Encuentro Internacional de Poesía Ciudad de México 2018: Glenn Colquhoun

Celebrando su décimo aniversario, Círculo de Poesía los invita a las lecturas del poeta neozelandés Glenn Colquhoun que tendrán lugar del 20 al 23 de julio en el Encuentro Internacional de Poesía Ciudad de México 2018, dentro del marco del Festival DiVerso. A continuación presentamos tres poemas suyos en versión de Rogelio Guedea.

 

 

 

 

Educación médica

 

para Peter Rothwell

 

En obstetricia aprendí que una mujer se abre con rapidez como la puerta de un elevador. El cuerpo se retuerce como la gente que abandona una oficina en una tarde lluviosa.

En cirugía aprendí que un cuerpo es un animal. El corazón palpita lentamente como un tigre en su jaula.

En medicina aprendí que un cuerpo es el interior de un reloj. Nos encorvamos cuidadosamente sobre pequeñas mesas con instrumentos contundentes.

En geriatría vi que el cuello toma la forma del corazón de una manzana.

En Accidente y Emergencia aprendí que el cuerpo es un pez. Algunos respiran agitadamente como si hubieran sido atrapados.

En pediatría aprendí que el cuerpo es un pájaro. Dejo pequeños trozos de pan en claros senderos.

En cuidados intensivos descubrí que el cuerpo es un número. El enfermo suda como un colegial estudiando matemáticas antes de un examen.

En radiología vi que el cuerpo es un mapa.

En ortopedia supe que el cuerpo puede romperse. Los huesos se doblan
debajo de la piel como si fueran parte de una casa de campaña colapsada.

Por los enfermos supe que el cuerpo es un instrumento. Algunos han tocado
la más delicada música.

En anestesia vi gente colgando de delgados tallos como las manzanas maduras.

Pero en la sala de partos aprendí a jurar.

 

 

 

 

 

El indígena Pakeha

 

No soy el primer hombre que mi mujer amó.
Tampoco el hijo mayor de mis padres.
Mi carro es de segunda mano.
Algunas veces he tenido que usar
las camisas de mi hermano mayor.
Otras, los pantalones de mi padre.
La casa donde vivo no es nueva. Las cortinas me las dio
mi madre. El piso era un árbol.
Las vidrieras una paletada de arena blanca.
No soy la primera persona que piensa
que la luna es una rebanada de queso
o la tierra la panza de un pescado
emergiendo del mar.
Según una viga de cuatro por dos
Wiki estuvo aki antes ke yo.
He leído que la tierra no es plana
y las estrellas redondas,
aunque a mí me parecen cuadradas.
Cuando hablo hablo en griego.
Cuento en babilónico.
Tomé a Dios de algunos misioneros
que lo tomaron de Roma
que lo tomaron de Grecia
que lo tomaron de los judíos.
Los judíos nomás lo azotaron.
No fui el primero en llegar aquí.
Él vino de algún otro lugar.
Yo le compré la tierra a alguien
que a su vez la compró a alguien
que a su vez la compró a alguien
que tal vez la robó.
El sol se levanta en el Este.
El viento viene del Oeste.
Bebo té en china.
El perro de mi vecino aún me ladra.
Creo que es un pastor alemán.
O no pertenezco a nadie
o soy indígena en todas partes.

 

 

 

 

Una disculpa

 

Yo no fui el hijo que sirvió para llevar

la palabra de Dios a todo el mundo.

 

No fui el hijo que consiguió ofertar

una vaca fina en un remate.

 

Ni fui el hijo capaz de arreglar

un motor descompuesto.

 

Nunca gané un juego en el último minuto.

 

Tampoco fui el hijo que sudó mares

al final de una excavación.

 

No fui el hijo que permaneció impasible

al ver su propia sangre.

 

Ni fui aquel que pudo conquistar

el corazón de una hermosa mujer.

 

Nunca fui capaz de resguardarme de un día de lluvia.

 

No fui el hijo que descubrió

la cura de una extraña enfermedad.

 

Ni tampoco el que les dio una generación

de grandes hijos.

 

Fui nada más el hijo que creyó

en la escritura de la poesía.

 

Lo cual es, supongo, al final,

prácticamente lo mismo.

 

 

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