Poesía guatemalteca actual: Luis Eduardo Rivera

Presentamos, en el marco del dossier Poesía guatemalteca actual, preparado por Enrique Noriega, el trabajo de Luis Eduardo Rivera (Guatemala 1949). Es poeta, narrador, traductor, crítico, periodista y profesor. En la década del ochenta se trasladó a México y luego a París, donde reside. Ha publicado los siguientes libros de poesía: Servicios ejemplares (1978), Salida de emergencia (1988), Las voces y los días (1990), Movimientos (1999), Poesía prepóstuma (2008)

 

 

 

 

 


 

CHOLE

 

llego a mi casa, toco

soledad me abre solícita la puerta

me hace pasar, me sirve la comida

me enciende la televisión, me tiende la cama

me desviste y me hace el amor

 

soledad me sigue a todas partes cuando estamos juntos

hasta me acompaña cuando voy al excusado y me lee

poemas de pavese o me cuenta historias de otras épocas

mientras contraigo placenteramente el ano

y saco volutas de humo por la boca

 

ella se siente feliz de que la deje hacer ¡la muy servil!

con frecuencia me sirve de alcahueta / ciertas noches

llega acompañada de alguna íntima conocida suya

nos presenta, nos deja conversar, se aisla discretamente

y cuando ya resulta inoportuna su presencia

opta por alejarse, diciendo groserías entre dientes

echándonos en cara todos sus sacrificios

y se queda escuchando detrás de la puerta, esperando

a que todo vuelva a la normalidad

 

pasado un rato entra ya más entusiasmada, prende la luz

y nos sorprende abrazados, desnudos aún y sin aliento

para echarla fuera y reclamarle su falta de pudor

 

soledad se ha vuelto insoportable en los últimos meses

 

se ha enamorado de mí como una adolescente

me sale al paso en los lugares más insospechados

se pone histérica, me hostiga con sus celos, me llama

por teléfono al trabajo (siempre fingiendo una voz

cono­cida) o entra intempestivamente a mi oficina

con la intención de hallarme en brazos de alguna secretaria

 

yo la insulto, la maldigo, la corro de mi casa

a gritos y a patadas, la amenazo con las peores torturas

para que se espante y no regrese más

 

ella llora, suplica, promete ser menos encajosa

pero es inútil, ya todo está decidido

 

cuando se ha ido salgo a la calle y me pierdo

entre la multitud, visito a mis amigos, me emborracho

discuto enfurecidamente hasta la madrugada

destrozo a besos a una desconocida

le exprimo el jugo a todos los rincones

y escribo extensos pliegues acerca de las mil

y una posibilidades de ahuyentar los malos espíritus

 

una noche cualquiera regreso a mi casa, fatigado

abro la puerta y me recibe la voz de soledad

tarareando una de mis canciones favoritas

 

la encuentro en delantal y con un trapo sobre la cabeza

 

desempolvando todos los resquicios

me recibe sonriendo, tranquilamente, como si nada

hubiera pasado entré nosotros / yo entonces me lamento

 

por haberle dejado la llave de la casa

sin embargo le beso la mejilla con resignación

 

 

 


 

ENUMERACIONES

 

era un cuarto desnudo

cuarto de rato

con sus cuatro paredes pringadas de gemidos

eran cuatro paredes impasibles

y sucias

 

de tanto ocultar el amor a hurtadillas

 

era una fría mesa sin sentido

un banco

un rollo de toilet ya prostituido

y un gasneón insolente

 

era una cama que ocupaba casi todo el espacio

era una odiada cama / tierna cama

animal de sudores y de gritos

 

era una pobre colcha deshilada / manchas de sangre

lamparones de semen y saliva

 

era una almohada que no tenía objeto

era una sábana que había sido blanca

y éramos dos amantes

 

eso era todo


 

 

 

 

UN ÁRBOL MUERTO JUNTO AL RÍO

 

este hombre llega todas las tardes

a la misma ribera

busca una banca vacía

y se sienta a ver correr

lentas

las aguas del río

y a no pensar en nada

 

para qué imaginar / para qué recordar

para qué remover este silencio

esta necesaria postración

 

sentado / inmóvil

viendo correr la turbiedad de la corriente

este hombre quiere ser tan sólo

materia que contempla

un vidrio opaco

que refleja las últimas luces de la tarde

un eco

que repite el sonido de los botes

y los pasos que vienen de la acera

 

ni el frío del invierno

puede arrancarle el mínimo temblor

nada ambiciona

no añora nada

sólo desea prolongar el instante

permanecer sentado

en el mismo lugar

como un árbol sin hojas bajo el viento

 

su memoria grita de soledad

en la ribera opuesta

y sus pensamientos

lo han ido abandonando

en el camino

 

no sufre

no ríe

ha olvidado la cólera

este hombre está seco por dentro

 

 

 

 

 

 

EL EXILIADO

 

Escribir es un acto religioso

fuera de toda religión.

Georges Perros

 

 

Casi nadie le conoce

Fuera de alguno que otro solitario

Que, como usted

Piensa

Que escribir

Es un acto de sobrevivencia

Que si no se destripa

La vida ordinaria

En la cuartilla

Como se aplasta

Un piojo

No vale la pena

Dejar ninguna huella

 

Usted se lo buscó

Se equivocó de ruta

Se largó sin avisar

Se subió en su vieja moto

Y desapareció

Torpe, discretamente

Sin darse aires de beatnik

Sin forjarse una leyenda

Desertó

Y salió definitivamente de la escena

 

Estaba convencido:

Tarde o temprano

Acabaría sufriendo el track

Cayéndose de la tarima

O bien olvidando el parlamento

Entonces se largó

Sin avisar

 

El poeta exquisito

El novelista célebre

El dramaturgo iconoclasta

El descubridor de talentos medianos

El productor osado

El amante del arte

El fabricante de nueveas ideologías

El modista de moda

Ensayaban sus eternos papeles

& Etc

 

No dio ningún portazo

Ni salió repartiendo maldiciones

Sólo desapareció

En su viejo cacharro

Y se refundió en la Bretaña

A piedra y mar

Como un ermita afable

Como un místico sin dios

 

Hoy

Cuando su exilio es definitivo

 

Empiezan a descubrir su ausencia

Y lo llaman

Lo nombran

Lo citan

Lo publican

Le dedican simposios

Le consagran tesis

Pero usted

Por supuesto

Sigue sin responderles


 

 

 

 

POEMA DE LA RELATIVIDAD

 

El todo es relativo

La nada es relativa

Todos somos relativos

Nadie es relativo

Las cosas son relativas

Los lugares son relativos

La lluvia que está cayendo es relativa

Los impuestos que debo pagar son relativos

Mi carta de despido laboral es relativa

Mi desempleo es relativo

Mi pobreza es relativa

Mi riqueza es aún más relativa

La poesía es relativa

La prosa es relativa

La literatura es relativa

La escritura es relativa

La palabra es relativa

La lengua es relativa

La voz es relativa

Escribir es relativo

Este texto es relativo

Su contenido es relativo

Su valor es relativo

Lo que dice es relativo

Lo que no dice es relativo

La relatividad es relativa

La antirrelatividad es relativa

 

Einstein es relativo

Yo soy infinitamente relativo

Lo Que Quería Demostrar es relativo

 

 


 

 

 

POEMAS DE UN DESEMPLEADO

 

Viernes, 21 de septiembre

Papá Schultz

El día amaneció sucio

Llueve, sale el sol, se oscurece

Hace un viento frío, húmedo

Me levanto al grito de guerra

De mi hija menor de cinco meses

Mi mujer ya está bañada y elegante

Dispuesta a salir a trabajar

Canturrea mientras prepara a la mayor

Para llevarla al párvulos

Yo preparo a la pequeña

Y la conduzco donde la nodriza.

 

De vuelta a casa

Me esperan siete horas y media

De tranquilidad

Leo, escucho música

Leo, almuerzo,

Leo, subrayo párrafos interesantes

Tomo apuntes

Veo el reloj

Mi trabajo se acaba

Soy productivo de nueve a cuatro y media

A partir de ahí

Vuelvo a ser un papá desempleado

 

 

Sábado, 22 de septiembre

Hipermercado

1 paquete de 60 pañales                   187.00f

1 botella de Güisqui                           77.00f

6 litros de leche                                  18.00f

100 hojas de papel bond                    21.50f

1 bote de leche para bebé                  82.75f

1 paquete de tampax                          24.60f

Poemas, de Joseph Brodsky              82.00f

Bandini, de John Fante                    110.00f

4 pizzas congeladas                           60.00f

2 botellas de vino tinto (Bordeaux)   52.00f

500 grs. de carne molida                    32.35f

2 paquetes de café                             24.00f

6 rollos de papel higiénico                 20.00f

TOTAL                   791.20f

 

 

Domingo, 23 de septiembre

Domingo

Día licuefacto

Disolvente, casi inexistente

Donde floto entre las horas

Como entre una corriente submarina

De aceite inmóvil

Arrullado por los lloriqueos de dos niñas

Convertidos en pompas de aire

Que saltan a la superficie

Revientan

Y rompen la linealidad de la calma doméstica

 

 

Lunes, 24 de septiembre

Asociación Nacional Para el Empleo

Llega un momento

En que exploto

Y busco explotar mis derechos

De explotado

Para librarme

De la explotación de mis energías

Durante doce horas al día

Mis energías

En donde nada explota

A no ser mi salud

Y mi bolsillo

Que explotan en fragmentos

Mientras la vida se me apaga

Poco a poco

En triviales explosiones

De explotado

 

 

Martes, 24 de septiembre

Paisaje después de la batalla

Un calzoncillo al pie de la cama

Un biberón con residuos de leche

Una muñeca sin brazos

Una pila de libros sobre la mesa de noche

Un montículo de ropa sin lavar

Una vajilla sucia sobre el fregadero

Elementos, partículas, escombros

Combinados por las circunstancias

Testimonio de una epopeya irrelevante

Crónica de innumerables batallas

Contra el aburrimiento

Y la repetición de la vida

Doméstica

 

 

 

 

Datos vitales

Luis Eduardo Rivera (Guatemala 1949). Poeta, narrador, traductor, crítico, periodista y profesor. Hizo estudios de literatura en la Universidad de San Carlos. En la década del ochenta se trasladó a México y luego a París, donde reside en la actualidad. Reconocido como novelista y traductor, Rivera ha publicado los siguientes libros de poesía: Servicios ejemplares (1978), Salida de emergencia (1988), Las voces y los días (1990), Movimientos (1999), Poesía prepóstuma (2008). Su oficio como poeta le ha cedido parte de su tiempo a publicaciones de narrativa y a sus traducciones. Ha trabajado para editoriales mexicanas, y traducido a autores franceses como Joseph Joubert, George Perros y Remy de Gourmont, entre otros.

 

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