Presentamos el trabajo del poeta ecuatoriano Omar Balladares (Guayaquil, 1979). Es profesor de lengua en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil. Finalmente obtuvo la primera mención honorífica en el segundo concurso de Poesía “Paralelo Cero” (2012) organizado por el Ángel Editor. En narrativa publicó en el año 2000 el texto Infernari y en el año 2012 publicó su primer poemario titulado El Designio de la Espuma.
A Ro.Hä
Recorrí la faz primera
del culposo terreno que liberó nuestra mordida
allí conocí tu sexo introvertido
huyendo del reciente saber de nuestros males
Lastimé tu antigua herida
con el curioso afán de mi mano
y en el embate permitiste que el ataque perdurase
en atenta indiferencia de mi esfuerzo invertido
Hospedé en tus entrañas al asesino
que inscribirá en sangre a nuestra prole
de auténticos creadores de versos defectuosos
que deberán sacrificarse por el bien de nuestras culpas
Reincidencia
Clavaré mis cenizas
tras cuadros y paredes
mitigando la espera de ser Elevado
Mas si el ser llevado con mente consciente
implica aferrarme a humanidades antiguas
sin regresar dela Estigia
Reviviré cada vez y cuando
mil veces una
entre cada lectura
sea mil y un veces leído.
El designio de la Espuma
A Gloria
Aquí la mar dilata la espera
El blanco mensajero mastica el tiempo entre sus barbas
En el primer embate sobre la proa
tu mano dirigió esta nave de carne
Hay relativa calma en el frente
Aún no es tiempo de saltar por la borda.
En el segundo embate mordiste mis maderas
filtrándote entre los pinos.
Ahogaste a todos los que me viven adentro
pero a mí me dejaste a la deriva.
Desperté con la boca salada
de haber bebido de tu espuma
y sólo ahora, después de naufragarte,
recordé lo que antiguos nautas profesaron
acerca de las planicies húmedas de una antigua sirena renegada
que deseaba enseñar a los marinos
el arte de escribir sobre las olas
y el secreto para respirar bajo las aguas.
Pretendí fingir que la sal no me bastaba
al beber tu arena disuelta en playa
te tuve encallada sobre mi proa
colmando mi boca de tu gruta;
regresabas a ella en embates asertivos
al tiempo que tu fricción se derretía
miel diluviada que mi rostro encolmena
me lloviste para inundar mi idioma
bautizando mi navío.
Como si de tus pecados dependiera
obtener el encomiable verso que nos liberaría
de la sal indigna
la oblación contaminada
Izábamos desde temprano
pero ninguno de los que conmigo
habitaban la heroica nave
sabían de tu misericordioso mensaje
Flotábamos en ella con la tinta como vela
y las letras exhalando nudos
que nos distanciaban de nuestros hogares.
Aún no entienden
el valor de lo que encumbras
Allá sobre la cima
no existen tierras de abundancia
Tan sólo más pecado y más desdichas
barniz con el que cubro las maderas
del impertinente monstruo que nos llevará a ocupar
el lugar desde el cual el profeta nos mira
cada vez que nos envía a morir por tus palabras
Tengo derecho de convertir en puerto
tus lácteas extremidades
encallando en los segundos
que en disolverse tardó la espuma
allí degusto los azares
de ajenos vocablos;
aguardando el sabor
con el que me serás reconocida.
He parido en tu conciencia
Conspiradora
Agria
Como el sabor de tus profundos
Restándole a estas palabras
el valor de tu cuerpo
y festejando en tus pieles
la penetración de mis noblezas
Dejaste a un lado los antecedentes
violando el antagonismo de nuestros cueros,
esculpiéndolos sobre tus cavernas
absorbiendo mis recompensas
Transgredo pretendiendo placer
No hay señales
No hay mensajero blanco
Permanezco pálido e inexorable
Y lo indigno en mí
Escurrido
Fugaz
Interminable
Cosecho tus piernas
en busca del oscuro trigo de tu campo
Con él amasaré el pan de nuestra última comida
A ella serán llamados sólo
quienes comprendan este líquido mensaje
o recuerden que el inicial néctar
provino de hogareñas fuentes
y que ahora se aventuran sobre efebos senos
Hay un hecho cierto
profundizando mis afanes
Que sobre el cuerpo de aquella
en quien deposito otras texturas
mi piel es incapaz de inscribir letra alguna
ni su piélago permite
que se hermane mi líquido navío
He ensayado el reemplazo de una patria
soy un desterrado de la espuma
una herida que se seca al sol de tu desidia
No me salva este designio misterioso
de la cruenta mano que tu oficio lava
Hoy me he condenado
a ser la blanca gota
que no zarpa en viaje fructuoso
y tiene la certeza del augurio
de que yacerá sobre la arena
como una quimera rota.
Retengo el resuello que tus formas motivaron
aletargando el inminente cierre
de tus húmedas actividades
No descarto el segundo intento
de reescribir con sal el blanco relato
que con nuevo valor autorizarás inmediata
al tiempo que sacudo el verso
remojando la pluma con la que osado
navegaré hasta encontrar el puerto
desde el cual partiré en compañía
de las antiguas vidas que en mí perduran
buscando en ti esa isla o esa patria
rica en letras y fina en tinta
de fértiles tierras empapadas por tu vino
en la que floreceremos audaces
cuando mi pago compre tu clemencia
y accedas perpetuarnos
en carne o en exhalo
a los mitos de los hombres y sus héroes
de los dioses y sus bardos
Permanencia de la espuma
Lavaste mi espada con la glicerina de tus manos
y sosteniendo el cántaro
con el líquido instrumento
purificarás mis actos
reafirmando las muertes
de las vidas que transporto.
Recoges mis vestiduras
acariciando el protector peto
tus manos palpan la cartografía de mi cuerpo
con el derecho que te enviste.
Realizas un inventario de mis heridas
tu dedo cuenta las marcas en la dermis
humedeciendo al tiempo con tus labios
los vestigios de mis antiguas luchas.
Bautizas mi boca con tu versátil boca
a ella sólo acceden los que por ti son amados
o por lo menos
quienes consumen fluidamente tus ardides.
Dejo el predio-lecho que gestionas
quiero volverme y pedirte que te rindas
a la juiciosa solicitud de mis deseos
por convertirte en mi eterna carne,
pero entiendo al ver el cerrado espacio
que otro héroe buscó en ti
la sanación de sus heridas
y la calma de las desdichas
que tú sabiamente
sabrás alejar con un verso /beso de tu boca.
Datos vitales
Omar Balladares Rodríguez (Guayaquil, Ecuador, 1979) es licenciado en Comunicación Social y Literatura. Ejerce como profesor de lengua en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil. Ha sido invitado a varios encuentros literarios dentro y fuera de su localidad y ha presentado la obra de reconocidos autores de su ciudad. Formó parte del Taller Literario El Manglar dirigido por el escritor Marcelo Báez Meza. Su obra poética ha sido reconocida en tres ocasiones al obtener una mención de honor en el Concurso de Poesía Muy Ilustre Municipalidad de Guayaquil (2003), al integrar el grupo de ganadores del Concurso de Poesía El Retorno y formar parte del poemario Trayecto Cero (2009) publicado por el Taller Cultural Retorno. Finalmente obtuvo la primera mención honorífica en el segundo concurso de Poesía “Paralelo Cero” (2012) organizado por el Ángel Editor. En narrativa publicó en el año 2000 el texto Infernari y en el año 2012 publicó su primer poemario titulado El Designio de la Espuma. Actualmente se encuentra trabajando en su segundo libro de narrativa.