Poesía argentina: Julián Axat

Presentamos una muestra de Julián Axat (Argentina, 1976). Publicó los libros Peso formidable (2004); Servarios (2005); Medium (2006); Ylumynarya (2008); Neo o el equipo forense de sí (2012); Musulmán o Biopoética (2013). También ha publicado las antologías Si Hamlet duda, le daremos muerte (2010), La Plata Spoon River (2014), y Rimbaud en la CGT (2014); Offshore (2017). Dirigió la colección de poesía Los Detectives Salvajes, de la editorial La Talita Dorada hasta 2015. Su poesía ha sido traducida al inglés, francés e italiano. Figura en antologías de renombre como Resistencia en la tierra (2014), Giovane poesía latinoamericana (2016); Atlas de poesía argentina (2017).

 

 

 

 

INFLAMA

 

De qué miseria o fisura que la bordea

salgo a meterme yo y revolver

y no naturalizar -cada vez-

 

Si acaso los pedagogos de hoy que salen de las cloacas

que sostienen a su factótum

ni siquiera conocen la mugre inflamable de los ojos

la miasma que respiran los Leopoldo Maria Panero que no nacerán

 

Así de una madre amputada en la entrada terraplén

del puerto de Buenos Aires

allí donde por día se arrojan toneladas de alteración

que va a parar hacia los ADN que malformaran células

por varias generaciones de ratas y otras alimañas

que llegarán a tener el tamaño de perros

y que se comerán perros y así…

 

Tan solo del otro lado del Riachuelo

ahí donde el factótum fabrica una torre de 60 pisos

a medio millón de dólares con vista a la ciénaga

y a la amputada que juro que se la ve todos los días desde el piso 50

y a las ratas también visibles de gordas que ya no son abortables

porque desovan

desovan un futuro promisorio para los hijos de los cardenales

en lo alto frente a la ciénaga

 

Pues de qué miseria o fisura que la bordea

salgo a meterme yo y revolver

y no naturalizar -cada vez-

 

 

 

 

LAPSUS

 

Cuando todo estalle no habrá déficit ni riesgo

ni polen ni musgo en las alcantarillas de los alacranes grises

ellos con sus carpetas comenzarán de nuevo a inflar el crédito del porvenir

para que vuelva a estallar tarde o temprano y así un campo de batalla

la pesada herencia de los cautos & ramplones

que mis nietos no sean la marea que se corrompa

reconociéndose en el espejo imagen de tentáculos que lleva la historia

 

Parece normal que cuando todo estalle

el único Ministerio sea el de la Poesía

llevando al cadalso a los autores del ejercito de reserva de los muertos

 

Cuando todo estalle -parece ya normal-

no empezaremos de nuevo

 

 

 

 

VECINOS DE CALLE 30

 

Ayer fui invitado de prepo

grupo “en Alerta”

el mismo día en el que en mi país

se celebra la sumaria mazorca de azules y pitufos

 

Bertolt Brecht me saluda desde su tumba a la distancia

Y también me saluda un vecino

desde su WhatsApp

el mismo que por la vereda ni siquiera me mira cuando paso

 

Mi amigo poeta de la 29 me dice que no tiene grupo “en Alerta”

y van apareciendo listas de la supuesta escoria que acecha a la 30

pinchan con alfileres a su Tablet vudú

 

Las mariposas negras en el nido el huevo

de la serpiente prontuaria

que se vuelve a morder la cola

 

 

 

 

& EL HOMBRE QUE FUE MARTES

 

Infiltrarse

Infiltrarse en la gente

& armar asociaciones bien oscuras

Malignas altamente peligrosas

Inventar terroristas subversivos & hechiceros

Herejes brujos exorcizados cancerberos

Infiltrar al hombre que fue jueves & viernes & sábado

Infiltrar las novelas de Chesterton con periodismo barato

No leer a “Los demonios” de Dostoievski

& desobedecer los panegíricos de Sion

Ni en “La eternidad por los astros” de Blanqui

o en las largas cabelleras de los comuneros llenas de infiltrados de Paris

aquellos que hicieron la Revolución

Los únicos terroristas polis infiltrados que lucen de terroristas

& terroristas que no existen sino en la mente del estado terrorista

Infiltrados Lenin Pasolini el presidente los senadores

el celador el docente & el ama de llaves

Infiltrados los talleres de poesía & la rutina de box

La realidad infiltrada por los que ya no están a salvo de la infiltración

& se miran unos a otros preguntándose infiltrados hasta los tuétanos

 

 

 

 

ESTRELLA CERCANA

 

Miguel Ángel Estrella brinda un recital para los presos alojados en la Cárcel de Chimbas

Miguel Angel ofrece un repertorio de música clásica y conversa

Sobre el pasado

 

Estrella les cuenta y viaja a 1976

Cuando los militares le martillaban las manos y amenazaban con cortarle los dedos

“por el hecho de ser pianista” le decían

Por aquel entonces sintió que Dios le hablaba y le pedía no morirse

Y así sobrevivió al Mal

Y así los conciertos de piano para Estrella empezaron en el exilio

Primero en las cárceles de Francia en 1982

Y más tarde en villas, pobreríos, cárceles, fábricas Argentinas

“La música salva” dice y siente Miguel Ángel al medir el horror por distancias

 

Hasta que cuatro décadas después desembarca en Chimbas

Toca Bach y recuerda cuando… alguien entre los presos espectadores interrumpe…

Pide prestado su lugar al ejecutante para recordar un tango y “adelante, como no…”

Cede el amable Estrella

 

Entonces la música comienza atonal y chirría espantos 

En la voz o susurro del capitán Nazi Wilm Hosenfeld

Grita al pianista Wladyslaw Szpilman que toca como poseso en el Gueto

Pero no el “Nocturno en cis moll” de Chopin

Los gritos de ultratumba de la desaparecida Marie Anne Erize

Piden clemencia en la ESMA

Y los dedos gráciles de Estrella que se arrastran cada vez

Más toscos aplastados por el martillo de las brujas que no quiere a Dios ahí

Y los presos de Chimbas espectadores alucinados de esa musiquilla infernal

Ven al concertista cuando se le salen las falanges

 

Y al Asesinato

Ya no convertido en una de las Bellas Artes

Tras el réquiem

El solicitante descolocado como Diablo de Chimbas

Levanta su rostro y se para

Busca tenderle la mano al impertérrito Estrella

 “Me llamo Jorge Olivera, soy un preso político…

… gracias por prestarme su piano”

 

 

 

 

ILUMINACIÓN EN VILLA CARAZA

 

No dormía, solo me despertaba a cada rato y veía, vi a mis padres, a mis abuelos, a todos de la mano mirándome fijo, pero a lo lejos vi a mis ancestros más lejanos con flores negras en las manos, como si cumplieran un ritual ajeno pero demasiado familiar que yo desconocía pero era cotidiano. Vi una proyección en el cielo de halcones que lanzaban artefactos sobre la tierra y las casas vecinas ardían arrasadas en un fuego amarillo de pronto verde, y la gente pidiendo implorando esos colores a los gritos, pero después quejándose cuando ya ardían en el flash del pasado. Vi un mundo fosforescente iluminarlo todo como en el flash que se metía en el pozo oscuro de la historia, se prendía y apagaba hasta salir y rociar los ojos inyectados de los que pasaban. Vi a las tierras del interior levantarse con motopalas y a niños refugiados con estrías en los brazos quejarse de su herencia malforme, exigir la vuelta de su país con pancartas ya sin colores ni clientelas.

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