Rubén Márquez (Puebla, 1981) poeta y ensayista, comparte con nosotros un poema inédito de discurso amoroso. Rubén Márquez ha publicado el poemario Pleamar en vuelo (La cabra) y escribe la columna “Pleamar” de Círculo de Poesía. Es Maestro en Literatura Mexicana y actualmente enseña literatura en el Tec de Monterrey Campus Puebla.
La miel de la tormenta
Para Rosaura
Todos los frutos los probamos
nuestras lenguas no supieron detenerse
bebimos de la fuente de los dioses
donde sátiros y ninfas bañaron sus afectos.
Siempre fuimos un solo impulso
en el encuentro alegre no había cima
resonamos con la gracia de los vientos
siendo tan certeros sin demora.
No existió mejor hallazgo
que el sabernos concurrencia entre los bosques
pues toda incertidumbre era un follaje codiciable
si juntábamos el alma con el cuerpo.
Nos hemos querido en la miel de la tormenta
en la nota del piano que estremece el cielo
en el golpe de luz de la mañana
y el frío de la espera de la noche.
Entré a tu cuerpo y te fui probando
con el dulce vino de la vida
entraron también los miedos
mis ausencias por la muerte.
Quise amarte como soy a solas
lave mi rostro y notaste sus heridas
las grietas que el tiempo había formado
la imperfección de mis palabras.
Desnudé mi carne con todos sus impulsos
abrí la caja de Pandora que guardo con recelo
la música del cuerpo que estremece
con el brillo de la noche más distante.
Te amé con la pureza de la prisa
me doliste en todas partes
te seguí tocando el alma
el calor que me devora.
Mi aliento fue ceniza en tus palabras
secreta despedida antes del alba
florecimos resplandor oscuro
por el ritmo del encuentro perdurable.
Tanta tormenta en el naufragio
tanto delirio en el apego
fuimos ganando nuestros días
el placer inmenso de incendiarnos.