Navegaciones zur. Revista literaria yucateca.

NavegacionesLa ensayista Damiana Leyva (Mérida, 1983) nos presenta un ensayo sobre el campo cultural yucateco a propósito de la revista Navegaciones Zur. Esta revista comenzó a circular a inicios de los años noventa y ha configurado, de algún modo, la literatura del sureste del país.

 

 

Origen, presente y perspectivas del centro yucateco de escritores, a través de la revista Navegaciones Zur

 

La revista Navegaciones Zur es hoy en día un referente obligado en la literatura yucateca contemporánea. Con 1204 escritos literarios en su haber, y 53 números que vieron su inicio un dos de octubre de 1993, esta revista da una muestra de las principales expresiones artísticas en el municipio, pero también difunde el oficio literario de otras regiones geográficas, sean éstas nacionales o internacionales En un artículo periodístico, Patricia Garma rememora el inicio de lo que ha sido una de las travesías más importantes en la historia literaria de la península: En este día rojo de octubre se conmemora el aniversario, no de una cobarde matanza, sino de una aguerrida permanencia. “Navegaciones Zur” conmemora […] 15 años de viaje ultramarino (Garma, 2008, en red). Y es que en la historia contemporánea del Municipio y el Estado, este órgano de difusión ha sido objeto de inusitadas polémicas en el ámbito cultural y literario, pues así como ha tenido entusiastas colaboradores, tampoco ha estado exenta de reflexiones escépticas en cuanto al “quehacer” de quienes participan y forman parte del Centro Yucateco de Escritores (cye). Por esta razón, en este trabajo se realizará un análisis de la revista, tomando en cuenta los factores que propiciaron su publicación, las características de los colaboradores y el perfil que este órgano desea generar, tanto del lector como del escritor. Todo lo anterior será realizado desde una perspectiva analítica, y para ello, se tomará como estricta referencia los textos que se hayan publicado sobre el tema. Con ello se desea contribuir a la comprensión de un hecho trascendental en la historiografía de la literatura yucateca contemporánea, específicamente, se aspira a que las nuevas generaciones de creadores, estudiosos y promotores de la cultura, conozcan las circunstancias que han dado origen a este grupo cultural de tanta importancia para las letras en Yucatán.

 

  1. EL ORIGEN

Actualmente, un joven que desee estudiar alguna disciplina artística en la ciudad de Mérida, tiene la posibilidad de comenzar con un bachillerato en arte y seguir sus estudios superiores, hasta convertirse en un especialista obteniendo una maestría; eso sin olvidar los cursos de capacitación que frecuentemente se ofrecen en distintos foros. En este siglo xxi, las instituciones públicas y privadas de Yucatán comparten la responsabilidad de formar ejecutantes y críticos de las expresiones artísticas, pues ven estas actividades como instrumentos ideales para la integración social (Gil Pérez, 2002, p. 528). Sin embargo, hace aproximadamente 25 años, la ciudad carecía casi por completo de espacios donde las personas pudieran capacitarse en el ámbito artístico. Quienes tenían el privilegio de haberse formado en alguna de esas disciplinas, necesitaban adherirse a ciertas exigencias de consumo: A la sombra de sus mayores, detentando el dominio de los espacios de publicación existentes en la comunidad por el sólo vínculo genético […] escritores de una generación anterior se atrincheraron en la negación de los jóvenes que se atrevieron a tomar la palabra sin pedirla […] La élite cultural monopolizó los programas editoriales dotados con financiamiento público y orientó sesgadamente el trabajo literario (Azcorra, 2008, p. 98). Podemos ver a través de las palabras del escritor Roberto Azcorra, un ambiente de tensión derivado del obstáculo que existía al intentar expresar las ideas a través de las manifestaciones literarias. De hecho, la primera publicación de Navegaciones Zur fue un dos de octubre, fecha que simboliza la lucha de la juventud frente a los dogmas políticos y culturales en la historia moderna de México.

Sin embargo, es necesario agregar un paréntesis de suma importancia que este recuento del escritor yucateco, u otro de su generación, ha olvidado aclarar. Lo que después se conocería como Centro Yucateco de Escritores (cye) tuvo su origen precisamente en un organismo que asienta sus bases en el financiamiento público: la Universidad Autónoma de Yucatán (uady). En 1982, dicha universidad, a través de la coordinación del escritor Joaquín Bestard Vázquez (Mérida,1935), convocó  al público con la intención de crear un taller literario: Desde un principio, su creación obedeció al cumplimiento de una función social y cultural que no abarcara sólo a los estudiantes sino a todos aquellos que demostraran dedicación, constancia y aptitudes para aprovechar esta oportunidad […] El Taller, creado como una necesidad de orientar, actualizar, estimular y mejorar a los futuros escritores, recibió trabajos de varios lugares del interior del Estado […] la respuesta fue mayor a la esperada y se recibieron solicitudes de ingreso de personas relacionadas en alguna forma con el quehacer literario de la ciudad […] (Bestard, 1985, p. 5). El objetivo del taller literario de la uady fue publicar los mejores trabajos que hubieran resultado de ese foro. A través de 15 cuadernos publicados anualmente (de 1983 a 1992), el escritor Joaquín Bestard vio cristalizado un objetivo: lograr que nuevos escritores tengan un foro de aprendizaje literario, de intercambio de ideas y la consecuente publicación de sus obras.

Ya desde la octubre de 1982, el escritor veía la calidad artística de un grupo de  ocho personas: Jorge Lara, Jorge Pech, Víctor Garduño, Carolina Luna, Arnaldo Ávila, Claudia Sosa, Javier España y Manuel Calero. De todos ellos, llamaba la atención el joven de 21 años Jorge Lara Rivera. Este novel escribió para 7 de los 15 números del Taller Literario; de hecho, los números 7, 10 y 11, correspondientes a los números de 1988, 1989 y 1990, fueron exclusivos para los trabajos Defensa del adiós, Fundación del alba y El sueño, todos de su autoría. Respecto a los otros creadores, se pudo observar que presentaban características similares a Lara y también fueron piezas importantes en la constitución de una nueva etapa para las letras en el Estado.

 

  1. EL CENTRO YUCATECO DE ESCRITORES (cye)

Sobre el origen de este centro casi no existe información. Carlos Martín Briceño escribe que se constituyó en 1990, y para 1993 fundaron la revista con la intención de tener un espacio propio para divulgar sus escritos a las nuevas generaciones (Martín, 2008, en red). A esto, Adán Echeverría añade la fecha en que el Centro obtuvo su legalidad: primero de enero de 1993 (Echeverría García, p. 4). Roberto Azcorra sostiene que la revista fue fundada por Reyna Echeverría y Jorge Lara, en el extinto Diario del Sureste[1] (Azcorra, 2008, p. 98). De ser así, quien tiene la crónica anterior a estos hechos es Reyna Echeverría, pues dice: Gracias al él [Carlos Illescas] supe de los poetas del Centro Yucateco de Escritores. El maestro […] siempre me hablaba de Jorge Lara y de su libro El sueño […] Un sábado me atreví […] a adentrarme a la morada de la Casa de la Cultura en un día de exaltaciones: Jorge Pech destilaba mal humor, Celia [¿Pedrero?] le rebatía sobre algún libro y Lara se burlaba de los dos […] Unas semanas mas tarde fui invitada a ayudarlos a crear el primer número de la revista Navegaciones Zur (Echeverría Bobadilla, 2007, p. 3). Como se puede observar, los primeros integrantes del nuevo centro literario se conocían desde el taller del maestro Bestard; curiosamente, la integración del cye se relaciona directamente con ese taller de la uady porque después de 1991 ni Jorge Lara, ni Jorge Pech volvieron a publicar en los cuadernos universitarios.

            Así como Reyna Echeverría, otros escritores han relatado su llegada, un poco inusitada, al taller literario. A nuestro parecer, el cye se pudo robustecer en sus inicios porque contaba con la experiencia de sus primeros integrantes. Ahora bien, los siguientes integrantes no tenían tanta experiencia en el trabajo de taller, y sus bases las obtuvieron directamente de los talleristas fundadores, muchos de ellos gracias a una circunstancia fortuita: Así me percibía en 1997 cuando conocí la revista […] Miré desde ese punto fijo […] el trabajo de mujeres y hombres […] que se mostraban, por medio de sus creaciones […] yo quería conocer a esos escritores, los admiraba y admiro, quería ser parte de ese mundo […] (Echeverría García, 2007, p. 4). El escritor Adán Echevería comenta que el quehacer literario siempre había sido algo ajeno a su vida, y decidió terminar esa etapa antes de iniciarse en la escritura. Así lo recuerda también el escritor Roberto Azcorra: En esos años […] iba yo a la escuela a estudiar para ser un feliz empleado […] (Azcorra, 2008, p. 98). Estos ejemplos dan clara muestra de una cohesión dentro del grupo, derivada de las nuevas experiencias y el deseo, por parte de los nóveles, de conocer y formar parte de un universo años atrás inexplorado.

Otros, por el contrario, pudieron crear lazos de amistad y trabajo debido a sus estudios en el único bachillerato especializado en artes y humanidades: el Centro de Educación Artística (cedart) “Ermilo Abreu Gómez”. En esta institución Lara, Echeverría Bobadilla, y Leirana formaban a las nuevas generaciones en el ámbito de la cultura, y los más sobresalientes ingresaron al cye. Tal es el caso de Armando Pacheco e Ivi May, por citar sólo algunos.

Esta conformación heterogénea recuerda una cita de Gabriel Zaid referente a que la amistad entre un lector y un libro se puede dar de varias maneras, sin embargo, la adivinación y la suerte tienen un papel decisivo: Uno se resiste a creer qué improbable es encontrar un libro en una librería o biblioteca: el que busca porque sabe que existe, el que busca sin saber que existe, el que ni siquiera sabe qué busca, hasta que lo ve (Zaid, 2004, pp. 15-16).

 

  1. COLABORADORES DE LA REVISTA NAVEGACIONES ZUR: PERFILES Y TENDENCIAS

Analizar al cye no sólo significa conocer la vida social de sus participantes, sus preferencias o necesidades; es necesario investigar sobre sus creaciones, pero sobre todo, es importante saber qué tipo de escritores está produciendo este centro literario. Para ello será fundamental iniciar un análisis estadístico de sus trabajos publicados en la revista, con la intención de conocer a los autores implícitos[2]. Al analizar los 1204 escritos que ha publicado la revista desde su primer número, hasta el último publicado (51, 52, 53) se ha querido perfilar los trabajos y a sus autores bajo las siguientes categorías: géneros literarios, sexo, y procedencia institucional de cada uno. Después se dirigió el análisis a los escritos de los integrantes del cye comparando sus creaciones según la generación a la que pertenecen, para finalmente esbozar la tendencia de la revista en cuanto a órgano de difusión se refiere.[3]

            Para comenzar, fue necesario establecer las categorías correspondientes a los géneros literarios. Al leer la revista uno percibe la multiplicidad de formas que adquiere la literatura para su publicación; sin embargo, se creyó pertinente agrupar los trabajos en cinco rubros: dramaturgia, ensayo, entrevista, narrativa y poesía. En la categoría de dramaturgia se encuentran tanto obras pensadas para ser representadas, como guiones para radio. El hecho de pertenecer a la misma categoría responde a la organización de su material: diálogos entre personajes, efectos sonoros y acotaciones para quienes representen el guión. Bajo la categoría de ensayo se encuentran los textos que tienen como narrador al autor implícito. Por esa razón se encontrará en esta categoría los ensayos, reseñas y críticas publicadas en la revista. La entrevista también ha sido importante en la revista, pues da cuenta de la necesidad que tienen los escritores para formarse dentro de este género periodístico. En la sección de narrativa quedaron todos los escritos que se articulan con base en el desempeño de uno o varios personajes que tienen un deseo y pretenden alcanzarlo a través de la extensión del texto. Finalmente se agrupó en poesía a todo escrito que tenga como principales características la disposición tipográfica (no en todos los casos), la percepción auditiva de su pauta rítmica, la calidad ambigua, irónica y paradójica de su lenguaje[4]

            El resultado de estas categorías arrojó los siguientes resultados: el 2% corresponde a escritos dramáticos (29 obras); 21% se conforma con ensayos (250 textos); sólo el 1% está conformado por entrevistas (9); el 27% está conformado por la narrativa (324 textos); y por último, el 49% de los escritos corresponden al género poético (592 escritos).

 

Poesía 592
Narrativa 324
Ensayo 250
Drama 29
Entrevista 9

TOTAL

1204

    

Podemos ver con estas cifras que existe una inclinación por parte de los escritores a ser mayormente poetas, narradores y ensayistas. En cuanto al sexo de los integrantes, cabe mencionar las siguientes cifras: el 1% (10 textos) no especificó su sexo, debido principalmente a que publicaron sus obras bajo el anonimato; el 37% de las obras está escrito por mujeres (446 textos); y en el 62% de las obras figuraron los hombres (748 textos). El siguiente cuadro ilustra cómo están distribuidas las publicaciones en la revista. En él, las letras f y m representan los sexos femenino y masculino respectivamente. Como se observará, existen tres géneros principales en la revista, sin embargo, la distancia que hay entre las publicaciones de hombres y mujeres es amplia.

 

 

 

Como se ha mencionado anteriormente, esta revista está coordinada por integrantes del cye, sin embargo, han aceptado publicaciones de otros escritores. Esto resulta significativo, pues como institución también está delimitando la participación de otras esferas literarias y con ello determina quiénes tienen la calidad para ser publicadas. De ahí que los resultados arrojen las siguientes cifras: 55% (667 textos) de los autores no forman parte del cye; de ellos, el 37% lo conforman escritoras y el 63% escritores. Por otra parte, se observó que sólo el 37% (537 textos) de los autores que publican pertenecen al cye; dentro de este porcentaje obtenemos otro: el 38% está conformado por escritoras y el 62% por escritores.[5] Si bien se encuentran diferencias en el número de textos publicados entre el cye y los colaboradores, ocurre un fenómeno en ambos: los porcentajes de escritoras y escritores es casi igual, lo que nos demuestra que independientemente del lugar de procedencia, existen más hombres que mujeres escritoras. Ahora bien, el cuadro anterior sólo muestra de manera global las publicaciones  y el sexo de los autores; por ese motivo es relevante ilustrar qué publican los integrantes del cye, y qué publican los colaboradores externos al este centro. En la gráfica que se presenta a continuación, se incluye sólo a los integrantes del cye, tomando en cuenta el sexo, los géneros literarios y el máximo de publicaciones que tuvieron.

 

Como se puede apreciar, existe un mayor interés en los escritores sobre la poesía, el ensayo y la narrativa; por su parte las mujeres prefieren, en primer término, la poesía, seguida de la narrativa y el ensayo. A pesar de que la dramaturgia y la entrevista muestra una diferencia significativa con respecto a las tres primeras, se puede aún observar la diferencia entre textos publicados por escritoras y escritores. Ahora bien, para el caso de los colaboradores externos al cye, se puede ver a través de las cifras una actividad literaria mayor al cye.

 

A pesar de mantener una diferencia entre textos publicados por hombres que por mujeres, los colaboradores externos tienen mayor o menor publicación que los integrantes del cye, según el género literario y el sexo[6]: en poesía predominan los colaboradores externos, lo mismo que en narrativa. Donde se observa una diferencia es en la dramaturgia y el ensayo, pues los integrantes del cye tienen más publicaciones, aunque no hay una gran distancia comparados con los externos. El caso de las mujeres es un poco diferente: existe mayores poetas y ensayistas externas, circunstancia que provoca una relativa diferencia a favor de las dramaturgas y periodistas del cye. Donde se aprecia una mayor diferencia es en la narrativa: al parecer las escritoras del cye han preferido este género literario como recurso creativo en los textos publicados.

Después de haber observado la dinámica en las publicaciones de los integrantes del cye y los colaboradores externos, toca el turno de centrar el análisis en el primer grupo. De hecho, no se realizará el mismo análisis con los otros colaboradores, ya que el objetivo general de esta investigación es conocer la dinámica del Centro Yucateco de Escritores y la proyección que éste tiene hacia futuro observando las estadísticas de sus publicaciones. Para analizar la dinámica creativa de los integrantes del cye, se tomó en cuenta principalmente la década que correspondió a su nacimiento.

 

La información que aparece en este cuadro es sorprendente; inmediatamente salta a la vista tres principales grupos generacionales que sostienen la revista gracias a sus publicaciones: las mujeres de la década de los setenta, los hombres de la década de los sesenta y los hombres de la década de los cincuenta. Ahora bien, ¿quiénes son los que impulsan la revista con sus textos? Los nombres de los autores empíricos se presentan según el orden de la gráfica: Reyna Echeverría, Ena Evia, Verónica García, Patricia Garma, Cristina Leirana, Lourdes Rangel, José Juan Cervera, Adolfo Fernández, Jorge Lara, Carlos Martín, Roger Metri, Raúl Ferrera-Balanquet, Saulo de Rode Garma, Francisco Lope Ávila, Santos Pisté, Sergio Salazar y Oscar Sauri.

            Ahora, se presentar las tendencias de la revista en cuanto a publicaciones se refiere, tomando en cuenta la participación de escritoras y escritores, tanto del Centro Yucateco de Escritores, como de los colaboradores externos. Este registro es sumamente importante pues ayudará a visualizar lo que el cye busca en un futuro inmediato a través de su órgano de difusión. También ayudará a comprender cómo está perfilando a sus escritores y escritoras, dentro y fuera del taller literario.

 

Lo que pudimos descubrir llama poderosamente la atención y debe también alertar al cye. Durante gran parte de los números publicados, los textos de escritoras y escritores iban relativamente igual, sin embargo, a partir del número 35 de la revista, las publicaciones de escritoras descienden considerablemente, en contraste con los escritores que muestran un despunte avasallador. Desde entonces los escritores se han ido a la alza y las mujeres se han mantenido casi como al principio. El problema radica en el futuro inmediato: al parecer habrá otro descenso en la publicación femenina; mientras, los escritores seguirán en ascenso, en cuanto a difusión se refiere.

Otro resultado que se obtuvo en el análisis estadístico, y que también llama la atención, es que la publicación de trabajos producidos por escritores del Centro es mediana si se compara con los colaboradores externos, de acuerdo a la siguiente gráfica.

 

Si bien las colaboraciones externas eran mínimas al inicio de la difusión de la revista, podemos observar que a partir del número 15 se ha marcado una tendencia opuesta: tanto escritoras como escritores externos están viendo en la revista el lugar idóneo para la difusión de sus trabajos. Podemos ver que mientras los escritores del cye tienen como máximo 14 textos publicados en un número de la revista, los escritores externos han publicado más del doble[7]. En el caso de las mujeres es un poco más alarmante: sólo nueve textos como máximo han publicado las escritoras en un número, mientras que las externas han publicado alrededor de 28, y siguen en aumento.

  1. COMENTARIOS FINALES

A través del análisis estadístico realizado en la revista Navegaciones Zur, se ha podido identificar una circunstancia de suma relevancia para la difusión de la literatura yucateca, y esta es el no  cumplir con el objetivo principal de la revista: contribuir a la profesionalización del quehacer literario del escritor y a la renovación cultural de la República mediante la difusión de la literatura creada por autores locales e inmigrados (cye, 2008, en red). Si bien hay que tomar el término “renovación cultural de la República” con ciertas consideraciones, lo alarmante de la situación es que las y los escritores yucatecos se están quedando sin espacio de difusión.

Otra circunstancia que también se debe tomar en cuenta es la participación de las escritoras en la revista, pues como se pudo observar, además de que las publicaciones peninsulares muestran un descenso, las de las mujeres están prácticamente en declive.

Con esto se desea llamar la atención sobre un aspecto fundamental: nos parece necesario regresar a los postulados originarios de la revista, pues son ellos quienes le otorgan identidad y proyección, tanto al Centro Yucateco de Escritores, como a la comunidad literaria general. No hay que olvidar la lejanía de la península yucateca respecto a la conformación geográfica nacional; por esa razón, proyectos como Navegaciones Zur, resultan de suma importancia para la difusión de escritoras y escritores peninsulares.

 

 

BIBLIOGRAFÍA

 

Azcorra, Roberto (2008) “Presentación de la revista Navegaciones Zur No. 50” Navegaciones Zur. Núm. 51-53. Mérida, Yuc. cye

 

BERISTÁIN, Helena (2004) Análisis e interpretación del poema lírico. México. unam

 

Bestard, Joaquín (1985) “Prefacio” Cuadernos del taller literario (1983.1984) Mérida, Yuc. uady

 

cye. Navegaciones Zur. Mérida, Yuc. cye [Se consultaron los 53 números]

 

Echeverría Bobadilla, Reyna (2007) “Una tripulante más de Navegaciones Zur”. Navegaciones Zur. No. 50. Mérida, Yuc. cye

 

Echeverría García, Adán (2007) “Trazos en la ruta que nos define”. Navegaciones Zur. No. 50. Mérida, Yuc. cye

Garma, Patricia (2008) “La revista ‘Navegaciones Zur’ celebra 15 años con un triple número”. Diario de Yucatán. Consultado el 4 de diciembre de 2008 de:

http://www.yucatan.com.mx/noticia.asp?cx=17$0110000000$3923516&f=20081002

 

Leirana, Cristina (2008) Crónica de travesías. Consultado el 4 de diciembre de 2008 de: http://www.cyeac.org/?page_id=17

 

Martín Briceño, Carlos (2008) Navegaciones Zur, a los cincuenta. Consultado el 4 de diciembre de: http://www.cyeac.org/?page_id=17

 

Villanueva, Darío (2008) Glosario de narratología. Consultado el 4 de diciembre de 2008 de: http://faculty.washington.edu/petersen/321/narrtrms.htm

 

Zaid, Gabriel (2004) “Constelaciones de libros” El costo de leer y otros ensayos. México: conaculta

 


[1] Periódico fue fundado el 20 de noviembre de 1931. También fue un medio importante para la difusión de los escritos del cye, pues tenían a su cargo el suplemento cultural “El Juglar”. Desafortunadamente este periódico dejó de publicarse en el año 2002 (Casares, 2003).

[2] Autor empírico y autor implícito son dos conceptos que, a pesar de su similitud, necesitan ser manejados de forma independiente. El autor empírico es el escritor que vive en el mundo “real”: es la persona que realiza sus actividades como cualquier otro ser humano. El autor implícito sólo se encuentra en los textos literarios; es la voz dentro del discurso, de cuya estructura participa como sujeto (Villanueva, 2008, en red).

[3] Para este análisis tomé como referencia la información proporcionada por la página principal del Centro Yucateco de Escritores: http://www.cyeac.org/

[4] Cfr. Beristáin, Helena, 2004: 31

[5] Cabe aclarar que hay una diferencia porcentual entre ambos grupos debido a las personas que publicaron de forma anónima y no se pueden clasificar aparte.

[6] Comparar con el cuadro anterior.

[7] Comparar con el cuadro anterior.

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