Alcalá de Henares, 23 de abril.- El poeta mexicano José Emilio Pacheco resaltó hoy el misterio y la gloria del Quijote, “capaz de dar respuestas hoy, como nunca, en medio de la catástrofe, al centro del horror que nos cerca por todas partes”.
Al pronunciar un discurso después de recibir el Premio Cervantes 2009, señaló que “nada de lo que ocurre en este cruel 2010, de los terremotos a la nube de ceniza, de la miseria creciente a la inusitada violencia que devasta a países como México, era previsible al comenzar el año”.
“Todo cambia día a día, todo se corrompe, todo se destruye. Sin embargo, en medio de la catástrofe, al centro del horror que nos cerca por todas partes, siguen en pie, y hoy como nunca son capaces de darnos respuestas, el misterio y la gloria del Quijote”, dijo.
“El Quijote es muchas cosas pero es también la venganza contra todo lo que Cervantes sufrió hasta el último día de su existencia”, indicó.
“Si recurrimos a las comparaciones con la historia que vivió y padeció Cervantes, diremos que primero tuvo su derrota de la Armada Invencible y después, extracronológicamente, su gran victoria de Lepanto: El Quijote es la más alta ocasión que han visto los siglos de la lengua española”, añadió.
En el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, Pacheco recibió del Rey Juan Carlos la medalla y la escultura que lo acreditan como ganador del Premio Cervantes 2009, en una ceremonia en la que estuvo la presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), Consuelo Sáizar.
El poeta habló del plano de la realidad irreal o de la irrealidad real en que los personajes del Quijote pueden ser al mismo tiempo lectores del Quijote y confesó que “me gustaría que el Premio Cervantes hubiera sido para Cervantes”.
“Cómo hubiera aliviado sus últimos años el recibirlo. Se sabe que el inmenso éxito de su libro en poco o nada remedió su penuria”, se lamentó.
En la emblemática Casa de Estudios, Pacheco reveló a los asistentes a la ceremonia su primer encuentro con el Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra.
“En algún plano es real otra experiencia: la de un niño que una mañana de la Ciudad de México va con toda su escuela al Palacio de Bellas Artes y asiste asombrado a una representación del Quijote convertido en espectáculo”, contó.
Recordó que Salvador Novo adaptó y dirigió la obra con música de un mexicano, Carlos Chávez y un español, Jesús Bal y Gal.
Pacheco expuso que en aquella mañana tan remota descubrió que hay otra realidad llamada ficción.
“Me fue revelado también que mi habla de todos los días, la lengua en que nací y constituye mi única riqueza, puede ser para quien sepa emplearla algo semejante a la música del espectáculo, los colores de la ropa y de las casas que iluminan el escenario”, anotó.
“He entrado sin saberlo en lo que Carlos Fuentes define como el territorio de la Mancha. Ya nunca voy a abandonarlo”, manifestó emocionado.
El premiado con el Cervantes 2009 también se refirió en su discurso a internet, herramienta de la que dijo “es al mismo tiempo la cámara de los horrores y el Retablo de las Maravillas”.
“No me dejará mentir la Red si les digo que el 30 de noviembre de 2009, en una rueda de prensa en la Feria de Guadalajara me preguntaron, con motivo del Premio Reina Sofía, si yo con él estaba en camino del Premio Cervantes”, refirió.
Agregó que en ese momento contestó que “Para nada, lo veo muy lejano, nunca lo voy a ganar”.
Aseguró que al recibir, al día siguiente, la noticia de voz de la ministra española de Cultura, Ángeles González Sinde, “me hundió en una irrealidad quijotesca de la que aún no despierto”.
Aseveró que “por aturdimiento, no por ingratitud” no había dado hasta hoy gracias al jurado por su generosidad “al privilegiarme cuando apenas soy uno más entre los escritores de este idioma y hay tantas y tantos dignos con mucha mayor justificación que yo de estar ahora ante ustedes”. (Con información de Notimex/APB)
Desde aquí, Círculo de Poesía envía un gran abrazo y felicita a José Emilio Pacheco, admirado poeta, narrador y ensayista, esencial para nuestra literatura.
