Patente de corso: G. Adali-Mortty

Iniciamos en Patente de corso una serie especial dedicada a la poesía de Ghana, seleccionada, presentada y traducida por David Anuar y Rodrigo Quijano. El primer poeta de la serie es G. Adali-Mortty. Puede considerársele como uno de los mayores poetas de Ghana en la segunda mitad del siglo XX. Junto al poeta Kofi Awoonor publicó la antología canónica de la poesía de su país: Messages: poems from Ghana (Heinemann, 1971).

 

 

 

 

Geormbeeyi Adali-Mortty nació en el Norte de Eweland8, en el antiguo mandato9 británico de Togo que actualmente forma parte de Ghana. Fue educado en la escuela de Achimota y en la Universidad de Cornell. Geormbeeyi ha desempeñado una apasionante carrera como maestro, trabajador social, instructor de adultos y administrador. Hasta 1968 fue Comisionado Especial para la Redistribución del trabajo en Ghana. Empezó a escribir poesía muchos años atrás, y puede considerársele como la figura principal de los poetas mayores de Ghana.

La poesía de Geormbeeyi refleja el panorama de su villa natal, Gbogame. En ella aparecen sonidos, olores, la plantación y cosecha del arroz, que muestran el arraigo profundo con su madre tierra. A pesar de manifestar en su material poético una feroz fidelidad a las tradiciones de su pueblo, Geormbeeyi ha viajado mucho —Brasil, Europa, Ceilán, y los Estados Unidos. Esto se hace patente en el dialogo que mantiene su poesía con lugares lejanos, y que refuerza su nostalgia por los valores inmortales y los encantos de su tierra natal. Romántico y realista al mismo tiempo, Adali-Mortty posee un genio para lidiar con las realidades ásperas y los problemas de la vida africana moderna, y una exaltable habilidad para capturar y cantar el envejecimiento y el desvanecimiento de África.

Estas escenas revelan un mundo poseído por sombras y espíritus y creaturas que comparten la vida con el hombre, y como Geormbeeyi dice: “me persiguen tanto en el trabajo como en el juego”:

 

   Aquellas hojas que susurran tras el hueco
en la pared del sueño de la infancia
y su futuro.

 

Su poesía puede ser dura, triste y quejumbrosa:

 

   Estiércol en los callejones destripados
y chozas próximas de barro firme
sus despojos tienden un deleite
a las termitas

 

Aunque todavía joven y activo, el autor lamenta la cercanía de la vejez, las oportunidades perdidas y los sueños rotos de un mundo nuevo:

 

   Ahora somos viejos
Alguna vez subimos la pendiente
con paso joven, lleno de ilusiones.
…………………………………………………..

Exclama a los que suben
Nosotros vimos la primera aurora;
los prístinos ocasos.

 

A pesar de su fuerte vínculo con los sonidos familiares y los lugares de su infancia, Adali-Mortty ruega por una conexión trascendental de los hombres, de la vida, el amor y el universo.

El elemento más presente en la poesía de Adali-Mortty es la infancia, que se añora en casi todos los poemas con una recalcable nostalgia y patetismo, creando dentro del sueño desvanecido del mundo de la juventud, las esperanzas y deseos de un mundo cansado y turbulento:

 

   ¡En la luna, o tal vez en Marte
alguna vez, comprenderemos!


 

 

 

 

Tambores en acción

 

¡Oh, por las manos

y atentos oídos!

La suave cadencia de los tambores

que marcha en ansiosa labor

espera al tamborilero y sus manos.

 

La piel muda del tambor, apenas tocada,

palpita.

¡Silencio y son!

 

¿Dónde está Agama10, el as del tambor?

 

A pesar de cuan alto te lleve el camino, nunca subirás un árbol.

¡Cómo terminó el camino de aquel tamborilero en un árbol!

 

¿No es

la puerta

acaso el fin del viaje?

 

Llama a nuevos tamborileros,

que se junten en la villa cercana,

hoy danzará la juventud.

Agama ha dejado el tambor;

Recluta músicos nuevos, llama;

que los pies danzantes se agiten hoy.

Coro: Están llenos los ríos;

¿por qué no las ollas ardientes de nuestras madres?

¡Oh, por las manos y oídos,

el ritmo de los tambores;

y el fuego de casa que tiembla

cuando las ollas rebosan de arroz!


 

 

 

 

 

The drum in labour

 

O! for the hands

and the listening ear!

The hushed throb of the drums –

rhythming in pent-up labour –

awaits the drummer’s hands.

 

The drums’ mute vellum, though unplayed,

is even now pulsating.

Mute but heard!

 

Where’s Agama, the ace drummer?

 

Tall however be a road, it will not climb a tree.

How come the drummer’s journey’s ended in a tree!

 

Is not

the doorstep

ever the journey’s end?

 

Call forth new drummers, for,

assembled in the village close,

the youth will dance today.

Agama’s left the drum;

call forth new drummers, call;

for, dancing feet will dance today!

Chorus:  The streams are full;

why not the pots on mothers’ fires?

O! for the hands and the ears

and the rhythm of the drums;

and the home fires burning

when the pots are full!


 

 

 

 

Libación11

 

Estremecida Nagasaki12

mantén la mano un segundo

un segundo

 

Advierte a los constructores

del fuego un segundo

sólo un segundo

 

Hacia el cielo edificamos

el submundo de la mafia

de la tecno –

logia

 

Hacia arriba construimos

una maravilla para nuestro dios:

un sindicato de violencia y de terror.

 

 

 

 

 

Libation

 

Dread Nagasaki

stay your hand a while

a while

 

Spare the architects

of fire a while

yet a while

 

Skyward we built

gangdom’s underworld

of techno-

logia.

 

Upward we built

a marvel for our god:

a syndicate of crime and hate.

 


 

 

 

 

Tal vez en Marte

 

¡Paz en la tierra, bienaventuranza para el hombre!

 

Mil milenios más

La comprensión se queda lejos del alcance.

 

El “amor” y la “paz” por los que juramos

Son gastados con abuso

Como libertad e igualdad,

Democracia y gusto.

 

Usando la “paz” como capucha y máscara

Ahora montamos los cohetes propulsores;

Y el amor se vuelve la nariz en cono del megatón cargado.

 

¡En la luna, o tal vez en Marte,

Alguna vez, comprenderemos!

 

 

 

 

 

In Mars perhaps

 

¡Peace on earth, goodwill to men!

 

A thousand millennium more

The grasp beyond our reach.

 

The ‘love’ and ‘peace’ by which we swear

Are threadbare with abuse

As freedom and equality,

Democracy and the like.

 

Donning ‘peace’ as hood and mask

We mount the booster rockets now;

And love’s the nose cone of the megaton load.

 

In Mars and in the Moon, maybe,

Some day, the reach our grasp!


 

 

 

 

Árboles Caídos

 

¡Allí! ¡Al revés, aguardando de cabeza!

Árboles caídos en un mundo bocabajo.

 

El sol estaba en su cama, el viento adormecido;

se volcaba soñoliento sobre el lago,

tan calmo y traicionero.

Allí, como pitón de vientre hinchado, donde siempre cabe más,

el agua mira el mundo de los hombres; —en sí misma

el espejo de las cosas que por ella viven.

En ella, el mundo hundido de colinas y troncos

y el cielo que se expande doblemente aquí y allá.

Las hojas de yerba sosegada.

¡Los bambúes y las palmas se mantienen sin mover!

Ninguna ráfaga de viento inquieta el agua.

Ninguna onda, ningún pequeño resplandor.

Todo, todo es calma.

¡Los árboles caídos muy serenos sobre sí!

 

Del sigilo y del sosiego,

de lo oculto de las aguas,

llegan voces que ninguno puede oír,

pero todos pueden comprender.


 

 

 

 

Tumble-down woods

 

There! Upside down, and standing on their heads!

Tumble-down woods in a tumble-down world.

 

The sun was still in bed; the wind asleep;

and slumb’rous sprawled the lake,

so calm and yet so treacherous.

There, like a belly-full python with room for more,

the lake surveys the world of men; – herself

the mirror of the world that lives by her.

In it the tumble-down world of trees and hills

and the sky, living double here and there.

The blades of grass so still.

Palm and bamboo leaves so staid!

No waft of wind disturbs the flood.

Not a ripple, not a shimmer.

All, all calm.

The tumble-down woods so still!

 

From the stillness and the hush,

from the depths of the lake,

come voices none can hear,

but all, all comprehend.


 

 

 

 

Kosikokor-Un lamento

 

¡Lejos!

Ellos dicen que se han muerto las Canciones,

y los que cantan

son los que padecen hambre

Las gargantas llenas tienen otros hábitos.

Y las bocas más colmadas

son las nuestras.

 

¿Puedes mencionarme: todo lo que fue

acerca de la pequeña gota

que viajó el camino entero hasta la tierra:

–Acerca del árbol que resiste solo,

vigilante encima de los montes?–

Todo lo que existe para nombrarse

¿ya fue dicho?

 

Ellos dicen: “¡Todo es para ver!”

 

¡Pero necesito no volver

a trazar los pasos de mi infancia,

cuando el fuego deshojó los llanos

remplazando el tizne y la ceniza

por conejos saltarines, y ratones

y el revoloteo de las hojas!

 

 

Nos herimos las rodillas, y quemamos

nuestras plantas en la escoria que palpita;

nuestra piel se oscureció tanto

como la de los pequeños esclavos13 en el Sur;

¡No nos importó lo prieto oscuro!

 

Ni los padres ni las madres, tensos,

nos buscaron, a pesar que lejos,

en la tierra estéril deambulamos.

¡Ellos lo sabían!

 

Ellos sabían que los niños debían jugar,

que sus corazones palpitantes tenían que cantar.

Libres, nos dejaron explorar

la región quemada, el solar de cacería.

Bien sabían que los niños tenían que jugar.

 

La pasada noche, la tormenta del invierno fue más cruda

en las calles y caminos, desde la barranca

hasta la torre, se hizo más intensa;

Yo tenía botas torpes para la nieve,

y el calor de Nana14, Kodzo15, vino para darse.

 

Ellos trajeron las noticias. Las dijeron breves,

y precisas, a pesar que eran

copos pálidos de nieve cayendo a las mejillas.

No les importaba

el dolor que nos traían.

 

Ellos dijeron: el muchacho que sabía

lo que era el juego de la infancia,

el que amaba a los conejos

los ratones y las hojas ondulantes,

Quien fue puesto en libertad

para hallar en esa tierra

donde el fuego había barrido

los carbones y cenizas palpitantes, todo

lo que es la vida, como el grillo, la maleza

o una mosca:

 

sendas arboladas para duikers16 y antílopes danzantes,

sus narices húmedas y frías, temblorosas por los miedos y las dudas,

y el caído y devastado tronco oscuro, calcinado.

 

Ellos dijeron que murió el otro día.

Que murió quien conocía a muchos niños,

se marchó quien ya sabía, a pesar de que las bocas

estaban llenas y la Canción se había ahorcado,

que los niños más pequeños debían seguir trinando,

y los cantos no perecerán.


 

 

 

 

Kosikokor-A lament

 

Away!

They tell me Song is dead,

and those who sing today

are those who’re hungry

Mouth that’s full has other jobs than sing.

And mouths are full –

Our mouths.

 

D’you tell me: all there was

to say about the pretty little rain drop

that travelled all the way to earth:

About the solo tree that stood

a watch a-top the line of hills –

all there’s there to say was said?

 

‘And all there is to see!’ they said.

 

And I need must no more

my childhood steps retrace,

when fires swept the plains

replacing soot and ash

for frisking rabbits, mice

and fluttering leaves!

 

 

We bruised our knees, and burnt

our soles in smouldering ash;

our skins were smeared as dark

as piccaninnies of the slavers’ south;

Nor cared, so dusky dark!

 

Nor father, mother, anxious, traced

us sons, though far into

the wilderness we roved.

They knew!

 

They knew that kids must play

and pulsing hearts must sing.

In freedom, free, they let us probe

the burnt-out fields – our hunting ground.

They knew that kids must play.

 

Last night, cold winter’s gale its worst

on roads and streets, from gorge

to tower did wreak its worst;

And I, in clumsy snow boots,

the warmth of Nana, Kodzo, came to share.

 

They brought the news. They said it short

and crisp, as though it were

white snow flakes falling on the cheek.

They said, – nor cared they

the wrench it plied: –

 

They said: the boy who knew

what’s childhood’s play,

who loved the rabbits and

the mice, and the flapping leaves, –

Who, too, was left in freedom

the fields to search

where searing flames had swept

to ash and cinders, smouldering, all

that’s life, like flies and crickets, and under-brush:

 

bush paths of lilting antelopes and duikers, –

their cold and watery noses quivering fears and doubts,

and messed up by ash and fallen, char-black stems; –

 

They said: ‘He died the other day.’

He died who knew too many kids

had died, who know, though mouths

are full and songs were drowned

that little kids must play,

and song’s not dead.


 

 

 

 

Notas:

 

1           La presente antología se hizo tomando como texto base la obra Messages Poems from Ghana, editada por Kofi Awoonor y G. Adali-Mortty (1971), African Writers Series 42, Great Britain: Heinemann Educational Books.

2           El adenkum es un instrumento musical de percusión, típico de la música africana. Está hecho a base de una calabacera larga, con un extremo abierto para permitir la resonancia. Se suele tocar golpeando el suelo en forma vertical.

3              Etnia originaria del continente africano, habitan el sur de Ghana, el este de Costa de Marfil, y partes de Togo.

4           Vono o Bono es una lengua kainji hablada por los Takyiman, en Ghana y Nigeria.

5           Akwaaba significa bienvenido en la lengua de la tribu Ahan, de Ghana.

6           Cumbre montañosa de 263 metros de altura, ubicada cerca de Nkawkaw, Ghana.

7           Creador del universo en la mitología del pueblo Ashanti, moradores de Ghana, en África oriental.

8           Por Eweland se entiende la región del pueblo Ewe. Se caracteriza por hallarse en un territorio que sobrepasa las fronteras políticas actuales, y por organizarse a través de comunidades independientes. Se localiza al sur de Ghana, Togo y Benín. Su cultura es de corte agrícola y se ha enriquecido por la tradición de los pueblos yoruba y akano.

9           Así se denominó a los territorios coloniales y los estados otomanos que había redistribuido la Sociedad de las Naciones (SDN) después de la Primera Guerra Mundial.

10         De este modo se conoce a un reptil endémico de África asociado con el fuego. En el poema, con este nombre, se designa a un tamborilero.

11         La libación se trata de una práctica común en distintas religiones que consiste en una ofrenda de líquidos preciosos a una deidad determinada o a varias entidades espirituales. En la religión akánica, la libación se enmarca en los rituales diarios de oración.

12         El texto hace referencia a la ciudad que en 1945 sufrió el ataque químico más violento de la historia, la bomba atómica.

13         Esta frase se corresponde con el sustantivo “piccaninnies”, que aparece en el poema original para designar a los “pequeños negros”, es decir, a los hijos de los hombres de tez oscura.

14         En la cultura de los pueblos akanos, “Nana” hace referencia a los ancianos, a los seres consagrados que encarnan la voluntad divina.

15         En lengua akana, es un nombre que significa “nacido en lunes”. Es común hallarlo en los pueblos de Eweland. Un Kodzo famoso, Kodzo Abbeh, ha sido reconocido por dotar a la música tradicional de Togo con sonidos modernos.

16         Con la palabra duiker se conoce a una especie de antílope pequeño endémico de África.

 

 

 

 

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