lecturas de poesía en universidades, cafés, bares y pubs. En 1999 Zheng Danyi se exilió en Hong Kong, donde creció su presencia en los círculos poéticos internacionales.

Su poesía se ha caracterizado por el empleo de metáforas nuevas y extravagantes así como por un tono de cinismo, crítica y desparpajo donde la meta fundamental es la innovación.

 

 

 

 

Pero amor

 

pero amor ama sólo tres minutos borracha en la borrachera, el abandono

nada tiene que ver con el vino o con cómo la copa de los sobrevivientes blande

reflejos

de dagas y sables, nada que ver con la luz de la luna

láctea pasión, la aprieto desde la ventana sur, luego salgo hacia

la norte dejando nada sino el denso aroma del sudor y el regocijo,

nada que ver con peces saltando en la bahía, y

la canoa en tu corazón

desafiando un domingo de aire y olas, nada que ver

con aire y olas –, junto a ti

aquel extraño con un corazón quebrado

murmurando en sueños-

ame ayer en la noche, por amor al amor, amé incluso

el sueño de tu mantel floral, y

y qué renuencia a despertarme al otro día –pero amor

llega puntual sin falta, el amor es sólo una visión distante

que nada tiene que ver con la vista

 

 

 

 

 

 

3. Los deseos del corazón | Poesía breve de China.

  José Vicente Anaya comparte generosamente una selección y traducción de poemas breves chinos. Aquí el texto de presentación y la selección poética

 

 

 

 

 

 

Presentación

Se conocen poemas chinos de hace más de 4360 años. Ningún idioma vivo se puede preciar de tanta longevidad poética como el chino. Podemos saber de poemas egipcios también muy antiguos, es cierto, aunque esa lengua y su escritura hace muchísimo tiempo que desaparecieron. El idioma chino y su escritura han cambiado, como es natural en todos los demás, pero sus bases siguen persistiendo.

Tanta antigüedad en la poesía ha producido muchísimos miles de poetas; sólo para hablar de un periodo histórico, durante la dinastía Tang (del año 618 al 907) se distinguieron más de 2000 poetas y de esa época se conocen más de 49000 poemas.

Emperadores, príncipes, ministros y generales chinos tuvieron en muy alta estima a este género literario; son abundantes los ejemplos que se cuentan de esos personajes entre los poetas clásicos; y los que no poetizaron, supieron dar un trato de sumo respeto y protección a quienes se dedicaron a ese oficio. No faltaron casos, como en casi todos los tiempos y culturas, de poetas claridosos que fueron castigados por los tiranos. El aprecio que tuvo el emperador Shun (de hace más de 4200 años) por este arte lo dejó escrito así: “La poesía presenta en palabras los deseos del corazón…” Entre los personajes de alto mando que escribieron poesía están: el emperador Yao (c. 2357 a. C.), ministro Jia Yi (201-169 a. C.), general Li Ling (c. 180 a. C.), general Su Wu (c. 180 a. C.), emperador Wu Ti (157-187 a. C.), general Ts’ao Ts’ao (155-220), príncipe Ts’ao Kih (192-232), emperador Wu Ti –homónimo del nacido en 157 a. C.— (464-549), etc.

En toda la antigüedad china las mujeres vivieron sometidas a un sistema de absoluta devaloración, no obstante ese fuerte poder que las limitaba, son muchas las mujeres ilustradas poetas, entre las que se cuentan a escritoras clásicas imprescindibles como Hsi-chün (c. 100 a. C.), Chao Ween-chün ( c. 100 a. C.), Pan Chieh-yú (c. 50 a. C.), Hsü Shu (c. 150), Tzu-ye (c. 300), Tao-yün (c. 400), etc. No faltaron poetas eruditos, dedicados a la vida académica, ni los místicos iluminados que con una convicción taoísta o budista hicieron vida de ermitaños o de dedicados peregrinos.

La poesía china, en su muy larga evolución, ha sido de las más complejas que existen. En lo que respecta a sus características primordiales, cuenta con los elementos poéticos de otros idiomas como: rima, metalenguaje, ritmo, musicalidad, aliteraciones, juegos de palabras, metáforas, onomatopeya, etc. Pero ya en sus particularidades, se diferencia por la importancia del tono para conseguir diferentes significados, está muy apegada a la peculiar música china que se liga más a las palabras que al sonido abstracto (es decir, música que parece reproducir palabras, “música que habla”), a veces se vuelve casi esotérica por sus únicas referencias culturales y convencionalismos (por ejemplo: la plabra torre sugiere intimidad o secreto; yerba sugiere libertad, laúd (pi’pa, en chino)

sugiere elegancia, etc.). En fin, bástenos poner como ejemplo que un libro antiguo de preceptiva poéica (titulado Ch’n Ting Tz’uu P’u) registra 2306 formas diferentes para rimar. Por supuesto que los chinos también cultivaron un género poético que utilizó el lenguaje directo, similar al epigrama latino.

Es muy sabido que el famoso examen imperial (chin-shih) o el provincial (chü-yen), que se instauró a instancias del filósofo y pedagogo Kung Fu-tseu (Confucio –551-479 a. C.–), y que debían presentar todos los que hacían estudios eruditos para después ocupar puestos de funcionarios públicos (mandarines), obligaba a saber escribir poesía. Kung Fu-tseu había escrito: “Si no estudiáis poesía, seréis incapaces de hablar.” Además, este filósofo-pedagogo se encargó de recopilar poesía de entre los años 1100 y 600 a. C. formando el clásico volumen tituladoShih King (traducido de diferentes formas como El Libro de la PoesíaEl Libro de los CantosEl Libro de las Odas, o hasta Romancero chino –en una pésima versión editada en España, por cierto–).

Los primeros poemas que se conocen (como los del Shih King) estuvieron compuestos por versos (o líneas) de cuatro palabras (recordemos que el idioma chino es básicamente monosilábico, aunque en su evolución ha llegado a las palabras compuestas, y no utiliza pronombres, artículos ni otras partículas de las lenguas occidentales). Más o menos a partir del año 200 a. C. los poemas se escribieron con versos de cinco o siete palabras, clasificados por los estudiosos como ku-shih (poesía antigua) o ku t’i (estilo antiguos); éstos no tenían límite en el número de versos. Tiempo después, a partir del año 600 aproximadamente, se estableció la norma de que los poemas debían tener el límite de sólo ocho versos (los cuales seguían siendo de siete  o cinco palabras –esta combinación de 5 y 7 palabras influiría la medida japonesa del tanka y el haiku–) y fueron clasificados como lü-shih (poesía regulada) o kin t’i (estilo moderno).

Son muchos los libros de preceptiva y de teoría poética que se escribieron en China , entre éstos, citamos delMong Chung: “Para hacer un buen poema, el tema debe ser interesante y tratado de modo atractivo, el genio debe reflejarse en toda la obra apoyando un estilo agraciado, brillante y sublime. El poeta debe atravesar en rápido vuelo las regiones de la filosofía sin desviarse del recto camino de la verdad… Pensamiento original, imaginación incansable, suavidad y armonía dan como resultado un auténtico poema.” El  poeta Yen Yü (1180-1235) escribió: “La poesía requiere de un especial talento que no se encuentra en los libros. El significado de la poesía no tiene nada que ver con los principios del racionalismo. No obstante lo dicho, sólo el poeta que ha leído mucho y que minuciosamente ha investigado los fundamentos, es el que llega a los límites últimos. Es preferible no andar por los caminos del racionalismo que enreda en las trampas a las palabras. La poesía canta la emoción y la naturaleza de cada persona… Los poetas de hoy en día tienen conceptos e interpretaciones superficiales sobre el oficio, confunden la verborrea con la poesía, creen que les basta con un poco de talento y una mínima erudición, se conforman con discutir. Sus poemas no carecen de artificios y habilidad, pero no se comparan con los antiguos…” Y Hu Yinglin (1551-1602) argumentaba: “No hay más que dos principios esenciales en la poesía: en el primero están el estilo formal y el tono musical; y, en el segundo, las imágenes inspiradas y el espíritu personal. Hay reglas a seguir en lo que toca al estilo formal, pero sobre las imágenes inspiradas y el estilo personal no hay ninguna norma.”

La poesía breve se cultivó en China desde tiempo muy remoto. Existió la costumbre de que las pinturas fueran acompañadas por un poema breve que hacía referencia al motivo pictórico, y se dieron casos de muchos pintores-poetas. Más o menos a partir del año 400 se generaliza el gusto por la poesía breve que se llamó küeh kü(conviene hacer notar la influencia de la poesía china en la japonesa, ya que el sonido de esta palabra remite al japonés hokku, que después cambió a haikai y luego a haiku). El küeh kü se componía de cuatro versos de siete palabras cada uno.

Lo anterior explica claramente la influencia china sobre el haiku japonés, tomando en cuenta que en ese largo proceso de influencia (que abarcó muchos aspectos culturales) los escritores japoneses utilizaron los ideogramas chinos para escribir hasta finales del siglo XIX, después agregarían caracteres de un sistema fonético. Los primeros haikus japoneses aparecieron unos 400 años después de los küe küs chinos. Siendo el idioma japonés también básicamente monosilábico, los poetas nipones adoptaron la métrica china de versos con siete y cinco palabras (aunque con otras combinaciones).

En la poesía china hay un gran número de ejemplos de poemas largos, algunos de corte narrativo. Y no está de más señalar que cultivaron la prosa poética.

Basten por hoy estos cuantos datos, escritos con el pretexto de presentar los poemas breves de China.

 

 

Breves referencias sobre la poesía china

 

El poeta chino sugiere sin decir del todo. Su método consiste en rendirse completamente a un estado de ánimo, hasta que ese estado de ánimo, esa emoción, se rinde a su vez al artista y le revela sus secretos; después, el silencio y trabajo incesante hasta conseguir una forma digna de expresarlo. El artista está perpetuamente tratando de arrebatar al tiempo el momento pasajero y construir un monumento al instante que se va. Por eso la apreciación de la poesía requiere quietud y calma para contemplar… El sabor del té es menos importante que su aroma, porque éste permanece y deleita. Los poemas chinos están llenos de aroma sutil, una fragancia [que sugiere algo], que nos deja su regusto cuando la canción ha terminado.

 

Luis Racionero.

Textos de estética taoista.

Alianza Editorial,  1983

 

Si no estudiáis poesía, no seréis capaces de hablar.

Kung Fu-tseu

[Confucio] (551-479 a. C.)

 

La poesía es el medio más eficaz para mover los corazones.

Po Chu Yi (772-846)

 

Los antiguos han dicho que la poesía es un cuadro sin formas visuales, y que la pintura es un poema con formas visuales… En mis horas de ocio, a menudo repaso la poesía de las dinastías Tsing y Tang, así como la moderna, y he encontrado que algunos de esos versos dan plena expresión a los pensamientos más íntimos del alma humana, y que describen vívidamente el escenario ante los ojos de los humanos.

 

[La poesía es] concebir pensamientos excelentes e imaginar los sutiles sentimientos…

Kuo Hsi (pintor, 1020-1090)

 

Si deseas palabras poéticas sutiles, milagrosas; nunca te canses de la quietud ni del vacío: con la quietud entenderás los movimientos de innumerables cosas; y, con el vacío percibirás mil mundos.

Su Tung Po (1037-1101)

 

Escribir poesía es materializar el ki  [fuerza, energía, vigor vital], esto no se aprende sino que se adquiere cultivándolo. El maestro Mencio decía: “Yo sé cultivar mi abundancia de ki”; por eso ahora, al leer sus escritos encontramos profundidad y amplitud sólo comparables a su fuerza vital.

Su Che (1039-1112)

 

Los poetas de la dinastía Tang se basaban en los sentimientos de la inspiración, como el venado que toca con sus cuernos la maleza pero no deja rastros. Aquella milagrosa poesía fue de una luminosidad transparente que no se descompone; como el sonido en el aire, el color en la apariencia, la luna en el agua o cualquier imagen en el espejo. El poema está compuesto por un número determinado de palabras, pero su significado es infinito.

…La poesía canta la emoción y la naturaleza de cada persona.

Yen Yü (1180-1235)

 

Para escribir poesía es necesario: la experiencia interior, emotiva; y la escena exterior, del mundo. Una sola de esas dos cosas no logra la poesía.

…la poesía tiene un vigor esencial (ki) que es invisible e ilimitado.

Hsieh Chen (1495-1575)

 

Quienes saben escribir de verdad no pretenden hacer literatura.

Li Chi (1527-1602)

 

No hay más que dos principios esenciales en la poesía: en el primero están el estilo formal y el tono musical; y en el segundo, las imágenes inspiradas y el espíritu personal [del poeta]. Hay reglas a seguir en lo que toca al estilo formal, pero sobre las imágenes inspiradas y el estilo personal no hay ninguna norma.

Hu Yinglin (1551-1602)

 

La poesía es producto de una naturaleza personal, por eso hay que sacarla de la propia personalidad. Si sus palabras conmueven al corazón, si su color maravilla a la mirada, si su sabor complace al sentido del gusto y si su sonoridad deleita al oído, no hay duda de que se trata de buena poesía.

[…]

La poesía expresa en palabras el estado de ánimo. La entonación de las palabras dan lugar al canto. Las notas musicales siguen al canto. Las flautas entonadas armonizan con las notas.

[…]

La poesía es movimiento del corazón. Mientras permanece en el corazón es sólo un intento. Al ser articulada en palabras, se convierte en poema.

Yuan Mei (1716-1798)

 

 

 

 

 

 

 

4. Dos poetas contemporáneos

 

 

 

 

Ming Di

(Río Yangtsé)

 

Poeta, editora y traductora. Ha publicado seis libros de poesía entre los que se encuentra Luna fracturada (Valparaíso Ediciones, 2014).

 

 

 

 

 

Verdi

 

El Este es una camelia enorme, la nieve por la que caminas,

tu chaqueta roja como sus labios abriéndose.

Te aproximas a donde ella respira, luego giras y desciendes

al acantilado de sus mandíbulas, como un sampán deslizándote.

Ante ti el viento, el agua, todo fluye

sin color. Tú continúas la marcha, tan pequeña, tan oscura,

como la bala de un fusil que nunca se disparó, un asesinato

sin sangre, una palabra vacía, una preposición, una partícula.

Los adjetivos han fallado, buscas el verbo

sin consumar, pero no fluye ni vibra

en medio de ti, sólo avanza poco a poco, callado,

pero pesado como exhalación— la muerte torna

su rostro de camelia, un águila lucha sobre vientos de pétalos

ávida de vida nueva. La gente observa y suspira.

Sólo tú has viajado allí y has vuelto para decirme:

“Es tan blanco allá. Trae más vestidos todos de flores”.

 

 

 

 

Historia Familiar

 

Érase un árbol y mi familia,
era una leyenda de bosques con diez soles
arriba, que ardían en la noche. La abuela
no podía dormir, así que cada noche

 

daba a luz un hijo
hasta que no quedaran hojas para
alimentarlos. Enloquecido, el abuelo perseguía los soles
y disparaba a nueve de ellos, dejando uno

 

en el aire, para que contase la historia.
Érase una historia y el sol
bajó por un tronco y subió
en la mañana, para ver a mi abuela,

 

la mujer echada ahí como una montaña.
El abuelo enfureció y trató de matar
al último sol, pero sufrió un golpe de trueno
y murió. Se rompió el cielo, lloviendo

 

tristísimo en su duelo por diez mil años.
Todos los hijos ahogados subieron
a la superficie como nenúfares. La abuela
subió tan alto que remendó el cielo

 

tapando el roto. El sol amaneció, siguiéndola,
observándola con su ojo amarillo
durante cinco mil años, día y
noche brillando en la distancia.

 

La abuela se aburría. Ella moldeó arcilla
para hacer humanos con rostros soleados y con ojos
de estrellas germinando por doquier, arriba y abajo.
Uno de ellos era mi padre

 

en la China Tang, un bastardo
con muchos nombres. Era el borracho de Li Po
cantando a una luna imaginada.
Era el triste de Tu Fu lamentando el polvo.

 

Érase un Li Po y no había luna
en absoluto. Imaginó una y un barco
blanco apareció. Érase un Tu Fu
y no había ningún río. Pintó uno

 

y el Río Amarillo empezó a fluir
en la tierra central. Pintó otra vez
y el Yangtze comenzó a cruzar el cielo.
Todos los ríos antiguos, arriba y abajo,

 

a un adiós de su mano corrieron hacia el Este,
hasta el viento y los juncos ondeaban
en una sola dirección. Por hastío cortó la tierra
en campos cuadrados y cultivó arroz.

 

Érase un arrozal y mi madre
bajaba por una escalera celeste, con flores de jazmín
centelleando sobre ella. Mi padre intentó acercarse
pero sin saber seguro qué nombre

 

utilizar. Dudaba. Mamá bajó a pie,
con un largo vestido de hojas
que seguía el rastro de la luna, mil años
de estar sin nombre. Extendió

 

la mano, tan pálida, y tocó a
mi padre —nunca lo conocí —que se murió
en cuanto lo tocó mi madre.
Y volvió a ser una piedra, inmortal.

 

Érase una piedra y la gente se aparea
con sólo tocarse las manos o mirarse
a los ojos. Nací de esta mujer
que viene de la Luna —ella extendió la mano,

 

me prendió, un crisantemo, tan salvaje
como lo salvaje —abrí mis ojos terrestres
y la vi en mi propia luz
subiendo de vuelta a las frías alturas.

 

Mi nombre es Sol-Luna en memoria
de una luz de dos piedras distantes
que se resisten una a la otra, negando el amor.
Llego a un nuevo país y

 

veo las lápidas de mis padres
por todas partes, mi sombra en el cielo.
En la noche, mi madre
también aparece ahí. Es abril,

 

el cielo es bajo y puedo sentir
su respiración, pero no puedo verme a mí misma,
mis pétalos amarillos. Escribo la palabra
Sol, y ahí viene un Sol

 

de mi color. Escribo la palabra Luna,
y ahí viene una Luna de mi ancestro
solitario. Mi lenguaje de oráculo,
mis palabras pictográficas —doy algunas

 

a América. Sucede un milagro—
cada flor de cada árbol abre
sus ojos y parece ver a mis padres,
mis padres en mí—viven

 

en mi piel. Érase mi piel
y hay una sombra. Érase una sombra
y hay un árbol y luego luz. Siempre hay
una sombra antes de que la luz aparezca.

 

 

Traducción de León Blanco y Françoise Roy

 

 

 

 

 

 

 

Bei Dao

(Beijing, 1949)

 

Su poesía circuló ampliamente de manera clandestina durante los días de agitación en la Plaza de Tiananmen, por lo que tuvo que exiliarse en Inglaterra.

 

 

 

 

 

 

 

Un final o un principio

 

            para Yu Luoke

 

 

Aquí estoy

Remplazando a otro, quien ha sido asesinado

Para que cada vez que el sol se levante

Una pesada sombra, como un camino

Corra a través de la tierra

 

Una dolorosa niebla

Cubre el disparejo remiendo de tejados

Entre una casa y otra

Chimeneas sueltan muchedumbres cenicientas

La calidez se derrama de árboles destellantes

Deteniéndose en los desgraciados trozos de cigarrillo

Bajas negras nubes se levantan

Desde cada mano cansada

 

En el nombre del sol

La oscuridad saquea abiertamente

El silencio es aún la historia del Este

Gente en frescos añejados

Silenciosamente vive para siempre

Silenciosamente muere y se va

 

Ah, mi amada tierra

Por qué ya no cantas

Podrá ser cierto que incluso las cuerdas de los pobladores del Río Amarillo

Como hendidas cuerdas de laúd

Ya no reverberan

Cierto que el tiempo, este oscuro espejo

Te ha también dado la espalda para siempre

Dejando sólo estrellas y nubes a la deriva detrás

 

Te busco

En cada sueño

Cada noche o mañana de niebla

Busco la primavera y los manzanos

Cada brizna de brisa revuelta por abejas de miel

 

Busco el decline y flujo de la costa

Las gaviotas formadas por luz del sol en las olas

Busco las historias construidas en la pared

Tu nombre olvidado y el mío

 

Si fresca sangre pudiera hacerte fértil

La fruta madurada

En las ramas de mañana

Tendría mi color

 

Debo admitir

Que temblé

En la blanca-muerta fría luz

Quién quiere ser un meteorito

O la estatua gélida de un mártir

Viendo el in-extinguido fuego de la juventud

Pasar a la mano de otro

Incluso si las palomas se iluminan en su hombro

No puede sentir el calor y el respirar de sus cuerpos

Acicalan sus alas

Y rápidamente se alejan volando

 

Soy un hombre

Necesito amor

Ansío pasar cada tranquilo ocaso

Bajo los ojos de mi amor

Esperando en el mecer de la cuna

Por el primer llanto del niño

En el pasto y las hojas caídas

En cada sincera mirada

Yo escribo poemas de vida

Este deseo universal

Se ha vuelto ahora el costo entero de ser un hombre

 

He mentido muchas veces

En mi vida

Pero siempre me he mantenido honesto con

La promesa que hice como niño

Así que el mundo que no puede tolerar

El corazón de un niño

Aún no me ha perdonado

 

Aquí estoy

Remplazando a otro, quién ha sido asesinado

No tengo otra opción

Y donde caigo

Otro se levantará

Un viento reposa en mis hombros

Las estrellas destellan en el viento

 

Quizás un día

El sol se volverá una guirnalda marchita

Para ser colgada ante

El creciente bosque de lápidas

De cada irredento peleador

Negros cuervos en los andrajos de la noche

Parvada densa alrededor

 

 

 

 

 

 

 

Diario de viaje

 

antes de que el tren entre en el bosque

una tormenta de nieve en el extinguidor de fuego cae dormida

escuchas al pasado –

 

un sitio de construcción se enciende:

entrañas expuestas en cirugía

alguien martillando bam bam

cuán débil el latido

 

un puente hace un salto

trayendo la dimensión más oscura de las noticias

a la ciudad del mañana

 

¡Adelante! ve profundo adentro del mañana

en el apalabramiento extraño de los chicos

y el braille de los cielos estrellados

ellos sostienen la blanca bandera de la juventud

tomando las alturas de los años en tormenta

 

al final te vuelves un padre

dando zancadas a través de los campos

las montañas se vuelven blancas en una noche

el camino vuelve

 

 

Versiones de Gustavo Osorio de Ita

 

 

 

 

 

 

5. Li Bai

[Li Po]

 

 

 

Las siguientes versiones de los poemas de Li Bai son de Guojian Chen (Cholon, Vietnam, 1939) reconocido hispanista, escritor y traductor español de ascendencia china. Residente en China desde 1948 y profesor de Español en su alma mater, la Universidad de Pekín. Durante 1981 cursó estudios en El Colegio de México.

 ***

Li Bai (Shuiye, China, 701 – Dangtu, 762) Poeta chino considerado el mayor poeta «romántico» de la dinastía Tang. Conocido como el poeta inmortal, se encuentra entre los más respetados poetas de la historia de la literatura china. Aproximadamente mil poemas suyos subsisten en la actualidad. El mundo occidental introdujo los trabajos de Li Bai a través de muy liberales traducciones de versiones en japonés de sus poemas, realizadas por Ezra Pound. Li Bai es mejor conocido por su imaginación extravagante y las imágenes taoístas vertidas en su poesía, a la vez que por su gran amor a la bebida.

Al igual que Du Fu, Li Bai pasó gran parte de su vida viajando, situación que se pudo permitir gracias a su relajada situación económica. Se dice que se murió ahogado en el río Yangzi, habiendo caído de su bote al intentar abrazar el reflejo de la luna, estando bajo los efectos del alcohol.

 

 

 

La vida es un largo sueño.

¿para qué abrumarla con fatigas?

Por eso todo el día estoy ebrio.

 

 

 

 

Bebiendo solo bajo la luna

Rodeado de flores, libo solo,

ante un jarro de vino.

Alzando la copa, convido a la luna.

Con mi sombra, somos tres.

Aunque la luna no puede beber,

y mi sombra en vano me sigue,

las tomo por compañeras transitorias.

¡Divirtámonos antes de que pase la primavera!

Canto, mientras la luna pasea.

Bailo, mientras mi sombra vacila.

Antes de mi embriaguez nos solazamos juntos.

Cuando estoy ebrio, se deshace nuestra compañía.

¡Oh luna! ¡Oh sombra! Seréis mis inmortales amigas.

Ya nos reuniremos algún día

en el cristalino mundo de las estrellas.

 

 

 

Contemplando la cascada de la montaña Lu Shan

 

 

El sol enciende el Incensario,

que exhala un vapor violáceo.

Lejos una cascada

cuelga de la montaña.

En un vertiginoso vuelo

rueda mil pies hacia abajo.

¿Estará la Vía Láctea cayendo

de lo más alto del cielo?

 

 

 

Despedida en una taberna de Jinling

 

Las flores de los sauces

se mecen con la brisa

e inundan la taberna de fragancia.

Mis jóvenes amigos de Jinling

vienen a despedirme.

Una hermosa doncella nos escancia el licor.

Entre «adiós» y «adiós»,

apuramos una copa tras otra.

Preguntad, ¡oh amigos!, al gran río que corre hacia el este:

¿qué acabará primero, su curso o mi añoranza?

 

 

 

 

Graznidos nocturnos de los cuervos

 

Amarillas nubes flotan

encima de las murallas.

Los negros cuervos que tornan

graznan sobre las ramas.

Tras la nebulosa cortina,

murmura la joven esposa,

sumida en la melancolía.

Abandona la lanzadera,

y añora al amado que corre tierras remotas.

De noche, sus lágrimas caen cual lluvia

en la soledad de su alcoba.

 

 

 

 

Balada de las estaciones

 

 

 

Primavera

 

A la orilla azul del agua,

la doncella Lo Fu, del país Qin,

recoge moras.

Sus manos blancas brillan

entre las verdes hojas.

Bajo el fulgor del sol,

luce aún más radiante su ropa de grana.

«Tengo que irme —dice—,

mis gusanos de seda tienen hambre.

Y usted, con sus cinco caballos,

no demore en volver a casa».

 

 

 

Verano

 

En el extenso lago del Espejo,

los lotos florecen alegremente.

Es mayo. La bella Xi Shi los recoge.

En ambas orillas, se aglomera

una multitud para contemplarla.

Su barca regresa

sin esperar el claro de luna

y se desliza

hasta el palacio del rey de Yue.

 

 

 

 

Otoño

 

La ciudad de Changan se baña en luces de luna.

Se golpea la ropa en miles de casas.

La brisa otoñal no puede barrer.

Las añoranzas del Paso de Jade.

¡Ay! ¿Cuándo derrotarán a los invasores tártaros?

¿Cuándo tornará el amado del campo de batalla?

 

 

 

 

 

Invierno

 

Mañana partirá el correo a la frontera.

Ella cose toda la noche un abrigo de soldado.

Trabajando con la frígida aguja,

sus finos dedos están helados,

y apenas pueden manejar las tijeras.

¡Ay! ¿Cuándo llegará el envío a manos del amado?

 

 

 

***

 

 

 

 

Nostalgia en primavera

 

Las hierbas de Yen

son hilos de seda esmeralda.

El peso de las hojas

inclina las verdes ramas

de las moreras de Qin.

Mi corazón anhelante ya está destrozado.

Y sólo ahora piensas tú, mi amor,

tornar a casa.

¡Oh viento de primavera!

Tú, que eres un extraño,

¿por qué levantas

mi cortina de raso?

 

 

 

 

La luna en el paso montañoso

 

Entre un mar de nubes y neblinas,

la luna surge del Monte Celeste.

El viento recorre miles de leguas

y azota el Paso de jade.

Guerreros chinos marchan por el Blanco Camino.

Tropas tártaras merodean el Lago Azul.

De esos campos de batalla nunca ha regresado nadie.

Los recién llegados, triste el rostro, contemplan la frontera,

pensando en el hogar,

en las que suspiran y lloran esta noche,

en la soledad de sus aposentos.

 

 

 

 

Difícil el camino

 

El vino de mi copa dorada

vale diez mil monedas de cobre,

y los manjares de mis platos de jade,

otro tanto.

Pero no los puedo tomar:

abandono la copa y los palillos.

Desenfundo mi espada

y miro a mi alrededor

con el corazón perturbado.

Quiero cruzar el río Amarillo,

pero está congelado.

Quiero escalar el monte Taishan,

pero las nieves nublan el cielo.

Ocioso, me siento a pescar

en un arroyo diáfano.

De pronto, sueño que llego,

en una barca, a la capital.

¡Qué difícil es el camino!

¡Qué arduo es el sendero!

¡Qué numerosas son las encrucijadas!

¿Cómo voy a encontrar la salida?

Mas, algún día, navegaré viento en popa,

y atravesaré el inmenso océano.

 

 

 

 

A mi amor lejano

 

 

II

 

¿Dónde está mi pabellón verde?

Está entre las nubes azules.

Un río de otoño cuelga

de su mágico espejo.

La brisa de primavera

agita mi traje de seda.

Bien ataviada, me siento

frente al sol poniente.

Melancólica, contemplo

mi alcoba solitaria.

Te envío mis añoranzas en una carta;

si pudiéramos ser una pareja de aves

que vuelen siempre juntas.

 

 

VI

 

El río Chu me separa de ti.

Las hierbas de la primavera

reverdecen las riberas del río Amarillo.

Mis nostalgias no cesan de día ni de noche.

Impetuosas, se convierten en olas

que se precipitan hacia la mar.

Anhelo verte,

pero no puedo.

Tengo que conformarme con enviarte, a ti,

mi lejana belleza, una lágrima.

 

 

 

XI

 

Cuando estabas, las flores llenaban la casa.

Al irte, dejaste el lecho vacío.

La manta bordada, doblada,

permanece intacta.

Tres años ya han transcurrido,

pero tu fragancia no se disipa.

Te añoro, y de los árboles caen hojas amarillas.

Lloro, y sobre el verde musgo brilla el rocío.

 

 

 

Cacería

Los jóvenes de la frontera

pasan su vida sin leer una letra.

No saben sino cazar,

orgullosos de su agilidad y presteza.

En otoño sus caballos tártaros,

fuertes, necesitan pastos.

Entonces montan sobre ellos,

soberbios y raudos relámpagos.

Sus látigos dorados

acarician la nieve silbando.

Medio ebrios, llevando sus halcones,

se van a las afueras.

Tensan sus arcos,

y nunca yerran el blanco.

Al lanzar una flecha,

caen dos grullas juntas.

Al borde de la laguna,

los espectadores quedan boquiabiertos.

Su bravura y valentía

estremecen el desierto.

Encerrado entre cortinas

hasta que blanqueen sus cabellos,

¿cómo podrá el inútil letrado

igualarse a los caballeros?

 

 

 

 

Delante del vino

 

Vino de uva… Copa de oro…

Una doncella de Wu de quince años

llega sobre un airoso caballo.

Sus cejas están pintadas de negro,

y sus zapatos son de satén rojo.

Habla con una pronunciación extraña,

pero canta con una voz que acaricia.

En el espléndido festín,

se embriaga en los brazos de mi amigo.

Y, bajo el toldo color rosa,

éste no sabe qué hacer.

 

 

 

 

No inspiración

 

La brisa otoñal refresca.

La luna brilla.

Las hojas caídas,

amontonadas, se mueven.

El cuervo, ya recogido,

sale asustado de su nido.

¿Dónde estarás, mi amor?

¿Cuándo volveré a verte?

¡Ay! Esta noche me duele el corazón.

 

 

 

 

Nostalgias otoñales

 

Las montañas de Yanzhi

se visten de hojas amarillas.

Una mujer joven,

desde la terraza Baidian,

contempla el cielo

cuajado de un mar de nubes oscuras:

el otoño ha llegado a la verde estepa.

¡Mirad, tropas tártaras se agrupan

en la arenosa llanura!

Nuestro mensajero torna presuroso

para anunciar la noticia.

«Ay, cuando regrese mi esposo de la guerra,

hallará, triste, marchita mi belleza».

 

 

 

 

En el tiempo de la cumbre

 

Paso la noche en el templo de la Cumbre.

Levanto la mano y palpo las estrellas.

Mas no me atrevo a hablar en voz alta:

temo molestar a los moradores del Cielo.

 

 

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