Poema para leer un viernes por la tarde: Oda XVIII, de Ricardo Reis

En Poema para leer un viernes por la tarde, nuestro editor, el poeta Mario Bojórquez, nos recomienda leer un bello poema de Ricardo Reis, heterónimo de Fernando Pessoa, una de las máximas figuras literarias de Europa. Además del poema y la nota explicativa, incluimos una fotografía de una página del original mecánico que incluye correcciones de O ano da morte de Ricardo Reis, de José Saramago. La traducción del poema y del fragmento citado son de Mario Bojórquez. Esta sección es un feliz pretexto para volver a viejos, conocidos poemas, así como para descubrir nuevos autores.

 

 

 

 

El siguiente poema es el que usa José Saramago para introducir al personaje de Marcenda, creo que en la versión española se llama Marcela, en O ano da morte de Ricardo Reis. La palabra marcenda, da para ajado, marchito o mustio, así Marcenda, el personaje, tiene un brazo que ha quedado sin uso y por esta razón consulta al doctor Ricardo Reis. El hecho de que inicie con mayúscula el verso: “Marcenda, guardo-a; murche-se conmigo.”, permite construir un Marcenda como nombre propio y con él un personaje que refiere a su condición física. Ricardo Reis le presume al fantasma de Fernando Pessoa que ha escrito nuevos poemas, Pessoa responde que conoce muy bien la obra del doctor y está seguro que no hay poemas nuevos, Reis dice la mitad de un verso que Fernando completa sin dificultad. Aquí uno de los nudos fundamentales de la novela:

…No volvió a tener noticias de Marcenda, Ni una palabra, escribí hace unos días unos versos sobre ella, Lo dudo, Tiene razón, son apenas unos versos donde aparece el nombre de ella, quiere que se los lea, No, Por qué, Conozco sus versos de memoria y salteados, los hechos y por hacer, novedad sería sólo el nombre de Marcenda y dejó de serlo, Ahora usted es quien no es amable Y ni siquiera puedo disculparme con el estado de mis nervios, diga allá el primer verso, Saudoso ya de este verano que veo, Lágrimas para las flores de él empleo, puede ser el segundo, Acertó, Como ve sabemos todo uno del otro, o yo de usted, Habrá una cosa que sólo a mí me pertenezca, Probablemente, nada…

 

…Você tem tanto medo das mulheres como eu tinha, Talvez ainda mais, Não voltou a ter notícias de Marcenda, Nem uma palavra, eu é que escrevi, há dias, uns versos sobre ela, Duvido, Tem razão, são apenas uns versos em que o nome dela está, quer que lhos leia, Não, Porquê, Conheço os seus versos de cor e salteado, os feitos e os por fazer, novidade seria só o nome de Marcenda, e deixou de o ser, Agora é você que não está a ser amável, E nem sequer posso desculpar-me com o estado dos meus nervos, diga lá o primeiro verso, Saudoso já deste verão que vejo, Lágrimas para as flores dele emprego, pode ser o segundo, Acertou, Como vê sabemos tudo um do outro, ou eu de si, Haverá alguma coisa que só a mim pertença, Provavelmente, nada…

 

 

Mario Bojórquez

 

 

 

 

 

 

XVIII

 

Saudoso ya de este verano que veo

lágrimas para las flores de él empleo

en la memoria invertida

de cuando habré de perderlas.

 

Traspuestos los portales irreparables

de cada año, me anticipo a la sombra

en que he de errar, sin flores,

en el abismo rumoroso.

 

Y tomo la rosa porque la suerte manda.

Ajada, la guardo; se marchita conmigo

antes que con la curva

diurna de la amplia tierra.

 

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