Foja de poesía No. 387: Mauricio Vallejo Márquez

Presentamos del poeta, narrador y editor salvadoreño Mauricio Vallejo Márquez (San Salvador, 1979). Ha publicado, entre toros, Tiempo en la marea (poesía, 1999), Cantar Bajo el vidrio (poesía, 2000),  (poesía, 2007), Cuentos de Ocio (microcuento, 2006) y El libro La decisión, la venganza y otros cuentos (cuento, 2012). Es coordinador del Suplemento Cultural 3000 de Diario Co Latino y Aula Abierta. Director editorial de Ediciones La Fragua.

 

 

 

 

Todos los poemas a continuación pertenecen al libro La espera de Mauricio Vallejo Márquez.

 

 

 

UNO

 

Te encontré con la nieve aún queda en el verano

y contando las estrellas con tu dedo , perdiendo la cuenta antes de llegar a mil .

Esos días no hubo flores , ni dulces , ni el arrullo de los pájaros

pero sí un corazón agitado que guardabas en un zapato viejo

y lo sacabas a cada tanto de tu ropero mientras te peinabas.

Allí aprendiste a esconder los tratos y los sueños

Y allí yo aprendí a amarte .

 

Cada mañana el sol me ponía la camisa y me daba una palmada para salir,

reunía los pocos billetes y esperaba al canto de los árboles el bus

hasta que bajabas y el pecho me brotaba de tormenta al verte

con la sonrisa de siempre y esa mirada de venada eterna

te entregaba mi destino y a andar nos dábamos .

Esos días fueron de brisa y sol ,

en esos días te amé .

 

Ahora que los años nos ahuyentan

nadie sabe que aquellas mañanas , juntos , abrimos la aurora

sin saberlo en plena llovizna castaños nos hicimos

y nos auguramos el amor con aquellos besos .

Hoy los años no tienen fila ni promedio

pero aquilataron esa tierna entrega

de saber amarte .

 

(2 de enero de 2008)

 

 

 

 

 

 

CINCO

(Apuesta)

 

Ahora que sobre la mesa

solo queda la silente baraja

y el rumor de algunos dedos

paseo con mis ojos los surcos duros de mi rival ,

los párpados caen

y mi mano vacía .

 

No queda más de valor para apostar

sino la vida .

 

Despacio y como arrullo arrojan dos cartas .

Quedan tres , pero detiene su pulmón .

Apenas tiene frío y sólo hay un sol en la mesa .

 

Ya quiero cambiar mi reina con sus ocho espadas ,

que todo un ejercito acampe rojo y con banderas

pero no este 2 de corazones ,

sin escala ni color

solo pareja

y a mi rival se le escapa el honor por la frente .

 

Juego la mesa y la vida ,

él un ruido con su hombría

antes de darme la mano

resignado .

 

(24 de enero de 2008)

 

 

 

 

 

DIEZ

 

Hoy me acordé de ti ,

del paso por los valles de tu cuerpo

de tu mundo inconquistable donde quedaron mis palabras

de la ancha aurora que gemía por tus labios ,

de tu aliento leve y en urgencia por callar mi voz con un beso .

 

Me acordé de ti

y de tu reflejo de cascada

con tus manos juntas y tus ojos en mis ojos .

 

Mi frente lleva tu nombre

y recorre mi barba como la luz ,

tanto como un beso ,

pues al verme

te veo ,

tus mejillas en las mías y tu nariz esculpida .

Vas en mí , como yo aún estoy en ti

y así mi nombre

porque me recuerdas tanto ,

tanto como yo .

 

Me acorde de ti

jugábamos al amor entre caricias

mordiendo nuestros días con la noche

estrechando nuestros cuerpos

amándonos .

 

Ese corazón que nos entregamos

y yo llevo justo aquí en el pecho

y lo lustro con los sueños de los días

así llevas tu el mío

guardadito por los años.

 

Hoy me acordé de ti.

 

(19 de marzo de 2008)

 

 

 

 

 

 

 

TRECE

 

Apenas anuncias el alba con tu voz

y yo te veo

guardándome el alma entre tu pecho

y tú

meciendo en tu pie mí deseo

despacio , tan despacio y en giro apacible

hasta interrumpirte ,

mientras tu ancho

azabache pelo apenas en lenta onda

cuando ríes .

 

Tus manos entran en discusión con el viento

como una gacela blanca que apenas se marcha y vuelve .

 

Tan lejos estás

que sólo la palabra te acerca

tan lejos

y sabes que te observo

y que muero cada vez

más

porque mi silencio

te grita todo

y tú no lo escuchas .

 

(8 de septiembre de 2008)

 

 

 

 

 

 

 

DIECINUEVE

 

Ibas sola, hiriendo a la tarde al ver sobre tu hombro .

Alzando tus pies en silencio cruzabas el mar eterno de nuestras calles

 

y allí ibas, sola, tan sola que parecías morir en la cuadra

para resucitar junto a la aurora cuando se escuchaba tu voz

aunque los relojes agonizaran silentes .

Nunca pude llenarte de sueños

porque tu soñabas sola …

 

Te observaba abriéndote paso por los años

y me miraba a mí aún quedo , a la espera

cuando brotaba en mi cabello una marea

al detener tus pasos para sonreírme

 

la última tarde en que te vi

el sol se sonrojó

al vernos

 

de saber amarte

no queda más que eso de saber

porque allí ibas

sola, sin amar .

 

(27 de octubre de 2010)

 

 

 

 

 

 

 

VEINTICUATRO

 

Alguna vez soñaste que envejeceríamos juntos

mientras yo escribía en una vieja agenda que llevaba atada a mi cintura,

todos los solsticios que iban quedando

y recuerdo bien

porque cada una de sus señas comenzaba con tu nombre

y acababa con el mío, sin querer

y recuerdo, si, recuerdo

que veríamos pasar las lunas como ahora vemos el reloj,

pero los sueños no fueron suficientes

y no nos vimos marcar la historia de nuestros rostros

y no toleramos a nadie que no fuéramos nosotros

y a pesar de todo nos volvimos a encontrar

y volvimos a soñar

ya en ciudades diferentes

y soñamos un día con su tarde

una noche con su madrugada

y ya solos, dejamos de soñar .

Libraste tu recuerdo, pero aún quedaba en tu pecho la llenura

que sólo yo te podía dar

y florecieron los árboles y en el suelo nevó el amarillo y el azul y el naranja

hasta que los años se quedaron prendidos en tus pasos

y nos encontramos

y volvimos a soñar

esos sueños que yacen con la edad

que van creciendo con nosotros hasta que el mundo

lento, los llega a olvidar.

 

 

(1 de noviembre de 2010)

 

 

 

 

 

 

TREINTA Y DOS

 

Quiero, me digo a mi mismo

y el viento cruel empuja mis cortinas

Quiero, irremediablemente lo digo una vez

Quiero, me repito sin quererlo hasta que la brisa

Cede y limpio de mi teclado algún ancestro

mientras a mi alrededor va callando el día

al armar en su mirada el misterio de vivir

para irse y no volver como me figuro

y dignarse a buscar entre el vacío

algún nombre que no sea mío

otro nombre que no recuerde

porque quiero, en verdad

olvidar ese nombre

que te nombra

quiero digo

sin querer

Y apenas se escucha el trinar del cielo falso

Porque el día va cayendo en esta hora que el reloj dejó

dejando el número, es decir la palabra irreconciliable

que aún se repite… sin dudar.

 

(6  de noviembre de 2010)

 

 

 

 

 

 

 

SETENTA

 

Marchaste rumbo al desierto

sabiendo que ibas sola y sin agua

y aún así no te importó ir

te observé bajando la cuesta,

esa misma que subía cada tanto

para verte,

hasta volver a subir

y perdida ya en la profundidad

supe que el viento

llenaría tus maletas

junto a la arena

junto a la distancia

y el mediterráneo

creyendo que enterrarías el corazón

en Tierra Santa, lejos de la meseta

donde agrupamos días y encierro

creyendo conocernos,

procurando sin mas amarnos.

 

Volaste y vestiste una túnica blanca

creyendo contener el cielo en su encaje

y los sueños fueron desvistiendo tus pasos

hasta que no quedó historia,

hasta que procuraste la huida

otra vez sola

y aprendiste nuevos idiomas

y a hablar sin hablar

caminando entre la lluvia de hojas

en el joven otoño

de una vieja ciudad

donde no encontraste

alguien con quien desbordar el corazón

ni con quien abordar la marea

en plena tormenta

donde habitaste el invierno

y ansiosa decidiste volver a mi

cruzando a pie el océano

rompiendo sus olas

hasta cubrir los mares

bajo tu triste sombra

que en una ola juntó dos mundo.

 

Rondaste esa vieja meseta

cubriendo de tierra tus solitarios pies

buscando y dando voces

sin sol y sin luna

y no me encontraste

y la luna entre sollozos

se derramó en tu pelo,

en tu cabeza extraña

para decirte

que era imposible formar un día y su noche

porque los años nos hicieron otros

y formaron nuestros caminos

tú, lejos del tiempo

y yo, siempre en las horas

sólo observando como tus olas

vagan de playa en playa

hasta la eternidad.

 

 

 

(15 de diciembre de 2010)

 

 

 

 

Datos vitales

Mauricio Vallejo Márquez (San Salvador, 1979). Escritor, poeta y periodista Ha publicado: Tiempo en la marea (poesía, 1999), Cantar Bajo el vidrio (poesía, 2000), La Casa (poesía collage, 2001), El último salmo (poesía, 2007), Cuentos de Ocio (microcuento, 2006) y El libro La decisión, la venganza y otros cuentos (cuento, 2012) y Bitácora (poesía, 2013). Coordinador del Suplemento Cultural 3000 de Diario Co Latino y Aula Abierta. Director editorial de Ediciones La Fragua.

 

 

 

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