Sobre Anamnesis de Clyo Mendoza

Presentamos una reseña del poeta y ensayista Omar Alejandro Ángel Cortés sobre Anamnesis de Clyo Mendoza (Oaxaca, 1993). Fue merecedora del IX Certamen Internacional de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz en 2018. Publicó Anamnesis en Cuadrivio en 2016.

 

 

 

 

Anamnesis o la oportunidad de vencer una vez más

 

“Ofelia se acerca, bultos de alas tornasol le cantan: dos veces has soñado y dos veces vencido” (Mendoza 16). ¿A quién y en qué lugar, en dónde, a qué deshoras se le ha interrumpido la existencia con la vívida ilusión de una nueva, o anterior? Con base en Platón, específicamente en los diálogos Fedón y Menón, es como mi lectura de este poemario presenta a la anamnesis: la capacidad del alma para recordar los conocimientos que ésta olvida al entrar a un cuerpo nuevo. Así, en este texto, ópera prima de la novísima poeta mexicana Clyo Mendoza, el lector se ve inmerso de dicha sensación: recuerdos de una cruda vida pasada (quizá futura). El texto, ante el cual resulta necesario detener la mirada más de un instante para poder comprenderlo y adentrarse en él, se compone de doce poemas numerados en romano y de otros trece textos que dan al lector las notas clave, a manera de acápites (“No miraré el lugar donde fuimos felices”, “Primera cianotipia” [Cfr. 36, 40]), para comprender aquello que sucede en tinta roja, rojísima.

“Mi abuelo le mostró a mi abuela su rojo cuando ella tenía catorce años, esa fue la noche de bodas […] su sangre se había mantenido dentro de ella a pesar de rasguños de arbustos y caídas: sus heridas siempre eran solo una mancha color salmón brillante, una rosa” (Mendoza 9) resulta la antesala a, desde mi lectura, una nebulosa ilusión, un sueño profundo pero a la vez con una fuerza, crudeza y sobriedad tales que obligan a resignificar la realidad. Como mencioné, es quizás el sueño el móvil idóneo para la comprensión de este primer gran texto. Así, “Ofelia luchó pero la sangre llamaba al cuerpo y cayó, irremediablemente, en un hueco vecino al sueño: el recuerdo de una visión pasada” resulta el puente entre el cual texto y realidad se funden en un nuevo significado.

Si bien podría encasillarse en el género poético por una suerte de elementos que dejaré su juicio al lector, cabe detenerse en el manejo de la prosa poética de la autora. Como señala Stephen Burt en “Por poco y disparate: cómo leer y tal vez disfrutar la poesía más nueva”, “los preceptos más importantes son los más simples: buscar una persona y un mundo, no un argumento o una trama. Disfrutar los dobles sentidos, no sentir que debes escoger entre ellos. Preguntarse cuáles son los elementos diferentes que tienen en común…” (Calderón y Osorio 159) y en Anamnesis caemos en cuenta de dicha simpleza: con Ofelia como protagonista y su mundo en rededor no resulta necesario mayor artefacto ni artificio.

Por otro lado, “etimológicamente el verso -de versus– retrocede, mientras la prosa -de prosa oratio, ‘discurso continuo’- avanza, segmentada solamente por los signos de puntuación que señalan la disposición de la sintaxis ‘natural’ de la lengua”, palabas de  Alberto Bertoni (Calderón y Osorio 182), no pueden resultar más ad hoc para lo que sucede en y de esta obra de Clyo Mendoza: una prosa poética que, con fuerte lirismo y determinación, avanza.

En esta serie de sueños en los cuales Ofelia intenta acostumbrarse al mundo que le rodea, signada por la culpa, podemos ser partícipes de la huida al reflejo y la contemplación (además de la comprensión) del mismo: “Largo silencio. Ofelia no mira a Ofelia, clava la mirada en la bolsa de agua que ayuda a espantar a las moscas” (Mendoza 42). Además, vida y muerte se entrelazan en el poemario; dejo al lector la elección de cuál seduce a cuál o quién gobierna a quién. No obstante, lo que sí es necesario esclarecer es que en este texto, la protagonista, el yo lírico… la poesía misma, se muestran totalmente expuestos y dispuestos… virginales, incluso. Por referir sólo algunas características más, el discurso epistolar toma un gran papel en el desarrollo de la trama, así como el cuerpo. Para esto último, sugiero la lectura conjunta de Luce Irigaray, “This sex which is not one”, por ejemplo, referida en la bibliografía de esta reseña.

Para concluir y motivar más al lector a su encuentro y disfrute de esencias pasadas (o futuras), sólo me resta mencionar que Anamnesis, poemario de vida y muerte presentado mediante una lente de crudeza y vivacidad, es capaz de voltear la realidad en cuantos planos se puedan imaginar y presentarnos la historia del desgarre, de lo rojo, mediante la mirada de la abuela, la madre, la hija… la mujer.

 

 

 

Bibliografía

Bertoni, Alberto. “La crisis del verso libre: El fenómeno neométrico y la tendencia a la prosa”. Reinventar el lirismo. Problemas actuales sobre poética. Alí Calderón, Gustavo Osorio (eds.). México: Valparaíso, 2016. Pp. 179-191.

Burt, Stephen. “Por poco y disparate: cómo leer y tal vez disfrutar la poesía más nueva”. Reinventar el lirismo. Problemas actuales sobre poética. Alí Calderón, Gustavo Osorio (eds.). México: Valparaíso, 2016. Pp. 153-178.

Irigaray, Luce. “This sex which is not one”. Feminisms. An anthology of literary theory and criticism. Robyn R. Warhol y Diane Price Herndl (eds.). New Brunswick / New Jersey: Rutgers University Press. Pp. 350-356.

Mendoza, Clyo. Anamnesis. México: Cuadrivio, 2016.

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