Poesía rusa: Marina Tsvetaeva

Presentamos, en versión de Valeria Guzmán Pérez, poemas de la mítica Marina Tsvetaeva (1892-1941). En palabras de Ilyá Kamínsky, “¿En qué consiste el mito de Tsvetaeva? Una poeta, quien a diferencia de los demás, tuvo una vida  radical y extraña, pero a la vez tan representativa. Era una mujer que se escapó, corrió, gritó, hizo una pausa y encontró el silencio, el ruido del alma”.

 

 

 

 

 

 

 

 

Me gusta que no estás loco por mí.

Me gusta que no estoy loca por ti.

Y que el pesado globo terráqueo

no se derrumbe bajo nuestros pies.

Me gusta que podamos ser divertidos

-licenciosos- sin jugar con las palabras,

sin sonrojarnos con esta ola sofocante

al rozar ligeramente nuestras mangas.

 

Me gusta además que estando frente a mí,

abraces tranquilamente a otra,

sin importarte que yo arda en el fuego

del infierno, por no besarme contigo.

Y que no pronuncies mi dulce nombre

en vano, cariño, ni de día ni de noche…

Y que nunca en el silencio de una iglesia

sonará para nosotros la marcha nupcial.

 

Te doy las gracias con el corazón en la mano:

Por amarme tanto -sin saberlo tú siquiera-.

Por la quietud de mis noches en calma.

Por lo escaso de nuestros encuentros.

Por los paseos que no -bajo la luna-.

Por el sol que nunca -sobre nuestras cabezas-.

Por no estar loco -¡ay!- por mí.

Por no estar loca -¡ay!- por ti.

 

 

 

 

 

 

Ya no te necesito,

cariño, y no es porque no

respondieras a la primera mi carta.

 

Y no es porque estas líneas

escritas desde la tristeza

las leerás riéndote.

 

(Escritas por mí en la soledad

-¡Sólo para ti!- ¡por primera vez!-

Las leerás con otra)

 

Y no es porque sus rizos

rozaran tu mejilla -¡yo misma

soy maestra en leer acompañada!-

 

Y no es porque ustedes juntos

suspiraran inclinándose

sobres mis tenues mayúsculas.

 

Y no es porque ustedes decidieran

dejar caer los párpados al mismo tiempo

-es difícil mi letra y además ¡poemas!-

 

¡No querido! -Es más fácil,

es mayor que cualquier enojo:

 

Ya no te necesito-

es porque… es porque…

¡Ya no te necesito!

 

 

 

 

 

 

 

Abiertas las venas: imparable,

irrecuperable, brota la vida.

¡Trae vasijas y cuencos!

Cada cuenco será superficial

la vasija -plana,

sobre su borde -y más allá-

fluirá hacia la negra tierra para alimentar la hierba.

Irreversible, imparable

irrecuperable, el verso brota.

 

 

 

 

 

 

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