Tres cartas de Mallarmé

Stéphane MallarméLos destinatarios de estas cartas no necesitan presentación: Paul Valéry, Alfred Jarry y André Gide. Traducidas por José Miguel Barajas (Veracruz, 1983), rodean las preocupaciones estéticas de Mallarmé. La tercera carta nos lleva a un momento estelar de la poesía moderna, “El lance de dados”.  

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A Paul Valéry

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París, 5 de mayo de 1891

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Sí, mi querido poeta, hay que, para concebir la literatura, y que ella tenga una razón, desembocar en esta “alta sinfonía” que quizás nadie hará; pero que ha atormentado incluso a los más inconscientes y sus rasgos principales marcan, vulgares o sutiles, toda obra escrita. La música propiamente dicha, que nosotros debemos tomar, imitar, si la nuestra propia, mata, es insuficiente, sugiere ese tal poema.. –Vuestro “Narciso habla” me encanta y lo digo a Louÿs, conserve ese tono raro.

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Vuestro

Stéphane Mallarmé

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A Alfred Jarry

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Valvins, par Avon

Seine-et-Marne

Martes [27 o miércoles]

28 de octubre [1896]

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Mi querido Jarry

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Simplemente para admirar Ubu Rey y para estrecharle la mano, en razón del dicho de que vale más tarde que nunca. Creo, en verdad, además de la caléndula durante el verano y pocas letras, que nos hemos penetrado mucho aquí, en casa de los Natason y además de mí, de esta obra excepcional, declamada en voz alta, leída con espíritu pleno, por no saber escribir nada de ella. Usted ha puesto de pie, con una rara arcilla y que perdura en los dedos, un personaje prodigioso y los suyos, eso, mi querido amigo, como sobrio y seguro escultor dramático. Entra en el repertorio del alto gusto y me encanta; gracias.

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De usted,

Stéphane Mallarmé

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A André Gide

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Valvins, par Avon

Seine-et-Marne

[Viernes 14 de mayo de 1897]

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¡Ah! Querido Gide, vaya si tiene usted generosidad literaria y como su carta es de usted. Así esta tentativa, la primera, este tanteo no lo han extrañado, aunque se presenten mal. Cosmopolis ha sido fardo y delicioso; pero no he podido presentarle la cosa más que a la mitad, de por sí  ya era, para él, ¡arriesgar mucho! El poema se imprime, en este momento, tal como lo he concebido; en cuanto a la paginación, donde está todo el efecto. Tal palabra, en grandes caracteres, sólo para ella, domina toda una página en blanco y creo estar seguro del efecto. Le enviaré a Florencia, de donde puede seguirlo otra parte, la primera prueba conveniente. La constelación sobresaltará ahí, según leyes exactas y tanto como es permitido a un texto impreso, fatalmente, un halo de constelación. La nave hace ahí ángulo de escora, de lo alto de una página a lo bajo de la otra, etc.: pues ahí está todo el punto de vista (que me hizo falta omitir en un “periódico”), el ritmo de una frase a propósito de un acto o incluso de un objeto sólo tiene sentido si los imita y, figurado sobre el papel, retomado por las Letras en el estampado original, debe dar cuenta de ello, a pesar de cualquier cosa.  –Parloteo, en vez de estrecharle la mano por su tan noble y querido impulso; hasta pronto, ponga a los pies de la señora Gide todo mi homenaje.

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Su amigo,

Stéphane Mallarmé

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Esta tarjeta pasará por París, a falta de que tenga su dirección en Florencia.

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