Foja de poesía No. 387: Omar Valladares

Presentamos el trabajo del poeta ecuatoriano Omar Balladares (Guayaquil, 1979). Es profesor de lengua en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil. Finalmente obtuvo la primera mención honorífica en el segundo concurso de Poesía “Paralelo Cero” (2012) organizado por el Ángel Editor. En narrativa publicó en el año 2000 el texto Infernari y en el año 2012 publicó su primer poemario titulado El Designio de la Espuma.

 

 

 

 

 

 

 

A  Ro.Hä

 

Recorrí la faz primera

del culposo terreno que liberó nuestra mordida

allí conocí tu sexo introvertido

huyendo del reciente saber de nuestros males

Lastimé tu antigua herida

con el curioso afán de mi mano

y en el embate permitiste que el ataque perdurase

en atenta indiferencia de mi esfuerzo invertido

Hospedé en tus entrañas al asesino

que inscribirá en sangre a nuestra prole

de auténticos creadores de versos defectuosos

que deberán sacrificarse por el bien de nuestras culpas

 

 

 

 

 

 

 

Reincidencia

 

 

Clavaré mis cenizas

tras cuadros y paredes

mitigando la espera de ser Elevado

Mas si el ser llevado con mente consciente

implica aferrarme a humanidades antiguas

sin regresar dela Estigia

Reviviré cada vez y cuando

mil veces una

entre cada lectura

sea mil y un veces leído.

 

 

 

 

 

El designio de la Espuma

A Gloria

 

Aquí la mar dilata la espera

El blanco mensajero mastica el tiempo entre sus barbas

En el primer embate sobre la proa

tu mano dirigió esta nave de carne

Hay relativa calma en el frente

Aún no es tiempo de saltar por la borda.

En el segundo embate mordiste mis maderas

filtrándote entre los pinos.

Ahogaste a todos los que me viven adentro

pero a mí me dejaste a la deriva.

 

Desperté con la boca salada

de haber bebido de tu espuma

y sólo ahora, después de naufragarte,

recordé lo que antiguos nautas profesaron

acerca de las planicies húmedas de una antigua sirena renegada

que deseaba enseñar a los marinos

el arte de escribir sobre las olas

y el secreto para respirar bajo las aguas.

 

 

 

Pretendí fingir que la sal no me bastaba

al beber tu arena disuelta en playa

te tuve encallada sobre mi proa

colmando mi boca de tu gruta;

regresabas a ella en embates asertivos

al tiempo que tu fricción se derretía

miel diluviada que mi rostro encolmena

me lloviste para inundar mi idioma

bautizando mi navío.

 

 

 

Como si de tus pecados dependiera

obtener el encomiable verso que nos liberaría

de la sal indigna

la oblación contaminada

Izábamos desde temprano

pero ninguno de los que conmigo

habitaban la heroica nave

sabían de tu misericordioso mensaje

Flotábamos en ella con la tinta como vela

y las letras exhalando nudos

que nos distanciaban de nuestros hogares.

Aún no entienden

el valor de lo que encumbras

Allá sobre la cima

no existen tierras de abundancia

Tan sólo más pecado y más desdichas

barniz con el que cubro las maderas

del impertinente monstruo que nos llevará a ocupar

el lugar desde el cual el profeta nos mira

cada vez que nos envía a morir por tus palabras

 

 

 

Tengo derecho de convertir en puerto

tus lácteas extremidades

encallando en los segundos

que en disolverse tardó la espuma

allí degusto los azares

de ajenos vocablos;

aguardando el sabor

con el que me serás reconocida.

 

 

 

 

He parido en tu conciencia

Conspiradora

Agria

Como el sabor de tus profundos

Restándole a estas palabras

el valor de tu cuerpo

y festejando en tus pieles

la penetración de mis noblezas

Dejaste a un lado los antecedentes

violando el antagonismo de nuestros cueros,

esculpiéndolos sobre tus cavernas

absorbiendo mis recompensas

Transgredo pretendiendo placer

No hay señales

No hay mensajero blanco

Permanezco pálido e inexorable

Y lo indigno en mí

Escurrido

Fugaz

Interminable

 

 

 

Cosecho tus piernas

en busca del oscuro trigo de tu campo

Con él amasaré el pan de nuestra última comida

A ella serán llamados sólo

quienes comprendan este líquido mensaje

o recuerden que el inicial néctar

provino de hogareñas fuentes

y que ahora se aventuran sobre efebos senos

 

 

 

 

 

 

 

Hay un hecho cierto

profundizando mis afanes

Que sobre el cuerpo de aquella

en quien deposito otras texturas

mi piel es incapaz de inscribir letra alguna

ni su piélago permite

que se hermane mi líquido navío

He ensayado el reemplazo de una patria

soy un desterrado de la espuma

una herida que se seca al sol de tu desidia

No me salva este designio misterioso

de la cruenta mano que tu oficio lava

Hoy me he condenado

a ser la blanca gota

que no zarpa en viaje fructuoso

y tiene la certeza del augurio

de que yacerá sobre la arena

como una quimera rota.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Retengo el resuello que tus formas motivaron

aletargando el inminente cierre

de tus húmedas actividades

No descarto el segundo intento

de reescribir con sal el blanco relato

que con nuevo valor autorizarás inmediata

al tiempo que sacudo el verso

remojando la pluma con la que osado

navegaré hasta encontrar el puerto

desde el cual partiré en compañía

de las antiguas vidas que en mí perduran

buscando en ti esa isla o esa patria

rica en letras y fina en tinta

de fértiles tierras empapadas por tu vino

en la que floreceremos audaces

cuando mi pago compre tu clemencia

y accedas perpetuarnos

en carne o en exhalo

a los mitos de los hombres y sus héroes

de los dioses y sus bardos

 

 

 

 

 

 

Permanencia de la espuma

 

Lavaste mi espada con la glicerina de tus manos

y sosteniendo  el cántaro

con el líquido instrumento

purificarás mis actos

reafirmando las muertes

de las vidas que transporto.

Recoges mis vestiduras

acariciando el protector peto

tus manos palpan la cartografía de mi cuerpo

con el derecho que te enviste.

Realizas un inventario de mis heridas

tu dedo cuenta las marcas en la dermis

humedeciendo al tiempo con tus labios

los vestigios de mis antiguas luchas.

Bautizas mi boca con tu versátil boca

a ella sólo acceden los que por ti son amados

o por lo menos

quienes consumen fluidamente tus ardides.

Dejo el predio-lecho que gestionas

quiero volverme y pedirte que te rindas

a la juiciosa solicitud de mis deseos

por convertirte en mi eterna carne,

pero entiendo al ver el cerrado espacio

que otro héroe buscó en ti

la sanación de sus heridas

y la calma de las desdichas

que tú sabiamente

sabrás alejar con un verso /beso de tu boca.

 

 

 

 

Datos vitales

Omar Balladares Rodríguez (Guayaquil, Ecuador, 1979) es licenciado en Comunicación Social y Literatura. Ejerce como profesor de lengua en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil. Ha sido invitado a varios encuentros literarios dentro y fuera de su localidad y ha presentado la obra de reconocidos autores de su ciudad.  Formó parte del Taller Literario El Manglar dirigido por el escritor Marcelo Báez Meza. Su obra poética ha sido reconocida en tres ocasiones al obtener una mención de honor en el Concurso de Poesía Muy Ilustre Municipalidad de Guayaquil (2003), al integrar el grupo de ganadores del Concurso de Poesía El Retorno y formar parte del poemario Trayecto Cero (2009) publicado por el Taller Cultural Retorno. Finalmente obtuvo la primera mención honorífica en el segundo concurso de Poesía “Paralelo Cero” (2012) organizado por el Ángel Editor. En narrativa publicó en el año 2000 el texto Infernari y en el año 2012 publicó su primer poemario titulado El Designio de la Espuma. Actualmente se encuentra trabajando en su segundo libro de narrativa.

 

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