Poesía española: Iván Méndez González

Presentamos una muestra de la obra de Iván Méndez González (Islas Canarias, España). Poeta y traductor. Máster en Literatura Española e Hispanoamericana por la Universidad de Salamanca, es candidato a Doctor en Letras Modernas por la Universidad Iberoamericana con una investigación sobre la obra de Coral Bracho. Sus áreas de interés son la poesía hispanoamericana, de lengua germana y la relación entre la neurociencia y la poesía. Ha colaborado en revistas como Ínsula, Revista de Occidente, Quimera, Río Grande Review, La Otra, El Coloquio de los Perros, Cuadrivio o Vallejo & Co. Sostiene un blog de traducciones de poetas de expresión alemana: Delimited silence [delimitedsilence.blogspot.mx]. La selección corre a cargo de Alejandro Rejón Huchín.

 

 

 

[artificios]

 

cubren los árboles el ansia —desgarrar con el hálito— completan el paisaje (aquí no paran los relojes | el artificio de las horas marchará puntualmente) anima el mecanismo esquizoide la cetrera fijeza de las piedras

inconclusa la sombra de las mesas sobre las baldosas agrietadas por el frío de los meses no pasados

parece cualquier cosa | es algo que tiene poca claridad | algo que delibera sin acercarse demasiado | (ves) se arropa incluso en los taquiones

instante que engaña al deseo, paradoja que sumerge el cuerpo en la espesura de la cal

(siempre que le sirva para no dejarse ver por aquel que le observa)

no importa a qué pluma nos asimos ni las transmutaciones de la noche | ardida

será lo único cierto atravesar la merma.

 

 

 

[arquero]

 

para Joselyn, a su cuidado

 

el espacio traslúcido está pulsado por la cuerda

omitida de un arco

una flecha | una palabra | la forma para un cuerpo

la pultrusión guardó en lo íntimo la naturaleza de su parábola

en la orilla de la diana oscilan la esperanza y la marea

los alientos se alzan cuando el aire se abre —en el surco aislado de su vuelo—

se dispersa el límite inexacto del color rojo

la piel de la manzana quiere dar forma al aire

 

 

 

[medida de la planta del pie]

 

el marino busca las palabras

quiere escuchar los objetos que

no puede nombrar lentamente se van pareciendo los vértices de los conceptos a un lugar

la medida de la planta del pie donde el ancla ya no cede desde el fondo de la materia

ya la nasa no sirve para seducir categorías

 

antes del viaje observa desde lo alto de la colina (susurra el mar)

la calima desaparece

bajo la hondura de los árboles

la maresía impregna el cuerpo del hombre antes del viaje (los huesos saben a sal)

 

se apaga el sol, el sol nunca más recobrado

salir a lo oscuro (dicen de la isla)

saborear la pericia ancestral del beso salado

que tiene frío en los cantos de la orilla

el tuétano de una idea se empolvece tibio | nunca afilado

el beso rompe su lámina líquida contra ellos

evaporación del cuerpo-persistencia de la materia

insiste la palabra en dormir la historia dudosa de los días

que buscan

su plano inclinado en la memoria

 

los niños han sido violados | y no se calman bajo las sábanas oscuras

su llanto sin forma, la poesía tiene sed siempre los encuentra

la luz guarda su olor en la solidez de los pasos que concluyen esta forma

 

el tejido está a salvo, la mañana y la memoria fragmentan su discurso, pero atraviesan la espuma de la orilla: los cantos limados encierran el recuerdo, no acaba el peso de la imagen.

 

 

 

[culpa]

 

apéndices incrustados en sus pulmones, desplegando su sombra por el resto del cuerpo, expulsando culpas como humo

(¿puede la imagen de un poema generar dolor en todo el cuerpo, a manera de un dolor de estómago? ¿subrayar, pensar o chupar la pulsión perceptiva de que una metástasis sea el despliegue de una culpa en forma de anillos de humo da cáncer?)

las cenizas afirman las heridas de un sistema respiratorio | declama el hastío del lugar, la mujer sólo quería ser escuchada

automatismo de la figura en sombras de dedos de la mano derecha, deformes como los instrumentos que ejecutan la percusión

sentada en la piedra silenciada, como si contara desiertos, o como si esperara

con lentitud la piel humeante de frío: la levedad que siempre persevera.

 

 

 

[gesto]

 

para Marta

 

los golpes producen excoriaciones en la mente del niño

pulsión repetida que le enseñó sólo a perder el equilibrio

la lengua incide en los recuerdos el cuerpo modifica la memoria

 

al crecer no deja de ser persistente la punzada

la técnica de yoga le preserva

aprende la sabiduría del guerrero se aferra con sus pies a la tierra

los golpes ya no le hacen perder su sitio en el espacio

las artes de la guerra la sangre dividida

 

un gesto por ahora ángulos inclinados del beso

(gesticulan ojos y labios | se da nacimiento al espacio)

la espesura del cuerpo demuestra su existencia

 

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