Presentamos, en el marco del dossier Patria adentro. Antología de poesía venezolana, preparado por Luis Perozo Cervantes, algunos textos de Alfredo Chacón (San Fernando de Apure. 1937). Es especialista en literatura cubana. Ha sido director de la Fundación Rómulo Gallegos-Celarg; el Instituto Armando Reverón y la Fundación Biblioteca Ayacucho (2001 – 2003).
Persecutorias
Me han frecuentado imágenes persecutorias y a su modo reveladoras de no sé exactamente cuál asunto que he debido aclarar desde hace mucho. Primero fue un conjunto de visión cerebral que en el poquísimo tiempo de su duración movía sus partes con suma lentitud y estaba hecho de torero, muleta o capa y toro en plena embestida. Luego, esta escena fugaz de accidente de tránsito: yo o un cuerpo humano cuyo destino inmediato me preocupaba agudamente, aparecía a punto de ser atropellado o ya zarandeado y casi detenido en el aire. Además, desde que tengo a mi hija, un doloroso temor al piso alto donde estamos, al vértigo que con virtuosismo me improviso, a la fatídica distancia por la que mi niña podría caer o está cayendo o ya cayó.
LLAMADO
Ven mujer
vámonos
hacia nosotros.
LLAMADO 2
Vuelve a ser
tu ausencia repentina.
Decídete a empezar
por mí
donde nunca te busco
y siempre estoy.
LLAMADO 3
Lancemos al camino
sólo presentido
el paso que pueda conducirnos
hasta el principio del camino
hacia la andanza
presentida.
Es sólo eso,
pero
eso
es todo.
Quiero hablarte, palabra,
ser tu voz
y que tú seas la palabra de mi voz.
Te convido a decir
seguro de que dices
pero no conmigo
sabiendo que yo digo
pero no contigo.
Te convido a decirnos.
La voz de un poeta
se escucha en la espesura
de todos los poemas
y se llama dicción.
La prueba de la existencia de un poeta
se encuentra
en la invención que hace su voz
de la palabra.
Como la voz de un poeta
no se puede escuchar
sino en una palabra
inventada por el silencio de esa voz,
tengo la prueba
de la existencia de un poeta
de la invención que él y yo hacemos
del poema
en la espesura de su voz.
Palabra instigadora
del rumor de mis límites,
carnada echada en cualquier parte
de mi mar sin fondo,
llegar a ti
por el trasluz de este pensar
en el que escribo,
es lo más que presumo.
Seguir contigo sería demasiado.
Ni tú ni yo
somos capaces
de soportar tanto apremio.
NADA MÍO
De pronto
yo en mí
al descampado y sólo en mí.
Desatado
conmigo
sin nada mío
sin distancia con nadie.
ESCUCHA Y SIÉNTEME
Deja que el canto que te hablo
borre su trazo y se desmaye
Persuádeme con tiempo para huir
del alborozo mortecino en que persistes
No transijas Convénceme de ti
De todos modos
pues que nada es lo mismo
acude junto a mí y déjame contigo
en el lugar donde acabas de oír
esta tonada.
sendero que se bifurca
labios lengua para lamer
jardines en la pierna qué ofrecimiento el de los senderos
quiero el círculo violáceo del pezón
pero es dos veces
bifurca la sed de mi saliva.
Nítida, tórrido
Nítida corriente tórrida, tórrido y nítido el afluente que se asoma, empuja, entra en la llanura roturada. llegado al punto de volver a partir y del viento ácido, con su lento huracán lastima la pústula terráquea más visible, el cráter inmediato, el camposanto. Se convierte en su propia cábala geológica.
7
Aquí
Adentro Ahí donde no se sabe
dónde es
dónde se encuentra dónde queda
cómo se llegó
Ahí es lo que llena Aquí es lo que se llena
Llenura de vapor de agua
oscuro al rozarla con sus límites
de rebote
hacia adentro
Extasiada
en los recodos que no ha tocado
agobiada
por su propio peso vacilante
henchida
de sí misma
desbordada
de impulsos de materia disuelta
de presencia hueca y hacinada adentro.
Para leer la introducción que vertebra esta muestra sigue el enlace
Datos vitales
Alfredo Chacón (San Fernando de Apure. 1937). Ha escrito Saloma (1961), Materia bruta (1969), Principio continuo (1982), Actos personales (1986), Acta del presagio (1986), Decir como es deseado (1990), Palabras asaltantes (1992), Por decir así (2003), Y todo lo demás (2005).