Poesía mexicana: Chary Gumeta

Presentmos una muestra de Chary Gumeta (Chiapas, México 1962), poeta y promotora cultural. Ha participado en Festivales, Ferias de Libros, Coloquios y Seminarios Nacionales e Internacionales. Ha publicado en diversos medios de difusión y ha sido antologada en varios países. A través de la antología VOCES DE AMERICA LATINA (Edit. MediaIsla, E.U.), sus textos son parte de la cátedra de Literatura en la Universidad Hunter College of New York. Ha publicado “Poemas muy Violetas” Edit. Metáfora, Guatemala C.A. “Como Plumas de Pájaros” Coneculta-Chiapas; “Como quien mira por primera vez un Unicornio” Edit. La Chifurnia, El Salvador C.A., entre otras. Es Coordinadora de los Festivales de Poesía FIPCSC y Proyecto Posh.

 

 

 

QUERIDA MARCELA

 

Querida Marcela

Te pregunto

¿Cómo toleramos esta tragedia,

Esta masacre de cuerpos mutilados

Y de mensajes sobre la piel de las víctimas?

¿Cómo nos hicimos cómplices

En un momento dado de esta vergüenza?

Recordaré dolorosamente

Las buenas intenciones gubernamentales

Y de que tú y yo

Podamos contarlo.

 

 

 

MIGRANTES

 

Para Memo Acuña

 

Escucho un ruido ensordecedor

A la distancia,

Todo tiembla.

“¡Ahí viene el tren de las moscas!”

Grita alguien

Y mis ojos se preñan

De imágenes desalentadas y escuálidas,

Con hombres hambrientos y tristes.

Todos estiran los brazos ansiosos,

Parece que quieren volar

De repente sus manos alcanzan

Lo que les ofrecen aquellas mujeres

De las vías.

Se aleja con su sonar trágico

Hasta que la mirada lo pierde.

Solo son fantasmas

No volverán.

 

 

 

DESCONOCIDA

 

Llueve

Y su rostro recibe el llanto del cielo.

Sus ojos miran fijamente hacia el sur

Buscando una señal

Un regreso.

Semidesnuda

Permanece inerte en aquel lodazal.

Su cuerpo

Cubierto con señales de violencia

Muestran unas piernas blancas

Con gélida belleza;

Sus manos delgadas como alas de mariposa

El color de las violetas.

En aquella soledad

Solo se escucha el murmullo del día en el día

Y el de la noche en la noche.

¿Cómo se llama?

No tiene nombre,

Se pierde entre todos aquellos archivos

Que cuentan historias de desaparecidas.

 

 

 

FOSA CLANDESTINA

 

Yo no escogí

Caminar desnuda en este paraje solitario

Tampoco escogí

Que mi lugar de descanso final

Fuera esta tierra nauseabunda

Donde transitan las almas en pena

Separadas de la vida

En fosas clandestinas.

Yo no escogí recorrer

Sin mi cuerpo este territorio de la muerte

Donde el mosaico es de huesos

Y el perfume ambiental

Es de carne putrefacta.

 

 

 

ANTES DE CRUZAR LA FRONTERA

 

Antes de cruzar la frontera

Antes de poner un pie en ese territorio de tinieblas

Te daré un beso como muestra de amor

Y Te diré como aprendí a amarte

Bajo las sombras de los árboles

En nuestro lejano Quezaltepeque.

Una vez que nos pegue el viento extranjero

Dejaremos que nos devore el humo y el ruido

De ese animal maldito,

Y si todavía estamos juntos

Cerraremos los ojos

Y haremos de cuenta

Que estamos soñando.

 

 

 

“LA BESTIA”

 

Cuando alguien cae

Una estrella se apaga en la vía láctea;

La mía todavía está intacta

Y su luz me permite estar despierto.

Cuando se apague

Mi cuerpo se convertirá

En sombra y sin voz

Que me reconozca.

Tal vez mi ADN sobreviva

Y mamá pueda llevarme a casa.

La “Bestia” sigue deslizándose.

 

 

 

SOY UN POBRE PÁJARO

 

La tristeza penetra mi corazón

Como un animal oscuro y hambriento

Destroza cada imagen

Con mordidas salvajes.

El sable del dolor escarcha la mirada

Con un gemido sutil

Que descubre la herida

Este aventurado éxodo

Hiere cada rincón de mi humanidad

Con cada figura que va esculpiendo el olvido

Sobre el humo de sus chimeneas.

Memorizo sobre las sombras

El rostro amado

Con reproches sobrecogidos

De la profunda lejanía.

Aquí estoy sentado sobre la noche

Cabalgando sobre un sueño

Que jala las riendas de la añoranza y la nostalgia

Beber de los recuerdos

Es un trago amargo.

Lejos,

Sin tus besos

Soy un pobre pájaro

Al que se le han secado las plumas

Y se le han caído las alas.

Cierro mis labios

Y guardo el sabor para siempre;

En el último reflejo de la tarde

Ya no me oyes

Ya no me hablas

En mis ojos se quema tu mirada.

 

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