Piedra de sol en francés

En una nueva entrega de Textos y Contextos, Audomaro Hidalgo piensa la traducción de Piedra de Sol al francés. Vuelve a la versión de Benjamin Péret, publicada por Gallimard en 1962. Dice Hidalgo: “La versión de Péret es «la oficial» en lengua francesa, al menos lo fue para Octavio Paz, quien siempre se opuso a que alguien más tradujese su poema, que el mínimo escritor André Pieyre de Mandiargues calificó como son plus grand et plus éclatant ouvrage“.

 

 

 

 

Piedra de Sol en francés

En un artículo compendiado en la Nouvelle Revue Française (julio, 1962), Philippe Jaccottet, quizá por encargo, dio única cuenta de la aparición de Piedra de Sol en francés. En su texto, Jacottet dice: «Peu de poèmes paraissent portés comme celui-là par un souffle naturel (…) il suffit de se laisser porter par le chant, d´image en image…». Enseguida, el poeta francés resalta el tono «heureux et grave, pressant et serein» del poema. La publicación Soleil sans âge-que ese era su primer títulose retrasó largo tiempo porque André Breton, displicente, prometía y prometía, sin finalmente cumplir. Así pues, Pierre de Soleil, traducido por Benjamin Péret y sin el acaso ansiado prólogo de Breton, apareció en 1962, en la colección «Du monde entier» de la editorial Gallimard. La versión de Péret es «la oficial» en lengua francesa, al menos lo fue para Octavio Paz, quien siempre se opuso a que alguien más tradujese su poema, que el mínimo escritor André Pieyre de Mandiargues calificó como «son plus grand et plus éclatant ouvrage». Pero hay otra versión, la de una señora Juliette Schweisguth, que cree que Paz tardó veinte años en escribir Pierre de Soleil…

En este caso, el traductor no habría podido superar ni mucho menos mejorar el original, tampoco se nota que esa haya sido su intención. En lugar de preocuparse por la métrica, Péret priorizó el dibujo de las imágenes y el entrelazamiento de las metáforas; atento, escuchó la Voz que anima de principio a fin Piedra de Sol, que debía ser traducido en francés por algún noble amanuense del Surrealismo. Entre Piedra de Sol y la versión francesa hay un flujo espiritual incesante. Péret traduce muchas veces palabra por palabra. No es defecto suyo sino virtud del autor del poema: la claridad del pensamiento, la limpidez de los versos, la plasticidad de las imágenes y metáforas hacen que la traducción esté muy apegada al original, sin menoscabar el sentido. Quizá estas sean las razones por las cuales la señora Schweisguth se haya animado también a darnos su propia versión. La transparencia seduce pero oculta flores de púas.

En muchos pasajes, Péret traduce casi literalmente. Por ejemplo, uno de los momentos más bellos del poema:

voy por tu cuerpo como por el mundo,
tu vientre es una plaza soleada,
tus pechos dos iglesias donde oficia
la sangre sus misterios paralelos,
mis miradas te cubren como yedra,
eres una ciudad que el mar asedia,
una muralla que la luz divide
en dos mitades de color durazno

 

el traductor anota palabra por palabra:

Je vais par ton corps comme par le monde,
ton ventre est une place ensoleillée,
tes seins deux églises où la sang
célèbre ses mystères parallèles,
mes regards te couvrent comme de lierre,
tu es une ville que la mer assiège,
une muraille que la lumière divise
en deux moitiés couleur de pêche

En la delicada balanza de la traducción, al leer Pierre de Soleil constatamos que el peso se inclina más a los aciertos que a los defectos. Estrofas enteras hay que no necesitan enmienda. Trasvasado a un idioma de lógicos y gramáticos empeñados, Piedra de Sol exigía una sensibilidad afín. Benjamin Péret le reveló a Francia y a Europa el poema más importante del ya ardido y lejano siglo XX. Desde entonces podemos felicitar a los franceses, porque Pierre de Soleil, junto a Verlaine y Apollinaire, es uno de los momentos de más alto lirismo, quizá el último, de la poesía francesa, por lo general cerca de la escritura y en las antípodas del canto. Nadie, ningún francés y ninguna francesa, debería desconocer la felicidad que supone leer Pierre de Soleil.

Estoy convencido de que las generaciones que aún no son, no dejarán caer la memoria de Piedra de Sol, porque este poema durará lo que dure la vasta lengua castellana.

 

 

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