Foja de poesía No. 432: Sergio Briceño

Sergio Briceño

Presentamos algunos textos del poeta y traductor colimense Sergio Briceño (Colima, 1970). En el año 2001 obtuvo el Premio Internacional de Poesía ‘Salvador Díaz Mirón’, con su obra Trance. En 2011 obtuvo el Premio Internacional de Poesía ‘Jaime Sabines’, por su libro Insurgencia. Mereció también los premios Balbino Dávalos de Poesía (1994) y Agustín Santacruz (1996).

 

 

 

MAZO

 

La impotencia fisura el paladar, craquela el habla. Un dolor de honda percusión despulpa el sueño, agrieta la esperanza. Sus esquirlas de hueso o de concreto son las mismas del niño sin balón, de la muchacha adocenada. Pero el habla se agota. Se abrasiona con tanta soledad, con tanta insidia. Y hay que armar con varillas el rencor, blindar la dicha. Es la forma que tienes de expresarte a través de las grietas que el martillo siembra en tus palabras.

 

 

 

 

XILITLA

 

Con tus canciones podría adherirme al muro. Treparme y no caer. Con la forma que tienes de decir las cosas y nombrarlas y referirte al tiempo y al pasado, podría colonizar paredes y devorar cemento. Podría, incluso, incrustarme con tu lengua en el concreto hasta desmoronarlo.

 

 

 

 

 

LÍNEA GERMINAL

 

Algo no funcionó al ensamblar la peste con el águila, el toro con la fiebre, la rosa con el liquen. Algo no funcionó al fundir la talavera con el vidrio para iluminar tus ojos o definir la forma de tus huesos. Un rayo de luz incomprensible modificó la célula, sus calderas y engranes que te hicieron cantar como si aullaras incluso en medio del dolor de haber llegado vivo al nacimiento. Algo no funcionó, por eso hay pájaros que escapan del humo del camión. Salvan la densa nube y buscan una esquina en tu jardín para toser o cantar con la garganta en llamas.

 

 

 

 

 

NEGRA

 

Oscura es la materia como la piel de Josephine. Dos estrellas de carne colapsada le iluminan el pecho. Un acento atezado pero rojo destella desde el fondo de sus muslos: pulso cuajado en la frontera de lo que no se toca y apenas se calcula. Me va a desbaratar ese acento que desmenuza versos. No lo sientes llegar pero transmuta tus palabras, hace decir cosas distintas, ciertos disparates que llamamos poemas. Porque de la materia oscura, señorita Baker, obtendremos la respuesta a su baile, la explicación de sus caderas. De esa materia oscura llamada taconeo provienen sus impulsos. El modo de andar tumbando con timbales y tubas la cintura imparable, señorita Baker, tiene su origen en la partícula de acento que se funde a su espalda y acaba amamantando al universo.

 

 

 

 

LA CABEZA DE MEDUSA

 

A patient’s fantasy that his body becomes rigid and immobile while he is looking at his mother’s nude body and genitalia made Coriat reconsider the problems of the symbolism of Medusa’s head.

 

 

-1

Empezaré a volverme sólido

concretamente de hormigón

por tu mirada

 

empezaré a volverme piedra

por contemplarte

así

sin ropa

 

0

La cabellera, sí, la cabellera

                        Ese amontonadero de emociones

 

Ese ambulante socavón de pensamientos

que se van descolgando

hasta los hombros

o surcan de pronto el cuello

y se detienen ahí

entre ambos pechos

para alzar la cabeza y mostrar

húmeda y lasciva

la lengua en dos partida

 

Como una nueva voz

 

O una doble palabra

cortada por el paladar

 

ese cuchillo escarpado

 

ese machete

 

                                               la voz

 

 

 

1

 

Hay que darle jabones

a la escama numerosa

 

Alimentarla de champú

 

Brindarle tratamiento

para que brille al sol

 

Para que caiga lento

el hormiguero de sierpes

sobre el vestido Escada

 

 

Y que pueda tomarse

sujetarse

volverse brida o tempestad

en el apareamiento

 

Así, sujeta del cabello

recién lavado y suave

con esa sensación de víbora

al tocarlo

 

 

 

 

2

 

Strong Oedip complex    dice Coriat

al encontrar la cabeza de Medusa

entre las piernas de mi madre

 

La veo brotar así, como un mechón

de líquidos vapores donde antes hubo vellos

 

Crecen espasmos

 

Una vértebra negra dividiéndose en diez

y dándome un dolor aquí en la espalda

 

Cada hueso es su sombra

 

Cada mirada su solidez impávida

 

La veo desnuda

y es mamá

mi madre

con su pubis mirándome despacio

para que vea la forma en que me vuelvo

de cal

de arena o piedra

en cierta parte íntima

 

que yo mismo desconozco.

 

 

 

 

 

FALLA

 

Más que la brasa en el fuego lo que importa es la ceniza. Su condición de ruina de la lumbre. Su origen de fogata y su aspecto de luz carbonizada. En el fuego importa lo que queda, los vestigios de fiebre y esplendor. De llamarada.

 

 

 

 

FORMATO

 

El dolor deforma las palabras. Las estira o azota, las escuece por dentro. El dolor deforma lo que digo, lo convierte en algo que se arrastra o escurre. Tengo miedo de mí, del dolor que me espera a la vuelta de una coma con aspecto de gancho, y de esas otras maneras de expresar que tienen los humanos tan parecidas a cuchillos, lijas o formones para rasgar o desprender de mí lo que no entiendo. Carne que duele en forma de palabras, con escozores y dudas, con heridas verticales como acentos o dagas. El dolor deforma lo que hablo y escribo, hasta volverlo un grito, un alarido inextinguible como la respiración.

 

 

 

 

NINFA

 

No pertenece al mundo de los niños pero busca la tiza y la pelota, aunque resulta verde entre adultos que circundan la mesa. Trata de hablar de golpe y le salen dulzuras o leves inocencias que los demás celebran con sonrisas de burla o compasión. Quiere ser ya más grande y fumar o llegar a deshoras, pero huye ante el beso o escapa a la caricia del pariente. Se queja de sus pechos más duros cada vez o del césped que decora la flor de su entrepierna. Ni adulta ni muchacha, ¿qué incendia su mirada mientras bebe el refresco en la botella que le escurre los labios cuello abajo?

 

 

 

 

 

RELATO

 

Ya no puedo escribir como antes escribía. Mi voz pasó de moda. Ahora tiemblo de dudas al poner un eco en medio de la estrofa, un alarido entre los versos. Ya no puedo escribir en otra lengua que no sea la de látex, cartón o baquelita. Ahora esas voces siembran en la sangre organismos inéditos, cosas que la costumbre arrastra río abajo, donde la muerte ya no desemboca en el mar sino en la arena.

 

 

 

 

Datos vitales

En el año 2001 obtuvo el Premio Internacional de Poesía ‘Salvador Díaz Mirón’, con su obra Trance, que fue traducida al francés y publicada en la editorial Écrits des Forges, misma que recientemente se presentó en la Casa de México en París en lectura bilingüe. En 2011 obtuvo el Premio Internacional de Poesía ‘Jaime Sabines’, por su libro Insurgencia, que fue traducido al alemán y presentado, también en lecturas bilingües, en las ciudades de Köln, Giessen, Mainz, Wiesbaden, Bonn y Frankfurt durante febrero de 2013. Tradujo del francés la obra La bruma y otros elementos, de Oskar W. Milosz, que fue publicada en la colección Poemas y Ensayos de la UNAM. Tiene publicados, además de los mencionados, los libros Corazón de agua negra (Premio Balbino Dávalos de Poesía, 1994), Catorce fuerzas (Premio de Poesía Agustín Santacruz, 1996), Ella es Dios, Saetas, Náqar y La hembra humana En 2012 organizó el Festival de Poesía Oxígeno Bacalar, en la ciudad quintanarroense del mismo nombre.

 

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