Luis Martínez Andrade nos presenta un nuevo lugar de memoria en Paris: la Place des Martyrs d’Acteal, a doce años de la masacre, crimen de Estado, que continúa impune.
Place des martyrs d’Acteal: La otra memoria
Walter Benjamin escribió en la sexta de sus Tesis sobre la filosofía de la Historia que: “Articular históricamente el pasado no significa conocerlo “como verdaderamente ha sido”. Significa adueñarse de un recuerdo tal como éste relampaguea en un instante de peligro…Sólo tiene derecho a encender en el pasado la chispa de la esperanza aquel historiador traspasado por la idea de que ni siquiera los muertos estarán a salvo del enemigo, si éste vence. Y este enemigo no ha dejado de vencer”.
A doce años de la masacre en la comunidad de Acteal –crimen de Estado que continua impune–, donde fueron asesinados 45 indígenas tztoziles entre los que se encontraban niños y mujeres embarazadas. El gobierno de Felipe Calderón del Partido Acción Nacional y la mayor parte de la clase política en México no sólo han mantenido en la impunidad a los autores intelectuales que orquestaron dicha acción como al entonces mandatario Ernesto Zedillo –ahora asesor de diferentes empresas privadas norteamericanas– sino que, además el pasado 12 de agosto la Suprema Corte de Justicia de la Nación, bajo el argumento de que la Procuraduría General de la República había fabricado las evidencias, ordenó la liberación de alrededor de 20 indígenas que habían sido detenidos y culpados por dicha matanza. Posteriormente, el 4 de noviembre, fueron liberados 9 paramilitares más.
Cabe hacer mención que el 21 de abril, el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas y la organización civil “Las Abejas” habían advertido sobre la posibilidad de liberar algunos paramilitares que habrían participado en el crimen. Sin embargo tanto para la Suprema Corte de Justicia como para los “paladines del sistema”, es decir, para los abogados del Centro de Investigación y Docencia Económica (C.I.D.E.) la inconsistencia de pruebas era motivo para promover un “amparo de juicio” que implicaría, a la postre, la liberación de 20 detenidos. En ese sentido, debemos sumar a la lista de “los mercenarios de la justicia”[1] los nombres de Hugo Eric Flores Cervantes –evangélico y profesor del CIDE– y a Héctor Aguilar Camín –director de la revista Nexos– quienes fueron participes de esa artimaña.
En el marco de una “guerra de baja intensidad” perpetuada por el Ejército Mexicano contra las comunidades autónomas zapatistas, el 22 de diciembre de 1997, alrededor de 90 paramilitares de filiación priista[2] irrumpieron en la capilla donde se encontraban rezando los habitantes de la comunidad autónoma “Las Abejas” para masacrarlos. Es importante hacer mención que el grupo de “Las Abejas” eran simpatizantes de la causa zapatista más no eran zapatista in strictu sensu. Por tanto, la masacre en Acteal respondió más a una política de contra-insurgencia que a un “conflicto entre indios” como solía sostener el entonces secretario de Gobernación y, posteriormente, candidato a la presidencia por el Partido Revolucionario Institucional: Francisco Labastida Ochoa.
Incluso en un artículo publicado el 20 de diciembre de 2007, en el diario mexicano La Jornada, Carlos Montemayor sostenía que era el marco de una estrategia de guerra y, por ende, la lógica de una administración de la guerra se imponía sobre la posibilidad de una solución política.
En un clima de amnesia deliberada, de represión sistemática y de criminalización de los movimientos sociales en México debemos tomar en serio la sugerencia benjaminiana que los muertos no están a salvo. La masacre de Acteal es otro capítulo de la historia que nos advierte sobre el “estado de excepción” como regla en la que vivimos. Sin embargo, el continuum de la historia como proceso cerrado de la temporalidad fetichizada se interrumpió este 22 de diciembre de 2009 en París pues cerca de las 20:41 más de veinte personas se dieron cita en el “crucero” que se encuentra entre la Rue des Martyrs y el Boulevard de Clichy para bautizar dicho crucero con el nombre de: Place des martyrs d’Acteal.
En el “crucero” se encendieron 45 veladoras para recordar a las víctimas. Acto seguido se leyeron cada uno de los 45 nombres y se soltaron al aire 45 globos blancos en rememoración de su muerte. Dicha iniciativa política y simbólica fue organizada por la comprometida asociación Espoir Chiapas[3] y apoyada por el Comité de solidarité avec les peuples du Chipas en Lutte (C.S.P.C.L.) con la intención de recordar los 12 años de la matanza en Acteal, contra la liberación de los 29 paramilitares liberados y contra el aumento de represiones y violaciones a los derechos de los pueblos indígenas de Chiapas.
En analogía con David y Goliat, este pequeño lugar de memoria bautizado por unos instantes –las chispas de Benjamin- Place des martyrs d’Acteal se encuentra en una posición que desafía “desde abajo” a una de las mayores imágenes de la burguesía francesa: la Basilia del Sacré-Coeur construida para festejar el aplastamiento de la Comuna de 1871. Por tanto, éste juego asimétrico de imágenes dialécticas nos recuerda que “desde abajo” se gestan los verdaderos relámpagos de la historia.
La matanza en Acteal no debe ser olvidada sino recordada como un evidente crimen de Estado y, por tanto, se debe actuar en consecuencia exigiendo castigo para los culpables. De momento es la memoria de la “dignidad” quien ya los juzga y repudia.
Publicado en:
http://www.kaosenlared.net/noticia/place-des-martyrs-dacteal-otra-memoria
[1] Para el Subcomandante Marcos, los “mercenarios de la justicia” son aquellos que piensan que la justicia es un fenómeno mediático como lo es la política. Entre ellos se encuentra el juez Baltasar Garzón quien “luce mucho con que persigue a la ETA y en realidad lo único que ha hecho es perseguir a la cultura vasca. Ha cerrado periódicos, encerrados periodistas, y él lo presenta como parte del combate al terrorismo”. Cfr. Corte de Caja. Entrevista al subcomandante Marcos, Laura Castellanos, Endira, México, 2008, p. 105.
[2] Priista : perteneciente al Partido Revolucionario Institucional (P.R.I.), quien gobernó al país durante más de setenta años.