Poesía venezolana: Caupolican Ovalles

Presentamos, en el marco del dossier Patria adentro. Antología de poesía venezolana, preparado por Luis Perozo Cervantes, un acercamiento a la poesía de Caupolican Ovalles (Guarenas. 1936 / Caracas. 2001). Es considerado uno e los exponentes de la vanguardia venezolana. Tuvo que abandonar su país debido a la publicación de “¿Duerme usted, Señor Presidente?” en donde criticaba duramente la corrupción del gobierno.

 

 

 

 

 

 

Si en vez de dormir

bailara tango

con sus ministros

y sus jefes de amor

nosotros podríamos

oír

de noche en noche

su taconeo

de archiduque

o duquesa.

Podríamos reír

sólo de verle,

ridículo como es,

esperar los aplausos

de toda la gendarmería

frenética.

Claro que uno está cansado

y quiere un poco de diversión

monstruosa,

como ésta

de verle

con la lira en el cuello

colgada,

como un romano

o como una romana

ciega de absurdas creencias geniales.

Si en vez de prometer

el descubrimiento de la piedra

filosofal

que ha de producir pan

y billetes de veinte

se dedicara,

por lo soberbio que es,

a vender patatas podridas

o maíz rancio,

los indios de esta nación

le llamarían

Cacique Ojo de Perla.

 

Si en vez de llorar

te murieses un día de estos,

como una puerca elegante con sus grasas

importadas del Norte,

nosotros,

que estamos cansados

de tanta estúpida confesión,

pondríamos a bailar las piedras

y los árboles darían frutos manufacturados.

 

Con tu vieja y putrefacta osamenta,

alimento de ratas,

llenaremos un solo lugar de esta tierra

y la llamaremos

la Cueva Maldita

y será proscrita de ver

y de acercarse a ella

por temor a despertar tus histéricas

ternuras.

 

Te llaman

José el de los sueños,

el de las vacas sagradas,

el dueño de las vacas más flacas

y

Presidente de la “Sociedad Condal del Sueño”.

Tus amigos te llaman

Barbitúrico.

 

¿Hasta cuándo duerme usted, señor Presidente?

 

Si adora la vaca,

¡duerme!

Si al becerro adora,

¡duerme!

Y si el General le da su almuerzo,

duerme como una lirona

o le da una pataleta de sueño.

 

Cara de Barro,

Ojo para ver las Serpientes

y llamarlas,

Ojo para hacer compañía

y quemarte

con el humilde Kerosene,

Ojo para tenerse a mi servicio

como mozo de alcoba

barato.

 

¿Duerme usted, señor Presidente?

Le pregunto por ser joven apuesto

y no como usted, señor de la siesta.

 

Ojo de barro y Water de Urgencia.

 

 

 

 

 

 

TRES MINIMODRAMAS

 

 

1

 

EL CURA

El cura
se llevó

las manos

al pecho

Y dijo

¡Jesús!
¡Jesús!
Y Jesús
no lo escuchó
porque
Jesús

no escucha
El cura no volvió
a decir
¡Jesús!
¡Jesús!

porque
decía
¡Escuchad cabrón!

 

 

 

 

2

 

FRENTE A LA MANIFESTACIÓN

 

El policía
tomó su revólver
en la mano

frente a la manifestación
Y dijo
¡Buena vaina!
Y se pegó un tiro
en la nuca
El policía
dijo
después de muerto

¡MUERA EL MINISTRO!

 

 

 

 

3

 

LA BRUJA DE VEINTE AÑOS

 

La cocinera
se pintó los labios

y
salió

como una bruja de veinte años
En la esquina
le dijo
el cartero

¡adiós Bella!

 

La cocinera
bruja de veinte años

con sus labios

pintados

que parecían

los de una vaca

primorosa

le dijo

Que va mi amor

hoy no

que voy al Partido.

 

 

 

 

 

 

UNA NOCHE

 

Una noche quiero hacer mía una sirvienta
Soy demasiado pequeño ella se ríe

Pero parece que quisiera Y entonces me quedo

dormido Soy demasiado pequeño

Una noche una sirvienta Es que soy demasiado pequeño

Su nombre es corto
Su pelo es corto

Su inteligencia es corta Creo que le dicen la bruta esa

Y de vez en cuando con mi dedo le toco en la nalga

y salgo corriendo

Un día tuve amores Tengo cinco años

Soy demasiado pequeño

Un día hablo -como si fueran novias- con gallinas blancas

coloradas

negras

de un patio de doscientas

Uno no se explica nada y tiene miedo de preguntar

No vaya a ser que le digan “quédese quieto”

o “vaya a dormir” Yo sé

 

 

 

 

 

PUES BIEN ME IRÉ A ESE CAJÓN DE LA POSTA

 

A José Antonio Ramos Sucre

 

¿Qué hacer, Señor?

 

Si al querer soldar
la caja de plomo
encontró un
DRAGÓN, que le mordió la muerte!

 

¿Qué aconteció allí Señor?

¿Sería que el muerto era un muerto
de mala intención o la mala intención

la tenía el latonero o la urna era de

doble combinación o el dragón era de

papel o de los pintados al fondo de

ciertas urnas?

 

Ah! ¿Se trataba, Gran Señor, de una mujer a reacción?

 

¿QUÉ

estando pariendo

arrojó con estrépito,

por la boca del útero una llama tan grande,

que abrazó la criatura y las manos de la comadre?

¿Era por el contrario un parto JET?

¿O fue, SU EXCELENCIA, la Comadre,

la que por desaveniencias de tipo doméstico,

colocó un explosivo, que de tan mala manera

acabó con el parto?

 

O ¿será acaso ¡BENEMÉRITO SEÑOR!

 

que no os desagrada

 

UNA BOTELLA DETONANTE – PUM?!!!!!

 

¿eh?

 

 

 

 

 

 

Pienso

que como me acuesto como un

tigre

debo despertarme como dos

tigres

y al otro día

como tres

es decir

que dentro de varios siglos

seré un representante

cualitativo de la

ESPECIE.

 

 

 

 

Datos vitales

Caupolicán Ovalles (Guarenas. 1936 / Caracas. 2001). Ha publicado ¿Duerme usted señor presidente? (1962), En uso de razón  (1963), Elegía en rojo a la muerte de Guatimocín, mi padre, alias El Globo (1967), Copa de hueso (1972, Antología), Sexto sentido o diario de Praga (1973), Ha muerto un colmenar de la colmena (1973), Canción anónima (1980), Para canción y canción de Evita Paraíso (1980), Convertido en pez viví enamorado del destino (1989).

 

 

 

Para leer la introducción que vertebra esta antología sigue este enlace

 

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