Contra los poetas

Witold Gombrowicz

Una crítica certera e inteligente a las mentes estrechas, mediocres, de muchos que se han dado el nombre de poetas sin serlo, es la disertación que Witold Gombrowicz tituló “Contra los poetas”. Hace pocos meses, un pedante con ínfulas de poeta, seguramente al verse reflejado en la crítica de Gombrowicz, en una revista publicó injurias contra éste; le aplica insultos como estupidez, barbarie, estulticia, estupideces, ignorancia y muchas veces repite que es un inquisidor; palabras que se le revierten.

El pedante al que ahora aludo es lo contrario de sus alardes: reluce su ignorancia, él demuestra no haber leído ninguna de las relevantes obras de Gombrowicz (Bakakai 1933, Ferdydurke 1937, Matrimnio 1953, Trasatlántico 1953, Cosmos 1965, etc.) por las que fue postulado al premio Nobel en 1967, sobre este autor sólo cita un sitio de internet y una reciente publicación española de “Contra los poetas” cuando en Argentina se han impreso varias. Luego asegura que dicho texto fue publicado primero en polaco y francés, cuando fue una conferencia dictada español (sobre este idioma lo aclara el autor desde las primeras palabras, ¿ni siquiera esto entendió ese pedante?) en 1951 ante un público mayoritariamente de poetas en Buenos Aires (Gombrowicz vivió en Argentina de 1939 a 1963).

¿Qué opiniones tan terribles sobre los poetas expresó Witold? Cito algunos ejemplos: “en el mundo poético todo se hincha, y aún los creadores mediocres llegan a adquirir dimensiones apocalípticas y, por el mismo motivo, los problemas de poca monta cobran una trascendencia que asusta. Hace tiempo hubo entre los poetas una gran polémica sobre la famosa cuestión de las asonancias y parecía que la suerte del universo dependía del hecho de si es posible rimar ‘espesura’ y ‘susurran’. Es lo que sucede cuando el espíritu gremial domina al universal” / “el poeta… considerándose superior como sacerdote de la poesía, se dirige a sus oyentes desde arriba, pero los oyentes no siempre reconocen su derecho a la superioridad y no quieren oírlo desde abajo. Cuanto más aumenta el número de personas que ponen en duda el valor de los poemas y faltan el respeto al culto, tanto más delicada y cercana al ridículo se vuelve la actitud del vate” / “Un artista creador y vital no vacilaría en cambiar totalmente de actitud y, por ejemplo, él desde abajo se dirigiría a la gente como el que pide el favor de ser reconocido y aceptado o como el que canta pero al mismo tiempo sabe que aburre.” / “Es el exceso lo que cansa en la poesía: exceso de la poesía, exceso de palabras poéticas, exceso de metáforas, exceso de nobleza, exceso de depuración y de condensación que asemejan los versos a un producto químico” (supuesta “poesía pura” llena de imágenes que son galimatías en que no se sabe qué quieren decir). “Los poetas siguen agarrándose febrilmente a una autoridad que no tienen y embriagándose a sí mismos con la ilusión del poder.”

En oposición al criticón al principio aludido, Ernesto Sábato consideró a Gombrowicz poseedor de una “extraordinaria inteligencia”. Al final de su crítica Witold responde a sus futuros detractores: “Poco me importa que digáis pestes de mí y de mi nota –¿Acaso puedo esperar que aceptéis un juicio que os quita la razón de ser?… mis palabras están destinadas a la nueva generación. El mundo se vería en situación desesperada si cada año no entrase un nuevo contingente de seres humanos, frescos, libres del pasado, no comprometidos con nadie ni con nada, no paralizados por puestos, glorias, obligaciones y responsabilidades, seres, en fin no definidos por lo que ya han hecho, y por lo tanto, libres para elegir.”

Al final de la conferencia citada uno de los asistentes, visiblemente indignado, se puso de pie presentándose como poeta y decidió altercar con lo que expuso el escritor polaco, para lo cual recitó con fuerte voz alta uno de sus poemas. Gombrowicz le dijo: “Gracias por ilustrar esta conferencia” y se marchó.

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