Dossier de Poesía Finimilenar: Frydha Victoria Ramos

Presentamos el homenaje a don Alí Chumacero y los poemas de Frydha Victoria Ramos (Tepic, 1993) en esta nueva entrega del Dossier de Poesía Finimilenar, preparado por Roberto Amézquita. Frydha Victoria es estudiante de Comunicación y Medios en la Universidad Autónoma de Nayarit. En 2013 publicó Ánforas de oporto, plaquette de poesía. Ha sido becaria del programa Los Signos en Rotación Festival Interfaz Issste-Cultura, Guanajuato 2014; y de los Cursos de creación literaria, Fundación para las Letras Mexicanas, Xalapa, Veracruz, Verano 2015.

 

 

 

 

 

 

 

 

ÉRAMOS AVES en la intemperie

un día antes del cataclismo

todos tomaron sus cosas mientras

el mundo seguía girando tres veces

sobre su eje

Nos sabíamos alados

tijereteamos el cielo

con la intensidad de quien escucha el vacío

Dicen

desde entonces

que las escrituras tuvieron razón

el mundo se desplomó sobre nosotros

su cuerpo acristalado nos estalló en los ojos

y salió volando

con la forma de otros pájaros que no temieron

Ese fue el comienzo

 

 

 

 

AQUÍ EL MUNDO SE DETIENE y lo veo descender

y desaparece

y ya no está

No puedo tocarlo

escucho cómo chilla

y sé que suena como el claxon

o el motor de un carro

que vuelve a irse

 

 

 

ELLOS ENCUENTRAN

constelaciones en los escupitajos de Dios

giran

con las ruedas del tren que mueve al mundo

A los invisibles les apasiona

tirar aviones de papel en los infinitos

nada temen

pintan sus lienzos con el acrílico de los tulipanes

les nacen hijos de la boca

se miran por correspondencia

van a permanecer ajenos

a la intermitencia

del tiempo

Ellos son

las fotos olvidadas en los basureros

el eco que sopla en las paredes

una ciudad huérfana  que los reclama

Buscan su cara en las esquinas

y no se encuentran

ni en los anuncios clasificados

ni en el efímero reflejo de los charcos

Nos encuentran

Van a quedarse aquí

junto a la eternidad

y desde otras galaxias rezaremos

por ellos

 

 

 

EN MI CUMPLEAÑOS brindaremos

con una botella sin nombre

tu aliento difunto                           s o  p   l    a      r       á

mis veinte velas

 

Nos vamos a vestir de azul

de blanco      de cielo

 

Me regalarás tus flores

Cempaxúchitl de Octubre

llenaremos nuestra casa de plantas muertas

de muertos   sin muerte

de cien mariposas negras que nos regalen

el paroxismo de la vida que no tienes

 

Doce meses han vuelto

y las aves siguen

vo

lan

do.

 

 

 

EL SOL SE ESTÁ MECIENDO en la antena de un taxi
cruje el universo
sobre esta urbanidad que nos asfixia
en Tepic las estrellas se agolpan tímidas y
como esperando penetrar novísimos caminos
se dicen
 adiós
          buenas noches
          mañana nos vemos
para volver individuales
Hay quienes también son pares
pendejos
cómo los odio
la felicidad –piensan-
está entre un cabello rizado
y mientras a lo lejos
los uniformes de la escuela
son más opacos cada vez que
las amas de casa cubren con mantas
el alma de sus niños
eso pasa allá donde nadie se asoma
y del centro los alrededores quedan vacíos
cuando el sol se mece
desde la antena de un taxi
si está nublado no importa
si caen dos gotas no importa
si lluevetruena se acaba el mundo
no importa
porque al final me iré cantando:

seguro que hay sol
mañana

 

 

 

 

MAGO DE LAS LETRAS:

Alí Chumacero

Acaponeta es el lugar donde se unen las palmeras y el cielo para dar paso al paraíso. Alí Chumacero nació en el centro del trópico, en medio de una revolución sus ojos niños vieron cómo el mundo se formaba, fue tal vez esa situación sociocultural la que lo orilló a no respetar las normas, a vivir como hombre primitivo, a ser poeta y llenar con su voz los versos que escribió.

Emigrar de un poblado pequeño hacia la gran ciudad cambió su forma de ver el mundo. Quiero decir, quizás, que fue ahí –en un lugar ajeno- donde conoció el amor, el júbilo y la ira que impregnan sus poemas. Me gusta imaginarlo, quedito, leyendo en su gran biblioteca: formando los tres libros que nos brindan su universo, su silencio que habrá de quedarnos por siempre.

 

 

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