Recientemente se ha publicado en Italia la “Antología della poesia ecuadoriana contemporanea” con la selección, la traducción y el prólogo de Emilio Coco. Desde César Dávila Andrade y Jorge Enrique Adoum hasta poetas nacidos en los años setenta, esta antología muestra un panorama de tradición lírica ecuatoriana. Aquí la presentación de Emilio Coco.
Esta antología de la poesía ecuatoriana contemporánea en edición bilingüe (español-italiano), nació gracias a la amistad, surgida en el último “Encuentro de Poetas del Mundo Latino”, en México, con Xavier Oquendo Troncoso, joven y excelente poeta, que acababa de publicar una extensa antología de Poesía ecuatoriana contemporánea. De César Dávila Andrade a nuestros días, en la colección “El desfiladero” de La Cabra Ediciones, la misma editorial que había acogido un año antes también mi Antología de la poesía italiana contemporánea. La obra de Xavier incluye en sus 575 páginas a 99 poetas. Una obra que le costó varios años de trabajo e investigación. Así escribe en el prólogo: “He amado la poesía de mi país desde siempre, por lo que me he dedicado a estudiarla y a tratar de extraer de ella su verdadera maravilla”.
Propuse a Xavier publicar en Italia un cuadernillo con quince poetas ecuatorianos en los “Cuadernos de Proa” de la revista “Proa Italia”, donde había salido ya una selección de “22 poetas nicaragüenses” preparada por mí. Le expliqué a Xavier que la poesía de su país, con excepción de Jorge Enrique Adoum del que se había publicado una breve antología en 2002, era completamente desconocida en Italia y que valía la pena ofrecer un pequeño pero substancial testimonio de un itinerario poético entre los más ricos y variados de América latina. El cuadernillo, con el transcurrir de los meses, se convirtió en el libro que ahora se presenta. Sin la ayuda y el entusiasmo de mi amigo Xavier, esta antología no existiría. Ella es, en larga medida, también la suya.
La antología está integrada por una selección de 30 poetas. De cada poeta se incluyen de dos a tres poemas y está encabezada por un breve prólogo en el que se informa al lector italiano sobre los tres grandes acontecimientos encaminados, en mi opinión, a dar un nuevo y significativo impulso a la literatura ecuatoriana.
El primer acontecimiento es la fundación de la Casade la Cultura, en 1944, por Benjamín Carrión, quien intentó dar una respuesta a la tristeza general en que se encontraba sumido el país, después del conflicto armado con Perú en 1941, respuesta que, según él, debía derivar de la cultura. Por cierto, todos ustedes recordarán sus famosas palabras: “Si no podemos, ni debemos ser una potencia política, económica, diplomática y menos -¡ mucho menos! – militar, seamos una gran potencia de la cultura, porque para eso nos autoriza y nos alienta nuestra historia”. Conla Casa dela Cultura se promovió la publicación de libros y se creó el canon de la literatura ecuatoriana, a través de las antologías y los títulos de obras propuestas por el mismo Carrión. Visitaron Ecuador las grandes figuras de la literatura continental como Gabriela Mistral y John Dos Passos que supieron enriquecer con sus discursos y sus conferencias el ambiente literario nacional.
El segundo acontecimiento se puede colocar en 1978, cuando Quito fue declarada Patrimonio Cultural dela Humanidadporla Unescoy en el mismo año se estableció en el País el “Círculo de Lectores”. Su editor de entonces, Antonio Correa, sugirió al Consejo Directivo que se pensara en un evento de gran envergadura que lanzara el nombre del país más allá de sus fronteras. En noviembre del mismo año se promovió en Quito un encuentro de escritores latinoamericanos, con el apoyo dela Casade Cultura que pudo contar con la presencia de personalidades tan importantes como Jorge Luis Borges, Juan Luis Panero, Luis Goytisolo, Álvaro Mutis, entre otros. Se llenaron los teatros universitarios, se crearon mesas redondas, se dictaron conferencias, y la ciudad se convirtió en un centro propulsor de cultura, donde encontraron espacio el diálogo, las discusiones y la participación entusiasta de la gente común.
Con un salto de 30 años, llegamos a 2007 cuando se crea el Ministerio de Cultura. En 2008 el Ministerio de Cultura promuevela Fiesta Internacionaldela Culturacon la presencia de un centenar de escritores. Es el primer intento de hacer circular nombres nuevos y nuevas estéticas y se publican tres antologías de cuentos, novelas y poemas, patrocinadas por el Ministerio de Cultura y publicadas por la editorial española Alfaguara. Desde los comienzos de 2009 los tres volúmenes circulan en las librerías españolas contribuyendo a la valoración de la obra literaria de escritores que eran poco conocidos incluso en su país debido a la escasa o nula difusión de sus textos.
Los treinta poetas incluidos en esta antología constituyen, a mi parecer, una prueba más del gran fervor creativo que caracteriza en la actualidad a la literatura de esta gran nación latinoamericana.
Los poetas son los siguientes: César Dávila Andrade, Jorge Enrique Adoum, Manuel Zabala Ruiz, Carlos Eduardo Jaramillo, Ileana Espinel, Fernando Cazón Vera, Euler Granda, Rodrigo Pesántez Rodas, Rubén Astudillo y Astudillo, Ana María Iza, Antonio Preciado, Ruth Bazante Chiriboga, Humberto Vinueza, Raúl Arias, Simón Zavala Guzmán, Julio Pazos Barrera, Bruno Sáenz Andrade, Jorge Dávila Vázquez, Sonia Manzano, Alexis Naranjo, Iván Carvajal, Iván Oñate, Sara Vanegas Coveña, Catalina Sojos, Maritza Cino Alvear, Carmen Váscones, Margarita Laso, María Aveiga del Pino, Julia Erazo Delgado, Xavier Oquendo Troncoso.
Soy consciente de que faltan nombres importantes. Y por eso les pido disculpas por algunas exclusiones que se deben, créanme, a mi escaso conocimiento de la poesía de su país, y en la que me gustaría ahondar con la ayuda de todos ustedes. Con ella sólo he querido poner al alcance del lector italiano un instrumento que le permitiera acercarse a una poesía que se encuentra entre las más originales e importantes de América Latina.
Y para terminar, quisiera leer dos o tres poemas en italiano de poetas que me acompañan, en este maravilloso teatro, absteniéndome de decir sus nombres, para que tengan una idea de cómo suenan sus versos en la lengua de Dante.
Muchísimas gracias.
Emilio Coco