Hace unas horas el poeta, ensayista y Premio Nobel de la Paz Liu Xiaobo murió en calidad de prisionero político en China. Hoy, en Círculo de Poesía, presentamos un poema suyo a manera de homenaje, y nos unimos al clamor internacional por la liberación de su esposa, la poeta Liu Xia. Las traducciones son de Sergio Eduardo Cruz.
Quince años de oscuridad
Al amanecer en casa, Beijing, cuatro de junio de 2004.
Quince años de la masacre de Tiananmen.
Hace quince años
una masacre sucedió en el amanecer
morí y nací de nuevo
han pasado quince
bayonetas pintadas de rojo al anochecer
rojo aún cuchillo entre los ojos
quince han pasado
aún tengo pesadillas por esas almas idas
las miro bañadas en sangre
escribo cada trazo cada línea
en ellos emana la tumba
han pasado quince
dentro de lo oscuro libertad perdida
espero que las manecillas del re-
loj marquen el amanecer del año quince
esta noche, en esta ciudad sin templo
espero que miren mis ojos las almas muertas
que conviertan mi mirada observante en el fuego
de una vela y no en el dinero espiritual para los ancestros
y no en la flama sacrificial que ilumina la noche oscura
sino la desnudez de la memoria
es como un hueso que no decaerá
hace quince años
las tropas de la ley marcial tomaron la plaza
los militares dieron una y otra vez la
orden, una transmisión continua de disparos
y de sangrien-
tas noticias unas horas frente
a las multitudes, las multitudes que gritaban
y luego en un parpadeo la luz extinguida
la gente se desperdigó como las balas
dejando sólo ausencia tras ellos
entre las tiendas de campaña frente al Monumento
me uní a los estudiantes y a los residentes locales
muchas balas sonaron
balas pegaron al Monumento
chispas rebotando del mármol
en una rapidez angustiada
partí en dos un rifle automático
aunque no puedo quebrar el silencio de esta noche
mirando un destino impredecible
observo atontado la oscuridad
incapaz de discernir si ese abismo
es infierno o paraíso
han pasado quince años
masacre inesperada sofocándome
prisiones inesperadas que me han endurecido
me he vuelto piedra
inmóvil ante los terrores políticos
mi expresión endurecida, helada,
no cambia
de la sangre derramada al horror de la vigilancia
lo oscuro de esa noche
todavía se mueven muy lento
después de la redada unas esposas
después de las esposas la prisión
después de la prisión los policías vigilando mi puerta
una sombra personal
que interroga a nuestros amigos
los teléfonos intervenidos
el correo vetado
cortadas las formas de comunicación
dejen que me convierta en ciego sordomudo
que en la noche oscura oscura
resiste el silencio
Las paredes de mi celda confinarán mi cuerpo
las paredes de mi celda no atarán mi alma
quince han pasado
el régimen asesino
hace que uno desespere
una nación que tolera al régimen y olvida a sus muertos
hace que uno desespere más
un sobreviviente de la masacre incapaz de pedir justicia
hace que aún más desespere
pero en esa desesperación
recordar los espíritus que se fueron
es la única esperanza que queda
Dejen que la oscuridad se convierta en piedra
y se hunda en la maleza de mis recuerdos.