La editorial española Valparaíso Ediciones, dirigida por Javier Bozalongo, ha publicado recientemente “Hospedaje de paso” del poeta colombiano Federico Díaz Granados, un referente de la poesía colombiana actual. Díaz Granados es miembro de Poesía ante la incertidumbre. Presentará su libro el próximo jueves 13 en el Palacio de los Patos de Granada. En seguida presentamos poemas en audio del libro.
Poetcast Pista 7. Federico Díaz-Granados: Hospedaje de paso.
Descripción:
Hospedaje de paso
Nunca he conocido a los inquilinos de mi vida.
No he sabido cuando salen, cuando entran,
en qué estación desconocida descansan sus miserias.
Las mujeres han salido de este cuerpo a los portazos
quejándose de mi tristeza,
en algunas temporadas se han quejado de humedad
de mucho frío, de algún extraño moho en la alacena.
Se marchan siempre sin pagar los inquilinos de mi vida
y el patio queda nuevamente solo
en este hotel de paso donde siempre es de noche.
Poetcast Pista 8. Federico Díaz Granados: Noticia del hambre.
Descripción:
Noticia del hambre
Me habita el hambre. Y todos me lo dicen.
No es el miedo ni la duda
apenas un ritmo intacto que no toca con su sal la orilla.
Es el hambre, quizá un leve testamento
o esta insistencia en destruir la casa
y renovar la piedra en sueño.
Es poco lo que recuerdo de mi a esta hora, el disperso,
el que a la intemperie es un poco de hierba,
una palabra sin traje con olor a otras tierras
y que mira con cara de extranjero todas las prestadas alegrías.
Llega el hambre con su mismo azar y su idéntico augurio.
La lluvia está debajo de la carne
y pocas cosas recuerdan al viejo amor
que ya no cuenta.
Es el hambre. Y todos me lo dicen.
No es el leve testamento ni la tristeza de las noches.
No es la poesía
ni la música que traduce el tiempo.
Un poco de hambre
y el cansancio de llenar la estantería de ausencias.
Poetcast Pista 9. Federico Díaz-Granados: El regreso.
Descripción:
El regreso
Regresar de los viajes
con la urgencia de quien ha conocido
la única moneda de la muerte,
contemplar los libros regados en el piso,
rastrear y limpiar los discos y los afiches de antiguos festivales.
Sacudir los muebles
y saludar de mala gana a los vecinos que no nos han extrañado,
abrir la revista que quedó inconclusa en la mesa de noche
y saber que otro amor la releyó.
Regresar de los viajes
y acomodar los souvenires y las postales en un lugar
que no ha sido preparado para ellos.
Reacomodarse y organizar la pobreza en las gavetas,
Y trastearse como el amor, siempre de afán.
Se ha cambiado tantas veces de casa, de gustos, y de vida
que ya se aprende a respetar a los viejos inquilinos.
Ante el cansancio hacerse un lugar entre la gente,
saber que se estorba, que solo ebrios nos quieren los amigos.
La vida cierra las persianas
Y uno no se encuentra con su cuerpo,
acostarse a contar las nuevas cicatrices,
desayunar con la nostalgia de los rostros dejados
y en soledad saber que somos algo incompleto a la deriva,
una larga temporada baja a la que siempre se retorna