Presentamos algunos poemas de Ernesto Espinoza (Nueva York, 1980) pertenecientes a “Kayros”, su primer poemario. Esta selección corre a cargo del poeta y crìtico peruano Carlos César Valle. Espinoza está fuertemente influenciado por el pensamiento de Carl Gustav Jung. Vive entre Nueva York y Cholula.
Espera
En esta ausencia
que es toda llama,
te espero en la luz.
Vida
Tus manos tienen la gracia del casi:
rompen en espuma o musgo.
Entre la muerte y la vejez, me sostienes.
Luna
Asciendes virgen contra el ocaso,
novia diáfana y solitaria,
espejo de un horizonte en llamas.
Tu piel revela cicatrices de otros.
De tu vientre nacerá mi hijo único,
madre tierna y devoradora.
Entra a mi cuerpo por la ausencia:
camino de antorchas, umbral herido.
Reuniremos la materia del mundo
en este abrazo que no termina:
mitad muerte, mitad resurrección.
Presagio
La noche arrastra una tormenta,
se escucha batir un toro en el cielo.
En las costillas de una montaña,
una familia de viajeros se guarece;
adentro palpita un corazón viejo.
Juntos preparan el fuego nocturno.
La nueva llama revela un misterio:
sobre la pared, una figura grabada.
El menor mira fascinado el emblema:
una espiral contenida en un círculo,
dos cuadrados cruzados la encierran;
alrededor, un anillo lo protege.
El niño cae en su forma oscilante,
logra ver otra tempestad en su centro:
la marea choca contra el muelle,
inunda la ciudad arrastrando a miles;
Un anciano trepa la montaña,
en la cima eleva sus manos al cielo.
De momento, las nubes se disipan,
las aguas se relegan al océano.
En el valle vuelva reinar la bondad.
El joven viajero sale de su sueño,
se da cuenta que nada ha sucedido:
los suyos se preparan para el rito;
afuera, la tormenta se dispera.
Ahora conoce el juego de los dioses.
Ser
Escucho tu respiración
fluir a través de dos mundos.
La noche y el día
se entrelazan en tu garganta.
Por tu ventana cósmica,
dos rostros se miran frente a frente.
Vislumbres
Las puertas se entreabren.
Espero el llamado innegable.
Adentro
un duende repica campanas,
rasga la corteza de un fresno.
Adentro
no hay recuerdos sino jardines,
y un cuerpo que siempre será.
Kairós
La hora se quebranta,
el instante se revela:
vuelvo al origen.
Despierto
en medio de la noche fija.
Los astros no cesan,
configuran nuevos nombres.
El silencio se quebranta,
el diálogo se inicia:
soy eco de mil voces.
Mi cuerpo
es otro cuerpo
en el suyo.
Hablamos
en un lenguaje de pájaros.
Miro la noche
antes de volver al sueño.
Reconozco las pisadas
de el-que-todo-crea.
Y en esta hermandad
que nos permite,
invento de nuevo
el universo.
Datos vitales
Ernesto Espinoza (ERES) es poeta nacido bajo el signo de Piscis y Aries. Sus animales totémicos son el Mono y el Jaguar. Su misión está marcada por el sello Luna Magnética Roja. Su carácter está definido por el símbolo Dos Veces Viento. Su destino está trazado por el número tres y nueve. Sin embargo, nada de esto lo condiciona. Mexicano nacido en EE UU (1980), ERES vive entre Cholula y Nueva York.