Rumi, el poeta místico del Islam, texto de Carlos Sánchez Emir

Presentamos un ensayo de Carlos Sánchez Emir (Ciudad de México, 1998) sobre el poeta místico Rumi, importante figura para las tradiciones poéticas de medio oriente. Ha sido becario, un par de ocasiones en el Curso de Creación literaria para jóvenes de la Fundación para las Letras Mexicanas y, de igual manera, becario del Festival Cultural Interfaz ISSSTE-Cultura/Los Signos en Rotación. Actualmente es estudiante de Lengua y Literaturas Hispánicas en la UNAM. 

 

 

 

Rumi, el poeta místico del Islam

 

En este tiempo donde, suponemos, la bandera de diversidad está en el frente, al menos, en Occidente, hay aún prejuicios a ciertos sectores de la población mundial. Uno de los pueblos menos entendidos y profundizados en nuestra cultura es el Islam. Los medios de comunicación han unido términos como pobreza, intolerancia y terrorismo a todo un pueblo; generalizándolo y afectando a su comprensión; tergiversando su cosmovisión. El no siempre certero, Mario Vargas Llosa, ya ha dicho atinadamente: “La inmensa mayoría de las víctimas del terror del islamismo radical son musulmanes moderados” (El Universal, 2015). Por esta razón creo que, una de las ramas menos enlazadas con el fanatismo, tal como lo es el sufismo, hará entender mejor una idea de mundo muy rica e íntima, donde religión y humanidad conviven armónicamente.

Si bien Rumi no es el iniciador de lo que hoy llamamos Sufismo, sí es uno de los principales forjadores y continuadores de una manera alterna de pensar el Islam. Debido a las diferencias con la ortodoxia musulmana, los sufís han sido reprimidos a lo largo de la historia e, incluso, en la actualidad en algunos países de mayorías mahometanas.

Uno de los fundamentos básicos del ideario de Rumi y del sufismo es la mística. Entendiendo mística como un tipo de experiencia, por cierto, muy difícil de alcanzar donde se llega al grado máximo de unión del alma humana a lo Sagrado durante la existencia terrenal. Es importante mencionar que el concepto de Sufi ha derivado de la palabra Suf, y esta palabra significa Lana. La lana en la vestimenta era símbolo de sometimiento y modestia; por otro lado, Alessandro Bausani menciona que la palabra Sufí va a la par de místico (Bausani, Alessandro. 1980, p 80). No obstante, Hujwiri, uno de los cimientos del sufismo, apunta: “Para los sufíes el significado (de suf) está más claro que la luz del sol y no necesita ninguna explicación o indicación. Como sufí no admite ninguna explicación, todo son conjeturas, tanto si reconocen la dignidad del nombre como si no, cuando tratan de comprender su significado” (Hujwiri, A. 1936, p.90)

Se podría decir que el Sufismo es la mística islámica en esencia; es decir, la búsqueda de la unión máxima con lo sagrado a través de una vía terrenal. Esa unión es alcanzable a través de la música, la poesía, la danza (el mejor ejemplo es el Sama) e, incluso, la relación amorosa, sexual y coital. La ortodoxia no ha visto a esto, en el mayor de los casos, con buenos ojos porque la celebración terrenal de la divinidad quebranta el ideal religioso ya legislado.  

Muestra de la contradictoria recepción del sufismo, por el propio Islam, son las siguiente páginas web de difusión islámica: mientras Web Islam dice: “El Sufismo es el atributo de aquellos que aman. Los amantes son personas que son purificadas por el amor, libres de sí mismas y de sus propias cualidades y completamente atentas al Amado. En otras palabras los Sufis no están inmersos en el servicio por alguna cualidad propia, pues ellos ven todo lo que son y tienen como perteneciente a la Fuente. Un antiguo Sufí, Shebli, decía: ‘El Sufí no ve nada más que a Dios en los dos mundos’” (Helminski, Camille. 2006). en tanto la página Musulmanes Andaluces afirma: “El sufismo es peligroso, profundo, quebrador, vertiginoso. Ésta era una advertencia amistosa que siempre se hacía al que mostraba deseos de iniciarse en un arte para el que había que estar muy preparado. En muchos casos, el sufismo no es peligroso ni arriesgado: es una tontería” (Musulmanes andaluces consultado julio de 2018). Sin embargo, las palabras de Rumi muestran la importancia vital de esta línea del Islam y de uno de sus fundamentos: el Amor: “Si las explicaciones espirituales bastasen, fútil y vana habría sido la creación del mundo (material). Si el amor fuese solo pensamiento, puro espíritu y teoría mental, la forma de vuestro ayuno (ritual) y de vuestra plegaria (ritual) se desvanecería. Los regalos que mutuamente se hacen los amantes respecto al Amor, nada más que forma, pero sirven para dar testimonio de los sentimientos que están ocultos en el fondo del corazón” (Bausani, Alesandro, 1980, pp 84-85).   

Regresando a nuestro personaje, Rumi, hay que decir que el Rumi poeta y místico se originó el 23 de octubre de 1244,  cuando Rumi había llegado al límite de sus potencialidades dentro de la ortodoxia, el encuentro con un hombre de nombre Shams-e Tabrizi, que podríamos traducir como el sol de Tabriz, iba a cambiar por completo su vida. Durante los dos años que convivieron juntos, los amigos se entregaron al éxtasis místico. Este fue el origen de una de las obras más interesantes y fundamentales de la literatura escrita en persa, el Divan de Shams. El siguiente es uno de los poemas aparecidos en el Divan, donde podemos observar la importancia que tuvo Shams en el camino místico de Rumi:

 

La poesía es eso de lo que dices.

Un trozo de arcilla no puede hablar ni conocer nada;

de hacerlo, lo hará como un trozo de arcilla.

El cuerpo es el instrumento para calcular la astronomía del espíritu,

mira a través del astrolabio y vuélvete oceánico.

¿A qué esta platica desordenada?

No es mi culpa, deliro. Tú lo provocas.

¿Aceptas mi amor, mi locura? Di que sí.

¿En qué idioma lo dirás, en árabe, en persa en cuál?

Nuevamente debo atarme;

trae a mí las cuerdas rizadas de tu cabello.

 

Se dice que Shams reveló el ritual encabezado, posteriormente, por el hijo mayor de Rumi y sus discípulos tras la muerte del poeta en 1273, cada 17 de diciembre se celebra este acontecimiento como una “gran boda mística”.

Los sufís seguidores de las enseñanzas de Rumi, llamados giróvagos o derviches danzantes se reúnen en el Sama (danza) con los consejos de Rumi. Shams es el punto alrededor del cual giran. Dice Elsa Ramírez Castañeda, estudiosa de Rumi y antóloga: “El ensimismamiento sin un centro y una dirección son nada, se requiere disciplina y luchas previas en la experiencia interior para sacar del caos, por fin, a Dios. La iluminación quiebra a quienes carecen de preparación y si bien toda revelación  es de carácter personal, se requiere de un maestro y un eje. Poesía, caligrafía, voz y música obedecen al afán de hallar un centro dentro del conjunto disperso y asonante del mundo externo” (Ramírez Castañeda, Elsa, 2005, Prol. La sed de los peces p.14). Es así como Rumi ha de proponer un camino para la unión mística por medio del amor y el conocimiento, ya dice el rapsoda en otro poema:

 

Para la mente hay cosas que son novedad,

para el conocimiento interno

todo está transcurrido plenamente.

Para quienes dudan hay dolor.

Para quienes creen hay Evangelio.

Para el amante y el visionario hay Vida como la vivida.

 

En sus textos se mezclan diálogos, poesía, anécdotas, cuentos, interpretaciones del Corán; es cierto, jamás fueron pensados como “obras”; sino, como fragmentos útiles para incitar a la búsqueda, para la enseñanza o como transcripciones de sus palabras durante las lecciones y recitativos de las ceremonias de sama. También, en sus textos, Rumi, es un feroz crítico de las devociones excluyentes y de la hipocresía religiosa. Hay que ser certeros, nuestro poeta, como muchos otros escritores, en su tiempo, usa fragmentos, vueltos a hacer, de otros autores. Muchos de sus cuentos pasan, a su vez, a ser parte de los relatos comunes y, es así, como hay ciertos ecos, en su narrativa y lírica, de obras como Las mil y una noches. Cito, una vez más, a Elisa Ramírez Castañeda: “Abundan las fórmulas, los cánones y los lugares comunes de la poesía árabe, turca y persa que comparte con sus contemporáneos, pues no pretende la originalidad ni la perfección literaria, sino la eficacia en la enseñanza” (Ramírez Castañeda, Elsa, 2005, Prol. La sed de los peces p.15).

Toda la explicación anterior se entenderá mejor con los propios versos de Rumi:

 

Si alguien pregunta cómo se sentiría

la satisfacción perfecta de todos los deseos,

alza la cara y di:

Así.

Si alguien desea saber lo que es el Alma

o qué significa la fragancia de Dios,

acerca tu cabeza a la suya y mantén la cara cerca:

Así.

Si alguien se pregunta cómo Jesús levantó a los difuntos,

no intentes explicar el milagro.

Bésame los labios:

Así.

El alma a veces deja al cuerpo, regresa.

Cuando no crean esto, regresa a mi casa:

Así.

Cuando los amantes gimen,

cuentan nuestra historia.

 

Ante esto, ¿cómo es visto Rumi en la actualidad? Su figura en el Islam; por un lado causa admiración y consuelo; por el otro, cierta desconfianza. En Occidente ha tenido una recepción que, en lo general, ha sido bastante afortunada. Por ejemplo, la UNESCO declaró el 2007 “Año Internacional Rumi”, es otra también la noticia que encontré en la red, la cual me causó sorpresa y una ligera sonrisa, en el artículo de Halil Bércena “Un pájaro persa llamado Rumi” se informa: “El rotativo norteamericano The Christian Science Monitor recogía, el 25 de noviembre de 1997, un artículo de la periodista Alexandra Marks en el que se afirmaba que Rumi se había convertido en el poeta más vendido en los Estados Unidos, lo cual no deja de tener su gracia, tratándose de un poeta musulmán, nacido en el Afganistán del siglo XIII, y que para colmo se expresaba en persa, la actual lengua de Irán” (Bércena, Halil, 2007).

El populismo de Rumi en ciertos sectores de la sociedad occidental es notoria; no obstante, aún hay mucho que profundizar en Rumi como poeta y religioso y, también, mucho que profundizar en la tradición sufista. Pienso, el conocimiento ayudara a librarnos del prejuicio y esto, a su vez, espero, nos librara de la violencia religiosa e ideológica.

Concluyo con el siguiente poema de Rumi, donde misticismo y poesía se encuentran en precisa comunión:

 

Siempre es lo mismo: 

cuando termino un poema

me sobreviene un gran silencio

y me pregunto por qué se me ocurrió usar palabras.­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­

 

 

 

 

Bibliografía:

 

Bausani, Alessandro (1980) El Islam en su cultura. Fondo de Cultura Económica, México

Bércena, Halil, (2007) “Un pájaro persa llamado Rumi”, CETR, España

Chevalier, Jean (1987) El sufismo, Fondo de Cultura Económica, México

  1. Hujwiri (trad. Nicholson), The Kashful al-Makhjub, Gibb Memorial Trust, Reino Unido

Helminski, Camille (2006) “Qué es el sufismo”, Web Islam, España

Monsterin, Jesús (2012) El Islam, Alianza, España

Musulmanes Andaluces (consultado 23/07/18) “Cuidado con el sufismo”, Musulmanes andaluces, España.

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