Nuevamente un día de lucha de los Trabajadores Sin Tierra queremos mostrar nuestra militancia y nuestra solidaridad. No olvidamos y no perdonamos los crimines de Estado y del latifundio contra los pobres del campo. El “Eldorado dos Carajás” cumple 16 años en la fosa común de la impunidad. Según los estudios de conflicto en el campo, desde 1985 en nuestro país, cerca de 1700 trabajadores rurales fueron asesinados y tanto los autores intelectuales como los ejecutores siguen sueltos. El mejor homenaje que se le puede rendir a alguien que murió luchando es seguir luchando, en las condiciones concretas que determinan nuestro presente, por las causas que impulsaron a los mártires de Carajás.
Cada vez más el agro-negocio determina el peso de la balanza en la política económica del gobierno de Dilma Rousseff, produciendo mercancías (commodities) para el mercado externo, rasgando fronteras agrícolas para su mono-cultura toxica, dominando y explotando los bienes naturales y violando el derecho de los pueblos a la autodeterminación en su propio territorio. El agro-negocio es el brazo fuerte del latifundio y de las oligarquías rurales con el capital financiero y los grupos trasnacionales además de las recetas públicas del Estado. Los pueblos indígenas, los Pataxós en ese momento como mejor ejemplo de rebeldía, generaron conflictos externos a lo largo del estado de Bahía. Por todo Brasil, las ocupaciones de tierra, de edificios del gobierno, bloqueos de calles, campamentos de protesta de los “Sin Tierra” se enfrentan a esa realidad. La reforma agraria se encuentra fuera de la política de Dilma Rousseff, el INCRA (Instituto Nacional de Colonização e Reforma agrária) vive días miserables y funciona burocráticamente con recursos reducidos y como fiscal de las miserias de los asentamientos. El MDA (Ministério do Desenvolvimento Agrário) es un espantapájaros. En cuanto el 0.22% de los recursos del país se invierten en la Reforma Agraria la banca financiera consume un 48% de los intereses de la deuda que el gobierno paga.
El combate contra la pobreza y la miseria no se puede realizar sino se ataca las estructuras que concentran el poder y la riqueza. Dichas estructuras son violentas cuando defienden sus intereses. La fuerza social de un movimiento está directamente relacionada con la capacidad de sus bases en no claudicar en las luchas. Sólo la acción directa y popular puede conquistar una transformación radical que rompa con la dominación del agro-negocio a favor de la tierra y de los medios de producción para los trabajadores.
¡Contra el mal-gobierno y la burocracia!
¡Con la rebeldía de los Pataxós y la acción de los Sin Tierra!
¡Por la construcción de un pueblo fuerte para transformar la sociedad!
La estaca rota en el corazón del latifundio
Por el MST-Sao Gabriel
Este lunes, 16 de abril, integrando la jornada nacional de las luchas del abril rojo, los asentados de la región de San Gabriel ocuparon la Plaza Fernando Abott con una representación de 70 familias asentadas del municipio. Ocuparán la plaza de manera indefinida hasta que los gobiernos federales y estatales dispongan de una infra-estructura básica de los asentamientos.
Hace tres años que por medio del INCRA se prometió una inversión de 60 millones de reales para los asentamientos de San Gabriel. Pero lo que tenemos en la práctica es una política fútil de este órgano público y una total paralización de la reforma agraria. Al asentar aproximadamente a 580 familias en una de las regiones más pobres del Estado y dominada por el latifundio improductivo se hizo con la finalidad de clavar “una estaca en el corazón del latifundio”. Lo que hoy presenciamos es el descanso que fundamenta los argumentos de los latifundistas y sus simpatizantes pues han acusado a los asentamientos de ser “favelas rurales”. En la práctica esas “favelas rurales” son fruto de un proceso donde se repartió el poco campo fértil, con riesgo ambiental entre familias totalmente descapitalizadas quienes sin crédito, sin carreteras, sin energía eléctrica sin vivienda tuvieron poca o ninguna condición para producir. Para hacerse una idea de la situación, en algunos asentamientos la retirada fue de 70% de familias asentadas, que sin condiciones de quedarse en los lotes se vieron obligadas a volver a la periferia de las grandes ciudades.
Hoy aproximadamente 180 familias permanecen sin energía eléctrica, sin una lámpara para que el niño pueda estudiar, sin un refrigerador para poder guardar los alimentos. ¡Aquí ninguna escuela fue construida dentro de los asentamientos, nuestros hijos caminan alrededor de dos horas para poder tomar el autobús escolar… todos los días! Al no contar con carreteras ni transporte escolar tampoco tenemos acceso al excedente de producción el cual es producido con nuestro sudor pues el porcentaje de familias que accede a un crédito es ínfimo. En lo que refiere a la vivienda, las familias no tienen perspectiva de cuanto será realizado el proyecto. Cerca de 100 familias todavía viven por bajo las lonas negras del campamento, es decir, en pobreza-extrema. Después de resistir a dos sequias durante tres años, sin bebederos ni una gota de agua potable, del que fuera anunciado como Programa “Agua para Todos” y con un monto de 38 millones de reales. Se espera que los campamentos sean contemplados ¡pues no sabemos por cuánto tiempo podremos alimentar esa esperanza!
Permaneceremos ocupando la Plaza Fernando Abott y en Huelga de hambre, en la esperanza de que menos invisibles y contando con el sano juicio de nuestros gobernantes obtendremos respuesta concreta a nuestras demandas.
¡Sepe Vive!
San Gabriel, 16 de abril 2012
(Traducción Luis Martínez Andrade)