La tradición lírica chilena es una de las más significativas en lengua española. Pero ¿qué se está escribiendo hoy en el país de Huidobro, Neruda, Rojas y Parra? Aquí un dossier de joven poesía chilena preparado por Leonardo Lara Arrate. Iniciamos con la poesía de Felipe Poblete (Viña del Mar, Chile, 1986). Es poeta y editor de la revista “Llave de sol”. Ha sido becario de la Fundación Pablo Neruda.
derrama
a sus nidos el teatro de la lluvia
cuando de mañana su viento acusa
al gentil desenfreno de los soles:
en despacio balar de rama en rama
y de calle en calle y de tordo en tordo
van completando de luces los árboles
sus copas. Mientras los barcos navegan
replicando el derrame de los nidos
por la Mar confundiendo pescadores
prosiguen los siete vientos rodando
por entre repetidas dunas hasta
los hogares de quienes marisquean
quejumbrosos. Los frenos de la tarde
caminan sobre las rutas de tierra
sin ir nunca más allá de la noche
pero no hay luces que ordenen su vuelo
ni hay represas que contengan su llanto:
¡sólo derrámense! —con sutileza—
como el crecimiento de los naranjos
o el suicidio tan lento de los ríos.
Y estas lluvias: al modo de un fogón
o nubes, al horizonte poblando
derraman edades por las planicies
por la memoria, por los corazones
o cualquier otra casa en que se anida:
la Luz de las velas
de copa en copa la triste huida
hacia veladura en telas de puerto
o como si mi Nombre no pudiera
desde tu boca ser lanzado.
Vamos
compartiendo, amada, las sábanas
de las manos: todos sus verdes pinos
mientras desiertas las zonas nos dan
la bienvenida:
“Extranjeros, en nuestras pieles
hallarán confort y reposo
a vuestros pesares y huidas.”
Arriban las velas hasta el silencio
y nuestro tiempo (guardado en bolsillos)
se desmiembra de su natalidad
P r o n t o
dices sin siquiera mirarme
ni mirarte tú viva, como
si fueras un cine vacío
o fueras promesa de lluvia.
En esta estadía los pastos miden
nuestra permanencia por el pujamen
y cada minuto volcado al Tiempo
es tiempo anquilosado
a la frágil memoria.
Besaré todos tus pasos, amada
de las velas traeré el blanco Blanco
espacio de los fuegos
traeré la Luz de las velas.
Dos soledades
I
tranquilidad antigua, desgastada
de un parque, como un envoltorio
que ha recibido demasiado sol
tranquilidad de sombras
de breves rayos de luz, confusos por el viento
solo en esta vieja avenida el ruido
de la ciudad es deformado
como la memoria por el olvido
y sin gloria triunfa el roce del aire
con miles de hojas secas.
II
En esta ocasión, incluso la tarde
está moribunda, de color ocre
triste, como una lámpara de lágrimas.
Equivale su voz
a la mirada del ajedrecista
que revela el error de la jugada
¿Qué importa un paseo azul, por un parque alfombrado
de recuerdos y sueños
tras la oración profana de disculpa?
mantra
como escalones lloras los pastos. Una luz plena
arma caudales de aguas que fluyen
dentro del río y el río es grave, va tan repleto:
Aires quemados, sombras partidas y ciegos llantos.
Va desde entonces colmado en penas. El río sube
en escalones suben tus pasos. Uno por uno
rompen las sombras. Suben maderas, páginas suben.
Este poema si es una Casa
siempre habitada: viven púrpuras todos tus huesos.
triste miedo
De poder silbar viento
cuando el sol es ausencia y mastines son la noche.
De poder silbar, de poder tan solo
abrir las luces en gesto de arcángel
en la inundada espesura del Tiempo.
De poder silbar por miedo y no a causa
de la música triste
madura en el silencio que somete a los fuegos.
De poder tan solo cortar el hilo
que me amarra la garganta a los dedos.
Datos vitales
Felipe Eugenio Poblete Rivera (Viña del Mar, Chile, 1986) poeta, editor de la revista “Llave de sol” y magíster en Historia del arte chileno. Co-organizó los recitales poéticos “Con-Texto”, junto al poeta Víctor Mora, en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, durante los años 2008 y 2009. Ha sido becario de la Fundación Pablo Neruda en “La Sebastiana” (2009) y en “La Chascona” (2011). El mismo año, participa en las III Jornadas de Poesía Latinoamericana en Bogotá (Colombia). Ha escrito para diversas revistas, tanto impresas como digitales. El 2011, junto a la poeta Catalina Espinoza, preparó la antología de Rodrigo Lira titulada “Sangre de Lira” (yogurt de pajarito, 2011), con motivo del aniversario N°30 de la muerte del poeta.