Foja de Poesía No. 347: Eduardo Sabugal

Eduardo Sabugal

Presentamos algunos poemas del narrador y poeta poblano Eduardo Sabugal, pertenecientes el libro inédito “Sudario”. Sabugal es Maestro en Literatura Mexicana por la UDLA Puebla. Su segundo libro de cuentos “Liquidaciones” será publicado por Tierra Adentro este año. También escribe teatro y está especializado en cine.

 

 

Fragmento del libro inédito Sudario

 

 

 

                                   Julio

                                                                                      A Virginia M.C

 

En el fondo no quiero estos labios resecos y cerrados

no quiero ya mis cuentos ni mis pasos de cojo

la rabia inútil contra lineamientos

la pluma estúpida y sin tinta, mi cuerpo sin cuerpo

la mano sin el puño, estirada como acta

cafés insípidos como este mes, amigos mudos en mi tumba

 

mi decir y mi templo, mi suma febril

plegarias de ateo, lirios oníricos como corales

que se derrumban y gritan con sus ojos de tiempo

las impugnaciones que tiemblan en las plazas

las calles parafraseando mujeres sabias, 

balanzas de aire columpiándose bajo las nubes

 

la bandera ondea, un millón quinientos mil

la razón contra el odio, la multiplicación

esta ansia de saberse hormiga, esta ansia

de antenas rozando la miel de un espejo 

hormiguero de alas, asfalto, consignas

la sombra de la flor histórica, deshojando sus muertos

 

en el hueco de la tarde siento mi cansancio

memorias dibujadas, jornadas derretidas

el deseo inasible enternecido hasta la lujuria

esta tarde hay pómulos fríos como ciudades y trampas

el rumor crece como mancha, y afuera los incendios

fabrican con migajas saetas y lluvias

 

sordera universal, fragmentos de un hombre  

que en su tristeza esgrime mariposas mutiladas

párpado borrando la vida, vientre de aire donde duermo

traigo tus pies lejanos que tiemblan en la niebla

hay lenguas de poetas muertos, hay tantas ausencias

esta palabra es la sangre lacrimosa golpeando el mundo

 

                                               

 

 

                Líbano en tu ventana

 

Crees en tu fuga

piensas, masticas una frase

la jaula sigue envenenada, inyectada de amnesia  

habitas tu desmemoria y la sordera

incrédulo te miras en el reflejo

un crucifijo parlotea en la televisión

la edad del perdón se quiebra

el espejo es la sombra del buitre;

un limosnero con saco rojo y bastón

gesticula, escupe el whisky, llora

carteles rasgados en esa pantalla, astillas

arena, cantos de niños, escuelas azules

bajo la ojiva atómica, bajo los cielos inventados

 

 En mesas lejanas, limpias como desiertos

diseccionas langostas tenaces de tiempo

musulmanes gritan la orfandad lunar

y un fruto de sangre revienta en la boca Beirut

escarabajos podridos se esconden 

en el humo voraz del sueño

con tu lápiz de oro buscas el regreso de dios

en corredores y mezquitas empañadas

con la piel silenciosa del miedo

con la piel de los hospitales vacíos

te asomas a huesos de calles rituales

siluetas de hombres refugiados en el refugiar

atormentados en su paso de David

 

 Inmolarse, lo piensas, lo escribes

el suicidio con sus dientes de rabia

jugando su danza rupestre, ancestral

con los materiales de la penumbra

con tu insomnio de alma virtual

te asomas, sigues mirando mirándote

una bolsa abierta vomitando la muerte

adentro como una semilla, un niño de tres años

bombas racimo, el cielo escurriendo su fuego

exhibiendo el miedo, el terror, la impotencia

la sinrazón que posa sus patas en este

gran ojo global que parpadea diamantes

sol agrietado en su pecera de sangre 

 

 

           

 

             

Orgía con la tristeza

 

 Trae los pliegues nocturnos y de seda

y las tomas alternas del big bang

después de interminables insomnios;

al final de los ayunos delirantes

una mujer silenciosa con manos de viento

entrega  su encantado colibrí líquido

con sueños de cordillera, mil letras de vapor.

 

 Camina saliva pagana de la madrugada

el vacío ladra sus mundos redondos

con su bello festín de sudor en los muslos

pezones endulzados, pastillas sicotrópicas

los lutos abismales de lenguas escondidas

en los ojos borrachos apostados como charcos

bajo nuestros pies de incendio lunar.

 

 Precipicios de voces, mejillas de sangre

machacando el destino emputecido, enmarañado

destruyendo con fuerza marítima y de toro

la última cruz enredada con palabras;

y el cotidiano papalote giratorio que escribe

un gran libro enfurecido con sus pirañas de odio

se hace polvo en el oleaje del tacto y de la hembra.

 
                                                            

 

 

                             Memoria del azar

 

       Me desnudo en los pasillos rotos del mundo

ahí desangro mi fuerza invisible de raíz y de serpiente

nadie recogerá esta eyaculación de palabras trituradas

mi voz, mi grafía deforme que se pudre como uva

desbaratada en las ruinas misteriosas del tiempo;

nací para quemarme en soledad los ojos en la niebla

romperme los dientes en murallas enmohecidas

esta derrota masticada es el universo con dardos de oro

un dios me susurra su canto de sirena enfurecida

dice que crecí dentro como una enredadera

afuera todo fue morir, una decapitación burlona

torres que agitan cabelleras de minutos muertos

aguijones entintados que sirven para vomitar

estas palabras que anuncian futuras temporadas

de elefantes rencorosos y cangrejos enlatados

 

      Aún así penetraré la herida del aire que abre

sus mil redomas de cicuta renovada

sabré regresar de fúnebres cortejos para volver

a morir mi estúpida muerte de sal y miedo

y dejar mi soledad bajo la lluvia enferma

y mi cuerpo vencido bajo el sol como un residuo

aún así caminaré los signos y padeceré la sed

recordaré el azar y el azar me olvidará

escribiré de nuevo esto, escupiré un gargajo

de estrellas vidriosas y de calles diminutas

aún así dejaré un testimonio bilioso y amarillo

de este hombre animal lleno de mentiras                  

harto del espejo y del temporal de sucias tardes

vulnerables como la esperanza, corruptibles

entre focos que parpadean sus señas miserables

semáforos, bares, prostíbulos, millones de kilómetros

retorciendo su lengua mineral de asfalto y leche sulfurosa

aún así habré muerto, aún así, entre las calles, habré muerto  …

 

                                                            

 

                   

 Cerraduras

                        

 Los demonios distorsionados que convoco por las noches

llegan a deshoras vestidos con gemidos, nombres arbóreos

en el piso de arriba alguien escucha el televisor

las mentiras se mueven en su enjambre enloquecido

micrófonos tomados por asalto, ahorcados seculares

la pila de signos incendiados grita su humo funerario

se invoca estúpidamente la paz en tiempos del impasse

salgo a caminar en esta catástrofe de fraudes y cristales         

las fumarolas dibujan caballos en las calles, mi soledad se ríe

oscuras manos de ron y sombra palpan mi garganta

escudado en mi cinefilia sonora invento mi muerte aplazada

el hueco entintado que dejan los crepúsculos repite su verdad

este desposeído aún soy yo, este no tener sigo siendo yo

 

 Sin magia, sin libro, sin brazos de Che, mudo, roto

tuberculoso del alma respirando cadáveres etéreos

sin talento ni talantes, recorriendo la trampa nocturna

del cielo violeta y solitario, caen panfletos como pétalos

las batallas de hoy me quedan infinitamente grandes

la conciencia podrida se abre como zanja, afuera

la hora del delirio marcha con risa exhibicionista

escribo debajo de su lengua la perversión que salta

entre papeles ermitaños y manos de piedra ennegrecida

con el poder del beso y de la bomba molotov, escribo

con entrañas bastardas, odiando, lamiendo el asfalto lunar

puertas que dan a la nada, redacto un inventario de carnadas

el desierto es un albergue para el tacto envenenado, lo sé

 

  Fe de errata perdida, letra muerta en su ataúd de hueso

tartamudeo de profeta, vociferando palabras que buscan

el sabio silencio que hable y la luz del párpado cerrado

hoy caliento la yugular desterrada, salgo a escupir cerraduras

domando furiosamente el viejo Minotauro de dígitos y cables

que aúlla sus memorias de marfil entre malezas inundadas

hoy salgo a la gran avenida de luces, saboreo las gotas ácidas

que la lluvia anónima derrama en las erguidas cornisas

esta noche orinaré todas las fuentes del sueño y rasgaré

la ciudad acuosa para verle el vientre tatuado de estrellas

esculpiré una herejía que toque como savia y esperma

ignoraré las mujeres perladas y de trigo que huyen de mí

esperaré como leproso el prometido reino de otro mundo.

 

 

 

Datos vitales

Es escritor de cuento, poesía y teatro. Es Maestro en Lengua y Literatura Hispanoamericana, por la UDLA Puebla. Desde hace ocho años es catedrático universitario. Produce y conduce el programa “Perifonía” (revista radiofónica especializada en cine. En 2010 publicó su primer libro de cuentos “Involuciones” en la serie narrativa en la colección la letra digital. Su segundo libro de cuentos “Liquidaciones” será publicado por la editorial Tierra Adentro, en este año 2012. Ha sido ganador de la Beca Estatal FOESCAP dentro del área de literatura en el género de cuento. En el 2009 en la categoría de Creadores mayores de 30 años, y de la Beca Estatal FONCA 2003 para Jóvenes Creadores en el área de literatura.

También puedes leer