Foja de poesía No. 322: Christian González Díaz

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Presentamos el trabajo del poeta chileno Christian González Díaz (Santiago, Chile, 1974). Es poeta, narrador y activista. Especialista en plataformas para el desarrollo de iniciativas sociales, económicas y vitales. Escribió Del amor, el desamor, los encuentros y las fugas, 2005.

 

 

 

 

Ahora

 

Mis ojos ven permanentemente

a mi amada Valeria

viaja conmigo en cada paso

descansa cuando mi cuerpo cansado se detiene

derrama dicha en mis letras

me convierte en arrecife de mármol

cuando me amenaza el mar

Es mirada de libertad

cuando soy prisionero

late mi corazón

mi sangre está caliente

mi talento abusa de argumentos para tenerte

Nuestra soledad menosprecia lo humano

la muerte nos espera juntos.

 

 

 

 

Manifiesto por la Integración de los pueblos de Chile y Bolivia

 

Creemos que la poesía nos hará evadir lo propenso que estamos a tomar el camino incorrecto. Señalamos la necesidad de intercambiar palabras, visiones, magia, imágenes y sueños con nuestros hermanos bolivianos a través de la poesía, para adquirir una conciencia más profunda y rodearla de un aura luminosa que permita la integración de las raíces y de sus transformaciones, creando una atmósfera encantada de unidad y paz para los pueblos.

Declaramos que estas voces están vírgenes de prejuicios, nacen en el alba primera del continente, su precisión estará dada por los pueblos que se suman a convertir las probabilidades en certezas y su valor está marcado por todo lo que imaginamos. La Poesía pretende cambiar las cosas y extraer aquello que se vuelve caos, pues el mundo refleja sólo una parte del valor de las palabras más allá de la vista humana, directo a su naturaleza.

Desafiamos a la razón, para escuchar de manera cierta el estrechar de manos de estos pueblos, remontándonos al parto universal de la voz inmortal; amasando las tradiciones, los vocablos, las alegrías, las tristezas, los miedos, los rencores orígenes de un nuevo tiempo de paz que penetre la carne y encienda el alma en su plano superior.

Tendemos la mano a los pueblos para la ida y la vuelta, para caminar juntos al último horizonte, más alto que la cumbre en que nos encontramos, donde por el campo se extiende la vida, el espacio, el tiempo, la razón, la fantasía, el espíritu y la materia.”

 

 

 

A la generación que se levanta 

 

Dulce manjar de la inocencia

descubres cada día la vida que llevas

vives en tus sueños el futuro de las huellas

que dejas sobre el pasto que pinta nuestra tierra

acércate

tiende tu mano sobre los vientos

arrulla mi mente

escucha el silbido del nacer de las flores

convéncete de lo bello en el horizonte

camina tranquila hasta que tus alas inicien el ruedo

avanza por las rocas húmedas del mar sereno

resiste ante la adversidad de los tiempos

incrusta el amor a manos llenas

vibra con las luces de las estrellas

en medio de la noche

pon tus pies sobre la tierra

para que tus sueños te levanten

 

 

 

 

 Montevideo II

 

Me fui andando

hablando de jugar al ring raja

después del transporte al salón que no era el cabildo

dije una cosa en varias voces

Regalé imágenes difusas a los asistentes.

Gracias al medio ambiente.

Gracias al glosario para la conservación del medio ambiente

que preparamos con el maestro Leo Lobos

entre Santiago y Puente Alto,

desde el cerro Huelen al Manzano

en Montevideo y el cerro Catedral

las imágenes de Alex Chellew,

Fernández Rubí,

Carolina Labbé

Rafael Insunza las difumó al alemán

más tarde

los jarros y la salida por la ventana

me despertó frente a las flores

 

 

 

 

Aquel día como tantos otros

 

Por tantos otros

cogimos miles de horas para ordenarlas

había un lobo, fuimos a ver qué pasaba

grabados que hoy cuelgan de mi muralla

textos viajando por el desván en varias maletas

flora y fauna que corona este libro

escuchamos y viajamos sentados en el infinito

llegamos a ubicar otro sitio

las imágenes difusas se han perdido

podemos vernos claramente

creamos imágenes aquí en la tierra

para que miren el infinito, caminaron también primero

desde la estrella más lejana para aparecer en este sitio

caminaron o volaron tal vez este día y tantos otros

la luz se perdió entre la garúa

la oscuridad apareció en otros destinos

se despidió dos veces como de costumbre

les contestó a todos, aprovecho de desearles las buenas

les digo que el hambre no puede

 

 

 

 

 Imágenes difusas X

 

Sólo

en medio del cemento

donde aún el pasto crece

la gente imagina muchas cosas.

 

Un poema virtual

podría verse

mis palabras, mis acciones

 agua que lavó

mis manos, mis zapatos

padres hermanos

paradojas etapas

sueño

y cansancio

la fuerza de todos

 

 

 

 

 Del amor… I 

 

Escribo con mis ganas sobre tu pecho

te llamo desde la cúpula

con la pasión de mis brazos

vienes a mí desnuda

caminando por los nublos

¡mucho tiempo!

revientan el alma dentro

tus palabras,

tus gestos sonrojan mi carne

manos cálidas corren a desequilibrar la mente

suda tu rostro cuando te hablo

cada letra

en lo profundo.

me volveré gigante

para dormir como un niño dentro de ti.

 

 

 

 

 

De los encuentros…III

(Entre Santiago y Buenos Aires)

 

NO

te digo que NO

Recoge los pedazos de alma que esparciste en el cielo

despacio, tómalos uno a uno delicadamente

no te apresures que viene marchando la escolta

restriega sobre tus lamentos elixir de lo fecundo

inunda la tierra

levántate sobre sus olas

inmóvil calle que se te enfrenta

vuelve a tu sitio

mis brazos vienen a estrecharte.

No faltarás a mis ojos,

porque estás clavada a mis pasos

 

 

 

 

 

De las fugas… II

 

Si me dices ven

juntaré los segundos que he perdido bajo la cama

los reuniré hasta lograr el tiempo perfecto para ti

hoy no me has llamado,

 

¿Viajaré entonces por los aires

a ver si caigo en otros brazos?

 

 

 

 

 Poetas en la Ciudad IV

 

Trenzo los brazos, cierro los ojos             

trato de no oprimirme, carnes divinas aparecen                  

enciendo el fuego y preparo los dientes     

retiro las pieles artificiales que han creado 

manifiesta es la experticia, manifiestas son las ganas siempre              

de mordisquear  montañas,  perderme en las quebradas                 

rellenar los espacios  paredes de humedad fecunda            

abrazan los deseos,         

malditas las calles  irrumpen mi camino con las falsas diosas                                         

otros tiempos vivo yo quizás sólo                

ya no creo en diosas, hambriento sigo en mi desesperación      

peor que en mis tiempos de creyente       

acompañado me encuentro  y no quiero otras                

manifiesta es la experiencia , devotas las ganas                                

devota es la mujer que acompaña y ama.      

 

 

 

 

Trabalenguas

 

Sola en la selva, Silva la Sara, sal en la sopa, suple la sed, el sol del sudor, seca saliva, salva la santa, sede sativa.

 

 

 

 

 Pescador de Presa XI

 

Vacío presente en ti que voy decidido a llenarlo

sabes perfectamente el resultado

lo conoces desde antes

mil años atrás y distantes

las lagrimas provocan notas

cuando caen en las cuerdas por las que camino

para no caer en el océano

para siempre.

 

 

 

 Imágenes difusas I

 

Extraños carteros

editan en el tiempo

su cosmovisión

películas

historias

Instantes secretos

voces

Formas

caminos

 

 

 

 

difuse Vorstellungen I

 

Seltsame Briefträger

            Drücken ihre Weltanschaung

in der Zeit aus

                                                           Filme

Geschichten

                        geheime Augenblicke

Stimmen

                                                                                  Formen

                                                                       Wege

 

 

 

 

 

Imágenes difusas IV

 

Todo pasajero instante                      

dura                                                   

una vida                                            

 

 

 

difuse Vorstellungen IV

 

jeder vergänlinche Augenblick

Dauert

ein  Leben ( lang )

 

 

 

Traducción al Alemán por Rafael Insunza Figueroa (Yabar)

 

 

 

 

 

Poetas en la Ciudad III

 

El Señor                                                           

que está en la tierra y no en el cielo         

quedó sordo de tanta palabra extranjera    

perdió su voluntad, no quiso insistirle          

dejó inmóvil su gran ponchera               

hasta volverla tripa en su locura                   

el señor se volvió pequeño y flaco              

no dejó de comentar que venía a salvarnos  

fracasó en su intento                             

quedó atrapado con los nuestros               

en el mismo infierno                                       

vendiendo dulces a la salida de la escuela        

manoseados de humedad y desencanto      

olvidaron los niños hasta volverse ancianos 

cuando fueron sus nietos a educarse         

les dijeron el Señor esta en el cielo

 

 

 

 

Poetas en la Ciudad VI

 

Relucientes del agua que los cubre     

formando charcos del placer inmenso

las profundas palabras que aletargan.

Me conmuevo contigo cada día

brotan las flores

en cada esquina mientras camino,     

sudan mis manos.

El sol consume las sombras

siembra su luz para que podamos vernos 

en esta ciudad maldita por las gentes

bendita por los entes.                               

Vuela conmigo a través del tiempo

sube a este avión desbocado y chúcaro para dejarte caer en el cemento   

el temporal se esfuma con las caricias

el smog no deja que vean lo bueno que somos

las aves acompañan el ruedo y ruedan en vez de volar en el cielo  

mi garganta se asfixia de estos tiempos                                                        

las palabras no nacen todas han muerto     

en esos segundos me pierdo infinitamente tu silueta, los colores, las almas, los  jardines presentes germinan

la vida que soñamos en silencio.

 

 

 

 

 Tiempo fuera

 

¿Dónde dejó

este viejo milico

fondeados los razonamientos?

que tanta gente anda perdiendo el tiempo

soldadito de plomo que guarda el niño en su cesta de juguetes

siento en mi cabeza un helicóptero que cae desde el closet

no tengo miedo

lo que mata en estos tiempos es el estado de cuenta

la suma y la resta entre pasivos y activos

las monedas sueltas en el bolsillo del pantalón de los viejos tiempos

la ropa que te cubre

los favores hechos y los que vienen

lo que mata es no tener el tiempo para divertir tu mente

tu reloj lo tiene con dos palitos titilando

en el circular de la vida y el tiempo

cuando recuerdas por las mañanas observarte

te das cuenta que no estás muerto

que la vida no es inercia

 

 

 

 

Patria de sangre, única tierra que conozco y me conoce,

única patria en la que creo, única puerta al infinito.

OCTAVIO PAZ

 

 

Ciudad Erótica

 

Duermes mientras te busco

trabajas cuando mis horas se presentan

sueñas cuando vuelvo del viaje que te busca

estudias cuando mis palabras quieren ser tus respuestas.

 Aquí estoy

en el ir y venir de siempre,

entre que estas aquí y te siento

entre que escribes,

te leo,

te escribo

te pienso

entre que eres te sueño,

bebo de tus poros

en este y en otros momentos.

 

 

 

 

 

 

 

El cuerpo es resbaladizo amor mío
(Ilhan Berk)

 

Ciudad erótica uno

 

A veces cuando te miro desde arriba

imagino los edificios como seres

las casas como seres menores

las calles como calles interiores

cierro los ojos sólo un poco para recordar lo que sueño.

En la realidad busco la señal

pinto las fachadas con mi brocha

llego firme a los recovecos secos ahora húmedos

clava la brocha en la piel con mi pintura suavemente

las murallas muestran las grietas del tiempo,

brotan las vertientes entre sismos oscila hasta caer sobre los seres

pintándolo todo, cerrando los ojos, descansando en paz

cierro los ojos de nuevo para recordar lo que sueño

cuando te miro desde arriba y veo tu espalda

salto los muros y escapo dentro de ti

arrastrando tu piel sobre caminos

inventados por el movimiento.

 

 

 

 

 Ciudad Erótica una

 

No quieras lo que no tienes,

quiero que me encuentres, jugar despacio a escribirnos

ver tus letras que me dicen que estás aquí

bien cerca.

Pasar por ti al hotel

y perdernos en un nuevo abrir de puertas cerradas,

asomar la mirada y mover las cortinas 

volver a cerrarlas y verte atrapada

en la habitación

sobre la cama,

sobre la alfombra,

sobre tu sudor y tu sombra

piensas que pegada la piel no hay distancia.

Te fundes entre las maniobras que se abaten del alma

sudas las palabras que me apuntas en la mañana,

llego de nuevo y bebo lo que me cuentas

te suplico que creas mis deseos se pronuncian

para convencerte mientras obstruyes los ojos

me persuades tú misma que tu hircismo acabado,

me abarcas tiernamente pasmada en otra galaxia

atasco los sentidos, eres todo lo que me cerca.

 

 

 

 

 

Tiempos modernos 

 

Mi índice presiona

la musiquilla del ventilador apasiona mi esperanza,

la  contraseña conecta

avaricia que nace

la cámara muestra lo que ambiciona mi carne,

las letras emprenden a ensimismarse

oscila sobre mí resbalando mis manos

la imagen sobre la mía que es la misma

en punta de pies a media noche como es costumbre.

Para el desayuno, el café sobre la cama

cruza la cordillera y llega a Buenos Aires

los temblores  me  los presentó la niña y la bestia

se viste del uniforme de otros años,

 juega conmigo a examinarse

rendirle cuentas al regente para flagelarse

los deseos que la mueven agrandándola,

transformándola

dejando su flor como hortaliza sobre la mesa

del almuerzo familiar del domingo

 bajo la mesa sin prenda interior

mis dedos teclean mi contento.

 

 

 

“Sentir el aleteo por última vez, la inquietud,

enterrar los alfileres”

María Ramírez Delgado

 

 

Enciende

 

Frota la piedra, saca la chispa

sube la llama por las rendijas,

la piel arde cuando pasan las horas

por eso no me quedo sedentario

por eso me quejo  y suspiro.

El aire se eclipsa y aparecen los espasmos

la lluvia interna  me rodea como las nubes a la tierra,

todavía la carne jugosa  aparece entre la ceniza que cae

el cigarro se enciende y roja la punta quema los ojos

agujeros que acoplan con los pensamientos

para siempre perpetuarás el sabor del tabaco

te olvidarás de lo que se hizo humo en el viento.

 

 

 

Entonces me di cuenta de que

el poema estaba

en el límite exacto del pecado mortal.

Jorge Robledo Ortíz

 

 

Campanadas

 

La cabeza cansada echa un vistazo,

hacia abajo mientras rezan

cierran los ojos y nos desbandamos.

Las salas de reunión vacías y los jardines

también ociosos,

se tropiezan con ella, la única de ojos abiertos

la virgen con sus velas encendidas habla con dios

lo negro rodea la luz y buscamos la sombra

unos árboles caídos empantanan el paso no de nosotros.

Nuestra amiga se quedo observando

la gente creyó que rezaba mientras llegaba tarde

nos dijimos que era necesaria la escapada

cayeron las ropas sólo un poco

por los curiosos que quizás con los sollozos

y suspiros aparecieran divinamente

mientras entre movimientos

 buscábamos la luz que si bien divina

se alejaba de las buenas costumbres de los rezos.

 

 

 

 

 Contacto

 

Tibios tus labios

dejan caer tus gotas

que inquiero por todos medios.

Desde el extremo me desmonto

 me malgasto infinitamente en tu presencia

remiso en el vigor,

Desvanezco bañado en el sudor

que viene desde dentro,

ahí donde habita el corazón y las entrañas.

 

 

 

 

 Vestidura

 

Alzó su falda por el lado

dulce juego feneció a la hora

después de la cacería en la selva despoblada

metido en los muslos del río,

dejó encendido el cirio y lo metió en el olvido

posó su flor en el brasero y espero que acabará la noche,

despertó por la mañana enterrada en una lanza

la miré a los cielos buscando agarrar las nubes

saque provecho de mis grandes manos

hundiéndome de nuevo

su falda falto a este acto

desnudo enjuagué mi cara

guarde los restos en mis ropas,

moribundas al costado

abandonadas

hasta que alzo su cuerpo para encontrar su falda

no dije que nada que se entendiera

más no faltaron armas.

 

 

 

 

 Dama Graciosa

 

Dime dama graciosa

que no te importan tus pequeñas montañas

enredadas en mis manos.

Dime que cuando cantas recuerdas

los momento encerrados

la primera tarde después de la escuela

los primeros años del despertar de las flores.

Dime si volaste conmigo la primera noche

que agarré tu bicicleta

después los espasmos siguieron los temblores

después de que tus ojos se cerraron esperando mi consulta,

después de todos estos tiempos

dime si temes todavía que mire tu cuero

marcado por el paso de los cuerpos,

dímelo al oído para que los otros no logren escucharlo

dame tus palabras sin sueños

dame el titulo de dueño

que sueño mientras acaricio tus letras.

 

 

 

 

 Constancia

 

Retorciendo al galán furioso

en el cielo luminoso que tiene fuego lujurioso

con dulces meneos blandos  y duros como huesos;

travieso atravieso el sabroso

sabor de la leche que me cuentas mirando al techo

tu lecho frutado es de puta aprobada.

Delgada silueta te quiero despierta en esta noche

que no termina

con la mañana

con los días que vienen,

soñando su rosada aventura de carne colgada

del miembro recién nacido de nuevo.

El usado señuelo reconoció no ser de veras,

digo caballerosamente para desnudarte

robo tu ropa cuando me pervierten las ganas

amarro tus brazos y tus piernas cuando no quiero que escapes,

te cabalgo para que veas los movimientos circulares e infinitos

quiero que repitas las primeras veces en tus encuentros

te pido como un tonto cuando se acaban los argumentos

duermes en la cama que apareces

cuando solo mis manos vienen a escucharme

aseguras calidad y entretenimiento

 perversamente duradero

aún cuando mustio me encuentro.

 

 

 

Datos vitales

Christian González Díaz (Santiago, Chile, 1974). Poeta, narrador y activista. Especialista en plataformas para el desarrollo de iniciativas sociales, económicas y vitales. Su actividad literaria se ha desarrollado en Chile y en países como Uruguay, Argentina, España y Dinamarca. Entre sus publicaciones destacan: Manual de formación de Lideres, todo nace en tus ideas, 1996. Imágenes difusas, Montevideo, Uruguay, 1997. Formulación de proyectos sociales, 1998. Imágenes difusas – difusse Vorstellungen, Bonn, Alemania, 1999. Del amor, el desamor, los encuentros y las fugas, 2005. Selección de 9 cuentos infantiles, La lagartija Hija, 2006. Poetas en la Ciudad, Viña del mar, 2009. Actualmente trabaja en la publicación de “Maleta Uno”, texto que recopila parte de su obra y recoge su relación con el Chile contemporáneo.

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