Una fábula alfonsina

Alfonso Reyes

Quizá el origen de las parodias de Augusto Monterroso sea esta fábula que Alfonso Reyes escribió en 1914,  a partir de un comentario sobre Ernest Renan (1823-1892), ensayista francés y dueño de una prosa que Flaubert admiró. La fábula retrata al hombre de la Ilustración con su traje de positivista.

 

 

Un hombre se propuso un día no tener ideas preconcebidas, no tener prejuicios; y ese mismo día perdió la vista. Al siguiente se colgó de una sola idea, como desesperado, y fundó en ella todo un sistema de mundo: y siguió a ciegas. Al tercer día meditó en sus dos experiencias. Y como al hacerlo tuviera que confrontar la desconfianza en todas las ideas -de la antevíspera- con la fe en una sola idea -de la víspera- recobró súbitamente la vista.

            -¡Eureka! -salió gritando por la calle-. Y de hoy más mi ojo derecho se llamará dogmatismo, y mi ojo izquierdo escepticismo.

 

 

 

Esta fábula fue extraída del escolio “Un intérprete de Renan en 1914” que forma parte de El cazador. Ensayos y divagaciones (Madrid, Adorno, 1920) y que puede leerse en el tomo III de las Obras Completas de Alfonso Reyes (México, FCE, 1956).

JMR

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