Juan Bañuelos: Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines-Gatien Lapointe

Juan Bañuelos

El poeta chiapaneco Juan Bañuelos mereció recientemente el Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines-Gatien Lapointe. A continuación presentamos un pequeño homenaje al maestro, algunas fotografías tomadas por Pascual Borzelli Iglesias en el bar Las Hormigas de La casa del poeta.

Preocupado por las “contradicciones” que enfrenta el país, la discriminación hacia los indígenas, el desempleo y la violencia, pero con la firme convicción de que, a pesar de todo esto, la poesía “aún tiene lugar en este mundo”, al chiapaneco Juan Bañuelos le tomó por sorpresa obtener ayer el Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines-Gatien Lapointe.

 

CP-Pascual Borzelli Iglesias©

 

 

 

 

CP-Pascual Borzelli Iglesias©

Seleccionado por un jurado de Québec, compuesto por Gaston Bellemare, Jean-Marc Desgent y Stéphane Despatie, el escritor nacido en Tuxtla Gutiérrez en 1932 se alzó como el ganador de la séptima edición de este galardón, dotado con 70 mil pesos y la edición de un disco con poemas de su autoría y leídos por él mismo, porque sus versos “nos dan a leer su auténtica interioridad, su conciencia nacional y su lucidez india maya. Esta doble dimensión, vuelve a su poesía tan rica de significados e inventiva”, se apunta en el acta.

“Es una sorpresa muy agradable, me impresiona que ahora con internet tu obra puede leerse en cualquier parte del mundo. Pero estoy más preocupado por lo que pasa en México, por la pobreza y el poco apoyo a la educación. Se piensa que los poetas no se fijan en eso, pero sí. La poesía debe ser un reflejo de la realidad”, comentó ayer en entrevista.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CP-Pascual Borzelli Iglesias©

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Quien fue testigo de la matanza de Acteal, donde 45 indígenas perdieron la vida en diciembre de 1997, pues recorrió al día siguiente el lugar de los hechos y vio escenas que no ha podido olvidar, está convencido de que “no hay solución” ni la habrá si no respetan, desde el Presidente de la República hasta el adolescente, los derechos de los indígenas.

“La guerra en Chiapas no ha terminado. Estamos muy mal. Muchos no han podido combatir la tristeza. No me gusta lo que pasa con los sindicatos. No pertenezco a ningún partido político, pero lucho por cambiar las cosas. Ojalá todo se pudiera cambiar con un poema”, agrega.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CP-Pascual Borzelli Iglesias©

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Bañuelos, dice, está de acuerdo con Sabines, su maestro y formador, cuando afirmaba que la vida está antes y por encima de la poesía. Por esta razón entregará el dinero de este premio a una región del centro de Chiapas “que lo necesita más”, que aún no determina.

En cuanto a su nueva producción literaria, no sabe de qué se ocupará. “Ahora le sigo los pasos a los Tigres del Norte, esos artistas y poetas contemporáneos que hablan de lo que le pasa al pueblo, de lo que sufren los mexicanos que cruzan a Estados Unidos y las mujeres que se quedan sin maridos, del narcotráfico y del amor.”

El premio –que se convoca en coparticipación del Seminario de Cultura Mexicana, la Secretaría de Cultura capitalina y el Fondo de Cultura Económica con la editorial quebequense Écrits des Forges– será entregado durante el Encuentro de Poetas del Mundo Latino.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CP-Pascual Borzelli Iglesias©

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Los autores que lo han recibido son Alí Chumacero, Claude Beausoleil, Eduardo Lizalde, Jean Marc Desgent, Elsa Cross y Yolande Villemaire.

>El poeta Juan Bañuelos (1932) estudió Derecho y Letras en la UNAM. Perteneció al grupo La espiga amotinada, cuyos integrantes fueron antologados en el libro homónimo de 1960.

Ha publicado, entre otros, Espejo humeante (1968), No consta en actas (1971), Destino arbitrario (1982), Poesías (1987) y Donde muere la lluvia (1992).

Por A paso de hierba (2002) recibió el Premio José Lezama Lima de la Casa de las Américas 2004. También fue merecedor del Premio Chiapas en 1984 y del Premio Nacional de Poesía Aguascalientes en 1968.

Vinculado a sus raíces y a la vida política del país, su obra estuvo cercana al movimiento estudiantil del 68 y formó parte de la Comisión Nacional de Intermediación, que trabajó por la paz en Chiapas de 1994 a 1997.

Preocupado por las “contradicciones” que enfrenta el país, la discriminación hacia los indígenas, el desempleo y la violencia, pero con la firme convicción de que, a pesar de todo esto, la poesía “aún tiene lugar en este mundo”, al chiapaneco Juan Bañuelos le tomó por sorpresa obtener ayer el Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines-Gatien Lapointe.

Seleccionado por un jurado de Québec, compuesto por Gaston Bellemare, Jean-Marc Desgent y Stéphane Despatie, el escritor nacido en Tuxtla Gutiérrez en 1932 se alzó como el ganador de la séptima edición de este galardón, dotado con 70 mil pesos y la edición de un disco con poemas de su autoría y leídos por él mismo, porque sus versos “nos dan a leer su auténtica interioridad, su conciencia nacional y su lucidez india maya. Esta doble dimensión, vuelve a su poesía tan rica de significados e inventiva”, se apunta en el acta.

“Es una sorpresa muy agradable, me impresiona que ahora con internet tu obra puede leerse en cualquier parte del mundo. Pero estoy más preocupado por lo que pasa en México, por la pobreza y el poco apoyo a la educación. Se piensa que los poetas no se fijan en eso, pero sí. La poesía debe ser un reflejo de la realidad”, comentó ayer en entrevista.

Quien fue testigo de la matanza de Acteal, donde 45 indígenas perdieron la vida en diciembre de 1997, pues recorrió al día siguiente el lugar de los hechos y vio escenas que no ha podido olvidar, está convencido de que “no hay solución” ni la habrá si no respetan, desde el Presidente de la República hasta el adolescente, los derechos de los indígenas.

“La guerra en Chiapas no ha terminado. Estamos muy mal. Muchos no han podido combatir la tristeza. No me gusta lo que pasa con los sindicatos. No pertenezco a ningún partido político, pero lucho por cambiar las cosas. Ojalá todo se pudiera cambiar con un poema”, agrega.

Bañuelos, dice, está de acuerdo con Sabines, su maestro y formador, cuando afirmaba que la vida está antes y por encima de la poesía. Por esta razón entregará el dinero de este premio a una región del centro de Chiapas “que lo necesita más”, que aún no determina.

En cuanto a su nueva producción literaria, no sabe de qué se ocupará. “Ahora le sigo los pasos a los Tigres del Norte, esos artistas y poetas contemporáneos que hablan de lo que le pasa al pueblo, de lo que sufren los mexicanos que cruzan a Estados Unidos y las mujeres que se quedan sin maridos, del narcotráfico y del amor.”

El premio –que se convoca en coparticipación del Seminario de Cultura Mexicana, la Secretaría de Cultura capitalina y el Fondo de Cultura Económica con la editorial quebequense Écrits des Forges– será entregado durante el Encuentro de Poetas del Mundo Latino.

Los autores que lo han recibido son Alí Chumacero, Claude Beausoleil, Eduardo Lizalde, Jean Marc Desgent, Elsa Cross y Yolande Villemaire.

El poeta Juan Bañuelos (1932) estudió Derecho y Letras en la UNAM. Perteneció al grupo La espiga amotinada, cuyos integrantes fueron antologados en el libro homónimo de 1960.

Ha publicado, entre otros, Espejo humeante (1968), No consta en actas (1971), Destino arbitrario (1982), Poesías (1987) y Donde muere la lluvia (1992).

Por A paso de hierba (2002) recibió el Premio José Lezama Lima de la Casa de las Américas 2004. También fue merecedor del Premio Chiapas en 1984 y del Premio Nacional de Poesía Aguascalientes en 1968.

Vinculado a sus raíces y a la vida política del país, su obra estuvo cercana al movimiento estudiantil del 68 y formó parte de la Comisión Nacional de Intermediación, que trabajó por la paz en Chiapas de 1994 a 1997.

 

Un fruto de La espiga

El poeta Juan Bañuelos (1932) estudió Derecho y Letras en la UNAM. Perteneció al grupo La espiga amotinada, cuyos integrantes fueron antologados en el libro homónimo de 1960.

Ha publicado, entre otros, Espejo humeante (1968), No consta en actas (1971), Destino arbitrario (1982), Poesías (1987) y Donde muere la lluvia (1992).

Por A paso de hierba (2002) recibió el Premio José Lezama Lima de la Casa de las Américas 2004. También fue merecedor del Premio Chiapas en 1984 y del Premio Nacional de Poesía Aguascalientes en 1968.

Vinculado a sus raíces y a la vida política del país, su obra estuvo cercana al movimiento estudiantil del 68 y formó parte de la Comisión Nacional de Intermediación, que trabajó por la paz en Chiapas de 1994 a 1997.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CP-Pascual Borzelli Iglesias©

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